Colectivos de vivienda y clima se reúnen en Lisboa para construir “solidaridad global en tiempos de colapso”

Estas organizaciones, que integran la Coalición Europea de Acción por el Derecho a la Vivienda y a la Ciudad, persiguen un horizonte común: la puesta en marcha de una huelga internacional de alquileres que ponga patas arriba el sistema rentista actual.
Sindicatos de inquilinas Lisboa
Hasta casi 40 colectivos de toda Europa por el derecho a la vivienda y por el clima se reunieron el días pasados en la capital portuguesa.
5 dic 2025 06:00

“Somos inquilinos que se resisten a los desalojos, trabajadores que luchan por salarios justos y viviendas seguras, personas sin hogar que exigen una vivienda digna para todos y comunidades que reclaman tierras y espacios para la vida colectiva. Nos negamos a aceptar un sistema que trata nuestras viviendas y espacios vitales como activos en lugar de necesidades humanas básicas”. Bajo esta consigna más de 40 colectivos europeos sobre derecho a la vivienda y por clima se dieron cita en Lisboa, en la última semana de noviembre, para trazar estrategias comunes de lucha con las que hacer frente a un sistema al borde del colapso. La cita fue convocada por la Coalición Europea de Acción por el Derecho a la Vivienda y a la Ciudad, una confederación internacional que integra distintos movimientos sociales de base anticapitalista, ha reunido a cientos de activistas en la capital lusa para construir solidaridad global.

En el encuentro han estado presentes diferentes PAHs, asambleas de vivienda, sindicatos de Inquilinas y colectivos de personas sin techo, así como otros específicamente climáticos. Además de los colectivos anfitriones, los portugueses Stop Despejos y Habita!, participaron en el evento, entre otros, Abitare in Via Padova (Italia), Action Network for the Housing, the Public Space and the City-Solidarity for All (Chipre), Bond Precaire Woonvormen (Países Bajos), Bündnis Zwangsräumung Verhindern (Alemania), Community Action Tenants Union Ireland (CATU, Irlanda), Droit au Logement (Francia), INN - Iniciativa nájemníků a nájemnic (República Checa), London Renters Union (Reino Unido), Tenants Union of Ukraine (Ucrania), así como otras del Estado español como el Sindicat de Llogateres de Catalunya y las PAH de Barcelona y Mallorca. Los debates y conversatorios de estos intensos cinco días han orbitado en torno a la organización de bloques en lucha como forma de resistencia ante el rentismo, la justicia energética y los desastres naturales en su conexión con la emergencia habitacional, el auge fascista en las urbes europeas, el sinhogarismo o la gentrificación verde.

La razón de ser tanto de la coalición como del propio encuentro bianual obedece a una premisa clara: la crisis habitacional que sufren hoy la mayor parte de países europeos es la consecuencia natural de un sistema que prioriza los beneficios del capital frente a las necesidades humanas más esenciales. La exclusión residencial, la gentrificación y desnaturalización de los barrios y la paulatina destrucción de los lazos que vertebran las comunidades son realidades que exigen una respuesta conjunta y contundente, pero sobre todo supranacional. Por eso, la principal acción colectiva que la confederación pretende impulsar en los próximos nueve años es una huelga global de alquileres, un objetivo que ya marcaron en su último encuentro en Barcelona en 2024 y que tiene precedentes claros en la lucha inquilina de Madrid y Catalunya.

“Hemos llegado a la conclusión de que, efectivamente, compartimos enemigos comunes, ya que los intereses capitalistas traspasan las fronteras y nos perjudican de la misma manera”, comenta Ivana Andelkovic, una de las organizadoras

“La perspectiva europea nos ayuda a no sentirnos solos en nuestras difíciles luchas y a darnos cuenta de que compartimos los mismos problemas, adversarios y objetivos. En muchas ocasiones hemos llegado a la conclusión de que, efectivamente, compartimos enemigos comunes, ya que los intereses capitalistas traspasan las fronteras y nos perjudican de la misma manera”, comenta a El Salto Ivana Andelkovic, una de las organizadoras del evento internacionalista y miembro del colectivo Grad za sve (Ciudad para Todos) de Belgrado. La EAC ha experimentado desde 2024 un aumento en el número de miembros (de 29 a 38 organizaciones participantes), lo que evidencia la necesidad real de conectar las luchas locales a nivel internacional a través de una red donde compartir experiencias, debates, aprendizajes y líneas estratégicas.

Un encuentro que subraya la intersección entre lucha climática y habitacional

Para Pablo Sallabera, miembro de esta confederación y activista de Ecologistas en Acción, “el encuentro es una forma de reafirmar que el éxito de esta lucha pasa por un cambio de modelo económico. Al nacionalizar el asunto, se apunta a las políticas de un gobierno u otro, pero al visibilizar que es un problema que comparten tantos países se acerca a la opinión pública a una conclusión: es un problema sistémico que requiere de una lucha coordinada”. Pero también ha puesto de manifiesto la profunda interconexión que existe entre la lucha inquilina y la climática ya que ambas están profundamente atravesadas por los impactos nocivos del turismo de masas, la pobreza energética o el agotamiento de los recursos planetarios. De hecho, la aviación es una de las principales fuentes de emisiones de CO2 y los aeropuertos el principal punto de entrada de turistas, soslayan.

“Los hogares son uno de los frentes de batalla por una transición energética justa”: Pablo Saballera, de Ecologistas en Acción

En esta intersección también se encuentran los horizontes de futuro: uno de los grandes objetivos a largo plazo de los movimientos de vivienda es construir modelos residenciales cooperativos más sostenibles bajo esquemas de convivencia comunitarios capaces de subvertir el aislamiento en las ciudades y donde los recursos puedan compartirse de forma eficiente. “Los hogares son uno de los frentes de batalla por una transición energética justa que convierta a las viviendas en edificios donde poder producir energía, mediante el autoconsumo y comunidades energéticas”, infiere Saballera.

Tanto Ivana como Pablo entienden que los desafíos climáticos están íntimamente relacionados con la acumulación de capital por parte de los grandes tenedores inmobiliarios a escala global. Así, “si uno vive en una casa que es demasiado fría en invierno y demasiado cálida en verano y la renovación es demasiado cara la venderá a alguien más rico que, muy probablemente, la utilizará para alquilarla o venderla renovada con el fin de obtener beneficios”, destaca.

En toda Europa se ha hecho patente cómo la crisis ambiental contribuye a que la vivienda sea cada vez menos asequible. Maxime en un contexto donde cada año la población se expone a más fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones o incendios para los que las viviendas están poco o nada adaptadas, produciéndose desplazamientos en masa. En suma, de los diferentes talleres, conferencias y dinámicas grupales de la última semana se ha extraído el objetivo unánime de romper los monopolios inmobiliarios, devolver la tierra a las comunidades y dar prioridad a los modelos de propiedad cooperativa y pública.

La coalición refuerza sus críticas hacia el Plan de Vivienda Asequible de la UE

Una de las resultas del encuentro, que suele servir como vehículo para preparar campañas colectivas en el marco europeo, ha sido la organización de las Jornadas de Acción por la Vivienda (Housing Action Days) que tendrán lugar del 21 al 17 de abril. Con motivo de estas jornadas cada año se llevan a cabo más de 100 acciones locales y descentralizadas con el fin de denunciar las prácticas de fondos de inversión como Blackstone, que operan en todo el mundo con la connivencia de las instituciones comunitarias. Estos buitres, recalcan, “un día invierten en el sector inmobiliario y al siguiente se convierten en el principal accionista de una gran energética. “La Unión Europea ha ido ajustando poco a poco sus políticas al modelo neoliberal, que implica la autorregulación del mercado, la retirada del estado del bienestar y la erosión del modelo social. Tanto el debilitamiento de las políticas de vivienda como el aumento de los desahucios refuerzan así la segregación social y de las ciudades”, explican los organizadores.

En última instancia, la coalición está siguiendo de cerca la redacción del Plan de Vivienda Asequible de la UE que la Comisión Europea tiene previsto completar en diciembre de 2025. Un proyecto que ha sido duramente criticada por los movimientos sociales integrantes ya que, a su juicio, atiende en exclusiva a las necesidades del gran capital. Los informes preliminares del plan no hacen referencia al parque de viviendas de propiedad pública como alternativa a la financiarización de la vivienda, lo que perpetúa el modelo actual de mercantilización inmobiliaria.

La Dirección General de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión (encargada de dirigir el Plan Europeo de Vivienda Asequible), sostienen desde la confederación de vivienda y clima, abre el sector de la vivienda a las inversiones privadas y los instrumentos financieros. En este sentido, hoy exigen “aumentar la inversión pública en vivienda pública y social incluyendo, en el Semestre Europeo y en los Programas Nacionales de Reforma, un objetivo cuantitativo de inversión pública nacional para la vivienda pública y social en todos los Estados miembros y sanciones financieras si no se alcanza este objetivo”. Una medida crucial “ya que la CE ha puesto fin a la flexibilización de sus políticas de disciplina fiscal, lo que en varios Estados miembros se ha traducido en una nueva ola de medidas de austeridad”.

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