Opinión
            
            
           
           
           
           
La ametralladora política y mediática del litio
           
        
         
Es evidente que la vida  ha cambiado mucho en los últimos años: escasez de materias primas,  falta de microchips, conflictos en puertos y transportes,  encarecimiento de energía, pandemia, guerra, sequía y reducción  del agua aprovechable, incendios, abandono, despoblación,.. Azotando  a los mismos estratos de la sociedad de siempre, algunos entre los  más repetidos por dirigentes en su intento de desviar la atención,  como si por mucho repetirlo hicieran el camino más ameno, como si no  tuvieran ellos responsabilidad directa. Poco o nada cambia pero se  endulza con palabras y expresiones vacías.
Sin embargo hay otras cosas que no cambian: los dirigentes de Cáceres, de Extremadura, de España y de Europa van tarde habitualmente, en muchos ámbitos. Esos “canallas” de los que hablaba hace poco el aclamado y certero escritor alburquerqueño Landero, siervos del capital, aducen seguir estrategias que sin embargo se incumplen de manera sistemática, priorizando sus negocios y la economía sobre la salud y la democracia: el Pacto Verde Europeo, la Directiva Marco del Agua, la Estrategia de la Biodiversidad, la de Seguridad (que paradójicamente propone defender la paz con armas como las que fabrican empresas con representantes como el exministro de Defensa del PP Morenés —una de ellas, fabricante de las prohibidas bombas de racimo, llegó a pedir una indemnización millonaria al gobierno por lucro cesante, por hacernos a la idea—), la de Cuidados...
Acuerdos e ideologías  que de aplicarse ayudarían a sobrellevar los cambios que vivimos.  Una sociedad solidaria resistirá mejor. Son muchas las repercusiones  en tierras como la extremeña. Pero no tiene Extremadura fama de que  nadie haya venido a salvarla, por mucho que estos “canallas”  presuman de sus proyectos y conversaciones con los poderosos que  vienen, que llevan viniendo a lo largo de la historia, a hacerse  fotos y llevarse buenas vistas y deliciosos manjares: reyes y reinas,  presidentes, herederos, ministras, consejeros,.. suplicados por las  migas por estos dirigentes locales y regionales, “canallas”  que bien podría haber denominado también “traidores”,  pues traicionan incluso a sus votantes cambiando de parecer y  buscando artimañas para imponer los deseos que a su vez les  impusieron aquellos.
En una tierra como esta,  ligada al medio y su explotación tradicional, se aprecian claramente  las tensiones entre fuerzas opuestas, promoviendo desde el gobierno  cambios y propuestas peligrosas para la sociedad por pretender  descaradamente industrializar sectores con métodos  descontextualizados, que copian modelos ya incluso obsoletos,  comprometiendo la sostenibilidad de nuestra permanencia, por ejemplo:
- Se arrancan árboles de secano para desarrollar sistemas de regadío mientras los acuíferos subterráneos y embalses se vacían sin recargarse, priorizando el agua para exportar en forma de alimentos mientras la población se ve obligada a comprar agua embotellada para pasar el verano
- Promoviendo recalificaciones urbanísticas de dudosa o nula legalidad para instalar parques de atracciones y complejos turísticos de diferentes temáticas aprovechando, casualmente, subvenciones públicas y el agua para fines empresariales privados bajo el disfraz, en algunos casos, de fundaciones sin ánimo de lucro, como sería el caso del centro budista de Cáceres, las Eurovegas de la Siberia, o el archiconocido Marina de Valdecañas (que más allá de estar de acuerdo o no, modifican leyes a su antojo y en beneficio privado en claro agravio comparativo con las iniciativas locales que se topan con numerosas trabas y desprecio institucional). Mientras se desprecia lo nuestro, lo auténtico, globalizando y desarraigando personas y pueblos.
- Se declaran espacios  naturales protegidos para salvaguardar la ya de por sí amenazada  vida y biodiversidad y se ingresan fondos de Europa para su gestión,  mientras  pretenden criminalizar a estas mismas protecciones como  las culpables de su inacción e incompetencia, como si el 30 % de la  superficie regional protegida fuera la culpable de que el 70 %  restante no produzca lo suficiente, pues nunca será suficiente para  quienes quieren lucrarse extrayendo recursos que son de todos de  manera no renovable, como la tierra, el aire y el agua.
Esos “canallas” de los que hablaba hace poco el aclamado y certero escritor alburquerqueño Landero, siervos del capital, aducen seguir estrategias que sin embargo se incumplen de manera sistemática, priorizando sus negocios y la economía sobre la salud y la democracia
Y entre las  contradicciones más morbosas  y famosas, promovidas en los últimos  años por estos dirigentes que van tarde, como dormidos, como  sumisos, la de la movilidad eléctrica, la del Litio: “minemos  la tierra para que unos pocos de Europa viajen en vehículo  eléctrico”, y ya de paso “cobrar algunos impuestos que  nos mantendrán un poco más en nuestros puestos”; “extendamos  las renovables calentando aún más la tierra, para colocarnos o  colocar a los nuestros”;  “abandonemos los vehículos de  combustión por el mal que han hecho para vender nuevos vehículos  eléctricos que acabarán abandonados contaminando de nuevo”.  Mismas políticas, mismos razonamientos, mismos problemas en  distintos momentos: “ya los solucionarán en el futuro”,  como dicen en las zonas costeras ante la subida progresiva del nivel  del mar. De momento, “salvémonos nosotros y nuestra economía”  parecen pensar siempre igual.
“Promovamos minas y fábricas para ser soberanos en Europa, pero asociémonos a las industrias chinas que son las que dominan esta tecnología”. Perseguimos erróneamente una tecnología en entredicho como si no pudiéramos elegir, como si fuera perfecta. El pasado 2021, para más aclaración, las grandes organizaciones ambientales europeas instaron a la Comisión Europea a aprobar por fin una regulación sobre la fabricación de baterías antes de que sea tarde, más tarde, pues hace años que debería estar aprobado el reglamento, pero las presiones, las prisas y el interés de siempre, lo han evitado. Los fabricantes se quejan de las propuestas porque hay que reciclar demasiado. De nuevo el negocio en contra de la vida.
Pero entonces ¿a dónde vamos y a dónde nos quieren llevar?, ¿hay opciones?, ¿hay esperanza?, ¿alternativas?, ¿para qué estamos aquí? Para ejercer democracia, para aprender a discernir, para informarnos, para señalarles a ellos y sus reiterados errores en favor de las empresas devoradoras de recursos públicos, para oponernos a sus intentos de imponer, para acudir a los tribunales cuando nos tratan de ingenuos. Para agradecer a las personas que dedican su tiempo y su energía a destapar sus fraudes, como ACIMA (Asociación para la Comunicación e Información Medioambiental), como las Plataforma ciudadanas contra el socioambientalmente caro y pronto obsoleto negocio del Litio, que están estos días en pueblos del entorno de Cañaveral y en Cáceres, recaudando firmas para alegar a un intento de imposición de un Decreto que no es más que una alfombra roja a empresas mineras surgidas de la nada para extraer el Litio a costa de tierra, agua y aire, para asignarles subvenciones de manera sencilla, y que puedan así arrancar de una vez sus proyectos, y con ellos nuestras encinas y alcornoques, nuestro agua y raíces, de las entrañas de la tierra sobre la que caminamos y caminarán los nuestros.
Un intento de imposición de un Decreto que no es más que una alfombra roja a empresas mineras surgidas de la nada para extraer el Litio a costa de tierra, agua y aire, para asignarles subvenciones de manera sencilla, y que puedan así arrancar de una vez sus proyectos
Hay esperanza porque hoy  podemos señalar a políticos como el presidente de la Junta de  Extremadura Guillermo Fernández Vara, o el Alcalde de Cáceres Luis  Salaya, ambos del PSOE, o el de Cañaveral, que nos comprometen  mientras repiten expresiones del tipo: “no os preocupéis”,  “solucionaremos esto”, “la factura de la luz…”,  “la energía y la movilidad del futuro…”,.. Y  tantos y tantos mantras, como si fueran budistas, mientras en sus  bocas se pervierten y pierden cualquier significado. Señalémosles a  ellos, que defienden proyectos ilegales como el de una mina en la  Montaña de Cáceres (el propio Salaya recordaba que la zona está  protegida por el Plan General Municipal para defender a la población  de la agresividad de las industrias extractivas, a cielo abierto o en  galería, y el agua, y el aire) y a sus asesores: “hay que  construir más presas” (en contra de la tendencia actual que  recupera ríos y gestiona el agua con cabeza y decencia en lugar de  favoreciendo el negocio del hormigón y las eléctricas), “la  tecnología solucionará nuestros problemas” (como llevan  décadas diciendo desde la industria agraria que desde los años 60  prometía acabar con el hambre y solo ha reducido la productividad de  la tierra), “hay que confiar en las leyes” (aunque los  antecedentes demuestran su servilismo y que no contemplan el coste  ambiental y social para el futuro), “¿no querréis que hagamos  en otros países lo que llevamos toda la vida haciendo?” (como  nos han propuesto esos ingenieros de minas que amenazan con seguir  extorsionando y explotando a otros como han hecho siempre, si no  accedemos a sacrificar nuestro entorno también), y finalmente, sin  decirlo pero encadenado a la realidad que vivimos: “os sacaremos  de esta crisis, nosotros que os hemos metido en ella, con nuestra  política, nuestra ideología, nuestra única manera conocida de  dirigir pueblos, ciudades, regiones, países: haciendo nuestros  negocios”.
Afortunadamente hoy hay esperanza y alternativas, hay información, hay redes, hay voluntad de colaborar y cooperar para acabar con esta competitividad territorial, política y empresarial que nos condena. Hay oportunidades de manifestar nuestro deseo de favorecer al futuro vivo en lugar de comprometerlo una vez más. Hay movimiento. Hay personas que están ahí trabajando para que sea posible. A todas ellas, gracias, de corazón.
Especulación urbanística
        
            
        
        
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