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Desindustrialización
Linares, la periferia de la periferia
“¿Ya lo han cerrado? ¡Qué pena de Linares!”. Un jubilado, mascarilla FFP2, se detiene en la esquina de la Plaza del Ayuntamiento de Linares con la Avenida de Andalucía, frente a la sede de El Corte Inglés, con la persiana bajada pese a ser mediodía de un jueves. “¡Otra cosa que se va! Mira, hace 40 años esto era la capital de la provincia, y no Jaén. Con Santana esto era el municipio más pujante de Andalucía… y mira ahora. Cuando la enfermedad está tan avanzada ya hagas lo que hagas llegas tarde”.
Juan nos acaba explicando que se marchó a Granollers a finales de los 70 por motivos familiares, que él es del municipio vecino de Vílches y su mujer del mismo Linares. En Cataluña encontró trabajo enseguida “por mi experiencia en la Santana” y ahora sus hijas son adultas con familia que viven y trabajan en Barcelona. Ya jubilados, su mujer y él se compraron una casa en Linares para disfrutar del pueblo hace más de 15 años. “Hoy vale la mitad, que me la han tasado”, dice, más escandalizado que enfadado o triste. “A mí me da igual, yo ya he hecho mi vida, mis hijas no son de aquí… pero, ¿te das cuenta de lo que significa? En 10 años este pueblo se ha hundido”.
El pasado 12 de febrero la agresión de dos policías de paisano a un padre y su hija de 14 años en un bar de Linares saltaba primero a las redes y luego a los medios, acabando los agresores en prisión preventiva tras su traslado a una cárcel de Sevilla. El día 13 se producían altercados entre la Policía Nacional y algo más de 300 manifestantes que se congregaron para condenar la violencia policial frente a los juzgados del municipio jiennense. El resultado de la pequeña revuelta, casi un ensayo general paralelo a las que han sacudido España por el encarcelamiento del rapero Hasél, se saldó con 14 detenidos, 30.000 euros en daños al mobiliario público según el Ayuntamiento y un herido por munición de perdigones disparada por la Policía. El uso de munición real está siendo investigado por el Cuerpo Nacional de Policía sobre la base de que fue “un error”.
“Pero al final esto es porque la gente joven está harta”, tercia un trabajador. “Sale que hubo un altercado, pero no que el mes pasado estuvimos también apoyando a los trabajadores del Corte Inglés para que no lo cierren”.
Las interpretaciones del episodio en la ciudad siguen variando, con una tónica de condena general a la agresión inicial. En el patio del Campus Científico Tecnológico, sede local de Universidad de Jaén (UJA), la Escuela Politécnica de Linares, una trabajadora del centro indica que “es que esas personas no se tendrían que poner un uniforme nunca más. En Linares con la Policía no hay ningún problema, aquí tenemos Nacional, Local y Guardia Civil”. “Es que por lo visto en la manifestación se metieron gente de la barriada de Arrayanes que buscaban revancha”, apunta uno de sus compañeros, refiriéndose al barrio de Linares, junto al del Cerro y la Estación, donde se acumula el tráfico de drogas. “Ya, pero al final esto es porque la gente joven está harta”, tercia otro compañero. “Sale que hubo un altercado, pero no que el mes pasado estuvimos también apoyando a los trabajadores del Corte Inglés para que no lo cierren. Es un palo detrás de otros”, se ríe, “ya hasta literalmente”.
Santana Motor y el Linares del futuro pasado
El cierre de El Corte Inglés y la marcha de las tiendas de Inditex, que bajarán la persiana mañana 22 de febrero, es, para los linarenses, el último clavo en el ataúd del empleo en el municipio. Por una parte, por la pérdida de 230 empleos directos del centro comercial, además de los de las tiendas de Zara. Por otro, porque se pierde parte del atractivo como polo comercial de la comarca, con vecinos de otros pueblos acudiendo a hacer sus compras al centro de Linares. Desde 2017, la ciudad ostenta el poco honroso título del municipio con más desempleo de España, actualmente con un 30’9% de paro registrado, llegando al 50% entre los jóvenes. Ha perdido más de 4.000 habitantes en 10 años, pasando de los más de 61.000 en 2011 a los 57.000 de la actualidad. Y todo el mundo tiene claro el origen: Santana Motor, disuelta por la Junta de Andalucía en 2011.
“Los pocos de Santana Motor que seguimos trabajando nos hemos marchado del pueblo”, explica a El Salto Andalucía José Hidalgo, uno de los trabajadores del llamado Grupo C, los que no pudiendo acogerse a las prejubilaciones. “Nosotros éramos los que íbamos a recibir los cursos del Plan Linares Futuro para reconvertirnos y los que nos iban a recolocar en las empresas que iban a venir al Parque Empresarial. Al final, ni se hicieron todos los cursos ni vinieron empresas”. Él cree que tiene suerte “porque trabajo en Andújar, que está aquí al lado, y sigo viviendo en Linares. Pero mucha gente se ha ido. Y lo peor viene por detrás. Los jóvenes no tienen nada. Esto es una olla exprés”.
"Lo que se vio frente a los juzgados no tiene nada que ver con el mundo sindical, pero tampoco me extraña que haya esa repulsa. Los ánimos están muy caldeados” lamenta el santanero Pedro Gálvez sobre los altercados tras la agresión policial
La decadencia de Santana es prácticamente historia de Andalucía. Nacida en los 50 como Metalúrgica Santana para producir maquinaria agrícola, pronto se reconvirtió al motor. Primero como industria auxiliar de la Citroën de Vigo y más tarde despegando gracias a vehículos adaptados al trabajo en el campo, como el Land Rover Santana. Su apogeo estuvo en los 70 y 80, dando empleo a más de 2.500 personas de forma directa, más proveedores y otras empresas asociadas. En 1985 llegó la japonesa Suzuki, primero como socia y luego como propietaria de más del 80% de la empresa, con la que se modernizó el modelo de vehículos.
Pero la crisis de los 90 trajo la debacle: la multinacional se marchaba y quería echar el cierre. Tres años de movilizaciones culminaron en 1995 con la “nacionalización” de Santana, rescatada por la Junta de Andalucía y convertida en empresa. Pero ni los contratos con Defensa por mediación del PSOE en la época Zapatero la salvaron de pérdidas calculadas en 80 millones anuales. En 2011, tras duras negociaciones y manifestaciones que dejan en anecdótica la protesta de este febrero, se ejecutó la extinción.
Laboral
Linares, de oasis industrial a desierto del desempleo
Con el 44,5%, Linares es la localidad española con más paro. La desindustrialización ha golpeado con especial fuerza en esta ciudad jienense que ha vivido un nuevo ciclo de movilizaciones
“Fuimos engañados por la Junta de Andalucía”, sentencia Pedro Gálvez. Fue el último presidente del comité de empresa de Santana Motor y uno de los 800 prejubilados de 2011, de los últimos 1.314 empleados que quedaban en la automovilística. “En ese momento pensamos, los trabajadores y los sindicatos, que era el mejor acuerdo posible y se cumplirían las promesas. Que no firmar era peor. Pero la reindustrialización ni se ha intentado y Linares se ha dejado morir. Fue pan para hoy y hambre para mañana”. Linares Futuro fue el plan de reconversión para la zona que vendió la Junta, entonces presidida por José Antonio Griñán. “Trajeron a 20 empresarios, les dieron una vuelta, se hicieron una foto en el Parque Empresarial y ninguno se quedó”, lamenta.
La Andalucía interior “es una periferia de la periferia, sufriendo el desmantelamiento de la poca industria que tenía y, a la vez, no recibiendo el chorro económico que genera el turismo”
Los prejubilados mantuvieron el 80% de su sueldo “y seguimos manteniendo familias gracias a ello, algunos casos que conozco a hijos y nietos. Pero nos va llegando la edad de jubilación… o de morirnos… y es insostenible que eso dé vida a un pueblo”. Sobre las manifestaciones y el enfrentamiento con la Policía, Gálvez cree que no son representativos pero recuerda a El Salto Andalucía que “somos un pueblo industrial con una gran tradición sindical. Estos meses nos hemos movilizado para apoyar a los trabajadores de El Corte Inglés o de Inditex. Lo que se vio frente a los juzgados no tiene nada que ver con el mundo sindical, pero tampoco me extraña que haya esa repulsa. Los ánimos están muy caldeados”.
La Andalucía vaciada a la que no llega el turismo
David M. Rivas, profesor jubilado de estructura económica de la Universidad Autónoma de Madrid, responde por mail a las preguntas de El Salto Andalucía: “El contexto de lo que ha ocurrido con Linares es fácil de analizar: los gobiernos españoles y buena parte de los empresarios optaron hace años por un modelo de servicios y de construcción, frecuentemente muy ligados entre sí porque, al margen de la especulación en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, el crecimiento urbanístico se concentra en las regiones más turísticas”.
Para Rivas, Andalucía está a la cabeza del modelo. “El caso de Linares y su comarca no es único en el reino pero sí presenta diferencialidades, precisamente por esa especialización andaluza en el sector de servicios. En el diseño del capitalismo español a Andalucía le tocó ‘tapeo y fiesta’”, pero la Andalucía interior “es una periferia de la periferia, sufriendo el desmantelamiento de la poca industria que tenía y, a la vez, no recibiendo el chorro económico que genera el turismo”.
¿Se podía haber hecho más? “Es probable que sí, siempre se puede hacer algo más, pero la evolución del sector automovilístico era fácil de prever, ya desde lo que podríamos llamar la ‘tercera gran ola’, que no es de ayer por la tarde, no, sino desde los ochenta con Motor Ibérica, e incluso ya con la instalación de las factorías de Ford unos años antes. En definitiva, hemos pagado por la improvisación de una política industrial o, si nos parece mejor, por la ausencia de política industrial”. Anuncios de reconversión como el mencionado Linares Futuro “no son planes en absoluto, sino consignas electorales. Saben muy bien que van a quedar en nada”.
La Escuela Politécnica presume de un dato: sus titulados tienen 0% de paro. Pero otro lo acompaña: “mínimo el 50% cada año se va de Linares. Formamos a jóvenes que no se pueden quedar”
En la tertulia improvisada del café de máquina –la cafetería está cerrada por la pandemia– del Campus de Linares comentan lo mismo pero en román paladino: “no nos dan nada porque no saben qué darnos. Aquí se ha anunciado el Puerto Seco [centro logístico para transporte de mercancías aprovechando la situación geográfica de Linares] y desde 2009 nada”, dice uno de los trabajadores. “Porque nos seguimos empeñando en que tiene que venir algo tipo la mina o Santana. Y la economía ya no funciona así, no va a existir una gran motor que tire como antes”, responde su compañera, y añade: “que además hemos visto que es malísimo: si solo tienes una cosa que haga que funcione la economía y se te cae, se cae todo”.
La Escuela Politécnica surgió en 1976 de la fusión de las antiguas Escuela de Minas (1892) y Escuela Industrial (1910), recuerdo del apogeo minero de Linares desde la llegada de los ingleses a mitad del siglo XIX, paralelo al de Riotinto, cuando la ciudad llegó a tener subsede de las embajadas de Alemania y Reino Unido y la primera del Banco de España fuera de Madrid. Hoy es parte de la Universidad de Jaén, creada en los 90, y cuenta más de 1.000 alumnos de diferentes ingenierías –por ejemplo, incorporó Telecomunicaciones–, incluyendo más de 150 extranjeros. Presume de un dato: sus titulados tienen 0% de paro. Pero otro lo acompaña: “mínimo el 50% cada año se va de Linares. Formamos a jóvenes que no se pueden quedar”, comentan.
Reconversión constante
Andar desde el Parque Empresarial Santana hasta el centro de la ciudad, por el Paseo de la Virgen de Linarejos, es caminar por la historia de esplendor y decadencia de la ciudad. En el trayecto se encuentra el Centro de Interpretación del Paisaje Minero. Ocupa la antigua estación de Madrid, una de las cuatro estaciones de tren que tuvo la ciudad en el XIX. Ahora mismo sus conexiones ferroviarias con Sevilla, Algeciras y el Levante se han visto reducidas por las obras de los diferentes AVE y el barrio de la Estación está considerado territorio del tráfico de drogas. Siguiendo hacia el Ayuntamiento, se tropieza con la Plaza de Toros, de 1886 y construida en pleno esplendor minero, famosa porque en 1947 vio la muerte del célebre Manolete.
“Ya no nos creemos ningún plan ni a ningún partido. Aquí no ha hecho nada ni PSOE ni PP estando los dos en el gobierno en España o en Andalucía” critica el portavoz de 'Todos a Una por Linares'
Actualmente en Linares gobierna en minoría una coalición de PP y Ciudadanos, que superaron al PSOE, ganador de las municipales de 2019, gracias a los votos de CILUS-Linares, partido independiente con el que rompieron su alianza a comienzos de este 2021, aunque se mantiene en la alcaldía Raúl Caro-Accino (Cs). El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha confirmado que en las próximas semanas el municipio recibirá la cesión de los terrenos del Parque Empresarial Santana, vieja reivindicación municipal. Uno de los puntos clave que requiere el Ayuntamiento es que la Junta siga siendo responsable del mantenimiento, ya que aunque hay algunas naves en uso, muchas otras llevan años abandonadas y en mal estado.
Miguel Gámez, portavoz de la plataforma 'Todos a Una por Linares', nacida en 2017 ante el dato de convertirse en el municipio con más paro de España, comenta a El Salto Andalucía que espera que esa cesión sea “una oportunidad”. Que se reduzcan trámites burocráticos “y se les puedan ofrecer un espacio específico y con un plan a las empresas, porque solas no van a venir”. La agrupación ciudadana a la que pertenece ha organizado varias marchas por el empleo en Linares y Sevilla y participado en las que se realizan a nivel de toda Jaén, como la “cochada” del domingo 14 de febrero que protestaba por el abandono de la provincia.
Laboral
La lucha por el pan y el trabajo en Linares
Las masivas movilizaciones por el empleo en Linares sacudieron la comarca, conectando con un pasado de resistencia
“Ya no nos creemos ningún plan ni a ningún partido. Aquí no ha hecho nada ni PSOE ni PP estando los dos en el gobierno en España o en Andalucía”, se lamenta. Cuando en 2017 se anunció el programa de fondos europeos ITI [una fórmula de Bruselas que permite a los gobierno reprogramar en zonas deprimidas fondos de la UE que se hayan quedado sin ejecución] “de 200 millones que tenía que poner la Junta solo puso 60. Y el Gobierno peor: contabilizó fondos de otros ejercicios para decir que ya había invertido sus 230 millones, aunque en realidad nuevo hubo cero”.
“El abandono no es solo económico, en los últimos años Linares ha perdido el teatro Olimpia, la Bienal de Pintura, el certamen andaluz de graffiti...” Belin, grafitero linarense
Gámez recuerda que un consejero llegó a anunciar “un Sillicon Valley para Linares. No nos hace falta. Está bien que se quiera invertir en empresas de I+D+i o de base tecnológica, pero que no se anuncien más planes. Que se ejecuten infraestructuras. Llevan 20 años para la obra de 8 kilómetros de vía del ramal ferroviario con el Parque Empresarial. Que acaben la A-32, que nos iba a unir a través de Albacete con el Levante y llevan otros 20 años después de 1.200 millones de inversión”, concluye.
Todavía queda quien no se rinde. Por ejemplo, Belin, grafitero linarense de proyección internacional, cuyos murales decoran las calles del centro e incluso se venden en postales en la Oficina de Turismo, justo al lado de las de Raphael y las del Mosaico romano de Los Amores, del conjunto arqueológico de Cástulo.
El artista gráfico acaba de presentar en sociedad, el 19 de febrero, su empresa Rampa, una galería y espacio de arte urbano con sede en Linares y, de momento, seis empleados. Y cuenta esto a El Salto Andalucía: “Tenemos que seguir peleando porque la cultura se quede en nuestros pueblos. El abandono no es solo económico, en los últimos años Linares ha perdido el teatro Olimpia, la Bienal de Pintura, el certamen andaluz de graffiti… Vivo aquí aunque salga a menudo para vender mi trabajo. Sería más fácil desde Madrid o Barcelona, pero no quiero irme, quiero hacer cultura desde mi casa”.