Coronavirus
Las comunidades lo apuestan todo al pasaporte covid sin reforzar la sanidad

Hasta once autonomías ya aplican el certificado covid como único asidero al que agarrarse en un contexto de desmantelamiento de equipos de rastreo y consultas de atención primaria saturadas. Mientras, los expertos hablan de medida estética más que eficaz.
pasaporte covid
Pasaporte Covid Miguel Ángel Valero

Este lunes el Tribunal Superior de Justica del País Vasco daba un pasito más en lo que a la implantación del pasaporte covid se refiere. El alto tribunal autorizaba la instauración de esta medida en bares, gimnasios y eventos culturales y deportivos en lugares cerrados. La medida, que ya se aplicaba en los locales de ocio nocturno y en restaurantes de más de 50 comensales, se propaga así por todos los establecimientos cerrados.  Y todo en una comunidad con una incidencia acumulada disparada, que supera los 936 casos por cada 100.000 habitantes, y con un equipo de rastreo desmantelado y 4.000 contratos de sanitarias rescindidos en octubre.

Al mismo tiempo, en la otra punta de la península, Andalucía pedía permiso al Tribunal Superior de su autonomía para extender el pasaporte covid, que ya se solicita para entrar en hospitales y centros sociosanitarios, hasta los establecimientos de hostelería y ocio nocturno. Esta comunidad, que no despunta en incidencia acumulada —con 200 casos según los datos del ministerio— pero también en ascenso como en el resto del Estado, despidió a 8.000 sanitarias y sanitarios en octubre.

Según los datos del sindicato CSIF, a finales de octubre se produjeron un total de 13.000 despidos en todo el Estado. Y, aunque algunas previsiones de despido están cambiando con la llegada de la sexta ola, hay muchas comunidades que ya la intentan surfear con un destacado recorte en sus plantillas

Según los datos del sindicato CSIF, a finales de octubre se produjeron un total de 13.000 despidos en todo el Estado. “En el pico de la primera ola, donde se empezó a contratar para reforzar las plantillas por la situación generada por la covid-19, la cifra que dio el ministerio era de 94.000 nuevos contratos. El mes pasado se despidió a 13.311 sanitarios de todas las categorías. Ahora nuestra estimación es que más de 50.000 contratos no están asegurados” declaraba a finales de octubre el presidente del sector de Sanidad de este sindicato, Fernando Hontangas, en referencia a los contratos que acaban en diciembre. Y, aunque algunas previsiones de despidos están cambiando con la llegada de la sexta ola, hay muchas comunidades que ya la intentan surfear con un destacado recorte en sus plantillas.

Vacunas
Pandemia El pasaporte de vacunación covid, un debate importado
Galicia y Canarias implantan la obligatoriedad de entrar en bares y restaurantes con un certificado covid mientras España destaca por la gran aceptación de la vacuna entre la población, con un 83% de habitantes que se muestran a favor.

Al mismo tiempo se extiende la implantación del certificado covid como único asidero al que agarrarse en un contexto de desmantelamiento de equipos de rastreo y consultas de atención primaria saturadas. Hasta once comunidades ya lo aplican y pretenden seguir ampliando su espectro. Así, junto a País Vasco y Andalucía, Galicia, Cantabria, Navarra, Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares y Canarias ya lo han incorporado a sus legislaciones. Asturias, La Rioja, Castilla y León, Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura se resisten por el momento.

Todo pese a que los expertos dudan de su efectividad para frenar la pandemia, con la Ponencia de Alertas, formada por técnicos de Sanidad y de las comunidades, a la cabeza. “En los países del entorno europeo donde se está utilizando, los casos están aumentando de forma importante, si bien es cierto que sus coberturas vacunales son muy inferiores a las de España. Es previsible que el efecto en España, con coberturas más elevadas, todavía sea menor", advertían en un documento que se filtraba el 30 de noviembre. Un debate que se abre cuando España luce cifras de vacunación a la vanguardia europea, con casi un 90% de la población diana con la pauta completa. Un dato que nos sitúa lejos de Reino Unido o Alemania, que aún no alcanzan el 70%, según los datos recogidos por Our World in Data.

Una medida de poco impacto

El médico especialista en medicina preventiva y salud pública Mario Fontán Vela habla de una medida de “bajo coste político”, porque hay poca gente no vacunada, y destaca su poco impacto en frenar la transmisión. “Aunque el riesgo de contagio es mayor si no estás vacunado, como la mayoría estamos vacunados va a haber más casos siempre entre vacunados que entre no vacunados. Necesitamos medidas que se dirijan a los vacunados, el impacto de cualquier medida dirigida a no vacunados va a tener poco efecto”.

En la hostelería y el ocio nocturno el pasaporte covid es una medida un tanto estética que da la sensación de que se está haciendo algo; pero sin tocar otras medidas más eficaces como reducciones de aforo, que tienen mayor impacto económico pero tienen más capacidad de reducir los contagios

Por ello considera que en la hostelería y el ocio nocturno es una medida un tanto estética que da la sensación de que se está haciendo algo; pero sin tocar otras medidas más eficaces como reducciones de aforo, que tienen mayor impacto económico pero tienen más capacidad de reducir los contagios.

Un instrumento para fomentar la vacunación en un país donde sólo el 3% afirma que no se va a vacunar, según los datos del último barómetro del CIS de noviembre. Así, un 4,8% afirmó aún no haberse vacunado y, de ese porcentaje, un 26% afirmaba estar dispuesto a hacerlo cuando le toque, mientras un 57,8% se mantiene en el no. De estos, la mayoría no se fía de estas vacunas como principal motivo para rechazar las dosis, y solo un 1,9% niega la existencia del covid-19.

“Con esta obligación, a la gente que no está convencida de vacunarse tampoco les vas a convencer más, sino que les van a reafirmar en su pensamiento. Igual ese pasaporte añade un estigma y una barrera para ciertos sectores de la población”

Para Fontán sería más interesante realizar “esfuerzos más costosos, que llevan más tiempo, para entender qué está pasando en la gente que no se vacuna”. “Con esta obligación, a la gente que no está convencida de vacunarse tampoco les vas a convencer más, sino que les van a reafirmar en su pensamiento. Luego habrá gente que no se ha vacunado no porque no quiera, sino por cuestiones que se pueden solventar de acceso al sistema de salud. Igual ese pasaporte añade un estigma y una barrera para ciertos sectores de la población”, añade.

La “falsa seguridad”

El médico epidemiólogo, Javier Segura, hace un símil entre conseguir el pasaporte de vacunación con “entrar en un club selecto”, al que solo pueden acceder las personas vacunadas. “Pero el problema que tenemos es que también los vacunados contagian y se tiene el miedo de que el pasaporte produzca una falsa seguridad en las personas, como si fuera un club privado, y una vez que las personas son seleccionadas pueden relajarse y no cumplir con el resto de medidas de seguridad como el uso de mascarilla”, afirma Segura.

Este médico salubrista sí considera que es eficaz para conseguir que más gente se vacune “y así se ha visto”. Pero no es efectiva para disminuir la transmisión si se utiliza como un elemento para relajar las otras medidas de protección y este es el efecto secundario, advierte. “El riesgo que sentíamos el año pasado en las celebraciones navideñas ya no lo sentimos por estar vacunados. Y ahí hay un peligro”, alerta.

“Cuando extiendes el pasaporte a tantas actividades estás convirtiendo la vacunación en obligatoria indirectamente”

Además considera que es peligroso pues, en cierta medida, puede reforzar los argumentos de las personas contrarias a la gestión sanitaria. “Es poco inteligente, puede provocar que las personas que hasta ahora no escuchaban el discurso que denuncia la presunta 'dictadura epidemiológica', ahora lo escuchen. Cuando extiendes el pasaporte a tantas actividades estás convirtiendo la vacunación en obligatoria indirectamente”, alerta.

Y no sólo muestra sus dudas con el pasaporte covid. También denuncia el fomento del uso de test de antígenos, el regalo que el gobierno de la Comunidad de Madrid ha preparado a todos los madrileños y madrileñas por navidad, adjudicando uno por persona. “En Madrid no se pide el pasaporte covid para que haya menos barreras a la hostelería pero se lanza la idea de que haciéndote un test de antígenos antes de entrar a la celebración, si eres negativo puedes entrar con tranquilidad. Esto no es cierto, la probabilidad de los falsos negativos es alta. Puedes contagiar aunque hayas dado negativo”.

Otras medidas necesarias

Los expertos coinciden en que, más allá de la implementación de un pasaporte covid, la relajación en los interiores de los locales no debe de ser la norma. Por ello, además de las medidas individuales, recomiendan que se estimule la implementación de medidores de CO2 que detecten la calidad del aire y que se potencien buenos sistemas de ventilación.

“La ventilación no es un tema al que se le haya dado demasiado mimo. Pocos locales verás que tengan medidores de CO2. Cuando sube el CO2, esto es un indicador de mala ventilación, los aparatos pitan y se recomienda que se abran las ventanas. Eso prácticamente no te lo encuentras en ningún sitio”, denuncia Segura.

“El pasaporte covid simplifica el debate y los matices. Permite poner el foco en lo sencillo a nivel político y poner el peso en la persona que no se ha vacunado. Así no se presta atención a lo necesario: reforzar la estructura sanitaria con una red de atención primaria accesible”

Pero, por encima de todo, el refuerzo del sistema sanitario debe seguir siendo primordial, con énfasis en la labor de rastreo que hoy hace atención primaria y que necesita refuerzos. “A pesar de que la atención primaria está mal, la sanidad no se ha reforzado”, alerta Mario Fontán Vela. “El pasaporte covid simplifica el debate y los matices. Permite poner el foco en lo sencillo a nivel político y poner el peso en la persona que no se ha vacunado. Así no se presta atención a lo necesario: reforzar la estructura sanitaria con una red de atención primaria accesible, para no tener que esperar 14 días por una cita. Las medidas que tienen un impacto mayor suelen ser estructurales, y son más importantes que pedir un código QR a las puertas de un restaurante”, concluye.

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Andariegu
23/12/2021 3:05

Es una medida de cada a la galería. Las vacunas tienen una gran debilidad: no impiden que los vacunados sean vectores y contagiadores del virus
No me he vacunado y seguiré sin hacerlo. No permito que el principal argumento para vacunarme sea la coacción. No me vacuno por una cuestión puramente ideológica

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Kahina
21/12/2021 10:19

Muy buen artículo. Coincido en que es mejor reforzar la sanidad, las infraestructuras de ocio, las fuentes de trabajo, y la buena alimentación y ventilación a seguir aumentando la burocracia, la destrucción de empleo y las fuentes de estrés.

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alvraposo
18/12/2021 1:00

Genial articulo. Muy claro toda la información, gracias Sara!

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Bea
16/12/2021 9:14

De bastante interés

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