México
Trump, aranceles, migración y seguridad, los desafíos de Claudia Sheinbaum en su primer año como presidenta

Claudia Sheinbaum Pardo ha vivido un trepidante primer año del sexenio al frente de la presidencia de México, y que se ha cumplido el pasado 1 de octubre. Lo hace manteniendo un índice de aprobación superior al 73%, superando por 7% el apoyo que tuvo en su momento su predecesor, Andrés Manuel López Obrador. Aunque ha abrazado el legado de su también guía político, en fechas recientes asoman nubarrones en la relación por dos escándalos de presunta corrupción y ligados con el crimen organizado que implican a dos influyentes secretarios de Estado del gabinete de AMLO, y que la colocan en una posición incómoda al tener que defenderlos en sus conferencias matutinas, a pesar de que hasta ahora se desconoce el alcance real de estos personajes.
En cuanto a políticas sociales o estabilidad en la economía, muestra avances. Pero no puede decir lo mismo en materia de seguridad, donde recogió la estafeta en medio de un polvorín de violencia provocada por las mafias mexicanas del crimen organizado trasnacional, que cuentan con amplia capacidad económica, han diversificado sus actividades ilícitas, robustecido su poder de fuego e infiltrado notablemente a nivel político, empresarial y social. En este punto, la estrategia parece haberla ajustado, y dar algunos resultados, pero aún es pronto.
A eso se suma, el otro enorme desafío de la presidenta y que más titulares de prensa ha dado, que es la convivencia con el presidente estadounidense Donald Trump y con el gabinete de esta segunda presidencia del magnate, cuyos rasgos principales en la relación con México son la hostilidad, la amenaza y el chantaje permanente.
Como el agua y el aceite
Sheinbaum y Trump son como el agua y el aceite. Ella, con una larga carrera académica, es una científica con un doctorado en ingeniería ambiental por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por lo mismo una mujer con método; y mantiene un talante sereno incluso ante la adversidad. Trump procede de la empresa; es una figura creada en la televisión y en las redes sociales, cuyo único punto de referencia es él mismo, ausente de empatía, con frecuencia recurre a la sorpresa para intentar imponer sus decisiones políticas. Es un negacionista de la ciencia.
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump llegó tirando al suelo muchas piezas del ajedrez mundial con sus amenazas de guerra comercial, pero fue evidente que México estaba colocado como uno de los países más vulnerables en esa relación por la gran dependencia económica con Estados Unidos. No obstante, la presidenta Sheinbaum ha enfrentado con talante sereno y razonable eficacia una agresiva agenda estadounidense contra los migrantes, con la presión arancelaria a México como chantaje para participar en las cruzadas del vecino del norte contra el tráfico de drogas y el comercio.
La mandataria se ha visto obligada a insistir en la defensa de la soberanía manteniendo los engranajes de la cooperación con Estados Unidos
Sin embargo, el objetivo central ha sido mantener a raya los intentos injerencistas del presidente norteamericano, sobre todo con la continua pretensión para que las fuerzas armadas de Estados Unidos puedan actuar en México para combatir a las organizaciones del tráfico de drogas, a las que con una orden ejecutiva designó como “terroristas”. Por ello, la mandataria se ha visto obligada a insistir en la defensa de la soberanía manteniendo los engranajes de la cooperación con Estados Unidos.
“Cooperación en seguridad, sin subordinación”, ha insistido. Aun así, ha cedido en algunas demandas, como fue la entrega a Estados Unidos, en dos acciones distintas, de 59 miembros de distintos carteles de la droga, algunos tan relevantes como el histórico capo Rafael Caro Quintero, Abigael González Valencia (Cuini) y Vicente Carrillo Fuentes, bajo lineamientos de la Ley de Seguridad Nacional.
Sheinbaum ha evitado la confrontación directa con Trump, que gusta mucho a éste para aplastar al rival. La mandataria se ha montado a surfear la 'ola trumpista' para conseguir, en lo posible, acuerdos bilaterales mejor que imposiciones, todo ello con el fin de conseguir que México sufra el menor daño posible por la vena autoritaria del magnate.
El T-MEC como defensa ante la guerra arancelaria de Trump
No es un tema menor ni fácil para México, si partimos de la enorme dependencia de la economía mexicana respecto del vecino del norte, ya que alrededor del 80% de las exportaciones mexicanas se destinan a Estados Unidos, y sus empresas suponen más del 50% de la inversión extranjera directa en México, por lo que un incremento en los aranceles implicaría consecuencias como un aumento de los costos de las empresas, mayor desempleo por disminución de producción o reducción de nuevas inversiones. En Estados Unidos más de 6 millones de empleos dependen del comercio con México y cada minuto se comercia cerca de un millón de dólares.
De hecho, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ha sido uno de los objetos de mayor ataque, porque Trump alega que para su país los resultados del acuerdo comercial han sido desfavorables, algo que no se sostiene. Por ello, dice, sus medidas proteccionistas buscan defender a la economía estadounidense y nivelar dichos acuerdos. Peor aún, ha hecho una extraña vinculación entre la imposición de aranceles, una medida de política comercial, con su postura contra la migración y el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
No obstante, los otros socios, México y Canadá, tienen una postura distinta y ambos creen en la permanencia, la defensa y la eficacia del T-MEC. Así lo hicieron ver Sheinbaum y el primer ministro canadiense, Mark Carney, al anunciar que los dos países apostarán por la renovación y mejora del T-MEC, cuando se sienten las tres delegaciones a negociar la revisión del pacto en 2026. Tras una reunión en Ciudad de México, a mediados de septiembre, tanto Sheinbaum como Carney señalaron que el giro global del comercio hacia el proteccionismo dibuja una negociación compleja, pero aseguraron que la región de América del Norte continúa siendo altamente competitiva para el comercio mundial.
Este ha sido un punto sensible con la continua amenaza estadounidense de imponer aranceles, porque ha puesto en juego un sistema de libre comercio de 30 años que ha construido un bloque económico altamente integrado entre los tres países norteamericanos. Está tan interrelacionado el sistema, que hay autopartes que a veces cruzan la frontera varias ocasiones antes de su ensamblaje final.
Han hecho falta seis de las diez llamadas telefónicas que hasta julio habían sostenido Sheinbaum y Trump, para destrabar las negociaciones y frenar su imposición a productos clave
Casi todo el año ha sido de estira y afloja con los aranceles, han hecho falta seis de las diez llamadas telefónicas que hasta julio habían sostenido Sheinbaum y Trump, para destrabar las negociaciones y frenar su imposición a productos clave como el acero, el aluminio, el tomate y los automóviles, y tres de estas comunicaciones clave para posponer la aplicación de los aranceles, se dieron el 3 de febrero, el 6 de mayo y el 31 de julio. El primer encuentro presencial que iban a sostener ambos líderes estaba previsto para el 17 de junio en el marco de la Cumbre del G7, sin embargo, este no se produjo debido a que Trump abandonó el encuentro por la escalada bélica que provocó el ataque militar de Israel contra supuestas instalaciones nucleares de Irán.
Hasta ahora se ha conseguido que permanezcan sin imposición arancelaria todos aquellos productos protegidos por el T-MEC. Por el contrario, sí se aplica un arancel del 25% para aquellas mercancías que no acreditan su inclusión en el acuerdo. Mientras que el 50% se aplica a los metales de mayor comercialización como son el acero, aluminio y cobre. El mandatario estadounidense aplicó 25% de arancel a estos metales y en marzo elevó la tarifa a 50%, sintiendo el impacto en mayor medida Canadá, Brasil, México y Corea del Sur, los principales exportadores de esos metales a Estados Unidos.
Primer informe a la ciudadanía
En el primer informe de gobierno, del pasado 1 de septiembre, la presidenta refirió que frente a la nueva realidad arancelaria establecida por el gobierno de Estados Unidos, consideró que se había dado una relación de “respeto mutuo”, y que “México es el país con el menor porcentaje de tarifas arancelarias en promedio en todo el mundo”, tema en el que siguen trabajando con las distintas secretarías del país vecino, de cara a los vencimientos de noviembre.
En su mensaje desde el emblemático Zócalo de la Ciudad de México, la presidenta también aseguró que el país ha logrado reducir la desigualdad, controlar la inflación y atraer inversión extranjera, a pesar de las tensiones arancelarias globales.
En el informe de su primer año en la presidencia se plantea que la disminución de la pobreza pasó de 41.9% en 2018 (al inicio del gobierno de AMLO) a 29.5% en 2024, el nivel más bajo en cuatro décadas
En el informe de su primer año se plantea que la disminución de la pobreza pasó de 41.9% en 2018 (al inicio del gobierno de AMLO) a 29.5% en 2024, el nivel más bajo en cuatro décadas. Asimismo, el coeficiente Gini –indicador de desigualdad— pasó de 0.426 a 0.391, lo que coloca a México como el segundo país con menor desigualdad en América, después de Canadá. En su mensaje aseguró que el país vive un crecimiento con estabilidad, aunque el crecimiento para cerrar 2025 es de apenas 1.2%. “Estamos consolidando un modelo económico que combina estabilidad macroeconómica con prosperidad compartida”, aseguró.
La inflación anual en julio, destacó, se ubicó en 3.5%, la más baja desde enero de 2021, mientras que el peso mexicano se mantiene estable por debajo de los 19 pesos por dólar. Además, resaltó que el desempleo cayó a 2.7%, uno de los niveles más bajos del mundo. En el primer trimestre de 2025, se mantuvo la confianza en el país, que alcanzó los 36 mil millones de dólares de inversión extranjera directa.
A cuentas con la migración
Otro tema que este año centró la atención de la presidenta es la migración, un tema en el que México vive todas las fases, como país expulsor, país receptor, de tránsito y también de desplazamiento interno. En Estados Unidos viven 11 millones de mexicanos, la principal minoría residente en ese país, y que representan el 3,2% de la población de Estados Unidos. Además, hay 36 millones de descendientes de mexicanos, que suponen el 10.8% de la población estadunidense. La migración mexicana a Estados Unidos es histórica, no es un fenómeno nuevo. Durante el gobierno de AMLO, sin embargo, se produjo un incremento notable del flujo migratorio, en las conocidas como “caravanas migrantes”, formadas por miles de hombres, mujeres y menores que huían de la pobreza, la inseguridad y la falta de oportunidades en los países de Centroamérica y otros continentes.
Ante la fuerte presión, Sheinbaum y Trump acordaron en una llamada de 45 minutos, que el gobierno mexicano desplegaría 10 mil uniformados de la Guardia Nacional en forma inmediata para frenar la migración y el tráfico de drogas, en particular de fentanilo, mientras que la administración Trump iniciaría a investigar para frenar el tráfico de armas a México. Las cifras en la frontera han disminuido considerablemente, tal y como lo reconocen las autoridades estadounidenses –las que solo dan crédito de ello a Trump—. La mandataria mexicana ha apostado por lo que ella insiste como actuar con “cabeza fría” ante las amenazas y se aferró hasta el último momento a la posibilidad de llegar a un acuerdo con Washington.
Para atender a los mexicanos deportados desde Estados Unidos, el gobierno de México instaló Centros de Atención Integral para otorgarles la' tarjeta paisano', inscripción a la seguridad social (IMSS), acceso a la vivienda, empleo, transporte a sus lugares de origen, además de acomida caliente y albergue temporal. Con este programa llamado “México te abraza”, el gobierno atendió a más de 86 mil paisanos expulsados. Se reforzó la atención consular, la Línea Migrante (una línea telefónica para atender en todos los consulados), la contratación de abogados y la simplificación de trámites.
Algunos logros ante la violencia y la extorsión
La presidenta mexicana también hizo cambios en el combate a la inseguridad y al narcotráfico, después del sexenio de López Obrador con la errada estrategia de “abrazos y no balazos”, que consistió en fijar sólo la atención a combatir las causas de la violencia y la criminalidad abandonando las otras patas de una estrategia (actuación en campo, combatir el blanqueo de capitales y la protección política). Aunque pretendía no repetir la fallida “guerra contra el narcotráfico” que inició el ultraconservador Felipe Calderón, que tiñó de sangre el país, con AMLO se siguieron empoderando las mafias.
Sheinbaum ha fincado cuatro ejes rectores en su estrategia, que son la atención a las causas, la consolidación de la Guardia Nacional, el fortalecimiento del aparato de inteligencia e investigación y la coordinación absoluta del gabinete de seguridad y las fuerzas armadas. Se lanzó la Estrategia Nacional contra la Extorsión –un delito extendido a casi todo el país— y se presentó una reforma constitucional para que en todo el país este delito se persiga de oficio y la víctima pueda hacer su denuncia de manera anónima. Hay algunos primeros resultados.
Fue notorio que en los primeros seis meses de Sheinbaum, su gabinete de seguridad lograra desmantelar 758 laboratorios de fentanilo y metanfetaminas, ubicados en 17 estados
El desafío más complejo ha sido enfrentar el elevado nivel de violencia provocada por la confrontación de dos facciones del llamado Cartel de Sinaloa, tras la supuesta entrega a Estados Unidos del viejo capo Ismael “El Mayo” Zambada García por una traición de un hijo de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”. Frente a la inacción del anterior gobierno, fue notorio que en los primeros seis meses de Sheinbaum, su gabinete de seguridad lograra desmantelar 758 laboratorios de fentanilo y metanfetaminas, ubicados en 17 estados, entre ellos algunos de los más violentos, como Sinaloa, Chihuahua, Guerrero, Guanajuato, Baja California y Estado de México.
En diciembre de 2024, solo dos meses después de iniciar su mandato, el gobierno mexicano realizó, hasta el momento, la incautación más grande que se había hecho en el país y en Estados Unidos, al asegurar 20 millones de dosis de fentanilo, con un valor de alrededor de 400 millones de dólares. En ese momento, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, recordó que para ese momento habían capturado a 5,300 personas e incautado casi 58 toneladas de drogas. Sin embargo, este 2025 subieron la apuesta y llegaron a detener 65 millones de dosis de fentanilo, entre el 5 de febrero y el 31 de marzo.
La piedra en el zapato de la presidenta
El nuevo presupuesto, entregado recientemente, muestra una construcción propia, porque refuerza los programas sociales, en especial para la pensión de los adultos mayores y se enfoca en las mujeres, para hijos de madres solteras y escolares. Esto, además de los rubros de educación, vivienda, salud y diversos temas del bienestar. Asimismo, elevó el gasto para la construcción de infraestructura ferroviaria y de agua, entre otros campos.
Una investigación sobre corrupción destapó la participación directa de un hombre cercano a López Obrador y militante de MORENA
Ahora mismo, la piedra en el zapato de Claudia Sheinbaum son los escándalos de corrupción heredados. Una investigación destapó la participación directa en la organización criminal 'La Barredora', de Hernán Bermúdez Requena, el exjefe de la Seguridad Pública de Tabasco, durante el mandato del gobernador Adán Augusto López Hernández. Bermúdez Requena era un hombre tan cercano a López Obrador, y militante de MORENA. López Hernández y el Centro Nacional de Inteligencia supieron de la implicación criminal del jefe policiaco, quien al conocer de una orden de aprehensión, huyó y fue recientemente capturado en Paraguay.
El otro caso que representa un reto frontal para el gobierno de la presidenta Sheinbaum es una investigación por 'huachicol fiscal', así conocido en México el contrabando ilegal de millones de litros de gasolina y diésel que entran al país bajo etiquetas falsas como lubricantes o aditivos, evadiendo el pago de impuestos. Se descubrieron importantes redes en esta actividad delictiva liderada por los hermanos Manuel Roberto y Fernando Farías Laguna, vicealmirante y contraalmirante de la Secretaría de la Marina que, además, eran sobrinos políticos del secretario del ramo, José Rafael Ojeda Durán.
A nivel público crece el malestar por estos dos casos, y es notorio el malestar que a la presidenta le supone salir a defender, un día tras otro, al hoy jefe de la bancada en el Senado y al marino, sobre todo porque pregonaron los valores de “no mentir, no robar y no traicionar” al pueblo y buscar diferenciarse respecto de los corruptos del neoliberalismo pregonando: “no somos iguales”.
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