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Autoedición
La Anormal. Un riego a manta de la Granada rebelde
La convocatoria con meses de antelación de la Cumbre Social de Granada, celebrada entre finales del pasado mes de septiembre y comienzos de octubre, supuso un revulsivo para muchas organizaciones y colectivas granaínas. Ante la evidencia de que algo importante se estaba preparando en nuestra ciudad y que valía la pena asomarse y participar, desde el colectivo La Tasquiva nos cuestionamos la manera de poder contribuir y hacer una aportación que nutriera el espacio de los movimientos sociales granadinos, una intervención política que permaneciera y tuviera un recorrido más allá de las movilizaciones. De ese modo fue tomando forma la idea de sacar adelante una publicación en papel, lo cual pensamos que podría cumplir un papel importante en este comienzo de curso.
La Tasquiva somos un colectivo que nació hace dos años. Nos conocimos en torno a la organización que creamos en Granada para acoger la visita a tierras andaluzas de las delegaciones zapatistas que tomaron parte en la Gira por la Vida. A partir de ahí hemos seguido realizando algunas actividades, tratando de dar a conocer en lo local luchas y resistencias que se dan en otros lugares, como es la lucha del pueblo kurdo o la situación del periodismo amenazado en México. Tomamos el nombre del rico vocabulario que denomina los usos y costumbres ancestrales del regadío agrícola en la Vega de Granada. Una tasquiva es un canal que conecta la acequia por donde circula el agua con el huerto y los surcos donde se siembra y se produce el alimento. Ahí, en esa acción de aportar elementos que nutran y fertilicen las prácticas y reflexiones políticas de Granada, abriendo ese canal entre lo local y lo global es donde nos ubicamos la gente de La Tasquiva. Fue precisamente con esa voluntad con la que enfocamos la creación de la publicación que hemos terminado llamando La Anormal y para la cual contamos con el apoyo y la ayuda de otras personas que, sin ser de La Tasquiva, han tenido un papel decisivo en su creación.
El nombre de La Anormal en primer lugar podría hacer referencia al hecho de que fue gestada en circunstancias tan anormales para sacar adelante cualquier proyecto en Granada como es el verano, unos meses en los cuales la actividad de esta ciudad, marcada por el calendario universitario, entra en un letargo del que solo comienza a despertar con la llegada de los estudiantes a lo largo de septiembre. Por otra parte, la forma en la que está planteada la cabecera de la publicación pretende sutilmente dar una réplica al Ideal, el periódico por excelencia de la ciudad, del grupo editorial Vocento caracterizado por una línea editorial conservadora, en la cual coincide plenamente con el otro diario en papel de la provincia, el Granada Hoy, perteneciente al grupo Joly.
“La Anormal surgió para desafiar esa “normalidad ideal” impuesta en su momento por el fascismo mediante la fuerza de las armas y cuyas consecuencias llegan hasta nuestros días”, Kike Tudela.
Ambos periódicos, en particular el Ideal, han logrado con los años que su línea editorial se confunda con la realidad granadina, de modo que lo que no sale en sus páginas simplemente no existe. Para lograrlo, en particular el Ideal, contó con el privilegio de que su principal competidor fue eliminado. Quizás este puede ser un buen momento para recordar que el diario más antiguo de la ciudad, El Defensor de Granada, fundado en 1880, de carácter progresista y republicano, un medio comprometido con dar voz al poderoso movimiento obrero granadino del primer tercio del siglo XX, fue uno de los primeros objetivos del fascismo tras el triunfo del golpe de Estado en julio de 1936. Su director, Constantino Ruíz Carnero y muchos de sus trabajadores y trabajadoras se encuentran entre los miles de asesinatos cometidos a partir de aquel sangriento verano, mientras que sus instalaciones y rotativas fueron ocupadas y sirvieron para dar luz al diario falangista Patria. Por todo ello, también podemos afirmar que La Anormal surgió para desafiar esa “normalidad ideal” impuesta en su momento por el fascismo mediante la fuerza de las armas y cuyas consecuencias llegan hasta nuestros días.
Cumbre Social Granada
Publicación autogestionada Hoy se presenta 'La Anormal', una publicación en la Cumbre Social de Granada que barrunta otras realidades
Volviendo al presente y al carácter local de la publicación, nos pareció en su momento necesario dar voz a muchas de esas realidades locales organizadas que difícilmente van a lograr tener un hueco en las páginas de los medios locales. Para ello tratamos de que fueran ellas mismas las que hablasen de sus luchas y conectaran a éstas con el escenario global que implicó la cumbre de jefes de Estado y gobierno de la UE en Granada. En ese sentido nos pareció prioritario que en sus páginas tomen la palabra aquellas personas que están participando activamente en experiencias de lucha y transformación social, de creación de alternativas. Ellas y ellos son las que mejor conocen lo que conlleva ese gesto anormal en la Granada, en la Andalucía actual, de plantarse, decir basta y actuar. A efectos prácticos, ese enfoque a través de entrevistas resultó una acertada decisión editorial, tomando en cuenta el poco tiempo con el que contábamos, ya que nos ha permitido acelerar y distribuir bastante la creación de contenidos.
A ese nivel de contenidos, quisimos definir dos grandes ámbitos de lucha y resistencia organizada que se dan en Granada y su entorno. Se trata de las luchas por la defensa de los territorios en un sentido amplio y las luchas por los derechos humanos, contra el racismo y por los derechos de las trabajadoras migrantes, la lucha feminista y la que protagonizan las pensionistas. Es precisamente esta interconexión entre las luchas por la justicia social y las que se realizan en defensa de la tierra, donde sentimos que más frutos pueden dar las alianzas que desde la publicación hemos querido promover. No en vano, las dos secciones principales se llaman Vidas y Territorios. Por el camino también se han sabido ampliar las alianzas y forjar colaboraciones con ilustradoras y poetas que han contribuido de manera decisiva a darle el aspecto que tiene.
La publicación de la Anormal llegó a tiempo, por los pelos, para la primera gran manifestación realizada en las calles granadinas contra las políticas de la UE el 30 de septiembre, bajo el lema Otra Granada, otra Europa es posible. Desde el primer momento hemos sentido una buena recepción en general, la agradable sorpresa del formato periódico, del tacto del papel, sumado al contenido, expresión de los tiempos que vivimos y de la voluntad de no resignarse. Como señalamos en la introducción de la publicación, hemos construido esta revista desde el malestar acumulado por todo lo que estamos viviendo y observando:
“No hay más que mirar a nuestro alrededor y comprobar que todo tiene un precio, las vidas y los territorios. Bastaría con prestar atención un momento a todos esos malestares que nos habitan, ese regomello que nos inunda cuando miramos la situación de la tierra, del agua y el sol, ese sol cada verano más abrasador. Cuando pensamos en todas las personas que se quedan por el camino, en las que están viviendo vidas de mierda, en nosotras mismas y en nuestra lucha cotidiana por salir adelante, por vivir vidas que merezcan la pena ser vividas”.
Precisamente es en la necesidad de plantar cara, de organizarnos para revertir esa situación, donde vemos que todavía queda mucho camino por recorrer, ya que: “Atrapadas en la imposibilidad de expresar una resistencia común y liberadora, nos negamos a que nuestro malestar sea reconducido otra vez más hacia una cuestión personal. Reclamamos la necesidad de pensar la organización, de politizar el malestar social, de plantar cara a esta insoportable normalidad”.
“La Anormal debe mucho a las redes y afinidades tejidas con proyectos como el Corral de San Antón, en Jerez de la Frontera o El Topo, en Sevilla”, Kike Tudela.
Sin embargo, creemos que es importante el mero hecho de haber dejado constancia del estado actual en el que se encuentran distintos colectivos y organizaciones granadinas, desde aquellas que llevan una larga trayectoria a sus espaldas, como la Asociación Pro Derechos Humanos o Ecologistas en Acción, hasta otras como La Nieve no es de Nadie, en Monachil o Qué Corra el Agua!, en Dílar, que acaban de nacer y a las que hemos querido apoyar desde la publicación. La mitad de las páginas de la publicación se ha compartido con otra iniciativa impulsada por la Red Ajuntamientos, como es la Carta de Granada, un documento que ya va por su segundo número y donde se recogen las demandas de una buena parte del movimiento vecinal y diversos colectivos de la ciudad de Granada.
Esperamos que el contenido de sus páginas pueda alimentar los necesarios debates que debemos afrontar en cada uno de los diversos espacios de lucha para lograr avanzar en la consecución de nuestros objetivos transformadores. En ese sentido, también hemos querido trasladar estos debates a otras realidades locales en Andalucía, por lo que el sábado 11 de noviembre estaremos presentes en Málaga presentando la publicación en el marco del II Festival de Autoedición Lagunillas. El viernes 17 de noviembre se presentará la revista en Córdoba, en el Centro Cultural Juan XXIII. Esta dimensión territorial andaluza ha sido muy importante en la realización de La Anormal, que debe mucho también a las redes y afinidades tejidas con proyectos como el Corral de San Antón, en Jerez de la Frontera o El Topo, en Sevilla.
“Que sus páginas sirvan para recargar los acuíferos de nuestras resistencias y nos dejen la tierra fértil para que en los próximos tiempos broten más muestras de que otras Granadas son posibles y necesarias”, Kike Tudela.
Eso ha sido La Anormal, un riego a manta, en profundidad, que desde La Tasquiva hemos canalizado para empapar la tierra granaína, este cachito de Andalucía donde barruntamos que se van a dar en los próximos tiempos muchas más muestras de hartazgo y de rebeldía. Independientemente de una poco probable continuidad, nos sumamos al necesario esfuerzo que vemos tan necesario de fijar referentes en nuestra realidad andaluza para animar a cada vez más personas a dar el paso a rebelarse y organizarse ante esta insoportable normalidad. Que sus páginas sirvan para recargar los acuíferos de nuestras resistencias y nos dejen la tierra fértil para que en los próximos tiempos broten más muestras de que otras Granadas son posibles y necesarias.