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Okupación
Ordenan precintar el CSOA La Muela de Cáceres
Tras la instrucción para el tapiado y precinto del Centro Social Okupado La Muela, el gobierno municipal ha pedido un informe sobre el local al Servicio de Proyectos Estratégicos y Edificación. La orden, que se ha dado a conocer hoy, ha venido precedida por su tratamiento en una de las últimas sesiones de la Junta de Gobierno local previas al periodo vacacional de agosto, donde se abordó la “ocupación ilegal del inmueble” en base a un informe de la Policía Local.
Okupación
Okupación La Algarroba Negra: seis años de okupación, recuperación de espacio social y resistencia autónoma colectiva
El CSOA La Muela está ubicado en la calle Juventud de la ciudad de Cáceres, a escasos metros de la Charca del Marco y la Ribera, y fue ocupado hace escasos meses sin que hasta la fecha se registrara incidente de ningún tipo ni quejas del vecindario colindante. Las dependencias ocupadas, de titularidad municipal y procedentes de una expropiación decretada hace más de una década, se encontraban en una situación de absoluto abandono y deterioro, incluso con sus puertas abiertas, lo que para los miembros de La Muela exigió “limpiar y mejorar las zonas y las edificaciones. En poco tiempo pasó de ser algo parecido a un basurero a ser un espacio de desarrollo personal y colectivo. Formando así un grupo de decenas de personas, de diversas edades y perfiles, que se están uniendo y reforzando, creciendo juntas en constante aprendizaje”.
El local ocupado, localizado cerca de uno de los molinos que funcionaba históricamente en el cauce de la Ribera del Marco, se encuentra también aledaño a un espacio de creación joven en el que, sostienen desde el CSOA, “a pesar de tener muy buenas infraestructuras y equipamiento, apenas se ven jóvenes en él. Como contrapunto, decidimos llamar al centro social La muela, la parte esencial del molino, sin la cual, el molino no muele. De esta manera también reivindicamos la historia de la Ribera y sus molinos harineros, uno de los cuales, y de los últimos junto al cauce, está amenazado de ser demolido con la aprobación de un programa urbanístico en la Ribera, junto con otras construcciones alrededor de la zona de Fuente Fría”.
El espacio ahora rehabilitado y convertido en el CSOA La Muela comenzó a autogestionarse, como relatan sus protagonistas, “a principios del año 2024, aunque el proyecto colectivo había comenzado un año antes”
El espacio ahora rehabilitado y convertido en el CSOA La Muela comenzó a autogestionarse, como relatan sus protagonistas, “a principios del año 2024, aunque el proyecto colectivo había comenzado un año antes”. Tras una búsqueda que califican como “exhaustiva”, decidieron actuar, relatan, sobre “una parcela en la Ribera del Marco, lugar que, como muchas otras parcelas de la zona, fue expropiada por el Ayuntamiento de Cáceres hace más de una década. Es decir, se trataba de un espacio público, que a pesar de propuestas seguía esperando una definición de uso e inversión. El emplazamiento, rodeado de entorno natural, estaba completamente olvidado, maltratado y abandonado, aun estando las edificaciones en bastante buen estado. Las puertas estaban abiertas, como todas las vecinas sabían. Decidimos así asumir el uso del espacio como posición política. La okupación legitimada frente al abandono y el olvido, denunciando el derroche que supone disponer de lugares públicos que pueden suplir necesidades reales”. En esa misma línea argumental, denuncian que en Cáceres, “una ciudad acorralada con el proceso de turistificación y gentrificación, no existía ningún espacio fuera de las instituciones y alejado de las lógicas mercantilistas. A pesar de varios intentos fallidos por otros colectivos, decidimos que ahora era nuestro turno para crear espacios libres para la contracultura y el movimiento social”.
El antes y el después de la intervención en la edificación quedan perfectamente reflejados en las imágenes difundidas por el colectivo dinamizador de La Muela, donde se aprecian interior y exterior del edificio, perfectamente habilitados para actividades comunitarias de todo tipo (antes en estado de aparente semiderribo) tras las tareas comunitarias de remozado.
Como apuntan desde La Muela, “además de las centenares de acciones colectivas para la mejora del espacio y la comunidad, hemos realizado más de 20 actividades programadas, todas ellas abiertas y gratuitas. También hemos realizado encuentros variados y actividades para apoyar algunas luchas afines. Estimamos que han pasado ya por el CSOA La Muela más de 400 personas. ¡Y lo que nos queda!”.
Unas de las propuestas más conocidas han sido los denominados “Miércoles Random: propuestas dispares para salir de los bares”. Algunos de sus títulos: Esbozos y reflexiones de primero de mayo, Introducción a la música latina, Conversatorios y debates sobre centros sociales... También han tenido lugar talleres, como por ejemplo el de Creación de chapas, Café Filosófico, Introducción a la albañilería, Creación de fanzines, Taller de fotobordado, Taller de Kokedama, Usos respetuosos del centro social, Creación de un hotel de insectos, Talleres de Cocina, Sesiones de micro abierto literario y Cacharreo musical.
En total, se calcula que más de 400 personas han pasado por La Muela sin registrarse incidente de ningún tipo y contando con la creciente simpatía de un vecindario con el que no ha habido problemas
Han sido organizados allí, también, diferentes eventos culturales, conciertos y exposiciones de arte como Folk Ácrata, Encuentro de fanzines, Exposición de Arte Colectivo, o Encuentro extremeño de centros sociales y autogestión.
En total, se calcula que más de 400 personas han pasado por La Muela sin registrarse incidente de ningún tipo y contando con la creciente simpatía de un vecindario con el que no ha habido problemas y de las que afirman que encuentran agradecimiento “por el buen uso actual del espacio, ya que previamente era una fuente de problemas”.
En relación a su organización, el Centro Social se articula en torno a un “grupo motor”, impulsor del arranque y de la actividad del espacio en lo cotidiano, al que consideran “abierto y en expansión” y que se reúne de forma presencial. Las decisiones, remarcan, se toman de forma horizontal, asamblearia y por consenso, saliendo de ahí diferentes grupos de trabajo específicos. “Todas las actividades dentro de la Muela son colaborativas. Esto significa que todas las personas pueden tomar iniciativas y responsabilidades, pasando a formar parte de un equipo multidisciplinar con muchas ganas de hacer y de aprender”, apuntan.
Dicho equipo motor incluye personas que desarrollan en su vida cotidiana diferentes actividades, dedicándose a la albañilería, diseño, fontanería, docencia, prevención de riesgos, hostelería… Como se esfuerzan en destacar los dinamizadores del proyecto: “somos vecinas activas de nuestra ciudad y trabajamos en mejorar el bienestar de las personas dentro de nuestras posibilidades”.
Aspiran a “generar un espacio intercultural, social y político libre de censuras y alternativo a las imposiciones capitalistas. Un lugar abierto tanto a gentes como a ideas, libre, seguro y sin prejuicios, movido por valores libertarios, antifascistas y feministas
De este modo, y como expresan en un documento abierto a la opinión pública, aspiran a “generar un espacio intercultural, social y político libre de censuras y alternativo a las imposiciones capitalistas. Un lugar abierto tanto a gentes como a ideas, libre, seguro y sin prejuicios, movido por valores libertarios, antifascistas y feministas. En líneas generales, estamos comprometidas con la lucha medioambiental, la lucha de clases, la justicia social, los derechos humanos, la defensa de los territorios, el antimilitarismo y el rechazo al fanatismo”.
Quedan por conocerse los siguientes pasos a dar por un Ayuntamiento con el que, por ahora, no hay abierta ninguna línea de comunicación desde el local ocupado. El cartel ya ha desaparecido de la puerta, pero las intenciones del colectivo dinamizador de La Muela son claras: “seguir haciendo del CSOA La Muela un lugar vivo, de participación comunitaria, abierto al barrio y a la ciudad”.
Se mantienen abiertas, entonces, todas las preguntas con las que se define La Muela: “¿cómo sería la ciudad dónde te gustaría vivir? ¿qué le falta a la ciudad dónde vives para que sea lo más cercana posible a ese anhelo? La idea de ‘elige la ciudad en la que quieres vivir’ era un impulso que nos recorría a todas. Por este motivo, un grupo de personas decidió unirse y formar un colectivo, organizado de forma horizontal y asamblearia, para liberar un espacio y comenzar a crear aquello con lo que soñamos”.