Actualidad africana
África se pronuncia sobre Gaza, la guerra sigue en Sudán y la sed de democracia se hace oír

Que las elecciones no son sinónimo de democracia es una lección firmemente aprendida a estas alturas. En ocasiones, paradójicamente, muestran la sombra de la autocracia, pero en otras, hacen confiar en la democracia como en Liberia (al menos de momento) o incluso cuando no funcionan como en Mozambique. Mientras, se producen pronunciamientos firmes contra el ataque a Gaza
Sede de la Unión Africana
La Unión Africana publicó un enérgico comunicado condenando el ataque israelí contra Gaza. Sede de la UA en Addis Ababa. State Department Photo by Ron Przysucha/ Public Domain (CC0 )
20 oct 2023 10:01

La opinión pública internacional sigue exigiendo tomas de postura claras, incluso cuando es necesario matizar y contextualizar. Ocurre en el caso del ataque a Gaza y las dinámicas de equilibrios diplomáticos y relaciones históricas de los países africanos en relación con el conflicto en Oriente Medio se ven modificadas e interrumpidas, aunque en algunos casos, los pronunciamientos no dejan lugar a vaguedades. Entre tanto, las elecciones, a menudo menospreciadas, abren ventanas de esperanza, en unos casos por su buen funcionamiento, al menos aparente, en otros, porque sus fracasos movilizan a una ciudadanía sedienta de democracia.

División en la clase política ante el ataque a Gaza

Los últimos conflictos que han atraído la atención de los medios de comunicación y de la opinión pública global han tenido un efecto fundamental: polarizar las opiniones y las posiciones. No se trata sólo de construir dos bandos claramente diferenciados separados por una barrera insalvable, además todo el mundo tiene que posicionarse de un lado o de otro. Por eso se miró con lupa cada movimiento de los gobiernos africanos relacionado con el ataque de Rusia a Ucrania, cada votación en las Naciones Unidas, cada visita diplomática, cada contrato firmado… Ahora ocurre lo mismo con el ataque del ejército israelí a la franja de Gaza. Los analistas esperan que todo el mundo se posicione de manera inequívoca y lo mismo se exige a los estados africanos. Están con los gazatíes o con la ciudadanía israelí; con el gobierno de Netanyahu o con Hamas.

Desde el principio de los ataques indiscriminados a la franja de Gaza, los países africanos se han alineado y, de nuevo, han formado dos bloques aparentemente diferenciados e irreconciliables, en atención a complejos equilibrios de poder, intereses, apoyos militares o comerciales, intercambios, pero también promesas y especulaciones.

La presencia israelí en África ha ido creciendo y de la simpatía de los recién independizados gobiernos por la lucha de liberación palestina, la realpolitik había ido decantando la balanza hacia el estado judío

En los primeros momentos, la posición del presidente keniano William Ruto fue interpretada como un apoyo explícito al gobierno israelí. Sobre todo, porque sus declaraciones se centraron en los ataques de los milicianos de Hamas y en la retórica del derecho a la autodefensa y de la lucha contra el terrorismo, pero no mencionó la reacción del ejército israelí en la franja de Gaza. Zambia, Ghana o la República Democrática del Congo también han hecho guiños en el mismo sentido. En la posición más clara a favor de la población de Gaza, se han plantado Argelia o Sudáfrica, ambos estados tienen un largo recorrido favorable a la causa palestina.

En los últimos años, la presencia israelí en el continente ha ido creciendo y de la simpatía de los recién independizados gobiernos africanos por la lucha de liberación palestina, la realpolitik había ido decantando la balanza hacia el estado judío. De la mano de la cooperación técnica agrícola, en unos casos, y del apoyo en términos de seguridad e inteligencia a algunos gobiernos, entre los que se cuentan mandatarios fuertemente cuestionados por su deriva antidemocrática, la influencia israelí ha crecido junto a la de los nuevos actores internacionales en el continente.

Palestina
Palestina Gaza y el agujero de la desesperación geopolítica radical
Esta cuestión no puede ocultar el enorme desequilibrio de poder y la asimetría moral entre ocupante y ocupado, que lleva décadas sufriendo una colonización cada vez más asfixiante.

A pesar de esta tendencia, la Unión Africana ha adoptado una posición cada vez más firme durante esta crisis. El primer comunicado emitido por la organización continental junto a la Liga de Estados Árabes podía ser considerado un relativo ejercicio de diplomacia pero no dejaba de exigir el “cese de las hostilidades en Gaza” y la asistencia humanitaria urgente e inmediata a los 2,2 millones de palestinos de la Franja, condenaba la orden de evacuación, exigía la intervención de la ONU y hablaba de “invasión israelí” y de la posibilidad de asistir a un “genocidio”; instaba a prevenir de inmediato una agresión prolongada contra los palestinos” y reclamaba la apertura de un corredor humanitario.

Sin embargo, cualquier posible acusación de tibieza se disipó tras el ataque al hospital Al-Ahli. El presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat, fue contundente: “No hay palabras para expresar plenamente nuestra condena por el bombardeo israelí de un hospital en #Gaza hoy, matando a cientos de personas. Atacar un hospital, considerado un refugio seguro según el derecho internacional humanitario, es un crimen de guerra. La comunidad internacional debe actuar ahora”, publicó en su cuenta de X.

Los resultados electorales definitivos que no llegan en Liberia

Los resultados de las elecciones presidenciales en Liberia no solo se han hecho esperar, sino que además se han ido desgranando en un lento goteo que ha generado un peligroso clima de tensión. Tal vez la, en general, paciente espera de la ciudadanía liberiana a este preocupante suspense sea la muestra de una estabilidad que se pretendía desprender de las elecciones. Durante una larguísima semana se han ido haciendo públicos poco a poco los resultados del recuento. Unas informaciones que alimentaban la tensión porque desde los primeros compases del escrutinio los dos principales candidatos, el actual presidente George Weah y el antiguo vicepresidente Joseph Boakai se movían en diferencias insignificantes: no más de dos puntos porcentuales, casi en ningún momento; y apenas un puñado de votos en términos absolutos.

A medida que ha avanzado el recuento, además, la distancia se ha ido estrechando, de manera que cuando el pasado jueves el porcentaje de votos recontados por la Comisión Nacional Electoral superaba el 99,90%, cuatro décimas separaban a los dos principales candidatos, entre el 43,84% de Weah y el 43,44% de Bokai, y la diferencia la marcaban menos de 8.000 votos.

Estos resultados conducen a una segunda vuelta que se celebrará, según los plazos establecidos, durante el próximo mes. Todavía hay margen para un posible giro que venga provocado por algún recurso o la impugnación de resultados. Esta ajustada carrera que hace pensar en una apasionante contienda democrática, sin embargo, puede fácilmente cambiar de enfoque. A pesar de la relativa calma que ha presidido las elecciones, una diferencia tan sutil puede hacer que alguno de los candidatos se aventure a buscar la anulación de algunas mesas. Sin embargo, el rédito que obtendrían sería escaso, ya que parece improbable que se evite la segunda vuelta, y el riesgo sería excesivamente alto a cambio de una mera victoria moral.

Nueva detención de Bobi Wine en Uganda

Cuando el avión aterrizó en el aeropuerto internacional de Entebbe, a escasos kilómetros de la capital ugandesa, la policía ya estaba esperando. Robert Kyagulanyi Ssentamu, conocido como Bobi Wine, el popular músico y principal líder de la oposición ugandesa al régimen de Yoweri Museveni, bajó las escaleras del avión el pasado 5 de octubre, con el aplomo de quien sabe lo que esperaba y no se encuentra en esa situación por primera vez, y nada más pisar el suelo de su país fue interceptado por agentes de la seguridad del Estado vestidos de paisano. Kyagulanyi que se mueve con comodidad con su apodo de “presidente del ghetto”, fue custodiado y llevado a un lugar desconocido. Su círculo más próximo se apresuró a denunciar la situación, a advertir de la falta de información y a visibilizar la arbitrariedad de las fuerzas de seguridad ugandesas en lo que se refiere al tratamiento de los disidentes.

Bobi Wine, el músico aupado a líder de la contestación a Museveni, fue detenido cuando regresaba al país después de una gira de promoción de un documental sobre su experiencia política

Finalmente, el opositor fue trasladado a su casa y sometido a un arresto domiciliario de facto, que como en ocasiones anteriores no responde a ninguna decisión judicial. Precisamente, el músico aupado a líder de la contestación a Museveni, regresaba al país después de una gira de promoción de un documental en el que se trata su experiencia política, sobre todo, centrado en su participación en las elecciones presidenciales de 2021. En aquella ocasión alimentó la esperanza de arrebatar el poder en las urnas a Museveni, terminó participando en los actos electorales con un mono de trabajo, un chaleco antibalas y un casco de guerra y fue sometido a un largo arresto domiciliario tras las elecciones, que ni siquiera consiguieron romper las decisiones judiciales a su favor.

En esta ocasión, el confinamiento de Kyagulanyi desembocó en la detención de un centenar de sus simpatizantes que intentaron marchar hasta su casa para mostrarle su apoyo y en la suspensión de los miembros de su grupo parlamentario en la asamblea nacional donde intentaron que se visualizase el vídeo en el que se observa la brusca detención del líder opositor a su llegada al aeropuerto. Cuatro días después del arresto, coincidiendo con el aniversario de la independencia ugandesa, el ejército y la policía acordonó la sede del partido de Bobi Wine para evitar un acto de homenaje a sus simpatizantes detenidos.

Seis meses de guerra en Sudán

El ruido de las bombas en Gaza amenaza con silenciar muchas otras crisis que deberían compartir atención (en realidad, no deberían compartirla porque no deberían suceder). De hecho, algunas de ellas han permanecido en silencio antes de la escalada de violencia en Palestina y continuarán en el silencio cuando esta termine. En estos días, la lucha por el poder en Sudán cumple seis meses. Los combates se desencadenaron en abril y enfrentan a las fuerzas armadas nacionales con las conocidas como Fuerza de Apoyo Rápido (RSF), un grupo paramilitar que había hecho el trabajo sucio al gobierno en situaciones delicadas hasta que se reveló en busca de más poder y para evitar su disolución y su integración en el Ejército. En medio, la población civil se encuentra, literalmente, atrapada por el fuego cruzado.

A seis meses de su inicio la guerra en Sudán ha desplazado dentro del país a más de 4,5 millones de personas, mientras que más de 1,2 millones buscaron refugio en países vecinos

El subsecretario general de la ONU, Martin Griffiths, afirmó en una declaración por el medio año del comienzo del conflicto, que los enfrentamientos han matado a 9.000 civiles y que se continúan registrando “horribles informes de violaciones y violencia sexual”. En el mismo balance de la situación los datos de Naciones Unidas señalan que el conflicto ha desplazado dentro del país a más de 4,5 millones de personas, mientras que más de 1,2 millones buscaron refugio en países vecinos. Los enfrentamientos además han hecho que 25 millones de personas (más de la mitad de la población del país) necesiten de ayuda humanitaria.

Por su parte, Médicos Sin Fronteras aprovechó también la efeméride para denunciar que “la crisis de Sudán ejemplifica un fracaso catastrófico de la humanidad, marcado por la incapacidad de las partes beligerantes para proteger a los civiles o facilitar el acceso a la asistencia humanitaria básica, y por la terrible negligencia y deficiencias de las organizaciones internacionales a la hora de ofrecer una respuesta adecuada”, en palabras del presidente de MSF, el Dr. Christos Christou. La organización humanitaria ha aprovechado este balance para exigir “un aumento sustancial de los esfuerzos humanitarios, la protección del personal médico, los trabajadores humanitarios y los civiles, la eliminación de los bloqueos administrativos al personal y los suministros médicos y humanitarios, y que se permita a las personas el acceso sin obstáculos a ayuda humanitaria”, según un comunicado.

República del Sudán
Guerra en Sudán La guerra en Sudán se enquista: ejército y milicias cometen crímenes de guerra
Un informe de Amnistía Internacional documenta más de tres meses de vulneraciones y violencias contra la población civil sudanesa mientras las partes implicadas en el conflicto niegan toda responsabilidad.

Movilización en torno a las elecciones municipales de Mozambique

Las elecciones municipales en Mozambique han abierto una crisis social cuyas consecuencias son todavía imprevisibles. En un clima en el que la tensión ha ido en aumento y en el que la represión y el miedo han logrado contener a duras penas un descontento social creciente, las elecciones municipales y, más concretamente, los desacuerdos en relación con los resultados han desatado esas frustraciones. En los últimos meses, la ciudadanía mozambiqueña ha salido a la calle en varias ocasiones por motivos diversos desde el aumento del precio de productos básicos, hasta las denuncias de corrupción e, incluso, quizá en la demostración más poderosa y más reciente, para homenajear a un rapero fallecido que había cantado al poder del pueblo. Todas esas movilizaciones se han encontrado con el muro de las fuerzas de seguridad y del estado policial y de control.

Durante esta semana las calles de Maputo, pero también de algunas de las principales ciudades del país como Nampula, Quelimane o incluso en municipios de la remota y castigada provincia de Cabo Delgado, han sido escenario de manifestaciones de hastío. Convocadas en su mayoría por RENAMO, la principal fuerza opositora, que pretende impugnar los resultados defendido por la FRELIMO, el partido en el gobierno, recogen en realidad esa desafeción que se dirige a un sistema que monopoliza el poder desde la independencia en 1975. Paralelamente a estas movilizaciones que ya tienen mucho de hito fuera de lo común, incluidas las imágenes épicas de la confrontación con la fuerzas de seguridad, han empezado a producirse decisiones judiciales que impugnan resultados u ordenan nuevos recuentos, un alarde de sensación de impunidad en los manejos de los resultados, de muestras de nerviosismo por parte de las autoridades que, en algunos lugares, han llegado a traducirse en violencia fatal y de posiciones decididas de organizaciones de la sociedad civil que se sienten cada vez más legitimadas y más apoyadas.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Senegal
Senegal Una ‘Escuela de rehenes’ o cómo Francia usó la educación en África para transformar las mentes
La administración colonial francesa puso en marcha en 1855 un centro educativo que tenía el objetivo de formar a los hijos de los reyes locales mediante el borrado de su cultura.
República del Sudán
Sudán Cara a. Un Sudán en guerra
Se cumplen dos años de una guerra que ya deja más de 13 millones de personas desplazadas y más de ocho millones de sudaneses al borde de la inanición.
África
África Más allá del ‘yihadismo’: El caso del Ejército de Resistencia del Señor y la religión como pretexto
A menudo se recurre a motivos religiosos para explicar los conflictos, con especial énfasis en el ‘yihadismo’. Sin embargo, ni el islam es la única religión utilizada para justificar la violencia, ni los conflictos se explican por razones religiosas.
Paco Caro
20/10/2023 10:54

Los problemas enquistados durante generaciones, que nos hemos negado a resolver, van estallándonos en la cara uno a uno, y uniéndose en una vorágine de destrucción que acelera nuestra extinción. El cambio climático, las crisis ecológicas, la superpoblación, y el declive de los recursos, hacen que algunos estados, acuciados por sus necesidades materiales y la presión de los lobbies económicos, opten por invadir territorios. Todos los hechos anteriores, generan desplazamientos de poblaciones y más problemas. La inestabilidad internacional, anima a algunas facciones a aprovechar el momento de distracción de las grandes potencias, para iniciar actividades de desestabilización. Los estados reaccionan de manera “tradicional”, como si aun viviésemos antes de la segunda guerra mundial. Pero el mundo ha cambiado, las soluciones antiguas no funcionan, el sistema de las naciones soberanas ya no vale, si no somos capaces de abandonar el nacionalismo y perder soberanía, nuestra extinción está asegurada. Primero van los palestinos, pero detrás va toda la Humanidad. El holocausto global ha comenzado.

1
0
Galicia
Galicia A Xunta aprobou a celulosa de Altri argumentando que a súa cheminea de 75 metros sería “icónica”
O Informe de Patrimonio Cultural, favorable á multinacional, emitiuse con base en dúas encargas externas, contratadas e pagadas pola empresa ao ex presidente e ao actual tesoureiro de Icomos-España.
Pensamiento
Pensamiento Michael Hardt: “La respuesta a Trump no debe ser volver a la normalidad”
Pensador estadounidense y colaborador de Antonio Negri en algunas de sus mejores páginas, el filósofo Michael Hardt ha seguido dedicando su trabajo a la idea y a las prácticas del común.
Energía
Límites planetarios Reducir el consumo energético, el debate olvidado (e incómodo) del gran apagón
España proyecta un 43% de aumento de consumo eléctrico en los próximos cinco años. Especialistas opinan que la electrificación de la demanda, clave para abandonar los combustibles fósiles, tiene que ir acompañada de la suficiencia energética.

Últimas

Palestina
Palestina Imputan a dos capitanes de buque implicados en el comercio de armas con Israel
El Juzgado de Instrucción nº 6 de Barcelona investiga la implicación de la naviera Maersk en el suministro de armas al ejército israelí y le requiere que identifique a dos capitanes.
Sanidad pública
Sanidad Pública España necesita 100.000 enfermeras para alcanzar la media europea
Casi un 40% de enfermeras manifiesta que dejará la profesión en los próximos 10 años. Son datos del Ministerio de Sanidad y las profesionales exponen las razones: falta de conciliación y contratos precarios.
Más noticias
València
Lawfare La Audiencia de València dicta que la causa contra Mónica Oltra llegue a juicio
Aunque la Fiscalía y el juez instructor descartaron que existiera indicios de delito contra la ex consellera y el resto de acusados, la Audiencia ratifica la celebración del juicio.
Estados Unidos
Guerra comercial Estados Unidos y China acuerdan una rebaja en los aranceles durante 90 días
Tras una reunión en Suiza, los dos países anuncian que reducirán los impuestos a las importaciones a partir del 14 de mayo.
Educación
Eduación La educación vasca no irá a la huelga tras llegar a un acuerdo tildado de “histórico”
Los sindicatos desconvocan los paros para esta semana al haber alcanzado mejoras en las condiciones laborales del profesorado y una mejor financiación para los centros públicos.
Justicia
Justicia Cómo retorcer el derecho antidiscriminatorio: apuntes del juicio por delito de odio a una activista trans
La presidenta del Partido Feminista pide cinco años de prisión y 50.000 euros en daños a una mujer trans por considerar que un tuit que no la mencionaba constituye una amenaza y una incitación al odio. Pero, ¿qué son los delitos de odio?

Recomendadas

Laboral
Laboral Coidar sen dereitos: a loita das traballadoras nas residencias privadas de Galiza
Sen tempo nin medios para ofrecer uns coidados axeitados, alertan dunha situación insostible nos centros e denuncian a privatización dun servizo a costa do benestar das persoas maiores e dependentes.
Estados Unidos
Roberto Montoya “Nos dicen que hay que armarse contra Putin cuando el mayor peligro para el mundo es Trump”
Más Donald Trump que nunca, el multimillonario ha regresado para terminar lo que no pudo hacer en su primer mandato. El periodista Roberto Montoya bucea en el personaje y su contexto en el libro ‘Trump 2.0’ (Akal, 2025).
Cine
Cine Colectivo y sin autor: breve historia de otro cine
La película ‘Una isla y una noche’, autoproducida y autodistribuida por el colectivo francés Piratas de Lentillères, es la puerta de entrada para recordar otros modos de hacer cine, alejados de la firma de autor y los grandes estrenos.