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Derecho a la vivienda
La cometa de San Miguel, pendiente de un hilo
El director de cine documental Óscar Berdullas realiza en su nuevo trabajo una exhaustiva investigación sobre la propiedad de las cuevas del Cerro de San Miguel del Albaycín y el urbanismo “errático” de Granada.
San Miguel es, según la tradición católica, uno de los arcángeles de dios y jefe de sus ejércitos. Uno de los cerros más altos —sino el más alto— de la ciudad de Granada lleva su nombre y tiene cierta lógica pues se trata del más elevado ángel. Pero poco sabe de urbanismo este excelso ser alado de la cristiandad y tampoco parecen importarle mucho las cuitas terrenales que tienen los moradores de las cuevas de su monte, tampoco intercede en los conflictos con las administraciones, ni soluciona el limbo legal en el que se encuentran algunas cavidades. Se presupone que el también patrón del Albaycín ocupa su tiempo en menesteres más celestiales. No obstante, y a pesar de no contar con el apoyo divino, el director de cine documental y vecino de la zona, Óscar Berdullas, ha decidido exponer todo el caso en La cometa, su último trabajo en el que explica los pormenores de ese quiste del corazón de Granada y por extensión también aborda la manera peculiar en la que se ha desarrollado la ciudad Nazarí. El documental será estrenado próximamente.
“Voy a hablar de Granada, o mejor dicho, voy a escribir sobre Granada unos cuantos artículos para exponer ideas viejas con espíritu nuevo, y acaso ideas nuevas con viejo espíritu; pero desde el comienzo dése por sentado que mi intención no es cantar bellezas reales, sino bellezas ideales, imaginarias.”, eso decía Ángel Ganivet al principio de su ‘Granada la bella’. Sí, ese mismo en cuya calle hoy se pierden las formas propias y ajenas en turbulencias lisérgicas. ¿Qué pensaría Ángel Ganivet de la Granada de hoy?
Al contrario de lo que dice Ganivet, este reportaje pretende cantar las bellezas reales de San Miguel y de Granada (no las ideales): “El equipo del gobierno recupera el proyecto urbanístico para el cerro de San Miguel”; “El agujero negro de las cuevas”; “Resuelven intervenir para convertir el cerro de San Miguel en un parque y acabar con las cuevas ocupadas”; “Granada desalojará cuevas ilegales del Cerro de San Miguel para hacer parque”; “Multa de casi medio millón a 7 cuevas de San Miguel por obras irregulares”; “Multas de 63.000 euros y desalojos para echar a los okupas del Cerro de San Miguel”.
El asunto de las Cuevas de San Miguel del Abaycín es una realidad perenne, no desaparece por mucho que corone el monte un arcángel celestial, está siempre ahí, y de cuando en cuando con menor o mayor frecuencia, suele aparecer en forma de noticia en la prensa. Con un simple vistazo a las hemerotecas se puede concluir que el asunto ha hecho correr ríos de tinta con varios afluentes a sus costados. En esencia, allí viven unas personas en unas cuevas, algunos las tienen registradas, otros no, el Ayuntamiento quiere hacer un parque en el cerro, ha habido intereses urbanísticos, se ha criminalizado a su población; es decir, un follón.
¿Quién es el dueño?
La coyuntura en San Miguel tiene volumen en muchos sentidos, en cuanto a su magnitud y a las múltiples caras que lo componen. Primero está el asunto del suelo, a juicio de Berdullas habría que aclarar “el tema de la propiedad del suelo y el subsuelo del lugar, porque no es lo mismo proclamarse dueño del terreno en superficie, cosa que hizo el Ayuntamiento de Granada en una subasta en la que se lo compró al Patronato de Santa Adela a finales de los ochenta, que proclamarse dueño de las cuevas que fueron vendidas a sus habitantes por este mismo patronato en el año 1956.”
Además, Berdullas en su investigación para La cometa descubrió parte de “la historia oculta y sepultada” de los arrabales de cuevas de Granada, en concreto de San Miguel Alto. “En los años setenta hubo en el Albayzín un señor que en nombre de otro hombre compró las cuevas de San Miguel Alto a sus habitantes para salvaguardar así este espacio de la especulación porque por aquel entonces este lugar no gozaba de protección como bien de interés cultural. Le llaman ‘La cometa’ porque decían que era un lugar que estaba pendiente de un hilo, tal y como sigue hoy día en el aire.”
La casa consistorial es la propietaria del suelo y sea quien sea quien mande en ella para solucionar el asunto de San Miguel Alto siempre se remite al PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) de 2001, que cataloga el cerro de San Miguel como zona verde, por lo tanto, no urbanizable. La idea es crear un parque. Desde hace 19 años. Durante ese tiempo se han llevado a cabo tres intentos de desalojo, frustrados todos ellos por diversos motivos.
Pero los habitantes del Albaycín —mientras se hace o no se hace ese parque— se han quejado en varias ocasiones del estado de dejadez del cerro. En 2018, desde una Asociación de vecinos del barrio afirmaban que el Ayuntamiento de Granada, “tanto el actual equipo de gobierno como los anteriores, nadie se ha propuesto rehabilitar el lugar donde las hierbas secas pueden arder fácilmente, lo que es de un peligro enorme” y evidencia “la desgana y la falta de compromiso de los políticos en Granada, porque la zona no ha estado bien jamás, sólo cuando estaba abandonada”.
“Las instituciones se acuerdan de las cuevas sólo cuando hay elecciones, entonces toman medidas para salir del paso, pero no para resolver problemas ni para ayudar a nadie."
Buenos elementos para hacer un puchero difícil de digerir. Berdullas tiene claro que se lanzó a realizar ‘La cometa’ porque “las instituciones se acuerdan de las cuevas sólo cuando hay elecciones, entonces toman medidas para salir del paso, pero no para resolver problemas ni para ayudar a nadie. Las últimas actuaciones en el Cerro por parte de las autoridades municipales con desahucios exprés y declaraciones falsas de ruina física inminente de las cuevas fue lo que desató mi indignación para emprender el proyecto”.
“El Cerro de San Miguel es uno de los lugares más interesantes de la ciudad de Granada, especialmente por su disposición geográfica, ya que hace de telón de cierre de todo el paisaje urbano del Albaicín. Situado en las últimas estimaciones de Sierra Nevada desde él se domina la mejor panorámica de la ciudad y cuenta además con interés histórico, artístico y etnográfico. Sus murallas nazaríes y sus cuevas conforman un espacio semiurbano que por su belleza debería ser mimado y protegido tanto por las administraciones como por los ciudadanos. Con un lugar así no se deber especular nunca”, sentencia Berdullas.
Presión turística e interés especulativo
Granada era en 2018 la ciudad con más presión turística (relación entre viajeros, residentes y superficie urbana) de España. Se presupone que la Covid cambie esa circunstancia. Desde la explanada del Palacio de Carlos V en La Alhambra, antes de entrar a los palacios nazaríes, se tiene una magnífica vista del cerro de San Miguel, con su ermita en honor al arcángel jefe de los ejércitos de Dios coronando la cúspide. Muchos, oriundos y foráneos son los que disfrutan de esa vista, y desde San Miguel la panorámica de la ciudad invita a la ensoñación. Aunque sea un asunto perenne de la ciudad de Granada muchos turistas viven ajenos a ella.
“Los turistas creo que no son conscientes de la coyuntura de San Miguel porque algunos medios de comunicación se han encargado en los últimos años de echar por tierra el esfuerzo de muchos vecinos que sin duda han ido poco a poco recuperando un barrio casi moribundo. Creo que les llama mucho la atención la forma de vida de los cueveros porque se vive de manera distinta. Sin asfalto, con menos contaminación y en un entorno privilegiado.”, comenta Berdullas.
Es una obviedad, pero una de las principales industrias de la ciudad de Granada es el turismo y la gallina de los huevos de oro son la Alhambra, un monumento por el que pasaban miles de personas todos los días (datos preCovid), y el Albaycín con sus calles serpenteantes que envuelven al viajero en románticas ensoñaciones. El barrio se ha llenado de una buena cantidad de pisos turísticos y las quejas de algunos de los residentes en torno al volumen de viajeros ha tenido diversas manifestaciones en contra. De hecho, el Albaycín se llenó de pintadas del estilo: “@tourist go away” (Turista márchate) que son investigadas por la Fiscalía de Andalucía.
Dado que en Granada viajeros románticos y turistas no faltan —faltaban, coyuntura preCovid— no es de extrañar que un hombre de negocios y de bien pusiera su vista en el cerro y valiéndose de la imaginación como Ganivet proyectara un precioso hotel en la loma de San Miguel. “El cerro tiene un interés urbanístico y económico evidente, es un lugar privilegiado, muy atractivo para especular con él. De hecho, había un plan establecido para este lugar que suponía convertirlo en una parte más de la industria turística granadina, con hoteles incluidos. Cualquier promotor estaría encantado de que perdiera su condición de zona BIC (Bien de Interés Cultural) para montar una urbanización como la que se hizo detrás de la muralla, los llamados Cármenes de San Miguel, que más que Cármenes son chalets…”, sostiene Berdullas.
Granada, tierra soñada por mí y su urbanismo “errático”
“¿Qué es esa musiquilla que sale del reloj del Ayuntamiento?”, le pregunta un viandante a otro cuando pasean por la Plaza del Carmen (donde se sitúa la casa consistorial) en dirección a calle Navas; “Es el himno de Granada, a las horas en punto, suena”. Un par de compases de cuatro por cuatro y la melodía ya es reconocible para el oído avezado. “Granada tierra soñada por mí… Mi cantar se vuelve gitano…”, eso decía Agustín Lara en su popular composición musical y eso que no había estado en la ciudad. Su ímprobo esfuerzo de imaginación dio como resultado una descripción poética de una ciudad que acabó en himno. Una Granada de bellezas imaginarias, no de esas reales de las que Ganivet al principio de su libro decía que no iba a mencionar.
Hasta aquí gozo y algarabía. Todo punto tiene su contrapunto y uno de ellos, si se habla de la ciudad de Granada, es aquel que señala que es una de las urbes de España donde se respira el aire más contaminado, en 2018 ostentaba el primer lugar de la lista. Según el informe de la calidad del aire en el Estado español durante 2019 de Ecologistas en Acción “el dióxido de nitrógeno (NO2) volvió a tener sus peores registros en el área metropolitana de Granada, como consecuencia del intenso tráfico motorizado que soporta”. Es decir, que en 2019 no mejoró su situación.
Uno de los motivos de que esto sea así es la manera en la que se ha extendido y desarrollado la ciudad. El documental ya no sólo esclarece una circunstancia muy concreta y local que a su vez es universal (todo lo que rodea a la Alhambra se convierte en universal) sino que la explica en su contexto. El hilo de ‘La Cometa’ de San Miguel está conectado a la red de expansión urbanística de Granada.
“Granada era una ciudad muy conocida en todo el mundo por la salubridad de sus aires, pero con las iniciativas del 92 se construyó esa circunvalación que la asfixia y que provocó en su día que mucha gente se marchara a vivir a los pueblos del extrarradio. Hoy son muchos miles de coches al día entrando y saliendo a una ciudad en la que nadie vive ni lleva a sus hijos al colegio más cercano. La solución no es hacer una segunda circunvalación a mi juicio. Lo lógico sería fomentar el uso de transporte público y poner límites a la entrada de coches a la ciudad”, apunta Berdullas.
“Granada era una ciudad muy conocida en todo el mundo por la salubridad de sus aires, pero con las iniciativas del 92 se construyó esa circunvalación que la asfixia y que provocó en su día que mucha gente se marchara a vivir a los pueblos del extrarradio."
A lo que añade: “El documental acercará al espectador a la historia contemporánea del urbanismo granadino como hecho errático tanto en el desarrollismo franquista como en la época democrática. Es también una denuncia contra los atentados urbanísticos institucionales de las últimas décadas. Hechos a mi juicio muy importantes para no volver a caer en lo mismo y aprender así de nuestros errores pasado.”
Federico García Lorca, como Ganivet, era un apasionado de Granada, muchos son los escritos del poeta sobre su ciudad, Paisajes e impresiones y Como canta una ciudad de noviembre a noviembre son un ejemplo de los muchos escritos en los que a lo largo de su vida el poeta vertió su sensibilidad para contar cómo era su ciudad: “San Miguel en su cerro blande una espada rodeado de girasoles.”
¿Qué opinaría el autor de la urbe tal y como se encuentra en la actualidad?: “Creo que si Federico levantara la cabeza se horrorizaría al ver cómo se expandido la ciudad en todas direcciones de forma disparatada. Tampoco creo que le hiciera mucha gracia observar que los descendientes gitanos y castellanos del Sacromonte de su Romancero gitano, vivan a día de hoy casi todos en los barrios periféricos. Descubriría que parte de la esencia de la ciudad de lo que la hacía única se ha perdido convirtiendo estos barrios en espacios muertos, casi sin vida y sin vecinos y rebosante de turistas”, afirma Berdullas.
“Se ven desde las barandas,/ por el monte, monte, monte,/ mulos y sombras de mulos/cargados de girasoles./” (…) “San Miguel lleno de encajes, en la alcoba de su torre,/ enseña sus bellos muslos/ ceñidos por faroles.”
Federico García Lorca, San Miguel, Romancero gitano. En unos versos se funden la Granada real e imaginaria.