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Libertad de información
Dos periodistas demandan a dos ‘mossos’ por dar falso testimonio en un juicio e interponer una denuncia falsa
El fotógrafo Isidre García Puntí fue acusado de agredir a un agente de la unidad de antidisturbios de los Mossos d’Esquadra mientras cubría el desalojo del Banc Expropiat en 2016. El letrado de la Generalitat de los Mossos d’Esquadra, que ejercía la acusación, solicitó cuatro años de cárcel para Puntí y 69.000 euros de indemnización. El policía acusaba al reportero gráfico de haberle tirado una valla, provocándole una rotura en el tendón de Aquiles. La sentencia concluyó que, probablemente, el mosso traía la lesión de casa y que “no se puede asegurar que la valla fuera agarrada ni lanzada por nadie”. El fotógrafo fue absuelto en 2020.
A pesar de la existencia de esa sentencia, un año después, en 2021, ese mismo antidisturbio afirmó bajo juramento la misma historia en el juicio del redactor Jesús Rodríguez, periodista de la Directa. Aquella misma noche de mucha tensión en el barrio de Gràcia de Barcelona, otro mosso rompió el cordón policial y fue a pegar al redactor con la porra. Le lesionó en una pierna y le rompió el dedo de una mano. Otros siete periodistas que cubrían la noticia y las grabaciones que realizaron in situ corroboraron la agresión. Según la sentencia judicial, fue una violencia “gratuita”, el mosso hizo un uso de la fuerza que no estaba justificado. El antidisturbio fue condenado a dos años de prisión, dos de inhabilitación y al pago de una indemnización de más de 7.000 euros. Pero en aquel juicio, el agente con TIP 2208 y el sargento con TIP 7828 mintieron bajo juramento, dando falso testimonio. Relatando una historia que había quedado probada que era mentira un año antes. La fiscalía no actuó de oficio.
Un redactor y un fotógrafo se han querellado contra un agente y un sargento por seguir mintiendo en un juicio, a pesar de la sentencia que advertía de que su relato era falso
Dos años después, este mes, con la unión de distintos colectivos que defienden la profesión periodística, fotógrafo y redactor han interpuesto una querella contra los dos mossos, acusándoles de los delitos de denuncia falsa y falso testimonio.
En una rueda de prensa conjunta, han comparecido hoy los periodistas demandantes, sus letrados —del gabinete Irídia—, miembros del Grup de periodistes Ramon Barnils y Mèdica.cat. Han contado también con el apoyo de la asociación europea Free Press Unlimited.
Señalan que estos hechos “no son un caso aislado”. “Los impedimentos policiales al ejercicio del periodismo son habituales, tal y como se ha constatado los últimos años con los datos del Mapa de la Censura”, que elabora Mèdia.cat. En dicho Mapa recogen las vulneraciones que ocurren en Catalunya en el ejercicoo de la profesión. Pero esta es la primera vez que se denuncia a dos agentes de los Mossos por mentir contra dos periodistas. “La opacidad y la dificultad para identificar y denunciar casos así” es la tónica habitual con la que se topan, destacan.
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El lema escogido para concienciar socialmente hechos como este es “mi palabra contra tu mentira” —y “prou mentides policials”, en catalán y en las redes sociales—. El objetivo es abrir un debate sobre la credibilidad ciega del relato policial. Los agentes suelen dedicar parte de su jornada laboral a ser testigos en los casos que llevan, cuando estos llegan a tribunales. Jueces y fiscalías les otorgan casi de facto veracidad a sus palabras. ¿Pero qué ocurre cuando un agente es parte afectada? ¿Y si tampoco dicen la verdad cuando son parte testifical en un caso?
“Nos hemos acostumbrado a que la versión que da la policía sea una 'verdad judicial', sin que haya testificales y pruebas que ratifiquen su relato”, advierte Jesús Rodríguez
“Nos hemos acostumbrado a que la versión que da la policía sea una verdad judicial, sin que haya testificales y pruebas que ratifiquen su relato”, advierte Jesús Rodríguez, una “veracidad judicial” que no tiene legalmente encaje, añade. Ante estos “hechos consumados”, apela a que “reflexionemos sobre la credibilidad de un agente frente a un ciudadano cualquiera” y que recordemos “que hay gente en prisión preventiva solo por la palabra de un policía”.
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El presidente del Grup de periodistes Ramon Barnils, Enric Borràs, señala que esta no es la primera vez que un policía miente para inculpar a un redactor o le pone trabas a una causa promovida por un reportero. “Sin embargo, esta mentira les salía gratis hasta ahora, incluso cuando se demostraba que era mentira”, alerta, “mentían y no pasaba nada”, enfatiza. Por ello, han decidido sacar adelante este proceso, que esperan que sirva de ejemplo.
Esta querella tiene el mismo objetivo que el Mapa de la Censura, una herramienta que ha visibilizado la violencia, las mentiras y las trabas de los agentes policiales al ejercicio de la profesión periodística. Sobre todo, en manifestaciones de los últimos años, cuando resulta más común grabar excesos policiales.
“Hasta que no surgió el Mapa de la Censura, ni siquiera nosotros mismos sabíamos concretamente cuáles eran los problemas más habituales a los que nos enfrentamos”, Enric Borràs
“Los periodistas nos topamos con más problemas de lo que la gente piensa para llevar a cabo nuestro trabajo. De hecho, hasta que no surgió el Mapa de la Censura, ni siquiera nosotros mismos sabíamos concretamente cuáles eran los problemas más habituales a los que nos enfrentamos”, concluye Borràs, quien defiende que exponerlo a la luz pública es una manera efectiva para realizar presión contra los ataques al derecho a la información.
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Urge retirar la presunción de verdad de los agentes y policías. Se está condenando a gente con esa única “prueba”, cuando con frecuencia es falsa. Así se condenó por ejemplo a Isa Serra o a Alberto Rodríguez, entre otros. El problema se acentúa con la prohibición de grabar a dichos agentes cuando intervienen en manifestaciones . Así se deja desprotegidos a manifestantes o activistas. Es un problema gordo que lesiona derechos y libertades. Derogación de la Ley Mordaza ya!
Tengo entendido que en Holanda por ejemplo, la policía no tiene presunción de veracidad.
Si esto ocurre con los periodistas que sólo hacen su trabajo, qué no ocurrirá con lxs manifestantes. Un nuevo modelo policial que proteja a manifestantes y no lxs agreda es urgente y necesario. La derogación de la ley mordaza es el primer paso.