Euskera
Lourdes Oñederra: “La comprensión tiene valor por sí misma, no es un mero paso intermedio”

La lingüista, escritora y académica de número de Euskaltzaindia, Lourdes Oñederra, ha subrayado en numerosas ocasiones la importancia de la comprensión de la lengua. Considera que, si se le reconoce el valor que le corresponde, puede ser una fuente de múltiples oportunidades y beneficios, y que es un ámbito que merece ser trabajado de forma específica.
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Lourdes Oñederra posa antes de realizar la entrevista Javi Julio
28 may 2025 05:30

En la encrucijada. Girando en una rotonda, sin encontrar la salida idónea, con dificultades para reemprender la marcha en la dirección más adecuada… Imágenes de ese cariz se han sumado en los últimos años a la conversación en torno al proceso de revitalización del euskera. Sugieren que, sin dejar de reconocer los logros de las últimas cinco o seis décadas, nos encontramos en un período de cambio e incertidumbre. Y, dado que no es previsible que la solución pase por avanzar en una única dirección, la búsqueda de nuevas vías, en la que participan numerosos expertos y agentes, también está explorando terrenos muy diversos.

La lingüista, escritora y académica de número de Euskaltzaindia Lourdes Oñederra, por ejemplo, ha subrayado con frecuencia la importancia de la comprensión. Considera que, si se le reconoce el valor que le corresponde, puede dar lugar a nuevas oportunidades por lo que, a su juicio, debería ser objeto de un tratamiento específico.

Frente a la capacidad de hablar o escribir en una determinada lengua, la comprensión parece una competencia de segundo nivel. Ni tan siquiera es fácil elegir en euskera el término más adecuado para referirse a quienes se mueven en ese terreno. Euskaraldia ha vuelto a dar protagonismo al difícilmente traducible ‘belarriprest’. El diccionario ofrece las alternativas ‘ulertzaile’ y ‘aditzaile’, que traduce como ‘entendedor’ y ‘oyente’. La Encuesta Sociolingüística, por su parte, se refiere a esa tipología con la expresión ‘euskaldun hartzaile/vascohablante pasivo’. Hace un tiempo, la plataforma ‘Euskara Denontzat, por un euskera sin barreras’ optó por ‘ulermendun/belarriprest’. ¿Hay alguna denominación que le parezca particularmente acertada?
No tengo muy claro cuál puede ser la más adecuada. ‘Belarriprest’ no me gusta mucho, pero es por razones estéticas, y ese es un criterio muy subjetivo, vinculado a la forma. No obstante, creo que también tiene un aire de parada intermedia, de paso hacia otro objetivo, como si no tuviera valor intrínseco. En general, me gustan los términos activos, los que sugieren una actitud emprendedora, porque la comprensión no es un ejercicio pasivo.

En ese sentido, ‘ulertzaile’ puede ser el término más neutro; ‘ulermendun’ también me gusta, porque indica que quien entiende está en posesión de algo. En definitiva, el término que me interesa es cualquiera que destaque que comprender tiene valor por sí mismo, aunque no se llegue a nada más. Creo que hay que darle esa connotación: es suficiente con entender. Si, además, facilita el camino para convertirse en un hablante completo, fenómeno.

Encontrar la palabra precisa no parece fácil, pero puede llegar a ser más complicado describir el propio concepto. No obstante, muchas personas se identifican con ese colectivo. Según la Encuestra Sociolingüística, en 2021 el 30,2% de los habitantes de Euskal Herria de más de 16 años eran vascohablantes, en 16,1% vascohablantes pasivos y el %53,5 ni hablaban ni entendían euskera. La distribución cambia mucho en función de los territorios pero, en cualquier caso, las personas capaces de entender el euskera son un colectivo numeroso, de más de 400.000 personas, muy digno de ser tenido en cuenta.
A mí también me resulta llamativo ese número, pero tengo una duda. ¿Quien se ha identificado con esa opción es realmente capaz de entender, o cree que lo es? Es algo que nos sucede con frecuencia, también con otras lenguas. Dices a menudo que algo has aprendido, que te arreglas, que sabes un poco, que entiendes… ¿Cómo se mide eso? En nuestra situación sociolingüística, además, quienes se consideran pasivos o receptores no se limitan a entender. Seguramente serán capaces de utilizar el euskera de modo activo, pero a la hora de comprometerse prefieren decir «ulertzen dut». Mucha gente te dice «entender, te entiendo».

«Si alguien no quiere utilizar la lengua, pero llega a comprender sin dificultades un discurso complejo, todos salimos beneficiados»

El espectro de quienes entienden es, por lo tanto, tan amplio como el de los hablantes, si no lo es más.
Por supuesto. En ese grupo se pueden integrar tanto quienes entienden textos y conversaciones de nivel muy básico, como aquellos que son capaces de comprender textos elaborados y frases complejas acerca de temas difíciles, de manera que se pueden desenvolver sin tener que recurrir a las traducciones, que hoy se piden con tanta frecuencia.

Pregunta planteada desde la ignorancia… Para alcanzar ese nivel de comprensión, hay que conocer bien la lengua. ¿Una persona que ha llegado hasta ahí no es capaz de hablar o, a pesar de ser un hablante total o parcialmente funcional, no quiere hacerlo?
Las cosas no son tan simples. Para muchos la prioridad es hablar, utilizar eso que saben, sin prestar demasiada atención al modo en que lo hacen. Pero también hay mucha gente que evita hablar euskera porque es muy consciente de la imagen que va a dar. Y porque, además de preocuparse por su imagen, sabe que a la hora de argumentar, por ejemplo, no va a poder expresar todo lo que sabe, todo lo que piensa. Es consciente de que esa lengua no le resulta una herramienta válida. Conozco casos así también en otros idiomas. Saben mucho más que yo, pero no quieren hablar.

Entrar en esas cuestiones es complicado, porque la falta de seguridad, la sensación de hacer el ridículo o la vergüenza son asuntos muy personales. La imagen que tienes de ti misma cuando hablas es algo muy íntimo; puedes hacer el esfuerzo, pero es algo absolutamente personal. También puede haber personas que no quieran hablar en euskera por otras razones. En cualquier caso, si alguien no quiere utilizar la lengua, pero llega a entender un discurso complejo sin dificultades; si es capaz de arreglarse bien de manera genérica o en un tema concreto —no de modo aproximado, sino sin sensación de incomodidad y sin necesidad de traducción—, todos salimos beneficiados. Ese sería el máximo ideal en lo que respecta a la comprensión.

  Quien ha hecho ese camino merece reconocimiento, dignidad. Llegar a entender debe ser tenido en cuenta como un mérito

Desde esa perspectiva, la variable principal no sería la competencia, sino la actitud, la elección personal. En caso de que se llegara a la universalización de la comprensión, ¿se podría elegir no utilizar más lengua que el euskera?
Efectivamente, sería una opción. Si se plantease un debate amplio sobre esta cuestión, también habría que poner eso sobre la mesa. Sin duda.

Ha mencionado el ‘máximo ideal’. Si en algún momento se aborda ese debate habrá que establecer máximos, mínimos, puntos intermedios y recursos para alcanzarlos, tal como se viene haciendo con el objetivo de crear hablantes.
Debería hacerse, sí. Establecer los extremos resulta siempre lo más sencillo. El nivel inicial supondría empezar a moverse bien, a sentirse cómodo en situaciones básicas si los demás están hablando en euskera, o con textos en esa lengua. La metodología y la enseñanza deberían adaptarse al camino que hay que recorrer entre esos dos extremos. No sé cómo no se ha trabajado más este tema… Entender no es una nadería. Se dice fácil, pero entender bastante tiene su dificultad, no es nada pasivo. Leer e ir elevando el nivel de las lecturas, sobre todo en una lengua que se está normalizando, requiere esfuerzo.

Diría que entender mucho es más difícil que hablar un poco, aunque a algunas personas, sobre todo a las que han empezado a aprender o lo están haciendo una vez pasada la adolescencia, les pueda parecer más sencillo. Además, una cosa es entender lo que lees y otra entender lo que escuchas, porque hay grandes diferencias en función de los hablantes. Si hay osadía y ganas, empecemos a hablar sobre todas esas cuestiones, aunque creo que faltan ambas cosas, porque se valora sobre todo la capacidad activa. La comprensión nos parece, básicamente, un medio para llegar a ese objetivo.

Ha dejado claro que no comparte ese modo de ver las cosas.
Creo que hay una especie de necesidad de ser euskaldun pleno, que tiene mucho de ideología y que, en lo que respecta a la lengua, por diferentes razones, no ha funcionado del modo que esperábamos. Como sociedad, parece que el ideal es que todos hablemos euskera como si fuera la única lengua. Eso no es así. Y, además, no es factible.

No se puede negar que el euskera y el nacionalismo van de la mano: si el nacionalismo no lo hubiera impulsado, si no lo hubiera sostenido, se acabó el euskera. Pero, por otra parte, eso le ha aportado un determinado color, ha comportado la politización de la lengua, sin que la política se haya ‘lingüistizado’ en la misma medida. Los no nacionalistas, sin estar completamente en contra, ven a menudo el euskera como algo ajeno. Tomar en consideración la comprensión puede ser importante en esos ámbitos. Y, para ello, la comprensión no puede ser una meta volante, no tiene por qué ser necesariamente un nivel de una escala más amplia, sino una meta en sí misma. Una vez alcanzado ese punto, quien desee hacerlo puede seguir avanzando.

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Lourdes en un momento de la entrevista que tuvo lugar en Donostia.

Ha sugerido en alguna ocasión que promover la comprensión sería también beneficioso para la propia lengua.
No sé qué beneficios le aportaría, ese también es un planteamiento demasiado simple, muy binario, pero lo que sí veo es el daño que hace la prisa, el efecto negativo que tienen la castellanización o el afrancesamiento del euskera. Si provienes del castellano o del francés, pasar al euskera es difícil, más difícil que hacerlo a la inversa. Hay personas que, pese a haber estudiado durante muchos años, se quedan en un nivel muy básico, sufren al hablar y, además, no entienden bien lo que se les dice. Si esas personas entendieran como corresponde a un adulto, si hubieran pasado esos años aprendiendo a entender, ganarían en tranquilidad.

Otras lenguas también tienen hablantes con competencias muy bajas, pero que unos cuantos hablen un castellano desastroso no le causará mayores daños a la lengua, como máximo la cambiará. En el caso de una lengua frágil y pequeña como el euskera, sin embargo… En cualquier caso, creo que las ventajas principales serían psicológicas.

¿En qué sentido?
Creo que a muchos ciudadanos les aportaría tranquilidad, les abriría una ventana nueva. No sentir la presión de tener que hablar también facilitaría la motivación. Es decirles «no tienes la obligación de hablar, pero por lo menos entiéndeme».

¿De paso, podría incrementar las oportunidades de vivir en euskera?
Por decirlo de alguna manera, sería un tipo de euskaldunización que permitiría funcionar en euskera. En un mundo ideal, el mayor logro sería que quien pudiera o quisiera tuviera la oportunidad de elegir realmente el euskera. Por ejemplo, a la hora de escribir. A mí, en cuanto escribo una novela me piden la traducción al castellano. La última la traduje sobre todo para la gente de aquí. Hice una traducción muy pegada al euskera pensando en quienes aquí no podían leerme en euskera, no pensando en los amigos de Madrid. En ese mundo ideal, esa necesidad desaparecería.

Vemos también en muchas conferencias y actos públicos como empiezan hablando en euskera —«ongi etorri, asko pozten nau hemen ikusteak»— para decir inmediatamente aquello de «ahora voy a pasar al castellano, porque así me entienden todos». Extender la comprensión supondría romper esa dinámica. ¿Por qué no pensar en programas de conciertos y otras actividades culturales únicamente en euskera? Fundamentalmente, estoy hablando de ampliar las oportunidades.

En ese mundo ideal, estarían normalizadas las conversaciones asimétricas, bilingües, que constituyen uno de los ejes de Euskaraldia.
Si entender no es fácil de por sí, si para entender hay que aprender, tampoco es sencillo mantener esas conversaciones mixtas, aunque a menudo lo hacemos sin darnos cuenta, pasando del euskera al castellano y vuelta… Ese tipo de conversaciones nos parecen raras, pero son raras hasta que se producen. Además, muchas de las cosas relacionadas con el euskera son y han sido raras: su recuperación y su situación sociolingüística, el apoyo público y social… Admito, en cualquier caso, que mi postura es muy cómoda. Puedo imaginar ese mundo ideal, pero no ignoro las grandes dificultades que conllevaría porque, además, no se suelen ver hasta que se empieza a trabajar. Lo que habría que hacer es mirar hacia adelante y tratar de ver las todas las oportunidades posibles.

En inglés existe metodología solo para leer, solo para entender… Habría que aprovechar todo eso, no para copiarlo porque la situación de las lenguas es totalmente distinta, sino para analizar las posibilidades que pueda haber y empezar a adaptarlas. He hablado de esto con mucha gente, con personas que tienen distintos puntos de vista, y hay algo que no resulta atractivo. Lo que más me preocupa es que haya tanta gente a la que la comprensión no le parezca atractiva si no es como medio para llegar a hablar. Creo que esa óptica es, de hecho, la que asusta a unos y enfada a otros.

Supongamos que se superan los miedos, los enfados y las dudas, que se define y asienta el modelo, y se incorpora ese nuevo perfil a nuestro paisaje lingüístico. ¿Qué le aportaría?
En primera instancia, facilitaría las cosas, funcionaría como nexo, como bisagra. Podría tener numerosas funciones y potencialidades, siempre dinámicas, y daría lugar a diferentes consecuencias en función de la competencia de los hablantes. Y creo que muchos harían descubrimientos muy interesantes respecto a sí mismos.

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CC OO considera necesario un sistema de perfiles que garantice derechos lingüísticos en la Administración pública, pero considera igualmente esencial la negociación con los agentes sociales, que no ha existido.

Ha afirmado en más de una ocasión que esa figura, todavía bastante difusa, no sólo necesita definición, sino también reconocimiento.
Sí, pero no es algo que se me haya ocurrido a mí, lo escuché hace mucho tiempo. Quien ha hecho ese camino merece reconocimiento, dignidad. Llegar a entender debe ser tenido en cuenta como un mérito. Para aprender una lengua hay motivaciones instrumentales y motivaciones afectivas. Yo creo que las afectivas son las más importantes, y en el ámbito de los afectos se encuentran los símbolos, y también las heridas.

Desde la perspectiva abertzale se identifica el euskera con Euskal Herria, pero con los que no son abertzales no se ha hecho ese camino, y creo que para muchas personas que se encuentran en ese punto esta perspectiva puede resultar liberadora. No, tal vez, para quien esté muy en contra, pero a mucha gente se le puede abrir un nuevo espacio si se le dice «no tienes obligación de hablar, pero me tienes que entender, como yo te entiendo a ti». Puede ser liberador para quien lo escucha, pero también para quien lo dice.

Cuando me pongo optimista pienso que se animaría mucha gente si se le dijera «apúntate a este curso, solo para aprender a entender. Tu compromiso será ir entendiendo una serie de niveles». Muchos empezarían y se darían cuenta de que el euskera les resulta más fácil de lo que pensaban. Habría que dignificar ese esfuerzo, merece ser reconocido.

Hay una especie de necesidad de ser euskaldun pleno, que tiene mucho de ideología y, en lo que respecta a la lengua, no ha funcionado como se esperaba»

Por seguir imaginando…, ¿ve conveniente extender ese planteamiento a los requisitos lingüísticos de los puestos de trabajo en el sector público? En caso de respuesta afirmativa, ¿cómo?
Si hablamos de dignidad y tranquilidad, una de las derivadas prácticas del planteamiento es tener en cuenta la capacidad de entender también en ese ámbito. Habría que ver, obviamente, cómo y en qué puestos. Imaginemos que hay un título, al que llamaremos W, que certifica de manera objetiva, y no porque tú lo digas, que entiendes. Y que hay otro, llamémoslo W+, que certifica un nivel de comprensión avanzado, en términos generales o en un campo determinado. Al igual que con los restantes, habría que analizar muy bien para qué son válidos, en qué trabajos y en que lugares pueden ser adecuados.

Por poner un ejemplo, ¿en el caso del médico es suficiente que nos entienda? En determinados lugares, en determinadas situaciones, escuchar en euskera y responder en castellano no será suficiente, y en circunstancias que necesitan mucha precisión quien está hablando en euskera pasará al castellano con más facilidad que en otras. En cualquier caso, si se llega a aprobar algún título o certificado vinculado a la comprensión, no puede ser algo honorífico que se lleva en la solapa, tiene que servir para algo, y eso guarda relación con muchas cosas.

Por ejemplo, con el nivel. Los niveles deberían ser funcionales. No se trata sólo de medir cuánto entiendes, sino de ver hacia dónde está orientada la comprensión, para qué sirve. Además de la comprensión genérica, puede existir la temática. Habría que revisarlo todo —la formación, la evaluación, la certificación…— y explorar nuevos caminos. Es un tema controvertido, pero en mi opinión contribuiría a aligerar muchos problemas relacionados con el euskera.

Este curso, tomando como referencia la enseñanza no universitaria, el 70% del alumnado de la CAPV —92% en la red pública— está matriculado en modelo D. Según la ley, al finalizar el período de educación obligatoria deben tener un conocimiento práctico de las dos lenguas oficiales, el euskera y el castellano. ¿Cree que la comprensión de una de ellas sería suficiente también en ese ámbito?
No, creo que en la escuela deben aprender euskera, pero tal vez sin despreciar demasiado el castellano. Es un verbo fuerte, pero es algo que sucede en algunos centros escolares. Cuando escribes en las paredes, cuando repites una y otra vez que el euskera es la lengua de aquí, estás diciendo que la otra no lo es, que la lengua que han aprendido y hablan en su casa no es de aquí. Para los niños y las niñas es duro escuchar que tu lengua no es la de aquí, que la de aquí tú no la tienes, y que tampoco la tiene su madre. Que, en definitiva, no sois de aquí. Eso, además, se está acentuando porque muchos llegan con otras lenguas. Esos niños y niñas tienen que aprender euskera, castellano, inglés…

Desde mi punto de vista, en ese tema ya han pasado los mejores tiempos. Y eso me preocupa, así como las actitudes contrarias al euskera. Hay padres y madres, abuelos y abuelas, que tienen muy buena voluntad y hablan con los niños un euskera mediocre en lugar de hablar un castellano correcto y completo, de manera que la niña o el niño aprendan bien el euskera en la escuela. También hay familias que no tienen ni la más mínima relación con esa lengua que sus hijos e hijas tienen que aprender obligatoriamente, y empiezan a cuestionar el porqué de esa obligatoriedad. Creo que también desde ese punto de vista sería socialmente positivo reconocer la importancia de la comprensión. Si esas familias vieran que entendiendo ya tienen algún reconocimiento, que están cumpliendo con los mínimos que necesita esta sociedad, las cosas cambiarían.

Euskera
Lourdes Oñederra: «Ulermenak berez du balioa, ez da beste zerbaitetara iristeko urratsa»

Lourdes Oñederra hizkuntzalari, idazle eta euskaltzain osoak maiz nabarmendu izan du ulermenaren garrantzia. Dagokion balioa aitortzen bazaio, aukera eta onura ugariren iturri izan daitekeela uste du, berariaz lantzea merezi duen alorra.
Lourdes Oñederra 1
Donostiako parke batean, elkarrizketaren une batez, Lourdes kameraren aurrean. Javi Julio
15 may 2025 06:30

Bidegurutzean. Biribilgunean jira eta buelta, irteera egokienak antzeman ezinik, norabide aproposenean berrabiatzeko neketan… Mota horretako irudiak batu zaizkio azken urteetan euskararen biziberritze-prozesuaren gaineko elkarrizketari. Aldaketa eta bilaketa garaietan gaudela iradokitzen dute, azken bospasei hamarkadetako lorpenak aitortzeari uko egin gabe, betiere. Nekez izango denez irtenbidea norabide bakarrekoa, bilaketa ere hainbat ildo ari da arakatzen, eragile eta aditu ugariren eskutik. Lourdes Oñederra hizkuntzalari, idazle eta euskaltzain osoak, esaterako, maiz nabarmendu izan du ulermenaren garrantzia. Dagokion balioa aitortzen bazaio, aukera eta onura ugariren iturri izan daitekeela uste du, berariaz lantzea merezi duen alorra.

Mintzamenaren eta idazmenaren aldean, bigarren mailako gaitasuna dirudi ulermenak. Trebetasun zehatz horri dagokion izena aukeratzea ere ez da erraza. Euskaraldiaren eskutik, bolo-bolo dabil atzera ‘belarriprest’ deitura. ‘Aditzaile’ eta ‘ulertzaile’ aukerak eskaintzen dizkigu hiztegiak. ‘Euskaldun hartzaile/vascohablante pasivo’ Inkesta Soziolinguistikoak. ‘Euskara Denontzat, por un euskera sin barreras’ plataformak ‘ulermendun/belarriprest’ mistoa baliatu zuen bere garaian… Baduzu gogoko horietakoren bat?
Ez daukat oso argi zein izan daitekeen deiturarik egokiena. ‘Belarriprest’ ez zait asko gustatzen arrazoi estetikoengatik, baina iritzi subjektiboa da hori, formari lotua. Horrez gain, uste dut baduela tarteko geldialdi kutsu halako bat, beste zerbaitetara iristeko urratsa balitz bezala, berez balioko ez balu bezala. Oro har, aktiboak direnak gustatzen zaizkit, ekintzailetza iradokitzen dutenak, ulertzea ez baita ariketa pasiboa. ‘Ulertzaile’ izan daiteke neutroena; ‘ulermendun’ ere ondo dago, ulertzen duen horrek zerbait duela adierazten du. Azken batean, interesatzen zaidan terminoa da ulertzeak berez balio duela adierazten duena, beste zerbaitetara iristen ez bada ere. Iruditzen zait eman behar zaiola konnotazio hori: nahikoa dela ulertzea. Gero horrek errazten badu erabateko hiztun oso izatea, fenomeno.

Baldintza horiek guztiak beteko dituen deitura aurkitzea zaila bada, are zailagoa izan daiteke kontzeptua bera azaltzea, nahiz eta herritar askok kokatu bere burua multzo horretan. Inkesta Soziolinguistikoaren arabera, 2021ean Euskal Herrian bizi zen 16 urte edo gehiagoko biztanleriaren %30,2 zen euskalduna, % 16,1 euskaldun hartzailea eta % 53,8 erdalduna. Alde handiak daude lurraldeen artean, baina talde jendetsua da ulertzaileena, 400.000 lagun baino gehiagokoa. Inondik ere, aintzat hartzeko modukoa.
Niri ere oso deigarria iruditzen zait kopurua, baina badut zalantza bat. Aukera horrekin identifikatu dena hartzailea da erabat, edo ematen du bere burua hartzailetzat? Hori askotan gertatzen zaigu, beste hizkuntza batzuekin ere ikusi dut. Askotan esaten duzu zerbait ikasi duzula, moldatzen zarela, badakizula pixka bat, ulertzen duzula… Baina, nola neurtzen da hori? Gure egoera soziolinguistikoan, gainera, hartzaile-edo diren horiek, ulertzaileak, ez dira mugatzen ulertzera. Euskara modu aktiboan erabiltzeko ere jakingo dute seguru asko, baina euren burua konprometitzeko orduan nahiago dute esatea «ulertzen dut». Jende askok esaten dizu hori: «entender, te entiendo».

«Norbaitek ez badu hizkuntza erabili nahi, baina iristen bada diskurtso konplexu bat ulertzera zailtasunik gabe, hori guztiontzat da onuragarria

Ulertzaileen espektroa hiztunena bezain zabala da, hortaz, ez bada zabalagoa.
Jakina. Talde horretan sar daitezke oinarrizko testu eta hizketaldiak ulertzen dituztenak zein idazkera heldu baten eta gai zail baten inguruko esaldi konplexuak ulertzeko gai direnak, ez dutenak orain horrenbestetan eskatzen diren itzulpenen beharrik.

Ezjakintasunetik egindako galdera: ulermen maila horretara iritsi ahal izateko, ondo ezagutu behar da hizkuntza. Horraino iritsi denak ez du hitz egiteko gaitasunik edo, hiztun erabat edo nahiko funtzionala izanik, ez du hitz egin nahi?
Gauzak ez dira horren sinpleak. Askorentzat lehentasuna hitz egitea da, dakiten hori erabiltzea, hitz egiten duten moduaz kezkatu gabe. Baina bada jende asko ihes egiten diona euskaraz hitz egiteari badakielako zein irudi emango duen. Eta, irudiaz gain, badakielako argudiatzeko orduan, adibidez, ezin duela adierazi berak dakien guztia, pentsatzen duen guztia. Konturatzen da hizkuntza horrek ez diola balio tresna bezala. Beste hizkuntza batzuetan ere ezagutzen dut horrelako jendea, nik baino askoz gehiago dakiena, baina ez duena hitz egin nahi. Zaila da hor sartzea, zeren eta segurtasun falta, barregarri geratzen ari zarelako sentsazioa, edo lotsa, oso norberarena baita . Hitz egiten duzunean hiztun bezala daukazun irudia oso intimoa da; ahalegina egin daiteke, baina guztiz pertsonala da. Horrez guztiaz gain, euskaraz hitz egin nahi ez duen jendea ere egon daiteke. Edonola ere, norbaitek ez badu hizkuntza erabili nahi, baina iristen bada diskurtso konplexu bat ulertzera zailtasunik gabe; modu orokorrean edo gai jakin baten inguruan moldatzen bada ondo —ez gutxi gorabehera, baizik eta deserosotasunik gabe, itzulpen beharrik gabe—, guztiontzat da onuragarria. Hori izango litzateke maximo ideala ulermenari dagokionez.

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Lourdes Oñederra, elkarrizketan zehar solasean eta irribarretsu. Javi Julio

Ikuspegi horretatik, aldagai nagusia ez litzateke gaitasuna izango, jarrera baizik, norberaren hautua. Ulermenaren erabateko hedapenera iritsiz gero, hauta liteke erdararik ez erabiltzea? Hala da, aukera bat izango litzateke. Gaiaren inguruko eztabaida zabalari ekingo bagenio, taulan hori ere jarri beharko genuke, bai. Dudarik gabe.

‘Maximo ideala’ aipatu duzu. Inoiz gaiaren inguruko eztabaidari ekiten bazaio, maximoak, minimoak, tartekoak eta bitartekoak finkatu beharko lirateke, gaur egun hiztunak sortzea helburu hartuta egiten den moduan.
Hala beharko litzateke. Muturrak finkatzea da beti errazena. Hasierako maila izango litzateke ondo mugitzen hastea, oinarrizko egoeratan eroso sentitzen hastea ingurukoak euskaraz ari badira, edo euskarazko testuekin. Irakaskuntza eta metodologia bi maila horien artean egin behar den bidera egokitu beharko lirateke. Ez dakit nola ez den gehiago landu gai hori… Ulertzea ez da edozer gauza. Oso erraz esaten da, baina nahikoa ulertzeak badu bere zailtasuna, ez da batere pasiboa. Irakurtzeak eta irakurketa-mailak igotzeak, batez ere normalizatzen ari den hizkuntza batean, ahalegina behar du. Esango nuke asko ulertzea pixka bat hitz egitea baino zailagoa dela, baina pertsona mota bati, batez ere nerabezaroa pasatuta ikasten hasi edo ari den horri, errazagoa iruditu ahal zaio. Gauza bat da, gainera, irakurriaz ulertzea, eta beste bat entzumenaz ulertzea, hiztunen arabera ere badaudelako desberdintasunak. Ausardia eta gogoa baldin badaude, has gaitezke gai horiei guztiei buruz hitz egiten, baina uste dut ausardia falta dela, ahalmen aktiboari ematen zaiola garrantzia batez ere, eta ulermena iruditzen zaigula, besterik gabe, horretara iristeko baliabidea.

Argi utzi duzu ez zatozela bat ikuspegi horrekin.
Uste dut badagoela euskaldun oso izan behar bat, gehiago dena ideologikoa, hizkuntzari dagokionez ez duena funtzionatu pentsatzen zen moduan, hainbat arrazoi tarteko. Gizarte bezala, ematen du ideala dela denok euskaraz hitz egitea erabat osorik, hemengo hizkuntza bakarra balitz bezala. Hori ez da horrela. Gainera, ez da egingarria. Euskara eta nazionalismoa lotuta daudela egia da: nazionalismoak bultzatu ez balu, eutsi izan ez balio, akabo honezkero euskara. Baina, bestalde, horrek eman dio kolore jakin bat, ekarri du politizazioa hizkuntzarena, eta ‘linguistizazio’ gutxi politikarena. Nazionalista ez direnek, kontra-kontra ez badaude ere, maiz ikusten dute euskara besteena balitz bezala. Ulermena aintzat hartzea inportantea izan daiteke eremu horretan. Eta, horretarako, ulermena ezin da izan tarteko muga, ez du zertan izan nahi eta nahi ez eskala bateko maila, helmuga baizik. Behin horra iritsita, nahi duenak egin dezala aurrera.

Ulermena sustatzeak hizkuntzari berari mesede egingo liokeela adierazi izan duzu.
Ez dakit nik mesede egingo liokeen, hori ere jokabide sinpleegia da, oso binarioa, baina ikusten dut presak, euskara gaztelaniatzeak eta frantsesteak, zer kalte egiten dion. Frantsesetik edo gaztelaniatik bazatoz, euskarara pasatzea zaila da, euskaratik hizkuntza horietara pasatzea baino zailagoa. Ikasten urte asko emanda ere, jende asko dago maila oso basikoan gelditzen dena, hitz egiten duena sufritzen, eta gainera ez duena ondo ulertzen esaten diezuna. Jende horrek ulertuko balu heldu batek bezala, pasa izan balitu urte horiek ulertzen ikasten, lasaitasuna emango lioke. Erderetan ere badaude maila apaleko hiztunak, baina hainbatek gaztelania desastrosoa hitz egiteak ez dio kalte handirik egingo hizkuntzari, gehienez ere aldatu egingo du. Euskara bezalako hizkuntza hauskor txikitxo bati, berriz… Edonola ere, abantaila nagusiak psikologikoak izan daitezkeela uste dut.

«Uste dut badagoela euskaldun oso izan behar bat, gehiago dena ideologikoa, hizkuntzari dagokionez ez duena funtzionatu pentsatzen zen moduan»
Zein eratakoak?

Nik uste dut herritar horiei lasaitasuna ekarriko liekeela, leiho bat irekiko litzaikeela. Motibatzea ere errazagoa izango litzateke, hitz egin beharraren presioa sentitu gabe. «Ez daukazu obligaziorik hitz egiteko, baina gutxienez uler nazazu» esatea da.

Euskaraz bizi ahal izatea ere erraztuko luke, hortaz.
Nolabait esateko, izango litzateke euskalduntze mota bat gizarte euskaldun batean funtzionatu ahal izateko. Mundu ideal batean jarrita, lorpen handiena izango litzateke ahal edo nahi duenak benetan euskara hautatu ahal izatea, idazteko orduan adibidez. Niri nobela bat idatzi eta berehala etortzen zaizkit gaztelaniazko itzulpenaren eske. Aurreko nobela itzuli nuen batez ere hemengo jendearentzat. Egin nuen itzulpen bat euskarari oso itsatsia euskaraz irakurri ezin nindutenez pentsatuta, ez Madrilgo lagunez. Mundu ideal horretan, behar hori desagertu egingo litzateke. Hitzaldi eta agerraldi publikoetan ere askotan ikusten dugu nola hasten diren euskaraz —«ongi etorri, asko pozten nau hemen ikusteak»— berehala esateko «y ahora voy a pasar al castellano, porque así me entienden todos». Ulermena erabat hedatzeak dinamika hori haustea ekarriko luke. Zergatik ez kontzertuetako eta beste kultur ekitaldi batzuetako egitarauak euskara hutsean? Aukerak irekitzeaz ari naiz batik bat.

Aipatu duzun mundu idealean, besteak beste, elkarrizketa asimetriko edo elebidunak, Euskaraldiaren ardatzetako bat direnak, ohikoak izango lirateke.
Esan dut ulertzea berez ez dela erraza, ulertzen ere ikasi egin behar dela, eta ez da erraza ere elkarrizketa misto horiek izatea, nahiz eta askotan egiten ditugun konturatu gabe, euskaratik gaztelaniara eta buelta… Horrelako elkarrizketak arraroak iruditzen zaizkigu, baina arraroak dira gertatzen diren arte. Gainera, euskaraz gauza asko izan dira eta dira arraroak: euskararen berpiztea eta egoera soziolinguistikoa, babes publiko eta soziala… Hala ere, badakit oso erosoa dela nire jarrera. Imajinatu dezaket mundu ideal hori, baina zailtasun handiak ikusten dizkiot, eta gainera gauza hauek ez dira ikusten lantzen hasi arte. Beharko litzatekeena da aurrera begira jarri eta egon daitezkeen aukerak ikusi. Ingelesez badago metodologia irakurtzeko bakarrik, ulertzeko bakarrik. Hori guztia ustiatu egin beharko litzateke, ez kopiatzeko, hizkuntzen egoera guztiz desberdina baita, baina bai egon daitezkeen aukerak aztertu eta egokitzen hasteko. Askorekin hitz egin dut honi buruz, ikuspegi batekoekin eta bestekoekin, eta zerbait badu ez dena erakargarri gertatzen. Gehien kezkatzen nauena da ulermena erakargarri ez gertatzea horrenbeste jenderi, ez bada hitz egitera iristeko. Uste dut optika hori dela alegia jende bat beldurtzen duena eta beste bat haserretzen duena.

Demagun gainditzen direla haserreak, beldurrak eta kezkak, finkatzen dela eredua, eta txertatzen dela profil hori gure hizkuntza-paisaian. Zer ekarriko lioke?
Lehenik eta behin, gauzak erraztuko lituzke, lokailu gisa funtzionatuko luke. Funtzio eta potentzialitate asko izango lituzke, dinamikoak betiere, eta ondorio desberdinak eragingo lituzke, hiztunen gaitasunen arabera. Uste dut askok izango lituzketela oso deskubrimendu interesgarriak beren buruekin.

«Bide hori egin duenak aitortza merezi du, duintasuna, meritutzat hartu behar da ulertzera iristea

Behin baino gehiagotan esan duzu figura horrek, oraindik lauso samarra denak, zehaztapenaz gain aintzatespena ere behar duela.
Bai, baina ez zait niri okurritu, aspaldi entzun nuen. Bide hori egin duenak aitortza merezi du, duintasuna, meritutzat hartu behar da ulertzera iristea. Hizkuntza bat ikasteko badaude motibazio instrumentalak eta motibazio afektiboak. Nire ustez afektiboak dira inportanteenak, eta afektuetan daude sinboloak, baita zauriak ere. Euskara Euskal Herriarekin identifikatzean asko egin da ikuspegi abertzaletik, baina abertzale ez direnekin ez da bide hori egin. Pentsatzen dut puntu horretan dauden pertsona askorentzat ikuspegi hau askatzailea izan daitekeela. Oso kontra dagoenarentzat agian ez, baina jende askori zona berri bat ireki ahal zaio esaten bazaio «ez daukazu obligaziorik hitz egiteko, baina ulertu egin behar nauzu, nik ulertzen zaitudan bezala». Askatzailea izan daiteke entzuten duenarentzat, eta esaten duenarentzat ere bai. Optimista jartzen naizenean pentsatzen dut jende asko animatuko litzatekeela esango balitzaio «apuntatu zaitez ikastaro honetan, ulertzen ikasteko bakarrik. Zure konpromisoa da maila hauek ulertzea». Asko hasiko lirateke, eta konturatuko lirateke uste baino errazagoa gertatzen zaiela euskara. Duintasuna eman beharko litzaioke ahalegin horri, aitortza merezi du.

Irudimen-ariketarekin jarraituz, lanpostu publikoei dagozkien hizkuntza-eskakizunetara zabaldu beharko litzateke planteamendu hori? Baiezkoan baldin bazaude, nola?
Hitz egiten badugu duintasuna eta lasaitasuna emateaz, horren alde praktikoetako bat izan behar du alor horretan ere ulertzeko gaitasuna aintzat hartzea. Nola eta zein lanpostutan, ikusi egin beharko litzateke, jakina. Eman dezagun badagoela titulu bat, W deituko dugu, egiaztatzen duena modu objektiboan, eta ez zeuk esaten duzulako, ulertzen duzula. Eta beste bat, W+, egiaztatzen duena ulertzaile aurreratua zarela, orokorrean edo gai jakin batean. Gainerakoekin bezala, ondo aztertu beharko litzateke zertarako balio duten, zein lanpostutan, zein herritan izan daitezkeen egokiak. Medikuaren kasuan, esaterako, ulertzea nahikoa da? Hainbat lekutan, hainbat egoeratan, euskaraz entzutea eta gaztelaniaz erantzutea ez da nahikoa izango, eta zehaztasun handia behar duten egoeretan euskaraz ari dena errazago pasatuko da gaztelaniara beste batzuetan baino. Dena den, inoiz onartzen bada ulermenari atxikitako titulu edo ziurtagiriren bat, ezin da izan ohore bat paparrean eramateko, balio behar du zerbaitetarako, eta hori gauza askorekin dago lotuta. Besteak beste, mailarekin. Maila horiek izan beharko lukete funtzionalak. Ez da soilik neurtzea zenbat ulertzen duzun, baizik eta norantz dagoen begira ulermen hori, zertarako balio duen. Orokorra ez ezik, gaikakoa ere izan liteke. Prestakuntza, ebaluazioa, egiaztapena…, dena berrikusi beharko litzateke, eta bide berriak landu. Gai potolo bat irekitzen du, baina euskararekiko arazo asko arinduko lirateke, nire ustez.

Ikasturte honetan, unibertsitateaz kanpoko hezkuntza-etapa guztiak kontutan hartuta, EAEko ikasleen %70 —%92 sare publikoan— D ereduan ari dira burutzen ikasketak. Araudiaren arabera, irakaskuntza-aldia amaitzean bi hizkuntza ofizialen, euskararen eta gaztelaniaren, ezagutza praktikoa izan behar dute ikasleek. Ulermenaren nahikotasuna luzatuko zenuke etapa horretara?
Ez, uste dut haurrek eskolan ikasi egin behar dutela euskara, baina beharbada gaztelania gehiegi mespretxatu gabe. Aditz fuertea da, baina zenbait ikastetxetan horixe gertatzen da. Hormetan idazten duzunean, esaten duzunean behin eta berriro euskara dela hemengo hizkuntza, esaten duzu bestea ez dela, etxean jaso eta hitz egiten duten hizkuntza hori ez dela hemengoa. Haurrentzat fuertea da entzutea zurea ez dela hemengo hizkuntza, zuk ez daukazula, zure amak ez daukala, ez zaretela hemengoak. Hori, gainera, areagotzen ari da, ume asko beste hizkuntza batzuekin datozelako. Haur horiek ikasi behar dute euskara, eta gaztelania, eta ingelesa… Nire ustez, gai horretan garairik onenak pasa egin zaizkigu. Horrek kezkatzen nau, eta euskararen aurkako jarrerek ere bai. Badaude borondate oso ona daukaten guraso eta aitona-amonak, hitz egiten dutenak haurrekin euskara hala moduzkoa gaztelania oso bat hitz egin ordez, haurrak ikas dezan euskaraz ondo eskolan. Baina badaude halaber gurasoak inolako harremanik ez daukatenak seme-alabek derrigor ikasi behar duten hizkuntzarekin, eta hasten direnak galdetzen ea zergatik ikasi behar duten nahitaez. Uste dut alde horretatik sozialki ona izango litzatekeela ulermenaren garrantziaz jabetzea. Zenbait gurasok ikusiko balute ulertzearekin badutela aitortza bat, betetzen dutela gizarte honetan behar den minimo bat, gauzak aldatu egingo lirateke.

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