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Reducción de jornada
La reducción del tiempo de trabajo irrumpe en el debate político
La reducción de la jornada laboral ha ganado centralidad en el debate político y económico de los últimos años, intensificándose a lo largo de la presente campaña electoral. Desde diferentes ámbitos se pone en valor su contribución al reparto del trabajo de cuidados o la conciliación del empleo y la vida, así como su incidencia en la mejora de la productividad de las empresas y en los múltiples impactos positivos de esta medida sobre la economía, el consumo, los ingresos fiscales, la salud laboral y el medio ambiente.
Reducción de jornada
Trabajo Reducir la jornada para ensanchar el futuro
Además de la reciente presentación del proyecto de Ley de Usos del Tiepo y de racionalización horaria por parte de Yolanda Díaz, el precedente más importante para este retorno de la reducción de la jornada a la arena pública es que, tras la experiencia valenciana, el Gobierno de España ha puesto en marcha un proyecto piloto para subvencionar la implantación de una semana laboral más corta, reduciendo la jornada como mínimo en un 10%, es decir, pasando de las 37-40 horas semanales medias actuales, según sectores, a unas jornadas más cortas de 32-35 horas por semana, repartidas en cuatro o cinco días. Para ello, el Gobierno ha empezado a subvencionar los costes derivados de la adaptación de los procesos organizativos y productivos, como pueden ser los costes por el aumento de las plantillas para cubrir las jornadas liberadas.
Dicho de otro modo, las empresas podrán trabajar 5 días a la semana mientras que quienes integran sus plantillas solo lo hagan durante 4 días, pudiendo en algunos casos cubrir un día con nuevo personal. Y todo ello sin reducir los salarios. El objetivo de este programa piloto es evaluar los efectos de tal reducción sobre la productividad del trabajo en las empresas participantes, así como la mejora de otros indicadores de salud laboral.
Puntos de vista
Existen distintos puntos de vista sobre los objetivos a perseguir en relación a la implantación de este modelo de reducción de jornada. Por un lado desde una perspectiva de izquierdas, se visualiza como una medida de conciliación y avance social, como oportunidad para facilitar la corresponsabilidad en los trabajos de cuidados, o como medida de creación de empleo. También se suele presentar como medida de flexibilización pactada, basada en la mejora de la satisfacción de la persona empleada, ya que es una buena forma de atraer y retener el talento en la empresa, al igual que puede ser el teletrabajo (trabajar donde quieras) o la flexibilidad de la jornada (trabajar cuando quieras).
Cada vez parece más difícil para los sectores conservadores oponerse a una reducción de la jornada laboral, enfocada hacia la mejora productiva, de la vida familiar o de la calidad de vida de la mayoría trabajadora
También han surgido voces más conservadoras que interpretan estas propuestas de reducción de la jornada, por debajo de las 40 horas semanales, como medida con un trasfondo político que tendría la finalidad de desviar la atención de los supuestos fracasos en la política del Gobierno. El caso es que el tiempo de trabajo se ha colado en todos los programas electorales y ha ganado importancia en la campaña, por lo que cada vez parece más difícil para esos sectores conservadores oponerse a una reducción de la jornada laboral, enfocada desde distintos ámbitos hacia la mejora productiva, de la vida familiar o de la salud laboral de la mayoría trabajadora.
Dicho de otro modo, mientras la perspectiva más progresista se centra en la reducción de la jornada a 32-35 horas semanales sin reducción de salarios, bien reduciendo a 4 los días laborables o bien reduciendo una o dos horas al día la jornada de lunes a viernes, la parte más conservadora lo plantea como el mantenimiento de las horas semanales actuales pero distribuidas de forma flexible a lo largo de la semana, incluida la posibilidad de un día menos como se ha hecho en Bélgica, con el problema de que en esa modalidad no se efectúa reducción alguna de jornada, sino que más bien se opera su concentración e intensificación para disfrutar de un nuevo día libre sin coste alguno para las empresas.
Esta diferencia demuestra la persistencia de una discrepancia aún importante entre la histórica propuesta del movimiento obrero y del feminismo por ganar tiempo de vida mediante una jornada más corta, por un lado, frente a los habituales planteamientos del mundo empresarial de flexibilidad y reorganización del tiempo de trabajo ¿Cuales son las ventajas y desventajas de la reducción de la jornada? ¿Qué encaje tienen estos planteamientos en el actual régimen jurídico laboral? ¿A qué aspectos afecta en la empresa, en el trabajador, en la sociedad? ¿Es posible su implantación generalizada a todos los sectores de actividad?
Para avanzar en este debate se ha puesto en marcha el proyecto piloto de los 4 días por parte del Gobierno, a instancia del partido Más País, hoy integrado en la coalición Sumar, lo que ha despertado mucho interés en sindicatos, empresas y otros partidos que componen el actual bloque de gobierno, además de haberse generado un eco mediático importante sobre las experiencias de éxito llevadas a cabo en Gran Bretaña o más recientemente la iniciada en Portugal, que ha puesto como responsable de su diseño y ejecución a Pedro Gomes.
Reducción de jornada
Pedro Gomes “Ya no se puede ignorar el debate de la reducción de jornada laboral”
Debate social
La jornada de 40 horas semanales en España fue un gran éxito del movimiento obrero en general y de la CNT en particular. En 1919 se inició un movimiento de reivindicación laboral que incluyó huelgas, boicots e insumisión civil, iniciada en la empresa eléctrica Riegos y Fuerza del Ebro, perteneciente a Barcelona Traction, Light and Power Company, más conocida como La Canadiense. Transcurridos ya 100 años, el movimiento obrero en la actualidad considera que es el momento de retomar esta reivindicación.
El paso de las 40 horas semanales a las 32-35 horas, sin merma salarial alguna, es una demanda sindical tradicional, si bien en los últimos tiempos esta reivindicación ha sido aparcada dando mayor importancia a otras prioridades, como la mejora en las retribuciones y las políticas laborales relacionadas con mejoras de tipo social o asistencial. Valga como ejemplo la historia del sindicato ELA, donde hay que remontarse a la década de los 90 para encontrar referencias a su reivindicación de la jornada semanal de 35 horas como medida de generación de empleo. El sindicato UGT ha retomado el último año este debate, impulsando y promoviendo la jornada laboral de 4 días ó 32 horas semanales, habiendo realizado propuestas y actividades para promoverla.
Por su parte, asociaciones de empresarios como ADEGI, entienden que la reducción de la jornada laboral supondría pérdida de competitividad empresarial, que según su enfoque de los elevados costes laborales, pondrían en riesgo el crecimiento de los salarios y del empleo. Es por lo que las patronales prefieren hacer una política de concesiones mutuas de tiempo mediante la flexibilidad horaria, ofreciendo a los trabajadores la posibilidad de tomar decisiones en cuanto a la organización de su trabajo y así compatibilizar mejor su vida personal y profesional.
La flexibilidad pactada ha supuesto beneficios como la reducción del absentismo o la retención de talento, así como mejoras en la productividad al aumentar la satisfacción y bienestar de los trabajadores. Por su parte, el planteamiento de las jornadas de trabajo más cortas suponen dar un paso más allá. Además de los beneficios indicados, es una medida que si se hace de forma sustancial y se financia adecuadamente puede suponer una relevante generación de empleo, al liberarse jornadas de trabajo que pueden ser cubiertas por nueva mano de obra.
La experiencia piloto de los 4 días
El 13 de abril de 2023, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo publicó la Resolución de 11 de abril de 2023, de la Fundación EOI, F.S.P. por la que se aprueba la concesión de ayudas dirigidas al impulso de la mejora de la productividad en pequeñas y medianas empresas industriales a través de proyectos piloto de reducción de la jornada laboral. Aunque esta norma se impulse desde ese Ministerio, la gestión se está realizando desde la Escuela de Organización Industrial (EOI).
Las bases reguladoras de esta subvención, fueron aprobadas por la Orden ICT/1238/2022, de 9 de diciembre, por la que se establecen las bases reguladoras de las subvenciones para el impulso de la mejora de la productividad en pequeñas y medianas empresas industriales, a través de proyectos piloto de reducción de la jornada laboral, publicada en el BOE el 16-12-2022. A su vez, también se encuentra publicada en la Base de Datos Nacional de Subvenciones.
Tal y como se explica en la exposición de motivos de esta Orden, “según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), más horas de trabajo no se traducen en una mayor productividad. Este organismo mide la productividad laboral de cada país mediante el indicador PIB por hora trabajada, que se mide en dólares estadounidenses y que tiene en cuenta el total de horas trabajadas de todas las personas que participan en el proceso de producción. Estos datos reflejan que hay países que trabajan menos horas y, sin embargo, son más productivos”, argumenta.
Se están popularizando las propuestas de jornadas laborales más cortas, que junto con otras medidas, podrían ayudar a incrementar la productividad de las empresas
En este sentido, se están popularizando propuestas de jornadas laborales más cortas, que junto con otras medidas, podrían ayudar a incrementar la productividad de las empresas. Todo ello en un contexto de cambios, donde el bienestar de los trabajadores, el cuidado del medio ambiente y la transformación digital están a la orden del día, lo que hace necesario introducir factores como la sostenibilidad, la conciliación de la vida familiar y laboral o el impulso digital para una mejor gestión del ámbito empresarial.
La adaptación de los factores productivos, la digitalización, la formación, el aumento de la contratación, la atracción y retención del talento, la sostenibilidad, la rentabilidad o la viabilidad en determinados sectores de actividad son aspectos a tener en cuenta a la hora de tomar medidas tendentes a incrementar la productividad de las empresas.
El actual Gobierno apuesta por acortar la jornada laboral sin reducir los salarios, con el objetivo de realizar un seguimiento y evaluación de la efectividad de la propuesta
Mediante esta línea de subvenciones, el actual Gobierno apuesta por acortar la jornada laboral sin reducir los salarios, con el objetivo de realizar un seguimiento y evaluación de la efectividad de la propuesta, para poder así realizar mejoras a futuro. Así, pone en marcha proyectos piloto para acortar la jornada laboral semanal que, al incorporar otras medidas, supongan un impulso a la productividad en las PYMEs industriales dada su importancia en el tejido productivo español.
Con un presupuesto total de 9.650.000 euros, se han puesto a disposición subvenciones máximas de 200.000€ por empresa, con lo cual podría alcanzar a un número de entre 50 y 100 empresas, aproximadamente, las cuales se comprometen a la reducción del 10% de la jornada durante al menos dos años para más de 25-30% de los trabajadores indefinidos a tiempo completo de sus plantillas, siempre además que sea con acuerdo de la representación legal del personal asalariado, con carácter previo a la solicitud de la ayuda.
Tras la finalización de los proyectos piloto se realizará un estudio que permita evaluar y comparar las medidas que se hayan puesto en marcha, atendiendo a los diferentes tipos de empresas y sus planteamientos organizativos, tecnológicos o de negocio. El análisis de los proyectos piloto, así como los resultados finales comparados, permitirán presentar las mejores prácticas entre las propuestas ejecutadas, y así poder elaborar recomendaciones como conclusión de la experiencia piloto de los 4 días o 32 horas. El análisis tiene por objeto la generación de conocimiento, debate público y extraer recomendaciones para una futura toma de decisiones que ayuden a elaborar políticas públicas basadas en resultados analíticos reales.
Reducción de jornada
Análisis Reducción de la jornada laboral, un asunto pendiente
Ley de Usos del Tiempo
En esa línea, la Vicepresidenta, Ministra de Trabajo y candidata de Sumar a la Presidencia del Gobierno Yolanda Díaz se ha adelantado a esta secuencia previamente establecida, presentando recientemente el Estudio de fundamentación para la Ley de Usos del Tiempo y racionalización horaria. Tras un cierto retraso respecto a las expectativas de aprobación de la ley, se presentaba recientemente un nuevo marco de intervención sobre la realidad laboral y el tiempo de trabajo sobre la que anteriormente había habido escasas oportunidades de concreción, tales como algunas declaraciones de cargos del Ministerio de Trabajo o la cumbre internacional realizada el año pasado en Valencia, en la que la Vicepresidenta apuntó las líneas maestras de su futura ley.
Yolanda Díaz cuenta ahora con un marco claro para presentar sus intenciones en materia de reducción de la jornada laboral y racionalización horaria
Gracias al trabajo de coordinación de Marta Junqué y del Barcelona Time Use Initiative for a Healthy Society, Yolanda Díaz cuenta ahora con un marco claro para presentar sus intenciones en materia de reducción de la jornada laboral y la racionalización horaria. La candidata de Sumar propone una serie de medidas para avanzar ya en la reducción generalizada del tiempo de trabajo, con una cuasi inmediata reducción de la jornada laboral máxima a 37,5 horas para todas las actividades y sectores en 2024, además del horizonte de llegar a las 32 horas semanales para todo el mundo a lo largo de esta década.
Al mismo tiempo, en el caso de revalidar su responsabilidad gubernamental, Díaz implantará medidas para una organización previsible de jornadas con horarios más compatibles con la vida de las personas trabajadoras, limitación de las horas extras, regulación del necesario descanso de dos días por semana, la desconexión digital y una reordenación de los procesos productivos que permitan mejorar la productividad y liberar tiempo en beneficio de la parte trabajadora y sus necesidades de salud y cuidado.
“Son muchos los retos urgentes de nuestras sociedades a los que la política de reducción del tiempo de trabajo pretende contribuir en clave de aportar mejoras concretas”
La afectación de estas medidas tanto a nivel de conciliación de la vida laboral y familiar, salud de la población trabajadora y mejoras en la productividad de las empresas resultan evidentes. Algunas partes implicadas a nivel social recuerdan que se requiere un proceso de adaptación y de cambio en la cultura empresarial y de organización del trabajo. Por otro lado, si estas reformas supusieran efectivamente menor tiempo de apertura de los centros de trabajo, los beneficios medioambientales también serían otro dato a tener en cuenta, al reducirse las emisiones de efecto invernadero por la disminución del consumo de energías tanto en el proceso de producción como en el de transporte a los puestos de trabajo. Son muchos los retos urgentes de nuestras sociedades a los que la política de reducción del tiempo de trabajo pretende contribuir en clave de aportar mejoras concretas, tratándose además de una línea de política pública no especialmente costosa para las empresas y con beneficios tanto para la vida en sociedad, el reparto del trabajo de cuidados, la salud laboral y los ingresos fiscales que podrían esperarse de esta medida.
Laboral
Conciliación Entre los cuatro días y las 32 horas laborables, trabajar menos como horizonte
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Tal y como se plantea es un debate malicioso que le hace el caldo gordo al capital de hoy, por varias razones: opaca la lucha de clases con su retórica del win to win, anula las voces que piden una renta básica universal, ignora la obligada compesación social a todos esos trabajos no remunerados de cuidados y del hogar. Y por último, soslaya la transformación profunda de todo tiempo libre en tiempo de trabajo, de teletrabajo, de adicción a las redes, a las apuestas online, a los videojuegos, al porno, a las estafas amorosas, etc. Y es que, para el día después qué cultura obrera hemos creado para continuar la lucha contra el capital, porque de eso va la película. Porque en una sociedad capitalista más tiempo libre no es sinónimo de más vida, sino de más consumo.