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Extremadura
Los jóvenes extremeños rechazan el Elysium City o, al menos, deberían
Hace años que empezamos a escuchar en La Siberia Extremeña que un grupo inversor extranjero (Cora Alpha) estaba interesado en construir una nueva ciudad inteligente y autosuficiente a la orilla del embalse de García Sola, en el término municipal de Castilblanco. Lo que muchos no saben es que esta no es la primera vez que se proyecta en estos mismos terrenos un pelotazo urbanístico parecido. Desde un campo de golf, del que todavía podemos observar su intento de comenzar a construir, hasta el mismísimo Eurodisney, han sido varios los proyectos que han estado a punto de recaer en Castilblanco, pero siempre nos quedamos en el mismo sitio: a punto.
Especulación urbanística
“Elysium City” o la construcción de paraísos en Extremadura
El Macro Complejo de Ocio “Elysium City”, que la empresa californiana CORA ALPHA proyecta construir en el municipio de Castilblanco (Badajoz) bajo supuestos criterios de sostenibilidad, espera abrir en 2023.
La despoblación de nuestra comarca no es algo nuevo, en el medievo se crearon dos ferias anuales para fijar población, en el siglo XIV se llegó a 20.000 habitantes, en 1960 teníamos algo más de 50.000, ahora nos cuesta cerrar el año por encima de 20.000 y pronto será imposible. Quienes más sufrimos esto somos los jóvenes y ya estamos hartos.
Desde nuestra escolarización nos han enseñado que debíamos esforzarnos y estudiar lo máximo posible para, con suerte, encontrar trabajo y hacer nuestra vida muy lejos de nuestros pueblos. No hay sitio para las nuevas generaciones en una comarca que siempre se ha sacrificado por Extremadura. La Siberia anegó sus mejores tierras para regar las cosechas extremeñas y cerró la central nuclear de Valdecaballeros sin recibir nada a cambio y hoy seguimos el mismo camino.
No hay sitio para las nuevas generaciones en una comarca que siempre se ha sacrificado por Extremadura. La Siberia anegó sus mejores tierras para regar las cosechas extremeñas y cerró la central nuclear de Valdecaballeros sin recibir nada a cambio y hoy seguimos el mismo camino
Si el fin último de este proyecto fuera el desarrollo demográfico y económico de nuestros pueblos, ¿por qué no adaptar el proyecto a la realidad vital y territorial de la comarca? ¿Por qué no ampliar y modernizar los cascos urbanos ya existentes para acoger estos centros de estudios, hospitales, hoteles y parques tecnológicos en vez de crear una ciudad desde cero? Porque no es para nosotros, queridos amigos.
Este megaproyecto se construye como una ciudad totalmente nueva e independiente pensada para una nueva población, nuevas familias y nuevas empresas de otros puntos geográficos que no sienten ningún respeto por nuestra tierra, nuestra naturaleza y nuestra cultura. Aquí los habitantes de La Siberia únicamente interesan para ser la obra de mano barata que necesita su megaciudad.
Aquí los habitantes de La Siberia únicamente interesan para ser la obra de mano barata que necesita su megaciudad
¿De verdad los jóvenes extremeños siguen condenados a servir al señorito local y extranjero como llevan siglos haciendo? Parece ser que ese es el plan de empleo juvenil del PSOE-EX y del Presidente Vara, condenar a las nuevas generaciones a verse obligados a dejar de estudiar y lanzarse a un mercado laboral precario (como es el del turismo) para ser sirviente, camarero o crupier del viajero y señorito de turno con capacidad económica para pagarse la estancia en una especie de temporada alta constante. Aunque Vara tiene un Plan B por si nos vamos, convertir Extremadura en tierra de acogida de inmigrantes para seguir explotándolos en beneficio de las grandes fortunas y el expolio de nuestra tierra. Cuantos menos jóvenes, más placas, aerogeneradores, minas a cielo abierto y megaciudades podrán construir.
Los alcaldes extremeños están atados de pies y manos por el bipartidismo estatal, por mucho que estén en contra de estos proyectos solo pueden asentir ante el gran jefe. El último en sucumbir ha sido Luis Salaya, alcalde de Cáceres, que, al primer toque de atención de Vara, no ha dudado en abandonar a sus vecinos en su lucha contra la mina de litio. Nuestros alcaldes llevan una década construyendo una Reserva de la Biosfera que la UNESCO deberá retirarnos el mismo día que se comience a construir el Elysium porque contraviene todos y cada uno de los principios de esta protección.
Minería
La Plataforma Salvemos La Montaña contesta a Luis Salaya
Pero no son ellos quienes se juegan su futuro y la posibilidad de desarrollarse vital y laboralmente en sus pueblos, sino nosotros, los jóvenes. Y somos quienes queremos forjar ese futuro y desarrollo de nuestra región con los extremeños en el centro y como soberanos de su tierra por primera vez en la historia. Hay un extremeñismo político y social naciendo y los jóvenes son sus principales motivadores.
Nuestra comarca y nuestra región se mueren, llevan décadas perdiendo población año tras año y las políticas demográficas de nuestro gobierno son inexistentes. Llevamos dos siglos regalando Extremadura a señoritos e inversores extranjeros que explotan nuestros recursos sin dejar ningún beneficio a largo plazo a nuestros vecinos, en el siglo XIX y XX no funcionó y en el XXI tampoco lo hará.
Llevamos dos siglos regalando Extremadura a señoritos e inversores extranjeros que explotan nuestros recursos sin dejar ningún beneficio a largo plazo a nuestros vecinos, en el siglo XIX y XX no funcionó y en el XXI tampoco lo hará
La única esperanza de esta tierra pasa porque la juventud reniegue de todos estos proyectos y comience a reivindicar una revolución industrial, agraria y académica que llevan siglos negándonos, porque no nos oponemos al desarrollo, nos oponemos al expolio. Solo entonces será posible que nuestros jóvenes encuentren empleos duraderos y de calidad para todo tipo de titulaciones, puedan desarrollar aquí sus proyectos familiares y consigan dar la vuelta a una tendencia demográfica que lleva 60 años en caída libre.
Nadie nos ha preguntado qué queremos nosotros, pero es sencillo de adivinar, queremos tener la oportunidad de vivir y trabajar en nuestros pueblos, en nuestro mundo rural, y poner a nuestra tierra, nuestra cultura y nuestra gente en el lugar que merecen.