Fascismo
El fascismo banal

Los movimientos sociales y los derechos reconocidos de los colectivos minorizados se han convertido en las bestias negras del fascismo. El sujeto político que integra las filas de la reacción de la normalidad es el hombre banal, incapaz de rebelarse y enemigo de cualquier movilización.

27 dic 2018 10:15

Durante las décadas que siguieron a la Segunda Guerra Mundial se produjeron infinidad de estudios, investigaciones y ensayos que pretendían ofrecer un perfil del fascismo desde el punto de vista moral, histórico, filosófico, social, económico, militar o político. Esa plétora, junto con una producción documental, cinematográfica y literaria cuantitativamente comparable, no ha servido sin embargo para inmunizar a la población. Las formaciones abiertamente ultraderechistas se han acomodado en las instituciones europeas, estatales y comunitarias, instilando su retahíla de racismo, machismo, homofobia, ultra-nacionalismo y supremacismo cristiano, con su ajuar correspondiente de actitudes reaccionarias, sin que ese background de conocimiento acumulado sobre la barbarie supusiera cortapisa alguna.

Hannah Arendt en “Eichmann en Jerusalem” acuñó la famosa idea de “banalidad del mal” para establecer que los criminales fascistas no eran monstruos, sino sujetos normales, normales hasta la trivialidad, fanáticos de la intrascendencia y adictos a la subordinación. El objetivo de la autora no era restar importancia a la debacle europea bajo la égida fascista, sin embargo, la ausencia de contextualización histórica que recorre su libro, y la conclusión de que, en última instancia, la barbarie forma parte de la condición humana, lo desarman como alegato antifascista, si es que pretendía serlo. Porque esta obra responde bien al presupuesto de que se puede combatir al fascismo sin ser antifascista, una postura que tiene su cuota de responsabilidad en la reaparición contemporánea del fenómeno. Con todo, y al socaire de los resultados electorales en Andalucía, el concepto de lo banal como aditamento de la barbarie moderna viene al pelo para recordar que el ideario de la ultraderecha se fundamenta en un monto de futilidades.

La ultraderecha postula una tentativa de retorno a las viejas estructuras ideológicas y sociales no ya franquistas, sino directamente del ancient régime

Así como el marxismo, en todas sus facetas, sigue vivo en tanto que no ha roto sus lazos con la Ilustración ni en términos de objetivos ni en términos metodológicos, desde finales del XIX las derechas en general no han logrado montar un cuerpo teórico que no sea una miscelánea ecléctica plagada de excepciones, aporías, contradicciones y caos epistemológico. Y en el Estado español, tal extremo queda claro en lo que postula la ultraderecha: una tentativa de retorno a las viejas estructuras ideológicas y sociales no ya franquistas, sino directamente del ancient régime, como las de un Estado política y culturalmente unitario, una sociedad elitista y una familia cristiana (sea lo que sea eso), adornado con fantasías de nostalgias imperiales en tono bélico, y todo ello en un entorno inevitable de modernidad tecnológica y fundamentalismo neoliberal.

Sin perjuicio de otras consideraciones más de fondo sobre lo que realmente significan esas propuestas, hay puntos programáticos que sorprenden por su, digamos, extravagancia. Por ejemplo: ítems encuadrados bajo el título de “defensa de la vida rural”, tales como tauromaquia, cría de gallos de pelea, de galgos y caballos o caza en general ¿qué libertades, que expectativas de mejora ofrecen? y ¿a quién? Eso puede parecer anecdótico, pero incluso en sus relatos mayores, como los de la seguridad ciudadana, la inmigración, la memoria histórica o la violencia machista, la ultraderecha opera desde la banalidad.

Solo desde lo banal, descalificando obviedades, negando datos, con afirmaciones indemostrables y propalando bulos, se puede a su vez banalizar tanto las aspiraciones de tanta gente

Con la mentira, desde luego, porque no hay ni caos delincuencial, ni invasión musulmana, ni la Ley Integral de Violencia de Género discrimina a la mitad de la población (como afirmó el caudillo ultraderechista en una arenga a sus mesnadas), ni existe una agenda gay que pretenda intoxicar a la juventud. Pero es que solo desde lo banal, descalificando obviedades, negando datos, con afirmaciones indemostrables y propalando bulos, se puede a su vez banalizar tanto las aspiraciones de tanta gente. Porque de eso se trata en el fondo. Dada su íntima vecindad ideológica con la derecha institucional (Partido Popular) y con las últimas agrupaciones severamente ultraliberales (Ciudadanos), el partido ultraderechista Vox solamente puede mostrarse como novedoso yendo más allá y atacando descarnadamente a los movimientos sociales que defienden a los sujetos en minoría. A ellos mismos, al objetivo de su trabajo, a sus consecuciones, pocas o muchas, y a su normalización institucional. Se conoce al fascismo analizando el retrato que hace de sus enemigos y el que el fascismo ha esbozado a lo largo de la campaña electoral andaluza no puede quedar más claro.

Fascismo
La muleta

A las puertas de una nueva legislatura en el Parlamento de Andalucía dominada por las fuerzas de la derecha, iniciamos una serie de artículos que afrontan desde diversos ángulos el horizonte político.

Dejando de lado las consabidas peroratas (de las que, por cierto, ha estado casi ausente el tema de la corrupción que arrastra al Partido Popular por los juzgados), la ultraderecha ha delineado una caricatura dramática de cualquier movimiento organizado con pretensiones emancipatorias o solidarias. Sugiere, en resumidas cuentas, que mujeres, inmigrantes, colectivo LGTBI, ecologistas o defensores de los derechos humanos no tienen de qué quejarse y que la militancia en ese sentido es algo así como el ejercicio diletante de un gusto caprichoso que puede fácilmente integrar una quinta columna de conspiradores o devenir oficio mercenario subvencionado.

Ya no se trata de la acostumbrada postura paternalista y zumbona. No. La ultraderecha quiere negarles hoscamente las razones para organizarse, y así poder cargar contra ellos evitando cualquier debate analítico y dejándoles las manos atadas a la espalda. Aduce que los derechos LGTBI, de las mujeres, de los refugiados e inmigrantes, el derecho a un medio ambiente sano, a la cultura, a no convertir toda la vida en tiempo de trabajo son, en realidad, pueriles e innecesarios, poco masculinos (recordemos que 3 de cada 4 votantes de la ultraderecha en Andalucía son varones) y, en resumidas cuentas, onerosos económicamente para las arcas públicas. El fascismo crece ofreciendo libertades espurias (caza, defensa propia, tenencia de armas, insulto en figura de incorrección política, acoso sexual, etc.) a cambio de carta blanca para convertir una democracia ya de por sí con escasa calidad como la española en un cascarón virtual vacío de contenido político efectivo.

A diferencia de otras tendencias del fascismo actual, la que se presenta en el Estado español no predica una vuelta al estado del bienestar para los autóctonos

Lo que subyace a este discurso es que los derechos son limitados y que aquello que los “otros” (mujeres, emigrantes, colectivo LGTBI, ecologistas) ganan (emancipación, protección jurídica, regulación medioambiental efectiva, apoyo institucional, visibilidad social, etc.) es algo que la gente normal, la mayoría políticamente desorganizada, pierde. Según la ultraderecha, las libertades son finitas y deben distribuirse jerárquicamente, aunque lo que en realidad dispensa son grados en la opresión. En efecto: a diferencia de otras tendencias del fascismo actual, la que se presenta en el Estado español carece de sesgo obrerista, no predica una vuelta al estado del bienestar para los autóctonos, ni mejoras en sus condiciones de trabajo por muy falaces que fuesen tales compromisos.

El único beneficio que el fascismo reporta es dar voz a unas “mayorías silenciosas” (que no paran de hablar de todo) y la ilusión abyecta de que el menoscabo de los derechos ganados por esos colectivos de los que hablamos acarrea alguna ganancia. Con esto, desde luego, la ultraderecha consigue disfrazar la “guerra de todos contra todos” (la “barbarie” de la que Marx hablaba como contrapunto al socialismo) de “guerra de todos contra el otro”.

Lo terrible del sujeto banal es que está dispuesto a suscribir soluciones bárbaras: endurecimiento de los códigos penales, mayor impunidad para la policía, condiciones de trabajo draconianas y fronteras inexpugnables. Unas soluciones que son el corolario lógico de considerar los derechos algo banal y a la postre, prescindible. Decía Ernst Bloch que el fascismo otorga a los individuos desorganizados una oportunidad para expresarse: la ultraderecha española augura una venganza de los normales, de los triviales, del varón español, cristiano, blanco, heterosexual, de clase media, apolítico (si es que eso es posible), del sujeto banal de Hannah Arendt.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Culturas
Sandra Cendal “No miramos lo que hacen las grandes editoriales porque no jugamos en esa liga”
La editora de Continta me tienes habla de los diez años de la colección ‘(h)amor’, de consolidarse como editorial desde los márgenes y del “tsunami” que viene de la mano del fascismo.
Memoria histórica
Después de Auschwitz Un poquito más de lo que les mandaron
En una Europa cada vez más parda, 80 años después de la liberación de Auschwitz merece la pena recordar el papel de aquellos “hombres normales” de los Einsatzgruppen, de los “técnicos”, de los silentes colaboradores necesarios.
Fascismo
Memoria antifascista Allí donde hay humo, hay fuego
A unos días de las elecciones alemanas, donde la ultraderecha acude fortalecida, un repaso sobre el proceso de desnazificación posterior a la Segunda Guerra Mundial y sus medias verdades.
#28524
29/12/2018 15:23

"recordemos que 3 de cada 4 votantes de la ultraderecha en Andalucía son varones" ¿Cómo se puede recordar algo que nadie sabe? Que yo sepa el voto es secreto. Dejad de hacer el ridículo.

2
10
#28476
28/12/2018 14:15

A no olvidar que ese electorado banal y ramplón que necesita que le marquen el paso, es una mayoría sociológica que asiste expectante a las contradicciones de los nuevos agentes (que son muchas y variadas, también en Podemos).
Hasta que Vox no gobierne y descubra su faz fascista, será votado por esos tipos que jamás votaron porque consideraban que los políticos democráticos son todos iguales y echaban de menos un regimen dictatorial (en el relato épico de sus mayores) que les liberara de tener que decidir y equivocarse.

Solo necesitan una somplificación del mundo que les libere de su complejidad creciente que, aparentemente, amenaza los nucleos tradicionales de la vida española. Un relato añorante de un dictador banal que iguale a todos en su ramplonería: aburrida, sí, pero segura.

Ante esto, no existe alternativa de igual consistencia en el relativismo de la vida posmoderna que impone sus leyes disgregadoras y canibales.

No caen en la cuenta, porque no ven otra alternativa valida, de la opresión que impone el sistema fósil: el capitalismo que impone sus reglas desde hace ya tres siglos y que ha vencido a una interpretación del marxismo rigido y que castraba la dimensión mágica de la psique humana. Esa que necesita sueños (materialistas puesto que los filosóficos son tan abstractos, para quienes la panza llena a cuenta de los empobrecidos, como ese cambio climático que, al fin y al cabo, trae más horas de playa en Benidorm.

Benidorm, y todos los privilegios amenazados del sistema fósil patriarcal que marcaba un guión de vida y mejora intergeneracional roto ahora. Ese hombre que ve amenazadas sus cuotas de poder dentro y fuera de la casa, quiere certezas de que su mando no se disipará en la movilcracia. Por eso ganan terreno. Y porque no se construye una alternativa de igual honradez y simplicidad.

El comienzo de colapso fósil va a ser gestionado por ese fascismo fósil que reivindica esencias (también petroliferas) sin fin. Crecimiento eterno. Hombres o mujeres machistas al mando que les prometen la continuidad de un mundo que se derrumba.
La magia del crecimiento insertada por generaciones en el patriarcado, necesita verse confrontado por los criterios ecofeministas.

4
2
Rainro Chávez
28/12/2018 9:29

La izquierda no cumple su programa electoral, enchufamos,(eres de Andalucía)juan guerra,retirada de banca pública, derivación de la sanidad pública a la sanidad privada,.....produce desengaño,la izquierda no acude a su cita electoral,(por los motivos señalados antes),la derecha siempre acude,....el éxito de la ultraderecha es la alta abstención, que la izquierda en el poder promueve.mirenselo la izquierda tiene un gran problema,derechas e izquierda,... como se mastica eso,me recuerda a los de arriba y abajo,que proclamaba Pablo Iglesias,antes lo proclamaba Rosa Díez y su upyd,y antes falange......

4
1
Antonii
27/12/2018 23:54

Estupendo articulo

6
1
Salario mínimo
Salario mínimo PSOE y Sumar intentan llegar a un acuerdo para no perjudicar con el IRPF a los trabajadores con el SMI
La ministra de Hacienda ha confirmado que sería “algún tipo de medida que permita compensar a aquellos pocos trabajadores” en la situación de tener que tributar con el salario mínimo.
Residencias de mayores
Residencias Fondos de inversión y residencias: la mano invisible que retuerce los cuidados
Mientras DomusVi, en manos del fondo de inversión ICG, ya es la empresa con más residencias privadas del Estado, residentes, familiares y trabajadoras explican lo que supone que las prácticas especulativas acunen la vejez de las personas.
Opinión
Opinión Bretón no es un monstruo, ni Martín el nuevo Capote
Frente a la libertad sin peros que defienden unos, la responsabilidad de muchos: la de ciudadanos y librerías que se niegan a comprar o vender, respectivamente, el libro que Anagrama ha tenido a bien materializar.
LGTBIfobia
Manifestación Plataforma Trans planta cara a la transfobia con una manifestación contra el odio
La convocatoria el 29 de marzo denuncia un contexto internacional antiderechos. La organización pide a partidos y sindicatos que se sumen a la marcha porque la transfobia es un problema social, y por lo tanto también político, explican.

Últimas

AGANTRO
Agantro Tatuaxe: terapia e tendencia
Da marxinación á moda, o carácter simbólico e ritual da tatuaxe atópase actualmente erosionado polas dinámicas capitalistas.
Música
Música Pervertidos y puritanos, a los pies de Ethel Cain
Proyectos musicales como ‘Perverts’ de Ethel Cain son capaces de imponer silencio en medio de tanto ruido para pensar en un momento en que las redes sociales son herramientas tendenciosas para la difusión de propaganda de ultraderecha.
Gasto militar
Gasto militar “No nos resignamos a la guerra”: 70 organizaciones rechazan la deriva militarista de la UE y el Gobierno
Más de 70 organizaciones y personalidades de la cultura y el activismo firman un manifiesto que rechaza la escalada belicista y el rearme frente a una posible agresión rusa.
Palestina
Cisjordania Hamdan Ballal, codirector de ‘No other land’, agredido por colonos israelíes
Según los testigos que presenciaron el ataque, el cineasta está herido. Poco antes de las 14h el codirector de la cinta ha anunciado que Ballal ha sido puesto en libertad.
Minería
Minería estratégica en Extremadura La Comisión Europea declara “estratégicos” tres proyectos mineros en Extremadura
Las Navas (Cañaveral), Aguablanca (Monesterio) y La Parrilla (Almoharín) obtendrán financiación, verán facilitados sus procesos de tramitación y se beneficiarán de plazos más reducidos. La mina de Valdeflores no es considerada estratégica.
Más noticias
Obituario
Obituario Jesús Santos, el basurero que se ganó el corazón de Alcorcón
Alcorconero de toda la vida, teniente alcalde, activista social y sindicalista, Jesús Santos hizo que aquellos que le acompañaron en su camino se ilusionaran por la política.
Israel
Genocidio Mercadona vende tampones y patatas procedentes de Israel
En 2024 se produjo una reducción de las importaciones de tampones y patatas israelíes. Mercadona es una de las plataformas que trabajan con estos productos.
Madrid
Madrid La Sareb amenaza con el desahucio a dos jóvenes activistas en Carabanchel
Cadete 7, el bloque en lucha del que el ‘banco malo’ prevé desalojarles de forma inminente este jueves 27, fue el primero recuperado por el movimiento de vivienda de Madrid en 2013 tras haber permanecido deshabitado desde 2008.
Palestina
Palestina Egipto abre la puerta a un nuevo alto el fuego en Gaza con el visto bueno de Hamás y EEUU
A cambio de la retirada gradual de la tropas de Israel en la Franja, serían liberados cinco rehenes cada semana. El Gobierno de Netanyahu no se ha pronunciado y siguen los ataques contra población civil.

Recomendadas

Medio ambiente
Medio ambiente Milleiros de persoas enchen A Pobra do Caramiñal para berrar contra a celulosa de Altri e a mina de Touro
Unha grande multitude por terra e centos de embarcacións por mar esíxenlle ao Goberno de Alfonso Rueda que “recúe” ante o potencial desastre ambiental que sobrevoa Galiza.
Guerra en Ucrania
Guerra en Ucrania Colegios underground en Járkov después de tres años de guerra
La ciudad ucraniana construye escuelas subterráneas, preparadas para aguantar ataques balísticos y nucleares.
Feminismos
Irene García Galán “La memoria feminista hay que construirla desde abajo, desde nuestras casas”
‘Hilaria’ (Errata Nature, 2025) es un libro dedicado a la tatarabuela de Irene García Galán, pero también un ensayo político que navega a través de la memoria feminista, el antipunitivismo y el anarquismo.
Argentina
Estela de Carlotto “Faltan todavía muchos nietos por encontrar”
Al cumplirse 49 años del golpe cívico-militar, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo dialogó con El Salto y apuntó contra el Gobierno de Milei y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que encabeza la represión de la protesta social.