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Madrid
Vecinas de Lavapiés se movilizan para impedir una marcha nazi en el barrio

“Fuera fascistas de nuestros barrios” es una consigna que reivindica la vecindad de muchos distritos de Madrid. Este viernes, Falange Española convoca a una manifestación desde la plaza Callao hasta la Plaza Tirso de Molina, una zona multicultural del centro madrileño. Las asociaciones y colectivos vecinales comenzaron a movilizarse para intentar impedir que lleguen hasta este centro neurálgico del barrio. Así, llegaron a solicitar la suspensión de esta marcha a la Delegación de Gobierno, a través de un comunicado suscrito por una veintena de Asociaciones de Familias de varios colegios de los distritos Centro y Arganzuela, y otras veinte entidades y colectivos de Lavapiés.
“La convocatoria, que se presenta bajo el lema 'Remigración. Por unos barrios seguros', exhibe un mensaje explícitamente racista y xenófobo”, expresan en el texto y señalan que la imagen del cartel –una persona encapuchada empuñando un machete– constituye una amenaza clara y directa. Consideran que “esta manifestación no solo incita al odio contra un colectivo concreto —las personas migrantes que viven, trabajan o transitan por estos barrios—, sino que también introduce un riesgo real de alteración del orden público y de violencia”. En conversación con el Salto, Greta, de la AFA del CEIP Emilia Pardo Bazán, asegura que “no es una cuestión de miedo en el barrio, que tampoco deja muy tranquila, si no que vienen a protestar contra nuestrxs vecinxs básicamente, es decir, contra parte de la población que vive en el barrio”.
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La presión vecinal ha dado resultado y, aunque había solicitado a Delegación de Gobierno la revocación de la autorización, ésta ha decidido recortar el recorrido de la marcha fascista para que termine donde confluyen la calle Carretas y la plaza Jacinto Benavente. De esta manera, se contiene la posibilidad de un encontronazo entre vecinos que defienden su barrio y personas que no residen en Lavapiés pero que llevan como consigna claramente de odio a todo lo que no sea como ellos. Obedecen al mismo discurso xenófobo que promueve la expulsión de personas migrantes no blancas, sin importar su situación administrativa, que defienden otros grupos de ultraderecha europeos a los que admiten seguir.
En respuesta, desde hace días también circulan carteles del movimiento antifascista de Madrid que anuncian una contramanifestación en la plaza Tirso de Molina a las 20:30H y que mantienen hasta el momento. El Sindicato de Manteros de Madrid, que tienen su local de reunión y una tienda de ropa en Lavapiés, se ha hecho eco de la concentración antifascista en la Plaza Tirso de Molina, con el lema “Frente a su odio, movilización popular”. Y es que consideran, como los colectivos vecinales, toda una provocación que Delegación de Gobierno conceda la autorización de la manifestación neonazi justo en Lavapiés, un barrio compuesto por una amplia diversidad cultural, donde ya se les ha mostrado en varias ocasiones que no son bienvenido.
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Solo hay que recordar que a principios del pasado mes de enero, una multitud a las puertas de la Taberna Garibaldi impidió que se cumpliera la amenaza del líder de Desokupa, de reventar un acto de la exministra Irene Montero. Hacia finales de mes, la vecindad organizada evito que se llevara a cabo un acto de otro grupo de extrema derecha, Hacer Nación, en un local del barrio y que finalmente tuvieron que trasladarlo al barrio de Salamanca.
“La amenaza no es simbólica ni limitada. Pone en el punto de mira —y ese hecho, por sí solo, ya resulta de extrema gravedad— a un colectivo concreto: el de las personas migrantes que habitan en el barrio”
Por su parte, dada la poca distancia que hay entre las dos citas además de que se prevé un elevado número de agentes policiales, colectivos barriales antirracistas muestran cierta preocupación por los y las vecinas que habita en las plazas mencionadas sin que se prevea alguna protección. “La amenaza no es simbólica ni limitada. Pone en el punto de mira —y ese hecho, por sí solo, ya resulta de extrema gravedad— a un colectivo concreto: el de las personas migrantes que habitan en el barrio o transitan por él. Pero, además, representa un riesgo para cualquier persona que pueda cruzarse con los participantes en la manifestación - vecinas y vecinos, escolares, comerciantes o visitantes-, cuya integridad física y moral podría verse gravemente comprometida”, aducen en el comunicado las asociaciones familiares y vecinales. Por ello, exigen a las autoridades “garantizar la seguridad de todas las personas que habitan o transitan por la zona”. Las vecinas confían en que la contramanifestación será pacífica y no responderán a provocaciones.