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La semana política
El secreto del éxito
Introducción. Un amigo suyo dijo que cuando Philip K. Dick supo por fin que era cierto que el FBI le había estado espiando durante años, el escritor no reaccionó con más paranoia o miedo, sino que sintió cómo se despojaba de una capa densa de sospecha hacia sí mismo. No se había estado engañando, le habían seguido, le habían intervenido las comunicaciones, era víctima de un complot. Estaba contento.
Domingo, 10 de julio. Crónica Libre, que se había presentado unos días antes con el organigrama de policías en activo que están involucrados en la elaboración de informes falsos para la persecución de objetivos políticos y empresariales, destapa un audio en el que la voz inconfundible de Antonio García Ferreras confiesa que una noticia difundida por su programa, Al Rojo Vivo, era una burda invención.
Nudo. “Poesía para poetas” contestó hace mucho tiempo el filósofo Franco Berardi ‘Bifo’ cuando le preguntaron qué era el periodismo. Es una definición poco canónica, que deja en mal lugar a la profesión, que se pretende universal, capaz de informar y formar a la población pero que, más veces de las necesarias, habla de sí misma y para sí misma. Los audios de Ferreras y Villarejo dieron la oportunidad de hablar de las cloacas del sistema pero se convirtieron antes que eso en un debate entre comunicadores. La gran diferencia es que cuando Bifo dijo esa frase aun no había despertado el comunicador/ la comunicadora que todos tenemos dentro. Todavía no había redes sociales.
Viernes, 8 de julio. Calor en el Matadero, en Madrid. Un día fue el mercado de abastos de la capital, hoy es una zona algo impersonal pero con distintas funciones. La función del viernes es ser el espacio de presentación de Sumar, el proyecto político de Yolanda Díaz. Hay calor y hay mucha gente, a pesar de que en la ciudad actúa Maluma, a pesar de que en otro barrio Isabel Pantoja abraza a la comunidad LGTBIQ. Yolanda Díaz se pone las gafas de ver de lejos. Plantea un proyecto a diez años. El calor acompaña a la urgencia. Díaz es de las que se toma muy en serio la amenaza climática, el cambio de paradigma que se abre como un abismo para la mayoría de la población, la que vivía ajena a la paranoia y las cloacas y hoy tiene motivos de angustia. Arroja un discurso valiente en términos económicos: que los ricos paguen más. Se guarda sus consideraciones sobre la democratización del Estado: aun no han salido las audios que confirman que la conspiración era cierta. Hipótesis del integrado: no se suma asustando, no se convence tirando de la manga del individuo que nunca será espiado personalmente, solo lo será a través del Big Data.
Lunes, 11 de julio. Él tenía razón: Ferreras era un eslabón imprescindible de la cadena que estranguló el cuello de Podemos. Pablo Iglesias tiene un podcast. Iglesias reclama una justa venganza. En la puerta de su casa hubo un campamento de fascistas, a sus hijos les persiguió un agente de las cloacas, uno con carné de periodista; a los militantes de su partido les hicieron creer que todos eran iguales, que el poder corrompe incluso antes de llegar al poder. Él mismo creyó que participaba en una plataforma limpia de intercambio libre de ideas y vio cómo unos audios confirmaban que nunca fue así. Hoy tiene un podcast, desde el que, como Arya Stark, una de las protagonistas de Juego de Tronos, recita la lista de sus enemigos: Casals, Ferreras, Villarejo. Y alguno más. La hipótesis del apocalíptico es que nada cambiará si no se introduce el miedo en el cuerpo de los verdugos, de quienes han hecho y deshecho los últimos diez años de la política porque hicieron y deshicieron los anteriores diez años. La hipótesis cuenta con refrendos importantes. En Latinoamérica, donde los bulos han sido excesivos, aun más excesivos que en España —se acusó a Petro de ser el padre secreto de una actriz porno—, en Catalunya y Euskal Herria, donde la persecución contó con el aplauso, o al menos la indiferencia, del individuo que nunca será espiado personalmente.
En el debate sobre el estado de la nación Sánchez anuncia que ya está bien de vacaciones en Bora Bora. Da una coz calculada a quienes mandan en este país
Desenlace. Asamblea de empleadas en El Salto, un pequeño proyecto de periodismo que funciona como una cooperativa. Los audios de Villarejo, Ferreras, Casals, el policía y el empresario no sorprenden a nadie. El coordinador de economía de El Salto y El Salmón Contracorriente ha comenzado hace unas semanas a colaborar con Al Rojo Vivo. ¿Qué hacer? Hay un debate en el que se concitan la oportunidad, la ética y la estrategia. Un día o dos para pensarlo ¿Qué hacer?
Periodismo
Periodismo El Salto deja de ir ‘Al Rojo Vivo’ tras el escándalo de las cloacas
Jueves, 14 de julio. No aguanta más, se va. Mario Draghi está harto “de todos nosotros”, como dijo Estanislao Figueras, un político del siglo XIX. El presidente del Consejo de Ministros de Italia presenta su dimisión al presidente, Sergio Matarella (que no la acepta). Draghi es el segundo mandatario europeo que se tambalea en el plazo de dos semanas. La ya de por sí inestable Italia atraviesa, como el resto del continente, una crisis derivada de la guerra en el este y que amenaza con llevarse por delante a una generación de políticos. Draghi no ha conseguido aprobar un “Decreto de Auxilio” porque el Movimiento 5 Estrellas tiene su propio plan y porque, ojo, los “grillini” —el populismo químicamente puro— se cuestionan si hay que seguir enviando armas a Ucrania. Draghi no pasa por ahí, la crisis será resuelta con la fórmula pactada con los socios europeos: el frío de un invierno sin gas ruso sustituye al sudor en la vieja fórmula de la guerra emitida por Churchill. La semana ha comenzado con un cierre por cuestiones “técnicas” de la tubería con la que Rusia suministra el combustible.
Martes, 12 de julio. Sánchez ejerce de coach. Pedro Sánchez regala la fórmula de su éxito, que quiere que sea el éxito compartido del país: unidad, resistencia y esperanza. El presidente del Gobierno resiste, no está tan harto, no se va. Busca la unidad con quienes la encontró en primer término: con los socios de la moción de censura. Busca la esperanza con dos impuestos que señalan, por primera vez de forma nítida, a los vencedores domésticos de la crisis continental. En el debate sobre el estado de la nación anuncia que ya está bien de vacaciones en Bora Bora. Sánchez da una coz calculada a quienes mandan en este país, a quienes pueden poner a un policía corrupto a intervenir cuando la situación no es propicia. Una coz calculada no significa una rebelión, es solo un golpe, un momento, un instante, un mensaje de insumisión en la voz del perfecto integrado.
Miércoles, 13 de julio. El Salto deja de ir a la tertulia de Al Rojo Vivo. Un gesto para nada integrado. La decisión tiene cierto alcance mediático. Se critica la renuncia, ¿quién defenderá las posiciones de los periodistas críticos si estos se levantan de las tertulias? Se alaba el gesto, que no es otra cosa que eso: un golpe, un momento, un mensaje contra la integración a cualquier precio. Es también una intuición: la atmósfera social y política está cambiando, la hipótesis de que solo sea posible un cierre reaccionario a la crisis que el sistema arrastra desde 2008 es falsa. Todas las opciones, también la del ensanchamiento democrático, permanecen abiertas. La situación de crisis total en Europa exige escucha y ternura pero es posible que también demande unos cuantos ajustes de cuentas. Y es posible que las dos cosas no sean contradictorias entre sí. Lo veremos pronto.