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COP28
COP28, la cumbre del clima más crucial arranca con ausencias y un caballo de Troya
Coordinador de Clima y Medio Ambiente en El Salto. @pablorcebo.bsky.social, pablo.rivas@elsaltodiario.com
La cumbre del clima más crítica. El titular bien podría valer para cualquiera de las conferencias anuales de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, más conocidas como cumbres del clima o COP, pues la crisis climática se acelera peligrosamente y cada año el clima se modifica más y más, con nuevas anomalías atmosféricas, récords de temperatura y desastres meteorológicos. Este año, sin embargo, quizá tenga aún más sentido. No solo esas anomalías están cogiendo carrerilla a niveles jamás vistos —si 2022 fue el año más cálido jamás registrado en España y el segundo en Europa, todo indica que 2023 lo va a ser en todo el planeta—; además, las decisiones que se deben tomar en esta COP son especialmente relevantes, enmarcadas en ese proceso de aceleración de la modificación de las condiciones que permiten la actual biosfera.
Ayer se ejemplificaba todo este contexto en una de las miles de acciones y protestas que van a tener lugar en todo el mundo a raíz de una COP28 que arranca este jueves en Dubai, Emiratos Árabes Unidos. Activistas de Greenpeace elegían el kilómetro cero de las carreteras españolas para simular las consecuencias de la DANA que asoló Toledo y Madrid el pasado septiembre, con el balance de seis muertos y campos devastados. En clave puramente económica, la Comunidad de Madrid, una administración cuyos dirigentes aún hoy lanzan mensajes que flirtean con el negacionismo climático, cifraba en 58 millones los daños causados por las lluvias solo en lo referente a las competencias autonómicas, con lo que la cifra final con los daños a particulares, empresas y servicios municipales es exponencialmente superior. Ese episodio de lluvias torrenciales acaecido el pasado septiembre batió el récord del día más lluvioso jamás registrado en áreas de Madrid, Navarra, Segovia, Toledo y Valladolid.
Crisis climática
Crisis climática El verano más cálido de la historia, el último hito de un nuevo año de récords
Con pancartas con frases como “Desastre climático patrocinado por la industria fósil”, seguidas de los logos de las principales compañías energéticas del país, Greenpeace buscaba llamar la atención sobre los peores desastres que la crisis climática va a provocar en el mundo. De fondo, la principal reivindicación de quienes quieren frenar un cambio climático de consecuencias imprevisibles: “Que en la COP28 se acuerde una fecha para el abandono de los combustibles fósiles de forma rápida, definitiva y justa con las personas afectadas”, incidía la organización ecologista, sumado a una exigencia de que el lobby de los combustibles fósiles no entorpezca, una vez más, las ya de por sí enrevesadas negociaciones climáticas.
Quinta columna fósil
La exigencia de las organizaciones que integran el movimiento por el clima es especialmente relevante en una COP que no solo está en cuestión por estar presidida por un magnate petrolífero —el ministro de Industria y CEO de la petrolera estatal emiratí Adnoc, Sultan Ahmed Al Jaber— sino por las últimas acusaciones lanzadas contra la presidencia emiratí. Según los periodistas del Centre for Climate Reporting, adscrito a la BBC británica, “los Emiratos Árabes Unidos planean utilizar su papel como anfitrión de las conversaciones sobre el clima de la ONU como una oportunidad para cerrar acuerdos sobre petróleo y gas”. La quinta columna versión apocalipsis.
“Esto no es nuevo, pero con esta gente es mucho más descarado”, denuncia Javier Andaluz, coordinador de Energía y Clima de Ecologistas en Acción. Adnoc, además, ya anunció sus planes de acelerar el aumento de producción de gas y petróleo, adelantando de 2030 a 2025 su objetivo de 5 millones de barriles diarios. “Es evidente que la presidencia era ya bastante ilegítima en el sentido de que representaba los interese fósiles, pero cuando se pierde el principio de neutralidad en la presidencia están fallando los objetivos de la Cumbre”, incide el experto. Para él, esto es responsabilidad de unos Estados que permiten que, ante la falta de un régimen de incompatibilidades y acuerdos internacionales al respecto, se siga aceptando que los grandes intereses fósiles no solo estén presentes, sino que presidan una COP.
Andaluz alerta de que “los compromisos que se presenten en 2024 y las acciones que conlleven serán casi la última oportunidad de mantener la temperatura por debajo de 1,5ºC”
Pero los malos presagios no se limitan a la presidencia; también vienen en forma de ausencias. Ni el presidente estadounidense, Joe Biden, que hasta la fecha pretendía romper con el portazo a las negociaciones climáticas que dio su predecesor, Donald Trump, ni el presidente chino, Xi Jinping, acudirán a la cita. Son dos piezas especialmente clave ya que no solo son las dos economías más grandes y potentes del planeta, también son las dos naciones que más gases de efecto invernadero emiten. Ambas ausencias no son el mejor mensaje, más cuando a menudo los países ponen como escollo para cumplir con sus compromisos la falta de responsabilidad de quien más puede y debe ponerse las pilas.
Primera gran auditoría
La COP28 supone el primer gran examen al Acuerdo de París, el gran hito histórico de las negociaciones climáticas globales que, sin embargo, ocho años después sigue sin concretarse en toda una serie de materias. Con el Panel Internacional de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) advirtiendo en su último informe que el límite deseado de calentamiento acordado en París —no sobrepasar 1,5ºC de incremento medio global respecto a los niveles preindustriales— tendrá lugar en algún punto entre 2030 y 2035, la reducción de emisiones debe acelerarse y llegar a un 43% menos en 2030 respecto a 2019 si las partes quieren cumplir con lo pactado. El camino actual, sin embargo, va en dirección contraria: los planes nacionales para reducir la crisis climática —las llamadas contribuciones nacionales determinadas (NDC)— nos llevarían no solo a no reducir emisiones de gases de efecto invernadero, sino a aumentarlas un 8,8%, según los últimos datos de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.Las naciones tienen en la COP28 la inmensa tarea de finalizar el Balance Global de emisiones —o Global Stocktake—, el instrumento de diálogo que contempla el Acuerdo de París para aumentar la reducción de emisiones, que cada país implementa en sus NDC. En esencia, el gran examen es que los compromisos se actualicen y la ambición se incremente en forma de obligaciones para la naciones, puesto que el Balance Global se puso en marcha ya que los compromisos adoptados no se alinean con lo que dice el IPCC.
El Informe sobre la Brecha de Producción 2023 alerta de que las previsiones de incremento de la extracción de combustibles fósiles en las próximas décadas son el doble de las compatibles con el Acuerdo de París
“Esta cumbre lo que ofrece es la oportunidad de salir con unas conclusiones muy fuertes de ese Balance Global que obliguen a que el año que viene, cuando se ponen los nuevos compromisos de los países, estos sean mucho más ambiciosos. De esa forma podrían determinar cuestiones como la fecha de fin de los combustibles fósiles u obligar a que los países se ajusten de algún modo a las indicaciones científicas” señala Javier Andaluz a El Salto, unas horas antes de partir hacia Dubai para participar en la Cumbre. El objetivo es vital: que la temperatura del planeta no vaya directa a lo que hoy por hoy se dirige, un aumento global medio de más de 3ºC. O lo que es lo mismo: forzar a naciones y empresas a seguir el dictado científico del IPCC mediante la implantación de obligaciones vinculantes.
Con los últimos datos científicos sobre la mesa, Andaluz alerta de que “los compromisos que se presenten en 2024 y las acciones que conlleven serán casi la última oportunidad de mantener la temperatura por debajo de 1,5º y probablemente también los 2ºC, aunque sobre esto último existe mucha más incertidumbre”.
Crisis climática
Camino a la COP28 Los compromisos nacionales actuales abocan al mundo a un aumento de emisiones del 8,8% en 2030
Pero el incremento de la ambición se cruza con toda una serie de variables, para empezar los planes de la industria más poderosa del planeta: el lobby fósil. No solo la anfitriona Adnoc planea incrementar su producción de petróleo y gas, el Informe sobre la Brecha de Producción 2023 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente alerta de que las previsiones de incremento de la extracción de combustibles fósiles en las próximas décadas son el doble de las compatibles con el Acuerdo de París. “Por ello, es necesario que tanto en las conclusiones del Global Stocktake como en otras decisiones finales se ponga una fecha de fin de la extracción de fósiles antes de mediados de siglo”, señalan desde la coordinación de Clima y Energía de Ecologistas en Acción.
Por último, que no menos importante, esta COP28 tiene una serie de materias a cerrar centradas en el apartado que puede conseguir que el resto de problemas se arreglen: el económico. Si la COP27 consiguió cerrar un acuerdo para la creación de un Fondo de Pérdidas y Daños, la edición de este año deberá concretar cómo se financia este, sin olvidar la responsabilidad histórica de las naciones del Norte global en la crisis climática, países que crearon el problema y que hoy tienen los recursos para ayudar a quienes no la provocaron pero la sufren con más virulencia, las naciones con menos recursos.
Especialmente sangrante es que los países ricos sigan sin poner sobre la mesa los 100.000 millones de dólares anuales de 2020 a 2025 a los que se comprometieron en la COP15 de Copenhague para nutrir el Fondo Verde para el Clima, un mecanismo a disposición de los países con menos recursos para acciones de adaptación y mitigación. Además, la COP28 deberá establecer una hoja de ruta clara para una actualización de ese Fondo Verde que deberá cerrarse el año que viene. “Viendo el conflicto que hay de desconfianza entre el norte y el sur global va a ser muy difícil que encontremos una respuesta satisfactoria si los países del norte global no hacen mayores compromisos de financiación”, finaliza Andaluz.