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Política
Yolanda Díaz pisa el acelerador de la federación de partidos mientras Podemos espera el cara a cara
En 2019, el expresidente del Partido Popular, Pablo Casado, soñaba con conformar un espacio que uniera a toda el arco conservador, desde el centro hasta Vox, dejándolo fuera pero incluyendo a Ciudadanos, en un gran frente llamado España Suma. Más de un periodista recordará las charlas del joven dirigente, hoy recluido a la reflexión personal y alejado de la política, comentando en los pasillos del Congreso las ventajas de este plan, junto a sus laderos García-Egea y Javier Maroto, hoy convertido en un nuñezfeijoista de paladar negro.
La idea era replicar un Navarra Suma pero a lo grande, contemplando al Foro Asturias y hasta al Pi de Mallorca (una escisión del PP más identitaria). Todos aseguraban que, por el sistema electoral, no había otra forma de ganarle a Pedro Sánchez en las generales repetidas de noviembre. Tuvieron razón y nos encaminamos a unos comicios de 2023 en los que esta idea ahora la está enhebrando, con cada vez más prisa, Yolanda Díaz.
Según confirmaron a El Salto fuentes que participan de este operativo, la vicepresidenta prepara “un paraguas” legal y político para amalgamar a todas las fuerzas progresistas del Estado a la izquierda del PSOE y, claro, excluyendo a los independentistas de ERC, EH Bildu, la CUP y el BNG. Lo que ahora está por verse es terminar de definir los últimos detalles del cómo y el cuándo.
Política
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El lanzamiento de la plataforma, que lo más probable es que lleve la palabra “sumar” en parte de su marca (que nunca haya prosperado el España Suma de la derecha lo permite, por suerte para ella), será de aquí a un mes. Una fuente de inobjetable cercanía con Díaz comentaba a El Salto que consideran los comienzos de marzo como algo tarde.
Lo cierto es que la ministra de Trabajo había tomado la determinación de adelantar el lanzamiento formal, para acabar con los ruidos con Podemos y las exigencias de los posibles aliados (hasta el moderado Joan Baldoví de Compromís pidió públicamente hace poco que Díaz avanzara de una vez sobre qué quiere construir) y dar más claridad a su camino. Esto fue estratégicamente filtrado por el equipo yolandista en su momento.
Párrafo aparte merece el presunto papel del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en este supuesto sprint de invierno de Sumar. Dos diputados implicados en este proceso aseguraron a El Salto que no ha existido esa presión del líder del PSOE a Díaz para que limara asperezas con Podemos y se sentara a negociar prontamente una coalición. La versión fue filtrada por Moncloa a medios cercanos pero quienes conocen a la ministra dicen que “Sánchez es demasiado inteligente y sabe que a ella si la quieren ordenar, obtienen el resultado contrario”.
Sí aseguran que la conversación sobre la situación existió y que hay un interés por parte de Ferraz que su inevitable socio minoritario de coalición tenga una performance electoral digna porque a la mayoría de los 176 escaños el PSOE no podrá llegar por su cuenta y con los soberanistas absteniéndose. Sus destinos están unidos, más aún con una derecha fortalecida en comparación con 2019.
En cuanto a la puesta en marcha de la precandidatura a las generales, la vicepresidenta volvió a ponerla en paréntesis porque el azar siempre juega su carta. Uno de los principales operadores políticos de Díaz, quien mantiene de manera prioritaria las conversaciones con las otras fuerzas, sufrió un problema en sus dos retinas oculares y está de baja desde entonces y por muchos días (por cuestiones de privacidad mejor dejar su nombre sin mencionar). Un lanzamiento sin él en funciones sería más difícil y prematuro.
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“Él es una pieza clave por su capacidad organizativa”, admiten laderos de Díaz aunque niegan que el motivo primordial de la postergación haya sido éste, sino uno más. Aseguran que se tuvo muy en cuenta que no se habían realizado procesos de escucha en algunos territorios que se había prometido estar y se prefirió darle unas semanas más a esa estrategia.
De los cuatro principales partidos del Congreso, la única precandidatura no definida aún es la de Unidas Podemos, que en definitiva, es la de Sumar. Ese vacío de sentido debe ser llenado pronto y eso también lo saben en el yolandismo, por lo que empiezan a admitir que se pisará el acelerador en la escucha “no solo territorial sino también sectorial”, como por ejemplo los encuentros que ya ha tenido con economistas y colectivos LGBTI. Y añaden ya sin tanto cuidado que en estos días “se entrará en una fase en la que se hablará” con las formaciones aliadas. Conversaciones informales ya hay y muchas.
Federación o coalición
Fiel a su estilo, Izquierda Unida se ha adelantado para dar una propuesta de esquema tradicional que a los ojos tanto de Sumar como de Podemos no es muy apetecible. El coordinador general Alberto Garzón obtuvo la aprobación de la mayoría de su ejecutiva, anunció que IU ya está habilitada para constituir una “mesa de partidos” con el objetivo de conformar una coalición estatal.
En Sumar esto no es del todo agrado porque quieren escapar a las formas “partidocráticas” y en Podemos desean una negociación cara a cara, y no ser diluidas entre una docena de partidos. Porque aquí radica la otra cuestión esencial: el espacio Sumar será en extremo heterogéneo.
Además de Podemos, Izquierda Unida y la Catalunya En Comú de Ada Colau, la vicepresidenta quiere un frente con Compromís, Más País, Más Madrid (ellos se diferencian como organizaciones separadas por lo que las negociaciones van en paralelo con Iñigo Errejón y Mónica García), Equo, Alianza Verde, la coalición de Més (el soberanismo de Illes Balears que integran Més per Mallorca, Més per Menorca y Ara Eivissa), la Chunta Aragonesista y hasta el flamante Proyecto Drago de Canarias, el nuevo espacio liderado por Alberto Rodríguez (quien perdiera su escaño por decisión de Mertixell Batet al ser condenado en un juicio por una agresión a un policía).
El formato o esquema a seguir, según señalan a El Salto desde el yolandismo puro, busca emular lo que hizo el presidente colombiano Gustavo Petro con su alianza Pacto Histórico. “No hay muchas maneras tampoco, básicamente hay dos mecanismos. O la federación de partidos, al estilo CiU, o la coalición de partidos. Pero hay que conversarlo y a partir de la propuesta ver”, explican, a la vez que descartan una mesa de partidos tradicional que huela a vieja política.
A este marco hay que agregarle que Díaz tiene en su cabeza la idea de sumar a personas con perfiles políticos independientes ajenos a los partidos, y también que los colectivos sociales tengan un papel al menos simbólico relevante, para mejorar la implantación territorial y ensanchar la base electoral. Esa base que el aliarse con Podemos le asegura un suelo pero le frena un techo.
Ese es el otro gran asunto que aún está orbitando sin resolución: la relación con Podemos. La misma fuente cercana a Díaz asegura que hay “un diálogo informal positivo” que hasta sorprende a varios que venían viendo con estupor los sablazos verbales a través de los medios. La relación entre la secretaria general morada, Ione Belarra, y Díaz está en un buen momento, especialmente por la exigencia de la gestión.
Algunos han intentado vender en los medios el intento de acercamiento de Díaz para con la ministra de Igualdad, Irene Montero, y la defensa pública por parte de la vicepresidenta a la labor que hizo la número dos de Podemos, y también cuando la respaldó públicamente por la polémica sobre su acusación al PP de perpetuar la “cultura de la violación”. “Con Irene siempre es más difícil (el acercamiento)”, admite un yolandista de paladar negro.
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Más allá de los gestos, en Podemos no los valoran como un hecho destacable e insisten en que es prioritaria una negociación de tú a tú con la formación morada y antes que con nadie, debido a su extensión territorial y el poder de su marca electoral para un sector de votantes, según relataron a El Salto desde la cúpula del partido.
La fuente, de trato constante con Belarra y Montero y miembro de la dirección del partido, lamenta que Díaz, según avizoran, se vaya a involucrar en las autonómicas y municipales sólo para potenciar marcas electorales que son rivales de Podemos, como Compromís en el País Valencià y Más Madrid en la región capital. Y dudan que eso sea sin intención de erosionar a Podemos para negociar las listas de forma más fácil.
Por el momento, este es el complejo mapa de situación, que ha cobrado más dinamismo en las últimas semanas y que, en menos de un mes, tendrá más definición. En tanto, y con la derecha fuerte en las encuestas, el votante progresista mantiene el deseo de ver que las izquierdas dejen en 2023 su adicción al fratricidio.
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Es bochornoso el espectáculo que está dando Yolanda Díaz despreciando publicamente a podemos.
El artículo da una buena muestra del bochornoso espectáculo que está dando la "izquierda" sistémica en su carrera por mantener sus puestecitos a la sombra del PSOE. Mientras tanto nos arrojamos a la guerra interimperial tensando la cuerda de una hecatombe atómica, sostenemos una política migratoria racista y genocida en la frontera Sur, alimentamos la catástrofe climática y el desastre ecológico llamándolo ahora Green New Deal o Capitalismo Verde, y contemplamos con dolor impotencia fenómenos de anomia social tan peligrosos como la ofensiva patriarcal contra los avances feministas, el ascenso de neofascismos, conspiranoias y todo tipo de negacionismos... Estas maniobras vergonzosas de las élites de la "izquierda" sistémica y autoritaria dan alas a la desafección política, a la abstención y a la desesperación... Lo mismo habría que darles las gracias a todos y todas las trepas que se afanan por vendernos esta nueva plataforma de viejos errores y traiciones, pero de momento solo dan asco.
O nos aliamos mediante una asociación de partidos y movimientos sociales de la izquierda popular, o estamos perdidos, frente a una derecha neoliberal y un PSOE otanista y colonialista.
Debemos recuperar la esencia de lo que fue el Frente Popular y el Ejército Popular de la Republica: Unidad de las izquierdas y socialismo!