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Educación privada
Loiu, el pueblo vizcaíno con 13 bebés y cinco escuelas privadas
El pueblo de Loiu (Bizkaia) tiene 2.394 habitantes, 13 de los cuales son bebés de un año. Desde el 17 de enero, sus familiares pueden matricularlos en el aula de 2 años, cuando arranca la escolarización infantil en el País Vasco. Loiu también tiene cinco escuelas privadas concertadas, que reciben una elevada cantidad anual de fondos públicos: Lauro, La Merced, Urdaneta, Munabe y Ayalde. En ellas cursan 6.458 alumnos y alumnas. Casi todos son niños de autobús: se levantan temprano en Bilbao, Getxo, Leioa y otros municipios, se montan en el transporte escolar, pasan su jornada lectiva en unas instalaciones espléndidas y vuelven a casa tarde. En autobús.
Para entrar en estas escuelas socialmente consideradas prestigiosas, donde la diversidad del alumnado no se corresponde a un barrio —en Munabe y Ayalde incluso segregan por sexo; niños, niñas, respectivamente—, los críos deben ser admitidos en un proceso de matriculación que decide el Departamento de Educación y que establece un punto de libre disposición para cada centro, con independencia de su titularidad, además de otro medio punto que otorga solo a las socias cooperativistas —previa aportación económica a la escuela—.
Estas cinco escuelas privadas ubicadas en Loiu tienen concertadas 211 aulas, por lo que reciben aproximadamente 20 millones de euros cada curso de los presupuestos públicos, señala el informe La educación no está en venta, realizado por el sindicato Steilas, el mayoritario en la educación pública. El documento fue presentado la semana pasada por Ainhoa Astigarraga y Juan Zubia y es fruto de una investigación realizada por el sindicato.
La segregación en el País Vasco tiene sus raíces en el proceso de selección de alumnado: la escuela también se hereda, a través del punto de libre designación que establece el Departamento de Educación
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El sistema educativo vasco se califica de dual porque la mitad del alumnado estudia en la escuela pública y la otra mitad, en la privada concertada. Los centros privados con financiación propia —o proveniente de otros países— son residuales. Es el caso de la escuela alemana, el liceo francés y el colegio americano. La dualidad ha conformado un mapa educativo que segrega socioeconómicamente al alumnado, tal y como concluyen los estudios realizados. Y esa segregación tiene sus raíces en el proceso de selección de alumnado: en el País Vasco, la escuela también se hereda. Hijos, primos e incluso sobrinos y nietos de exalumnos tienen prioridad a la hora de entrar en la mayoría de centros privados, los cuales disponen de unas instalaciones que poco tienen que ver con las que tiene la escuela pública, como piscinas y pistas deportivas cubiertas. En el País Vasco llueve con frecuencia.
Para el curso 2022-2023, en los colegios privados de Loiu —como en muchos otros del territorio— puntúa ser familiar de antiguo alumno, pero también puntúa la sangre católica: “Ser familiar de religioso agustino hasta el tercer grado de consanguinidad” (Urdaneta) y “ser sobrino de religiosas de la orden de Nuestra Señora de la Merced” (La Merced). En el caso de la Cooperativa de Lauro Ikastola, ser socio cooperativista (aportar una cantidad económica con anterioridad a septiembre de 2021) otorga 0,30 puntos. La aportación debe realizarse en septiembre de 2021, cinco meses antes del proceso de matriculación oficial del niño. La mayoría de las cooperativas no ofrecen información al alcance del público —como en su página web— sobre el importe dicha cuantía.
Además de heredar o pagar por entrar en un centro privado, se ha consolidado como vía de acceso la educación infantil también privada mediante la baremación según la guardería a la que ha asistido el alumno candidato
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Además de heredar o pagar por entrar en un centro, se ha consolidado como vía de acceso la educación infantil privada. Las escuelas concertadas tienen en cuenta en su baremación que los futuros alumnos y alumnas provengan de las guarderías privadas elegidas. Y aquí se encuentra otra perversión del sistema educativo vasco que favorece al privado: “El Departamento de Educación financia el 60% del gasto de cada plaza ocupada en las escuelas infantiles de la red privada. De esta manera, las cuotas de algunos centros privados pueden llegar a ser más reducidas que las de la red pública”, advierte Juan Zubia, de Steilas.
“Este es también un claro despilfarro de dinero público y una clara apuesta por un servicio privado”, añade. Las escuelas infantiles públicas contratan a maestras de infantil mediante una bolsa pública de trabajo y cada centro debe ofrecer un proyecto pedagógico.
Qué da puntos en Bilbao
En Bilbao el mapa escolar público es paupérrimo, mientras que el privado goza de buena salud y apuesta por una educación hereditaria y parroquial. Artxandape Ikastola puntúa haber “colaborado con instituciones diocesanas o asociaciones unidas a la Iglesia en los dos últimos años” (1 punto). Begoñazpi Ikastola valora la colaboración con la “Unidad Pastoral de Begoña” (0,70 puntos). Urretxindorra barema positivamente a hijos de exalumnos o que las familias hayan “participado o colaborado directamente en las actividades de la ikastola”. No especifica cómo, ni cuándo, ni en qué cantidad. La documentación que acredita la relación debe firmarla la propia dirección de la ikastola. Esta es la ikastola que vendió parte de sus instalaciones a Mercadona para poder ampliar una linea por curso, a pesar de la bajada de natalidad. Este fue el primer supermercado de Juan Roig abierto en Bilbao.
Por su parte, Abusu Ikastola evalúa “tener relación directa (vínculo) con la trayectoria de la ikastola”, para ello “será suficiente” ser socio cooperativista (1 punto), socio colaborador (0,75 puntos), antiguo alumno, familiar de tercer y cuarto grado o haber trabajado en el centro (0,5 puntos). Esta ikastola destaca positivamente por otorgar un punto si ambos progenitores del alumno son “extranjeros”.
Tras ser denunciada en noviembre de 2020 por Educación ante la Fiscalía, Gobierno vasco ha premiado a la escuela Waldorf: ha recibido una subvención de casi un millón de euros para la adquisición de terrenos y la ampliación de sus instalaciones
De la teoría a la práctica segregadora y negacionista
Teóricamente, la administración debe valorar para otorgar conciertos económicos a los centros educativos que estos “satisfagan las necesidades de la población en grave situación socioeconómica o que euskaldunicen” (artículo 12 del reglamento de conciertos económicos de 1987). No obstante, estas necesidades solo son una “prioridad” para otorgar dichos conciertos. Dado que los conciertos se conceden en su mayoría, la segregación y la euskaldunización no es algo que el Departamento de Educación valore en la práctica. Munabe y Aayalde no solo segrega por sexos, sino que ofrecen el modelo educativo A; imparte todas las asignaturas en castellano.
En este aspecto destaca la escuela Geroa Waldorf de Gasteiz, conocida por sus prácticas negacionistas. El Departamento de Educación denunció ante la Fiscalía la situación de este colegio en noviembre de 2020 tras el brote de más de 30 positivos covid. Este centro, de apenas 120 alumnos, fue apercibido por Educación por no respetar la obligación del uso de las mascarillas. “No puede ser que un centro concertado, que recibe subvención pública, no esté cumpliendo las normas”, indicó entonces el consejero Jokin Bildarratz. Educación se refirió al colegio como “un caso de muy difícil gestión”, en el que se produjeron incidencias desde el inicio del curso por no cumplir los protocolos.
A pesar de ello, Gobierno vasco acaba de premiar a la escuela Waldorf. Es la única que recibirá casi la totalidad del importe subvencionable en las subvenciones específicas para la Financiación de inversiones en centros educativos de la red concertada cuya titularidad revista la forma de cooperativa o fundación. El Boletín Oficial del País Vasco hizo público el listado el 24 de enero: Geroa Waldorf ha conseguido que Educación le apruebe 946.267 euros, de un total de 1.063.748 euros, para la adquisición de terreno, ampliación de la escuela infantil, primaria y secundaria. El centro está ubicado en el municipio de Iruraiz-Gauna, tiene 517 vecinos y se encuentra a apenas 12 km de Gasteiz. Otros 120 niños de autobús.
El montante total de todas las subvenciones (75) asciende a casi 21 millones de euros, de proyectos valorados en 36 millones. Casi la mitad se destinarán a Gipuzkoa, territorio con una larga tradición de educación cooperativista. En Bizkaia, destacan las partidas de las ikastolas de ciudad: la “reparación de la estructura de la piscina” de Trueba estará financiada en 196.812 euros, mientras que la “cubierta para la pista deportiva” de Abusu ha obtenido una subvención de 164.559 euros. Tanto la escuela pública Tiboli —cercana a Trueba— como Mugika —próxima a Abusu— disponen de un patio insuficiente para respetar las medidas sanitarias de la pandemia, por lo que solicitaron en diversas ocasiones al Ayuntamiento poder sacar a jugar a los críos a calles peatonales colindantes. Educación no contempla ampliar las zonas recreativas de dichos centros públicos.
Las subvenciones a cooperativas y fundaciones se otorgarán escalonadamente hasta 2028. Han sido concedidas a pesar de que el concierto económico sexenal para las escuelas privadas no ha sido aprobado aún. Al menos, oficialmente.
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“Nuestro estudio muestra claramente el trato de favor y la complicidad del Departamento de Educación con los centros privado-concertados, hasta el punto de convertir la escuela pública en una subsidiaria de los mismos”, resume Ainhoa Astigarraga, del sindicato Steilas
Sobreoferta de la privada, en detrimento de la pública
El sindicato Steilas ha denunciado también en su informe la sobreoferta de plazas en la red privada, algo que favorece a la escuela que segrega, mientras margina a la pública. Pusieron de ejemplo el municipio de Oñati, donde nacieron 71 bebés en 2020, que se matricularán ahora en el aula de dos años. La planificación de plazas en Oñati el pasado curso era de 75 plazas para Txantxiku Ikastola (se formalizaron solo 46 matrículas); 50 plazas para la religiosa Elkar Hezi Kristau eskola (9 matrículas; no llenó ni un aula) y 36 plazas para la escuela pública Urgain (34 matrículas; la ratio alumno-maestro es la más ajustada).
Zarautz obtuvo unas cifras similares: la educación privada en tercero de infantil es de 175 plazas, de las cuales cubrieron 91. Mientras que la oferta de la pública es de 54 y se llenaron 53. La educación privada renueva sus conciertos cada seis años e, independientemente de si llena o no las aulas, cobra por ello. El plazo de matriculación para el próximo curso termina mañana.
“Nuestro estudio muestra claramente el trato de favor y la complicidad del Departamento de Educación con los centros privado-concertados, hasta el punto de convertir la escuela pública en una subsidiaria de los mismos. Todo ello favorece una descontrolada y progresiva privatización del sistema educativo, cimentándolo sobre una lógica clientelista que debilita la cohesión social y agrava la segregación escolar y la estratificación social”, resumió Ainhoa Astigarraga del sindicato Steilas.