La descarbonización en la movilidad gallega: un tren que ni la Xunta ni el Estado quieren coger

El tren representa un modelo de movilidad social que beneficia a las personas y al planeta. Un medio de transporte fiable y seguro que en Galiza, por ahora, sigue siendo una utopía en construcción.
21 sep 2024 05:30

Cada vez resulta más complicado vivir en las ciudades. Los precios de los alquileres o la masificación de muchos barrios son dos de los principales problemas que hacen que regresar al rural, o a los pequeños núcleos de población, sea la opción escogida por más personas, bien por no poder hacer frente a la vida en la ciudad, bien por preferir la calidad de vida que ofrecen las zonas rurales. Sin embargo, las ciudades aglutinan trabajos, estudios e incluso, en alguna ocasión, ocio, haciendo imprescindibles un gran número de desplazamientos cada día. La entrada a ciudades como A Coruña implica, dependiendo de la hora del día, contar con casi una hora de margen para no llegar tarde pese a los atascos.

“A diferencia de otras regiones del Estado, Galiza no cuenta con una red de trenes de cercanías como tal. Esto realmente contrasta con la demanda de un servicio ferroviario que resulte verdaderamente eficiente” explican desde la Plataforma de Usuarias Media Distancia. En el caso concreto de A Coruña, son muchas las personas que se desplazan desde Ferrolterra para trabajar. Más de 250.000 desplazamientos diarios que se podrían reducir de existir una línea de proximidad que uniese A Coruña y Ferrol con un precio asequible y buenas frecuencias y horarios. “El uso del tren y del transporte público es la mejor alternativa a la saturación de las infraestructuras propias y al alto impacto ambiental negativo que provoca la promoción del vehículo privado como principal medio de desplazamiento”, afirma Alberto Durruti, portavoz de la Plataforma en Defensa do Tren.

Pero A Coruña y Ferrol no son las únicas poblaciones que se beneficiarían de una mayor oferta de transporte público de proximidad. Desde la Plataforma de Usuarias Media Distancia, denuncian como ciudades universitarias como Santiago de Compostela, donde además el impacto del turismo es cada vez mayor, están teniendo problemas para hacer frente a la demanda de vivienda de estudiantes y trabajadoras. “Buena parte de esta demanda podría resolverse de existir trenes de proximidad, al permitir a las personas no tener que mudarse de su lugar de residencia para poder cursar sus estudios o trabajar”, explican. “La gente al subir al tren deja el coche, y esto reduce los accidentes, los gastos y las emisiones”, explica Alejandro González, desde la Plataforma de Usuarias Media Distancia. “Si hablamos del eje atlántico, por ejemplo, el tren permite una alternativa más rápida, económica y segura a la AP-9. Ante la ausencia de una autovía, el desplazamiento por autopista resulta prohibitivo para muchísimas gallegas que diariamente tienen que moverse por el eje atlántico”, continúa.

Tenemos las vías, necesitamos cercanías

En Galiza, debido a la gran dispersión geográfica, resulta esencial un medio de transporte que vertebre el territorio y conecte poblaciones que, de otro modo, solo pueden recurrir al vehículo privado como medio de transporte. Sin embargo, desde la Plataforma en Defensa do Tren, denuncian el cierre de numerosas líneas siguiendo criterios genéricos que no solo no responden a las necesidades del país, sino que son la causa del cierre de otras líneas. “El 65% de las inversiones van al AVE. No llega el dinero para mantener y mejorar las líneas convencionales, por lo que muchas personas dejan de utilizarlas por los retrasos y falta de frecuencias. Si se mejoraran realmente tendrían más usuarios”, explica Alberto Durruti, portavoz de la Plataforma. “Esto lo que hace es privar a esas poblaciones, y también a las vecinas, de beneficiarse de una movilidad sostenible y segura. Estamos hablando de que actualmente existen localidades con estaciones de tren construidas e infraestructuras disponibles que ya no ofrecen servicio a la ciudadanía”, concluyen desde la Plataforma de Usuarias Media Distancia.

En línea con esta denuncia, el BNG afirma, en sus enmiendas a la futura Ley de Movilidad Sostenible, que “la evolución de las infraestructuras de transporte en España se puede considerar un ejemplo de modelo radial en el que se prima el enlace con Madrid y que deja a muchas áreas del Estado sin una adecuada conexión viaria que permita interconectar pueblos y ciudades”, a la vez que reclama que sea el Estado español quien compense dichos déficits. En el pacto de investidura del presidente del Estado, Pedro Sánchez, el BNG, representado por Néstor Rego, ha establecido este compromiso, obligando a una mejora en la movilidad gallega. “Tenemos las vías, la movilidad cada vez forma más parte de la opinión pública, y existe un pacto de gobierno entre BNG y PSOE para mejorar nuestras infraestructuras y frecuencias de tren. Pero seguimos sin ver esta mejora”, denuncian desde Greenpeace España. “Tenemos la infraestructura pero hay margen de mejora: hacen falta más frecuencias y que resulten lógicas teniendo en cuenta las horas puntas, conectar Lugo y una inversión en material y recursos humanos. Un proyecto de futuro para Galiza”, concuerda Alejandro González, desde la Plataforma de Usuarias Media Distancia.

Además de los beneficios sociales y de vertebración del territorio que acompañan a las redes de proximidad, desde Greenpeace llaman la atención sobre la necesidad de reducir las emisiones del transporte en el país. El transporte en Galiza se traduce en un 26% de las emisiones totales, siendo el sector que más contamina ahora mismo. El tren es la clave para la descarbonización después del cierre de las centrales térmicas”, asegura el portavoz de la organización medioambiental, Manoel Santos. “De tener cercanías en las áreas metropolitanas de A Coruña o Vigo, tendríamos una reducción brutal de las emisiones. Pero parece que los gobiernos prefieren siempre la construcción o ampliación de las carreteras. ¿Por qué no se piensa tanto la construcción de una autovía pero sí lo de hacer nuevas vías de tren?”, añade.

“Antes de la pandemia de la COVID-19, existían lanzaderas de tren que conectaban Vigo y Pontevedra en trayectos de aproximadamente 30 minutos, y que funcionaban realmente como un servicio de proximidad. Eso ya no existe”, denuncian desde la Plataforma de Usuarias Media Distancia. Actualmente, en el sitio de estas lanzaderas, tan solo existe un tren regional al día que llega hasta Santiago, limitando la conectividad entre estos núcleos. La ausencia de material rodante, es decir, de trenes suficientes, es la explicación que desde el Ministerio de Transportes y Renfe se dio en aquel momento para eliminar esta línea. “Es tal la falta de trenes, que si alguno sufre una avería tiene que dejar de prestar servicio durante el tiempo que requiera solucionar el problema. Estamos hablando de algo importante y que condicionaría a muchas gallegas en su día a día”, explican desde la Plataforma de Usuarias. 

Tanto la Plataforma en Defensa do Tren como la Plataforma de Usuarias Media Distancia coinciden en la necesidad de mejorar las conexiones entre A Coruña y Lugo con el fin de mejorar la vertebración de las localidades del interior gallego. “Esto no solo beneficiaría a la ciudad de Lugo, sinon también a localidades a las que actualmente solo puedes ir por carretera, como Oza-Cesuras, Curtis, Teixeiro, Guitiriz o Rábade, entre otras”, explican desde la Plataforma en Defensa do Tren. “El tren pasa por Ourense porque viene de la meseta, si no estaría aislado como Lugo”, afirma Alejandro González, desde la Plataforma de Usuarias Media Distancia.

Otras propuestas de la Plataforma en Defensa do Tren incluyen la conexión por tren de los aeropuertos, campus universitarios y zonas sanitarias; además de la construcción de nuevas estaciones “en aquellas poblaciones de la comarca donde el crecimiento demográfico que se produjo lo justifica para ser utilizadas como servicio de proximidad. Es el caso de A Barcala, As Xubias o Guísamo”, demandan desde la Plataforma en Defensa do Tren en su manifiesto. “Nosotras lo que demandamos es recuperar frecuencias de regionales que sirvan a modo de lanzaderas, y por supuesto aquellas frecuencias que se suprimieron con la llegada de la pandemia y que nunca fueron repuestas”, añaden desde la Plataforma de Usuarias Media Distancia. “Este tipo de servicios vienen funcionando perfectamente en áreas incluso menos pobladas en otras zonas del Estado como Santander, Cádiz, o Donostia”, concluyen desde la Plataforma en Defensa do Tren.

La ciudadanía gallega reclama una mejora en las frecuencias, horarios y plazas

“Entendemos que el tren es el futuro. Una rede radial en Santiago que permitiese la democratización de la movilidad social y sostenible en el territorio incluso reduciría el dinero que el Estado español tiene que pagar a Europa por las emisiones. Se trata de ver con perspectiva la movilidad”, afirma desde la Plataforma de Usuarias Alejandro González.

En las últimas semanas, Renfe está siendo noticia por el descontento generalizado de miles de personas que sufren, de forma diaria, retrasos en sus viajes programados. Unos retrasos que afectan a las dos líneas principales del país: A Coruña-Vigo, con un retraso cronificado de 20 minutos de media, y A Coruña-Ourense, donde los retrasos llegan incluso a superar en alguna ocasión la duración que tendría el propio trayecto. “Esto condiciona en gran medida a todas las trabajadoras y estudiantes que tienen que llegar a su destino a una hora muy concreta, o que necesitan coger otro tren o bus para llegar al destino final”, apuntan desde la Plataforma de Usuarias. Por lo de ahora, la solución adoptada por la empresa pública de ferrocarriles, ha sido aumentar la duración del trayecto entre las estaciones. Por poner un ejemplo, el trayecto Pontevedra-Santiago, que antes salía a las 8.15h de la mañana y tenía una duración de unos 35 minutos, ahora se ha incrementado a 41 minutos. “Pero no es que el tren tarde más, sigue tardando lo mismo que tardaba antes con los retrasos, simplemente incrementan esos 5 minutitos para justificar que consiguen llegar a tiempo y evitar que la gente reclame o presente quejas por esos retrasos continuos. Realmente es una tapadera”, explican las usuarias de la plataforma, a la vez que reclaman una solución estructural para poner fin a estos retrasos. “Si en las grandes ciudades europeas pueden desplazarse en tren y además impulsan la intermodalidad… ¿Por qué Galiza no?”, reflexiona Alejandro González desde la Plataforma de Usuarias.

En cuanto al concepto de la intermodalidad, que permitiría combinar distintas formas de transporte público como pueden ser tren, bus y bicicletas municipales, tanto las plataformas de usuarias como las organizaciones ecologistas coinciden en que es una medida que impulsaría, y mucho, los desplazamientos sostenibles en Galiza, resultando además en una mejora en la vertebración de todo el territorio. “El objetivo es que el transporte público sea cómodo, eficiente y asequible. Que sea una opción real y competitiva frente al vehículo privado”, asegura Manoel Santos, portavoz de Greenpeace en Galiza. “Pese a ser estratégico para el país no hay voluntad política. Hay que rediseñar todo pensando en los usuarios. Un abono único de transporte intermodal haría del tren un medio de transporte mucho más asequible, con beneficios sociales y climáticos”, añande el ecologista. Esta propuesta de Greenpeace llevaría el nombre de “Abono T-lleva”, no tendría fecha de caducidad y permitiría a las usuarias desplazarse por todo el Estado en los distintos tipos de trenes, buses y bicicletas. Una idea que, según datos publicados por la organización, ya funciona en otros países europeos como Austria, Hungría, Alemania o Portugal. “Este año gracias a los abonos se aumentó en un 40% el uso del tren. Si pones infraestructuras y bajas los precios, la demanda aumenta mucho”, concluye Manoel Santos.

De forma paralela a esta demanda ecologista, y confirmando a su vez la necesidad de un abono único de transporte, Alejandro González, de la Plataforma de Usuarias Media Distancia, afirma que gracias a la entrada en vigor de los abonos gratuitos “pasamos de medio millón a 1,5 millones, es decir, un incremento del 200%, en la línea Ourense-A Coruña, y la de Vigo es la segunda línea de media distancia más usada en todo el Estado!!”. Y, añade: “desde la Plataforma de Usuarias entendemos que todo servicio tiene que ser pagado, pero con precios justos”. En la misma línea, desde la Plataforma en Defensa del Tren solicitan una “política de precios que favorezca la utilización del servicio por parte de personas con diversidad funcional, en situación de desempleo, pensionistas o estudiantes”. Encima de la mesa queda que estas demandas de la ciudadanía, con motivos sociales y medioambientales, lleguen a la clase política. “Si los ciudadanos no presionamos, los gobiernos no moverán ficha”, reflexiona Alberto Durruti, portavoz de la Plataforma en Defensa do Tren. “Es el momento de cambiar las cosas, de dejar de privatizar y deteriorar un servicio que debe ser público y poner por encima el beneficio social que este medio de transporte supone para el conjunto de la comunidad”, concluye.

Una Ley de Movilidad Sostenible que no habla de descarbonización

En los próximos meses, el gobierno estatal cuenta con aprobar una Ley de Movilidad Sostenible, con el objeto de, tal y como establece el preámbulo del proyecto ley, “establecer las condiciones precisas para que, dentro de las competencias atribuidas al Estado en esta materia, todas las personas, físicas y jurídicas, puedan disponer de un sistema de movilidad sostenible, justo e inclusivo como herramienta para lograr una mayor cohesión social y vertebración territorial, contribuir a un desarrollo económico resiliente y alcanzar los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero y otros contaminantes y mejora de la calidad del aire”. Es decir, una ley que, en teoría, daría respuesta a las demandas sociales y medioambientales expuestas en este reportaje por las plataformas de usuarias y organizaciones ecologistas.

No obstante, Cristina Arjona, responsable de la campaña de movilidad de Greenpeace España, advierte: “Es fundamental una ley de movilidad sostenible, pero esta tiene bastantes carencias. No tiene objetivos climáticos claros, ni introduce medidas en el entorno rural, algo de especial interés por ejemplo en Galiza”. Cuestiones por las que dicha Ley cuenta con cerca de 1.000 alegaciones desde su presentación en la anterior legislatura. “Acaba de ser aprobada por el Consejo de Ministras sin hacer caso de prácticamente ninguna enmienda porque van mal de tiempo. El Estado tiene que publicarla antes de que acabe el año para poder beneficiarse de los Fondos Next Generation”, añade la experta. “Una Ley de movilidad que no habla de descarbonización, ¿hasta qué punto es sostenible?”, concluye.

En esta Semana Europea de la Movilidad no está de más recalcar la necesidad de un sistema integrado de movilidad verde verdaderamente eficiente y asequible que cuente con los instrumentos, la financiación y los recursos necesarios para que los desplazamientos en tren dejen de ser una utopía en Galiza.

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