Represión
Cómo descubrir a un infiltrado, el manual

Un grupo de afectadas por el espionaje policial publica un texto colectivo como herramienta y reflexión sobre este fenómeno.
Montaje infiltrados
Montaje similar a la portada del Manual para destapar a un policía infiltrado Byron Maher

El pasado domingo 12 de enero se estrenaba en la televisión pública catalana Infiltrats. Un reportaje documental en el que se narra la experiencia de algunas de las personas afectadas por los espionajes policiales, así como aborda las investigaciones periodísticas realizadas por el equipo de La Directa que llevaron a varios de estos topos a ser descubiertos.

Varias de las víctimas afirman en esa filmación que conocer los detalles de otros casos de agentes infiltrados a través de los reportajes publicados fue clave para descubrir a los topos de su entorno. Es el caso por ejemplo de Ramón, el policía que espió en el tejido social de Benimaclet (València), del que empezaron a sospechar tras conocer los casos de María y Marc, infiltrados en Girona y Barcelona respectivamente.

Policía
Policía Escuela de infiltrados. Curso 2022-2023
Los últimos casos de agentes encubiertos destapados por La Directa y El Salto muestran el despliegue de una nueva generación de policías.

Con la misma vocación de facilitar la identificación de otros agentes de la autoridad infiltrados, un grupo de personas afectadas por este espionaje policial ha anunciado la publicación de un libro que pretende ser una herramienta a disposición de quién lo necesite. Manual para destapar a un infiltrado, que verá la luz el próximo 3 de febrero publicado por la editorial Dos cuadrados, es el resultado de un proceso colectivo de aprendizaje y conocimiento adquirido tras pasar por la experiencia de descubrir que personas con la que compartían militancia y afectos eran en realidad funcionarios del estado que les monitorizaban.

El proyecto “nace de ponernos en contacto personas militantes afectadas de varios policías infiltrados descubiertos en sitios como Girona, Barcelona, Valencia, o Madrid”, explica una de las personas que ha participado en el proyecto. Esas reuniones, “al principio fueron más para darnos un poco de apoyo emocional, entendernos y tratar de ayudarnos, ya que estábamos pasando por procesos bastante parecidos y no teníamos ningún tipo de referencia a la que agarrarnos, ningún tipo de experiencia previa de nadie conocido y sin conocer sobre como afrontarlo”, expone.

Uno de los objetivos de este libro es llenar el vacío con el que se encontraron las autoras para que otras víctimas puedan disponer de los saberes que han adquirido en el proceso

Uno de los objetivos de este libro, precisamente, es llenar ese vacío con el que se encontraron estas personas para que otras víctimas puedan disponer de los saberes que han adquirido en el proceso. “En esos encuentros surgió también la necesidad y la idea de hacer trabajo a nivel político, como asumir, ya que nos han hecho pasar por esto y que hemos sufrido este tipo de represión policial, vamos sacar algo útil ya no solo para nosotras sino para para el resto de la militancia, la de ahora y la del futuro”, resume otra de las personas que ha participado en su elaboración.

En el libro, además, explicitan que pretenden “fomentar la cultura de seguridad en las organizaciones” y lanzar un mensaje: “Las fuerzas y cuerpos de seguridad no son infalibles (…), tienen grietas en su funcionamiento y las queremos exponer de forma fácil y accesible”. La decisión de convertir todo ese saber acumulado en una obra de divulgación no ha estado exenta de debates, que también han querido dejar plasmados en el propio libro: “¿Conviene hacer pública la información de la que disponemos? ¿Y si pone en peligro investigaciones en marcha?¿Y si la policía cambia el método de infiltración?”, se preguntan en el texto.

“¿De qué sirve que tengamos esa información si no somos capaces de transmitirla?”, se preguntan. “No tenemos contacto con todo el mundo que está militando en cualquier tipo de espacio, en cualquier tipo de organización, ni tenemos una red segura de comunicación interna que podamos utilizar”, reflexionan.

“Que tan solo unas pocas personas tengamos informaciones tan importantes implica que únicamente podríamos hacerla llegar a organizaciones cercanas y/o de confianza, fomentando así la lógica del amiguismo, del sálvese quién pueda”

Entre los otros argumentos con los que respaldan su decisión de publicar este manual, destaca “que tan sólo unas pocas personas tengamos informaciones tan importantes implica que únicamente podríamos hacerla llegar a organizaciones cercanas y/o de confianza, fomentando así la lógica del amiguismo, del sálvese quién pueda”. También son conscientes de que la policía tendrá acceso a este documento, y que podría cambiar sus métodos de espionaje. Sobre este punto, reflexionan que “el Estado tiene una fórmula que ha demostrado que funciona (de infiltración) y cambiarla implicaría buscar otra y arriesgarse a que no fuera tan efectiva”, apuntan.

El grupo que ha elaborado este libro es consciente que esta publicación “podría poner en peligro investigaciones en marcha sobre infiltrados, al ser conscientes que sus tácticas han sido expuestas públicamente”. Sin embargo, creen que “si huye, es un policía infiltrado menos en nuestras organizaciones, si se queda, tendremos más posibilidades de exponerlo”.

El ejemplo de las afectadas de Reino Unido

El grupo que ha elaborado este manual reconoce que el mismo está inspirado en el que ya publicaron en Reino Unido hace unos años y que “les ayudó a descubrir a decenas de infiltrados en organizaciones y en ámbitos militantes que ellos ni conocían ni tenían ningún tipo de contacto ni nada de nada”. Explican que se pusieron en contacto con las autoras, y cuando les preguntaron si se arrepentían o si consideraban que había sido útil, “nos dijeron que claramente sí sirvió de mucho, ya que ayudó a mucha gente con la que no tenían contacto de ningún modo y que pudo detapar a otros agentes infiltrados”.

En el Manual, además de las reflexiones, se dan consejos sobre cómo abordar una posible investigación interna ante la aparición de sospechas. “Nos parece muy importante para que otras afectadas puedan saber cómo gestionar el antes, el durante, incluso el después de haberlo destapado”, resume una de las autoras. “Vale, lo descubrimos y ¿qué hacemos? Porque eso también  parece a lo mejor algo obvio, pero no, no lo es”, justifican.

Huir de la paranoia y prevenir el agotamiento

En el libro se cuentan también las consecuencias de haber llevado a cabo estas investigaciones y las cicatrices que han dejado en quiénes las han padecido: “Hablamos un poco del tema del agotamiento, porque esto produce un agotamiento mental, físico y emocional, sobretodo cuando no se obtienen resultados ni para descartar, ni para confirmar”, relatan.

En el libro detallan que este agotamiento se asocia a menudo con la sensación de pérdida de control, incluso de cierta obsesión. Y esta es otra de las razones por las que un proceso grupal es preferible, ya que los síntomas de agotamiento pueden ser reconocidos y reconducidos.

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Reconocen que, en los casos descubiertos, “hemos tenido suerte de haberlo podido confirmar, pero lo más frecuente es que la mayoría de procesos de investigación acaben en un punto muerto”. Otra de las autoras advierte que “hay que mentalizarse de eso y también saber cómo cerrar esa etapa para que no te consuma y que no estés paralizando tu actividad política por esta cuestión”.

Las autoras tratan de prevenir un estado de desconfianza permanente, de ver amenazas por todas partes. “La paranoia es una manifestación común que puede llevar a una caza de brujas contra cualquier persona de la que alguna vez se haya percibido que haya dicho algo fuera de lugar o que haya actuado de forma diferente”, reflexionan.

“Ver espías en cada esquina o señalar a cualquier persona que en algún momento ha hecho algo ligeramente sospechoso, puede ser un síntoma claro”, cuentan en el libro

Describen que este estado se da “cuando la situación se va de las manos e impide hacer nada, asumiendo el miedo general ante un estado y una policía aparentemente invencibles”. Ante esto, hay que  “preguntarnos qué es lo que sabemos, lo que tememos y centrarnos en datos reales, desenmascarar infiltrados a partir de información objetiva”

Sobre cómo calibrar si existe esta paranoia, que puede ser colectiva o individual, las autoras dan pistas sobre síntomas comunes: “Ver espías en cada esquina o señalar a cualquier persona que en algún momento ha hecho algo ligeramente sospechoso, puede ser un síntoma claro”, cuentan en el libro. Para abordar en colectivo estos posibles casos de paranoia, resaltan que “es importante que la gente que tiene sospechas se sienta escuchada y comprendida, preguntar delicadamente qué es lo que cree o teme, escuchad de forma sincera pero con cautela, con respeto”.

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