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Greenwashing
¿Qué hay tras las promesas verdes de Banco Santander?
Una búsqueda en la web del Santander nos mostrará numerosas noticias relacionadas con la sostenibilidad como el premio al banco más sostenible del mundo en 2019, o diversos artículos que nos animan a ser “más sostenibles en el día a día”. Nos dan consejos como comprar productos locales, cerrar el grifo de la ducha mientras nos enjabonamos o reutilizar objetos cotidianos.
Sin embargo, la realidad es que en los últimos cinco años ha aumentado en un 102 % la inversión en la industria de combustibles fósiles según el informe de Banking on Climate Chaos, llegando a invertir entre 2016 y 2020 un total de 34.000 millones de dólares en la misma.
Ahora, a raíz de la organización de unos diálogos virtuales celebrados el pasado mes de septiembre y titulados “Cuenta atrás para la COP: compromisos y consecuencias”, en la que se dieron cita, entre otras, Ana Botín (presidente ejecutiva del Banco Santander) y Pascal Canfin (presidente de la comisión de medio ambiente del Parlamento Europeo), repasamos algunos de los caso más flagrantes de greenwashing de la entidad.
¿Cómo funciona el greenwashing?
La organización de estos encuentros es sólo una de las muchas vías que utiliza el Banco Santander para promocionar su lado más “verde”. Otra pata muy importante en su estrategia de marketing y comunicación es el patrocinio de eventos deportivos, entre los que destacan el fútbol español, con la Primera División (La Liga Santander) o la Segunda División (La Liga 1/2/3 SmartBank), el patrocinio de la Copa Libertadores en Sudamérica o la UEFA Champions League a nivel Europeo. Y lo mismo en eventos musicales, como el festival Mad Cool, posicionando al Banco Santander como “la entidad financiera que más invierte en publicidad y promociones en España” según Dircomfidencial, con cerca de los 700 millones de euros anuales.
Detrás de esta imagen de banco sostenible, deportista y joven, encontramos sin embargo algunas de las inversiones más comprometidas, como la financiación a JBS, Nigeria LNG o incluso la industria armamentística.
Detrás de esta imagen de banco sostenible, deportista y joven, encontramos sin embargo algunas de las inversiones más comprometidas, como la financiación a JBS, Nigeria LNG o incluso la industria armamentística.
JBS y el negocio de la carne
Por volumen de ventas, JBS es la mayor empresa procesadora de carne del mundo. Produce, entre otros, carne de vacuno, de pollo y de cerdo. Sin embargo, esta producción no se encuentra exenta de problemas. Esta compañía brasileña se ha visto envuelta en numerosos escándalos a lo largo de los años.
En marzo de 2017 fue multada por el gobierno Brasileño a pagar más de 24 millones de reales por la compra de ganado en áreas deforestadas ilegalmente. Por si esto fuera poco, se ha relacionado a JBS con granjas que utilizan mano de obra esclavizada, y es denunciada por participar masivamente en una industria que es la responsable del 60% de las emisiones de carbono del mundo.
Tal y como señala la campaña “Salir de JSB” son numerosos los costes que implica para el planeta, como la pérdida de biodiversidad, como consecuencia de la tala de bosques para el ganado, los pastos o los cultivos comerciales.
Entre los años 2013 y 2018 el Banco Santander suscribió la compra de bonos de esta compañía por valor de 589 millones de dólares, según un estudio de Amazon Watch, permitiendo así seguir financiando activamente la deforestación y la crisis climática.
Corrupción y contaminación en Nigeria
El Banco Santander está involucrado también en el proyecto Nigeria LNG. Se trata de un complejo de gas natural licuado, situado en Bonny Island, en el Delta del Níger perteneciente a la compañía estatal petrolera de Nigeria y algunas de las petroleras más contaminantes del mundo: Shell, Total y Eni. Aunque el complejo comenzó su actividad en 1999, ha seguido expandiéndose en los últimos años.
Actualmente la Nigeria LNG tiene una capacidad de producción de 22 millones de toneladas de gas natural licuado, pero tiene planificada aumentar la producción a más de 30 millones de toneladas en los próximos años con la puesta en marcha de un nuevo tren (unidad de procesamiento) que supondría el séptimo de las instalaciones, que atraviesan un total de 110 comunidades a lo largo del delta.
Entre los impactos que se han provocado destaca la reubicación de la población local de Bonny Island, que a pesar de años de protestas, y 20 años después de la creación del complejo, siguen sin recibir compensación. Además, este nuevo emplazamiento impide el sustento a través de fuentes de ingresos tradicionales como la pesca.
La quema de gas en la planta contribuye a la contaminación del aire, generando un enorme impacto en las comunidades y que se ha vinculado con problemas renales, cáncer y daños pulmonares. El Banco Santander firmó en mayo de 2020 un acuerdo para financiar la ampliación de esta nueva unidad de procesamiento.
Adicionalmente, la quema de gas en la planta contribuye a la contaminación del aire, generando un enorme impacto en las comunidades y que se ha vinculado con problemas renales, cáncer y daños pulmonares. El Banco Santander, entre otros, firmó en mayo de 2020 un acuerdo para financiar la ampliación de esta nueva unidad de procesamiento.
La Banca armada
Pero los proyectos relacionados con la carne o el gas no son los únicos en los que Banco Santander lleva mucho tiempo invirtiendo. Según un informe del Centre Delàs el Santander es, junto al BBVA, uno de los principales bancos armados del estado Español.
En el periodo 2014-2019, un total de 42 entidades financieras (bancos, compañías aseguradoras y fondos de pensiones) aportaron dinero a empresas fabricantes de armas por valor de 12 mil millones de euros, de los que cerca del 62% fueron del Santander y BBVA.
Tanto Santander Seguros como el Fondo de pensiones de Santander financiaron con cerca de 3 mil millones de euros a los principales fabricantes de armas de Estados Unidos
Así, y siguiendo este informe, vemos como tanto Santander Seguros, como el Fondo de pensiones de Santander financiaron con cerca de 3 mil millones de euros a los principales fabricantes de armas de Estados Unidos, productores de armas nucleares, misiles, aviones de combate, buques de guerra y munición.
Análisis
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Compromisos escasos
Mientras, esta entidad financiera ha suscrito en los últimos años numerosos compromisos, para tratar de paliar la crisis climática. Así, por ejemplo forma parte de numerosas alianzas como Equator Principles, Collective Commitment to Climate Action (CCCA) y Net-zero Banking Alliance, de la que es también cofundador.
Entre los compromisos que actualmente tiene se encuentran alcanzar el Net Zero Carbon (emisiones netas de carbono) en 2050, así como dejar de prestar servicios financieros a clientes cuya producción de energía dependa en un 10% del carbón térmico para el año 2030.
Si Banco Santander quiere contribuir de verdad a la lucha contra el cambio climático, debe dejar inmediatamente de financiar proyectos de combustibles fósiles y de deforestación. Y hasta que no lo haga, debería ser excluido de cualquier cita climática, empezando por la COP26.
Otro de los objetivos estrella es el de alinearse con el objetivo de París, esto es, limitar el aumento de la temperatura media global en 1,5ºC, sin embargo comprobamos cómo estos objetivos no son más que promesas vacías por no venir apoyados en políticas tangibles que los sustenten.
Si Banco Santander quiere contribuir de verdad a la lucha contra el cambio climático, debe dejar inmediatamente de financiar proyectos de combustibles fósiles y de deforestación. Y hasta que no lo haga, debería ser excluido de cualquier cita climática, empezando por la COP26.