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Racismo
La igualdad en USA
En USA la población negra despierta del sueño de la igualdad. Y las calles se iluminan
Lo que pasa estos días en Minneapolis con el asesinato de George Floyd a manos de la policía saca a relucir los casos más sonados de racismo en USA. No voy a repetir yo aquí la interminable lista. Me detendré en el caso de Tryvon Martin, de 17 años, que volvía desarmado a su casa de comprar chucherías y el vigilante jurado Zimmerman lo vio con capucha, se asustó y le pegó un tiro. Zimmerman fue absuelto por un Jurado de blancos de Florida aplicando la ley del “mantenerse firme” en una posición (stand on your ground) que te permite pegarle un tiro al más pintado con total impunidad, sobre todo si el blanco es un negro. Esto es interesante pues es un reflejo de la apropiación original. La ley está aún en vigor en 22 Estados de la Unión y viene de cuando los colonos blancos ocupaban un territorio indio y, si un nativo se acercaba le cortaban la cabellera, no fuera que tuviera intención de reclamarlo como suyo. En 1755, según una ley del Parlamento de Massachussets, la recompensa era “por cada cabellera de indio macho… de cuarenta libras… y de cada mujer india o joven macho de menos de doce años que se matase… de veinte libras”. Hoy apenas quedan indios, pero sí aumentan los negros y queda la costumbre.
Estados Unidos
Trump amenaza con usar el “ilimitado poder” del ejército para sofocar las protestas por la muerte de George Floyd
Trump culpa al movimiento antifascista y a la “izquierda radical” de las protestas que se suceden por todo Estados Unidos tras la muerte de George Floyd a manos de la policía en Minneapolis, la capital de Minesota, un estado que va a movilizar a la Guardia Nacional.
De Abraham Lincoln, ejemplo cásico de abolicionista, son estas palabras, pronunciadas en 1858 durante su campaña al Senado: “Diré, pues, que no estoy, ni nunca he estado, a favor de equiparar social y políticamente a las razas blanca y negra; que no estoy, ni nunca he estado, a favor de dejar votar ni formar parte de los jurados a los negros, ni de permitirles ocupar puestos en la administración, ni de casarse con blancos”. En 1862, en plena Guerra de Secesión y en respuesta al director del Tribune de NY, escribió el ya presidente Lincoln: “Mi objetivo primordial en esta lucha es la salvación de la Unión, y no el salvar ni destruir la esclavitud. Si pudiera salvar a la Unión sin liberar a ningún eslavo, lo haría; y si lo pudiera conseguir con la liberación de todos los esclavos también”. Se deduce que la abolición de la esclavitud sirvió para derrotar a los Confederados.
El negro en USA es la huella esclavista que el blanco lleva en su conciencia y que no puede borrar. Ni con seis tiros ni con veinte. Ni metiéndolos en guetos ni en las cárceles. Ni en la conciencia, digo, ni en la sangre. No hace mucho se demostró por pruebas de ADN que el presidente Thomas Jefferson, padre de la patria y modelo de virtudes, tiene al día de hoy más de 900 descendientes negros. El negro está ahí manchando la prosapia, oscureciendo los orígenes de la riqueza de la nación y reclamando sus derechos de igualdad con los blancos norteamericanos. Algo más dijo el escritor James Baldwin en los 60, cuando los negros empezaron a considerarse a sí mismos como afroamericanos y alzaban el puño del Black Power: “El blanco no sabe qué hacer con nosotros. No ha encontrado la solución final”.
Historia
El origen de la segregación racial en los Estados Unidos
En 2001, los negros que conocí en la Universidad de Indiana no se sentían americanos y eran partidarios de segregarse en un Estado independiente. En estas llegó el ataque terrorista de New York y, poco después, Obama. La cosa se calmó.
No obstante, en el Lincoln Memorial de Washington, en agosto de 2013, se conmemoró el 50 aniversario de la Marcha de la Libertad, que encabezó Martin Luther King Jr. poco antes de ser asesinado. Todos los intervinientes resaltaron el pobre avance en los derechos civiles, el atroz desempleo, la injusticia y las crecientes desigualdades de riqueza entre blancos y negros. La misma ley de “discriminación positiva”, que favorecía a las minorías, venía de ser recortada una vez más por el Tribunal Supremo. Obama estaba presente en el acto y señaló que aún quedaba una larga marcha para que fuera una realidad el sueño de Martin Luther King Jr. de que todos los hombres han sido creados iguales. Su presidencia misma fue un sueño (o señuelo) del que una vez más despiertan los negros estos días, cuando, para más inri, más del 50% de los contagiados y fallecidos por el Covid-19 son negros y latinos (“indios”) pobres sin ningún tipo de cobertura sanitaria.