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Medio ambiente
Miles de peces muertos en el embalse de Tentudía
En otro episodio de contaminación fluvial más de la triste serie que en fechas recientes azota Extremadura, y que lleva provocando denuncias y quejas de organizaciones ambientales y ayuntamientos, desde finales del mes pasado se viene registrando una inusual mortandad de peces en el embalse de Tentudía (Badajoz). Así lo denuncia Ecologistas en Acción de la comarca de Tentudía, que ha puesto el suceso en conocimiento de los Agentes de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura con la intención de que desde instancias oficiales se abra una investigación.
Antes del 25 julio, concretan, ya se había venido detectando una mortandad inhabitual que, con el paso de los días ha terminado por adquirir un volumen desconocido en cuanto a sus dimensiones. Desde la fecha señalada, y a través tanto de los Servicios de pesca de la Junta de Extremadura como de Confederación del Guadiana, se habrían retirado más de 2.000 kilos de peces de las orillas del pantano, intentando evitar así la disminución de la calidad de las aguas y que, en consecuencia, se incremente aún más la mortandad.
Se habrían retirado más de 2.000 kilos de peces de las orillas del pantano, intentando evitar así la disminución de la calidad de las aguas
Casi la única especie afectada serían barbos gitanos (Luciobarbus sclateri, una especie autóctona pescable pero casi amenazada) en edad adulta. Por miles, se encuentran muertos salpicando las orillas de los reculajes del pantano. Esta especie es más propia de aguas someras, por lo que, afirman “se supone que este episodio de mortandad se habría producido en estas zonas y no en aguas más profundas que utilizan otros peces”.
Medio ambiente
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Los análisis podrían haber dado presencia de acumulación de purines y, en consecuencia, de amonio en estas zonas, debido a procesos químicos que por falta de oxígeno impiden una degradación adecuada de esta materia orgánica animal. Dichos purines (deposiciones de los animales mezcladas con el agua de limpieza de las explotaciones, restos del lecho y restos de la alimentación) no habrían sido fruto de un vertido actual, episódico, sino de la acumulación continua por contaminación difusa, arrastres y vertidos puntuales en invierno.
Los análisis podrían haber dado presencia de acumulación de purines y, en consecuencia, de amonio en estas zonas, debido a procesos químicos que por falta de oxígeno impiden una degradación adecuada de esta materia orgánica animal
El pantano de Tentudía se encuentra actualmente al 32,8 % de su capacidad y tendría acumulado un 1,6 hm³ de agua, estando catalogado en situación de pre-emergencia por sequía. Al estar situado en cabecera de cuenca siempre ha presentado una buena calidad de agua. Sin embargo, señalan, concurre la circunstancia de que la condición de las aguas de las cuencas de los ríos Bodión y Ardila, tributarios del embalse, “está viéndose afectada de manera importante en los últimos años por la presencia de purines, bien por vertidos o por contaminación difusa”.
Ecologistas en Acción se ha puesto en contacto con la Confederación Hidrográfica del Guadiana y el Servicio de Pesca de la Junta de Extremadura para pedir más información. Así mismo, demanda que “tanto la Junta de Extremadura como la Confederación Hidrográfica del Guadiana aumenten las inspecciones y controles, de manera que se tomen las medidas necesarias para evitar el vertido de purines, bien de forma difusa o directa, evitando estas mortandades de peces autóctonos como alterar la calidad de las aguas del pantano de Tentudía”.
Medio rural
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La gestión de los residuos orgánicos de la cabaña ganadera y la contaminación derivada se ha venido convirtiendo, en los últimos años, en un trastorno ecológico de primer orden en todo el país. Así, numerosas cuencas fluviales se han visto afectadas por el incremento de dichos residuos y su filtración en acuíferos y cauces.
Los purines, tradicionalmente utilizados como abono orgánico, en grandes cantidades pasan a constituir un serio problema ambiental debido a su alta concentración en nitrógeno, lo que que los hace potencialmente peligrosos para las masas de agua de su entorno, donde también serían los responsables de fenómenos de eutrofización (exceso de nutrientes) en aguas superficiales o subterráneas. Pueden, también, salinizar el terreno o provocar la bioacumulación en el mismo de metales como cobre o cinc. Extremadura, sin llegar a alcanzar los niveles alarmantes y conflictivos de otras comunidades como Aragón o Catalunya, tampoco se ve libre de una problemática ligada directamente con el cambio de usos ganaderos, las presiones del mercado y la irrupción de modelos agroindustriales de explotación.