We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Huelva
El último incendio de 2024 en un asentamiento en Huelva pronostica más abandono institucional para 2025
La mañana del 28 de diciembre un nuevo incendio arrasó 120 chabolas en el asentamiento de trabajadores migrantes de Lucena del Puerto en Huelva conocido como “El Sevillano”. Las llamas dejaron a un centenar de personas durmiendo a la intemperie a pocas horas de finalizar el año. Aunque afortunadamente no ha habido víctimas ni heridos. El Ayuntamiento de Lucena del Puerto no ha ofrecido ninguna solución habitacional para las personas afectadas.
El fuego comenzó en torno a las 6 de la mañana cuando aún la mayoría de personas se encontraban durmiendo en el interior de las chabolas. Heinz relata que se despertó de golpe y al salir se vio envuelta entre las llamas. Según cuenta el incendio comenzó en una chabola que lleva varios meses vacía porque su dueño está trabajando en otra provincia, sumado a que está situada en la zona periférica del asentamiento muchos sospechan que el fuego fue provocado.
Hasta el lugar se han desplazado numerosos colectivos para repartir comida, agua, ropa y mantas. Todo soportado por personas voluntarias que en muchas ocasiones utilizan sus propios y escasos medios en solventar una situación de la que las administraciones deberían hacerse cargo como es la ayuda básica y el realojo de personas en situaciones de extrema vulnerabilidad como esta. La violencia administrativa y el continuo desamparo que ejercen las distintas administraciones es una constante que desgasta y desmoraliza a las personas que la sufren a diario y a quienes tratan de ayudar.
De esto se queja Fátima Ezzohayry, presidenta de la Asociación de Mujeres Inmigrantes. “A las ocho y media me llamó una compañera de la asociación para decirme que las chabolas de Lucena estaban ardiendo” Fátima denuncia que en todo este tiempo la Cruz Roja sólo ha entregado a cada afectado una bolsa con una manta fina, agua y unas galletas. También fue testigo de la visita del alcalde de la localidad Álvaro Regidor (PP) al asentamiento, acompañado por una trabajadora social. Según cuenta el alcalde se interesó por la situación pero aseguró no tener recursos ni un espacio para alojar de forma provisional a estas personas. Tampoco han recibido por parte del consistorio o Cruz Roja ayuda psicológica para estas personas, que han sufrido nuevamente la pérdida traumática de todas sus pertenencias y documentación, la cual es imprescindible para poder trabajar o conseguir un permiso de residencia.
Fátima cree que esta situación de abandono y desamparo beneficia enormemente a la industria de los frutos rojos onubenses que a pesar de haber sufrido un decrecimiento en la cantidad producida, registran una exportación a países de la UE de 216 millones de euros en la campaña 23-24 sólo en fresas. “Estas personas pertenecen a los empresarios, porque están trabajando sin papeles haciendo que ganen más dinero” “Aquí no ha venido ningún empresario a preocuparse por esta gente”.
La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) lanzó en 2024 la campaña “Yo como fresas de Huelva” que ha sido apoyada por diferentes entidades del sector agrícola así como diferentes administraciones, lanzando el mensaje de que las fresas de Huelva son sanas, seguras y sostenibles. Este mensaje contrasta con las continuas denuncias laborales y multas por usos indebidos del agua que campaña tras campaña reciben los propietarios de las fincas donde se cultiva este fruto rojo.
El mismo asentamiento que ha sido pasto de las llamas está rodeado por invernaderos, que ya preparan la campaña próxima a escasos metros de montones de basura que el Ayuntamiento se ha negado a recoger en repetidas ocasiones y los contaminantes derivados de la combustión de los plásticos con los que se construyen las chabolas, que junto al agua vertida para la extinción del incendio acaban en el sustrato donde se cultivan estos frutos rojos que adornarán alguna mesa de Nochevieja este año.
Temporeros
Temporeras La Escuela de Pakita, clases autogestionadas en los asentamientos de jornaleras de Huelva
Aunque no todas las personas afectadas por el incendio trabajan en los campos freseros. Este es el caso de Ilham, que lleva 4 años malviviendo en el asentamiento y que hace un año fue diagnosticada con cáncer de mama. Tiene recetado un tratamiento que tiene que tomar a diario para paliar la enfermedad, pero que ha perdido en el incendio. Está a la espera de que la trabajadora social del ayuntamiento la vea para ayudarla a retomarlo, aunque asegura que cuando la trabajadora estuvo en el asentamiento en compañía del alcalde esta no la atendió. Su enfermedad y su situación administrativa le impiden trabajar, el único documento español que tiene en vigor es la tarjeta sanitaria provisional que le garantiza el suministro del medicamento del que depende su enfermedad. Se mantiene con la ayuda de algunas compañeras del asentamiento y la asociación Huelva Acoge.
Ilham ahora duerme en una tienda de campaña que comparte con más mujeres que han perdido su casa. Espera como muchas compañeras que 2025 sea un año más próspero en el que al menos pueda reconstruir su chabola.