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Urbanismo
Bilbao, la fábula posmoderna (II): El “Nuevo Bilbao” tras el naufragio de Abandoibarra
La regeneración urbana de Bilbao buscaba a través de arquitecturas emblemáticas, proyectos insignia y eventos globales, transformar la centralidad urbana en un factor atractivo de capitales internacionales, en particular de servicios superiores, pero el resultado ha quedado muy lejos de ese objetivo
Bilbao ha pasado en las últimas décadas de la prosperidad al declive, y del declive a la regeneración, un proceso que ha ido dejando paso a un nuevo modelo urbano. El motor de este renacimiento ha sido el urbanismo, protagonista absoluto de la dinámica de reconversión física y funcional. Pero el urbanismo de la regeneración es un urbanismo reinventado de grandes infraestructuras y espectaculares proyectos emblemáticos; un urbanismo estratégico e innovador que desplaza la razón reguladora del planeamiento tradicional a un segundo plano para abrazar la lógica de la oportunidad, la viabilidad y la eficiencia. Los grandes proyectos de infraestructuras son el eje vertebrador, la “columna vertebral” de la regeneración urbana en Bilbao actuando como elementos impulsores y catalizadores de esa dinámica y creando, a la vez, las condiciones materiales para el desarrollo de operaciones urbanísticas singulares. Además, las grandes infraestructuras y proyectos son parte integral de una concienzuda campaña de promoción y marketing urbano dirigida a reconstruir la imagen de la ciudad mediante arquitecturas emblemáticas de firmas de renombre internacional, proyectos insignia, equipamientos culturales y turísticos, festivales, ferias y otros eventos internacionales, como el MTV Europe Music Awards que albergará el BEC de Barakaldo el próximo 4 de noviembre. Instrumentalizado por la estética y la lógica promocional, el urbanismo se pone al servicio de la regeneración socioeconómica creando las condiciones materiales necesarias para acoger nuevos usos y funciones dinamizadoras, esto es, renovando espacios para su uso productivo y de consumo, adaptados a las exigencias de las nuevas demandas locales y globales.
Urbanismo
Bilbao, la fábula posmoderna (I)
El modelo de regeneración de Bilbao se articula en torno al planeamiento territorial urbano y metropolitano y las grandes operaciones urbanísticas, un modelo de ciudad que ha generado un centro renovado y dinámico, espacio privilegiado de las élites locales y de visitantes foráneos, y una periferia ajena al impulso regenerador
El fin último de estas iniciativas es reforzar la capacidad de Bilbao para actuar como centro direccional y articulador de un amplio espacio regional y competir con otras ciudades por la atracción de nuevos inversores y consumidores que permitan asegurar ventajas competitivas y relanzar una nueva fase de crecimiento urbano. La construcción del “nuevo Bilbao” buscaba transformar la centralidad urbana en un factor atractivo de capitales internacionales, en particular de servicios superiores, a partir de la creación de espacios urbanos emblemáticos y de alto valor añadido. El resultado queda, sin embargo, muy lejos de ese objetivo. Independientemente de los logros objetivos de la recuperación física y funcional de Abandoibarra, el naufragio de la estrategia direccional revela la incapacidad del proyecto del “nuevo Bilbao” para impulsar una nueva centralidad económica en la ciudad. La regeneración urbana no ha sido, por si misma, capaz de atraer nuevos inversores e impulsar una refundación de la base productiva urbana, especialmente en lo que se refiere al desarrollo de servicios avanzados o nuevos sectores productivos dinámicos. Pero además, el naufragio del buque insignia de esa estrategia, Abandoibarra, y su reorientación funcional deja a la ciudad huérfana de espacios sobre los que asentar esa refundación.
Independientemente de los logros de la recuperación de Abandoibarra, el naufragio de la estrategia direccional revela la incapacidad del proyecto del “nuevo Bilbao” para impulsar una nueva centralidad económica en la ciudad
Sin embargo, en el marco del tsunami inmobiliario vivido por las ciudades del Estado a lo largo de las últimas décadas, Abandoibarra ha conseguido resistir las fuertes tendencias centrífugas hacia la suburbanización y dispersión urbana y producir una nueva (re)centralidad inesperada a partir de la atracción de segmentos sociales de ingresos superiores a partir de su reconversión para usos urbanos. En contraste con el objetivo de atracción de capitales, Abandoibarra produce una respuesta anticipada a la crisis inmobiliaria a partir de la oferta de viviendas para sectores de altos ingresos que mantienen su localización en la ciudad central. Así, frente al fracaso de la consolidación de una centralidad funcional terciaria post-Fordista, se contrapone el éxito de la centralidad tradicional fordista reforzando inesperadamente los factores tradicionales de atracción de la centralidad urbana para los segmentos sociales de altos ingresos, los equipamientos de alto rango de ocio y accesibilidad.
Paradójicamente, y lejos de los artificios de la regeneración espec(tac)ular, la singularidad y el verdadero “efecto Bilbao” tal vez esté más en el mantenimiento contracorriente de una lógica de centralidades urbanas y recomposición de la estructura socio-espacial segmentada más propia del fordismo urbano que de un futuro post-industrial.
Ciudad marca
Bilbao, ¿la capital o ‘El Capital’?
La mejora estética y remodelación urbana de Bilbao, exigidas por el capital global, tienen precio: convertir en privados los espacios de una ciudad que antaño eran comunales porque eran eso, barrios.
Desde el punto de vista de la base económica urbana, sólo el ocio y el turismo, así como las actividades relacionadas (recreación, cultura, restauración, etc.), emergen como beneficiarias de la metamorfosis urbana de Bilbao. Sin embargo, estos sectores, difícilmente pueden reemplazar la pérdida de empleos en la industria, en los servicios financieros, en los servicios avanzados de producción que han perdido peso o desaparecido en la economía urbana y metropolitana. Además, la última década ha castigado duramente la economía bilbaína; entre el año 2007 y el 2015, Bilbao ha perdido un 15% de su tejido económico; un porcentaje que en algunos distritos supera el 25%. Las actividades inmobiliarias, la construcción y la industria son las actividades más afectadas, seguidas del comercio, transporte y hostelería. Sólo las actividades públicas, educativas, sanitarias y de servicios sociales crecen ligeramente durante esta etapa. Por otra parte, la especialización productiva de Bilbao queda lejos del perfil de una ciudad dinámica, innovadora, competitiva y global.
Sólo el ocio, el turismo y las actividades relacionadas emergen como beneficiarias de la metamorfosis urbana de Bilbao. Pero estos sectores, difícilmente pueden reemplazar la pérdida de empleos en la industria u otros servicios que han perdido peso en la economía metropolitana.
En realidad, en el año 2015, casi un 90% de los establecimientos empresariales de la ciudad pertenecen al sector servicios. El comercio minorista y la hostelería representan casi un tercio del tejido empresarial y solo un 12% de todos los establecimientos de Bilbao son actividades de servicios a las empresas, mientras que los servicios financieros y de seguros no llegan al 0,5%. Por su parte, las Actividades profesionales suponen una cuarta parte de los establecimientos. Además, la última década ha sido un periodo marcado por la destrucción de empleo que ha supuesto una reducción sólo entre 2007 y 2014 en un 9% de la población ocupada de la ciudad. Si a esto añadimos que apenas un 39,2% de la población bilbaína esta ocupada (frente a un 52,7% inactiva) y que la media de edad de la ciudad es de 46 años, emerge un perfil socioeconómico bastante problemático de cara a transformar Bilbao en una ciudad competitiva, dinámica, innovadora, etc. En este marco, la euforia por el auge del turismo en Bilbao se nos antoja un tanto ilusoria frente a los retos y los objetivos planteados. Por tanto, es urgente salir de la autocomplacencia patriótica y la retórica del éxito y del efecto Guggenheim y repensar una estrategia sostenida a medio y largo plazo para refundar el modelo socioeconómico urbano.