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Racismo
Que no quede impune el racismo policial
Atxuri Harrera
AZET Etxebizitza Sindikatua
SOS Racismo Bizkaia
Hace bastante tiempo, desde diversos colectivos venimos denunciando y visibilizando el racismo policial que existe en nuestras calles hacia las personas migradas y/o racializadas y gitanas. Cacheos sin motivos, paradas por perfil étnico, desalojos ilegales, brutalidad policial, actuaciones desproporcionadas, insultos, acoso a personas empobrecidas en situación de calle, humillaciones y más humillaciones racistas realizadas y avaladas por la institución policial, judicial, ayuntamientos y gobiernos.
Las realidades de racismo policial que suceden en nuestros barrios son muchas, pero están invisibilizadas y menospreciadas tanto por los organismos institucionales, que debieran gestionarlas, y por la sociedad blanca que no la vive en sus propias carnes. La criminalización y racismo a las personas racializadas deja daños severos, tanto a nivel psicológico como físico.
A pesar de que existían vídeos explícitos grabados en la comisaría que probaban las agresiones cometidas por el ertzaina, el Gobierno Vasco no dudó en defender al acusado con recursos pagados con dinero público
Ya lo vimos con el caso de Silvia, la mujer que después de haber sido agredida gravemente en la comisaría de Getxo, tuvo que sufrir casi 6 años de procesos judiciales para exigir justicia. Toda esta historia de humillación contó con un actor clave: el Gobierno Vasco. A pesar de que existían vídeos explícitos grabados en la comisaría que probaban las agresiones cometidas por el ertzaina, el Gobierno Vasco no dudó en defender al acusado con recursos pagados con dinero público. Un ejemplo concreto que no es un caso aislado. Es una clara muestra de la cotidianeidad con la que se encuentran las personas racializadas que inician un proceso de denuncia.
¿Quién querría denunciar una agresión policial sabiendo que eso no supondrá el fin de la violencia institucional hacia su persona? Esta historia nos muestra que denunciar a la policía supone pasar por un calvario de malos tratos, trabas e injusticia. Impunidad y más impunidad.
Racismo
OPINIÓN Hartas del abuso policial
Así lo vemos con otras historias de personas racializadas que son humilladas en la vía pública, obligadas a demostrar el ticket de compra de su móvil/bicicleta/monopatín para que la policía no les requise (por no decir robe) sus pertenencias, personas que han sido desvestidas en la calle para “comprobar” que no tienen nada ilícito, que son multadas por pedir información del porqué de su detención (que dicho sea de paso es obligación del agente informar de los motivos). Y así seguiríamos con distintos relatos que dejan secuelas graves en las vidas de tantas personas.
Para terminar, es urgente que se ponga el foco en la actuación policial realizada en Barakaldo el 21 de marzo de 2024. Tres jóvenes migrados y racializados que dormían en la calle fueron heridos de bala. Uno de ellos recibió tiros en zonas vitales por parte de policía municipal de la localidad y aún no hay una investigación clara. En una actuación policial de “desalojo” es impensable que una persona termine con riesgo vital. Esto es brutalidad policial a todas luces, un uso desproporcionado de la fuerza de forma racista porque se asume que unas vidas valen menos que otras. Ese día, otra vez más, quedó demostrado. Todos los días se demuestra.
El 21 de marzo de 2024 tres jóvenes migrados y racializados que dormían en la calle fueron heridos de bala por la policía en Barakaldo
Queremos que nuestras denuncias se escuchen, exigimos investigaciones serias, queremos que se cuantifique el racismo policial que existe, porque solo así, visibilizándolo se puede atacar y señalar. Basta ya de defender lo indefendible. Por todo ello, diversos colectivos nos hemos organizado para crear la “Red contra los abusos policiales racistas” con el fin de sostenernos, informarnos y, sobre todo, visibilizar los casos de racismo policial que pasan a diario en nuestras calles y que no se denuncian pública ni judicialmente por motivos obvios. Que no quede impune el racismo policial.