Desahucios
Cuatro convocatorias para parar desahucios en Madrid, en pleno estado de alarma

Este viernes Madrid ha amanecido con cuatro convocatorias para frenar desahucios: dos en Usera, uno en Fuenlabrada y uno en Lavapiés. Uno de ellos ha sido ejecutado.

Desahucio Lavapiés
Convocatoria para frenar un desahucio en Lavapiés. Christian Martínez
30 oct 2020 17:22

Viernes de toque de queda. Un país en estado de alarma y Madrid amanece con cuatro 'Stop Desahucios' convocados por diferentes plataformas. Uno de ellos ha sido ejecutado. Ni los bancos, ni los fondos de inversión, ni las administraciones han hecho nada para impedirlo. Los desahucios, que no han cesado durante la pandemia, los paran personas solidarias y anónimas en la puerta de las casas.

Latifa Chahbouni y sus 3 hijos menores de edad han sido desahuciados de su vivienda en Usera. Hoy, durante el desahucio, su prima Samira Karmovn, de la plataforma Tetuán Resiste, ha escuchado como un policía decía: “esto pasa por meterse de patada en la puerta”. Pero no es el caso. Latifa y sus 3 hijos de 16, 12 y 7 años, vivían de alquiler. En 2018 se paralizó el cobro de la Renta Mínima de Inserción (RMI) y durante 4 meses dejó de pagar el alquiler. Los servicios sociales se hicieron cargo del pago de dos meses. Cuando volvió a cobrar el RMI de 650 euros mensuales volvió a pagar el alquiler de 612 euros al mes. Además consiguió un trabajo limpiando en una casa 4 horas al día, 5 días a la semana, para cobrar 50 euros semanales y poder pagar los suministros de la vivienda. Comían del banco de alimentos. En marzo, al principio de la pandemia fue despedida y en junio volvió a dejar de pagar el alquiler. Hoy les han echado de su casa.

Según su prima Samira, el propietario particular de la vivienda las denunció por llevar dos años sin pagar el alquiler. “Todo ha sido basado en una mentiras, tenemos los recibos, sólo han sido unos meses de impagos, pero no ha tenido juicio, ni oportunidad de defenderse. No entiendo como son capaces de echar a una familia así, con los contagios que está habiendo y las muertes que hay”, dice Samira.

Latifa tiene 49 años y problemas de salud. La semana pasada fue operada de unos nódulos cancerígenos en la tiroides, y aun no sabe si son benignos o no. Hoy dormirá con sus 3 hijos en un piso compartido.

Latifa tiene 49 años y problemas de salud. La semana pasada fue operada de unos nódulos cancerígenos en la tiroides, y aun no sabe si son benignos o no. Hoy dormirá con sus 3 hijos en un piso compartido. Anoche, su trabajadora social les consiguió un techo de la asociación Provivienda.

CONVOCATORIAS CON ÉXITO

Las otras tres convocatorias de esta mañana sí han tenido éxito. Decenas de personas apostadas en los portales de las casas los han paralizado. No muy lejos de donde Latifa ha sido desahuciada, vecinas y activistas de la Asamblea Viviendas Usera han conseguido parar el desahucio de Carolina, su marido y sus 3 hijos menores. Esta familia fue realojada en la vivienda que ocupaba Evelín, de la Asamblea de Vivienda de Usera, con sus 5 hijos, su marido y su madre. Hasta entonces Carolina y su familia vivían, sin cocina ni baño, en un cuarto de una Iglesia Evangelista del barrio. Cuando Evelín y su familia consiguieron un alquiler, dejaron la vivienda que ocupaban y la Asamblea de Vivienda de Usera decidió realojar en la misma casa a Carolina y su familia.

"No ha habido forma de negociar, ni tan siquiera hablar con ellos. Ni siquiera por la pandemia. Lo tenemos delante de nuestras narices todos los días, viviendas vacías, y familias apiñadas o sin casa”

Según Mercedes Revuelta de la Asamblea de Vivienda de Usera, la vivienda que ahora ocupa Carolina y su familia es propiedad de Caixabank y fue vendida a un fondo de inversión estadounidense con sede en Texas, cuya matriz española es Coral Home, de la sociedad Lone Star. “No ha habido forma de negociar, ni tan siquiera hablar con ellos. Ni siquiera por la pandemia. Lo tenemos delante de nuestras narices todos los días, viviendas vacías, y familias apiñadas o sin casa”, concluye Mercedes.

Tras paralizarse el desahucio, Carolina ha agradecido a la plataforma y a todos los presentes que la hayan ayudado a quedarse en su casa. “Pensé que era imposible, porque teníamos todos los 'noes', pero el 'sí' que faltaba, con ayuda de ustedes lo hemos conseguido”, decía Carolina.

Derecho a la vivienda
El vecindario y los colectivos de vivienda paran otro desahucio en Lavapiés
De no haber sido por la sociedad civil, las instituciones públicas hoy habrían consumado el desahucio de un vecino de 85 años, con un cáncer terminal.


En el número 32 de la calle Nazaret de Fuenlabrada se ha parado otro desahucio. En esta ocasión había presencia de muchos medios y cámaras de televisión. María Teresa, su madre de 82 años y sus dos hijas menores de 12 y 9 años seguirán en su casa, pero aún no saben por cuanto tiempo. “En principio nos dan 15 días más, pero no nos han querido confirmar nada”, dice Valentín de PAH Fuenlabrada.

“Cuando María Teresa y su familia consiguieron la vivienda, les obligaron a subrogarse a un contrato con cláusulas abusivas brutales, con un 18% de intereses. El dueño es un prestamista usurero”

Desde la plataforma aseguran que el propietario de la vivienda es el fondo buitre Mutus Finance, que tiene dos inmobiliarias. “Cuando María Teresa y su familia consiguieron la vivienda, les obligaron a subrogarse a un contrato con cláusulas abusivas brutales, con un 18% de intereses. El dueño es un prestamista usurero”, asegura Valentín. Desde PAH Fuenlabrada consideran que el juzgado tendría que haber parado el lanzamiento por las cláusulas abusivas, o ni tan siquiera haberlo admitido a trámite y archivar el procedimiento. “Por 27.000 euros que les dieron de préstamo, se quieren quedar una casa que ahora valdría más de 150.000 euros y el fondo ha conseguido en subasta por unos 60.000 a finales de 2019”, añade Valentín.

Desde la plataforma consideran que el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Fuenlabrada podría estar prevaricando. “Se han pasado por el forro de sus caprichos el recurso 704 que presentamos y que nos daría un mes o dos más de plazo. Y lo peor, es que no han querido ver que había cláusulas abusivas y que esta familia está en una clara situación de indefensión”, asegura Valentín.

Desahucios
Suspendido el desahucio a una familia palestina en Villalba
El lanzamiento fue paralizado al aportarse un informe de vulnerabilidad social y los documentos que acreditaban la situación de ERTE del arrendatario.

El cuarto desalojo  de este primer día de toque de queda y estado de alarma ha sido en Lavapiés. Una 70 personas se han juntado frente al portal de la casa, justo al lado de un mítico bar del barrio. Cuatro mujeres, una de ellas menor de edad, ocupan la vivienda desde abril del año pasado.

La secretaria judicial acompañada por una pareja de policías, apenas ha podido acercarse al portal, ya que se lo impedían decenas de vecinas del barrio y activistas por la vivienda.

Según cuentan las vecinas de la vivienda, a finales del año pasado recibieron una carta de desahucio en mano de la gestora INFORSA, que trabaja para la sociedad propietaria, llamada G-M Reo Holdco SL, cuyo administrador único es otra empresa, Duxburi Spain SL. Ambas son parte de un entramado societario cuyo administrador único es Hugo Reinaldo Carvalho Vélez y que comparten sede en la calle Albacete, en Ciudad Lienal (Madrid), a la que se suma una sociedad más, G-M Reo IV, con sede en Las Palmas.

La secretaria judicial acompañada por una pareja de policías, apenas ha podido acercarse al portal, ya que se lo impedían decenas de vecinas del barrio y activistas por la vivienda. Y no ha querido comunicar cuando será la próxima fecha del lanzamiento. Al otro lado de la calle, operarios de una empresa de alarmas esperaba con una puerta anti-okupas a que se resolvieran los acontecimientos. Finalmente se han ido sin hacer su trabajo.

“Tenemos que seguir luchando contra los desahucios también durante la pandemia. Nosotras no estamos cometiendo ningún delito. El crimen es la especulación consentida que se comente en este país desamparando a la población”

Desde el balcón, una de las vecinas de la vivienda que iba a ser desahuciada ha agradecido a todas las personas presentes por ayudarla a parar el desahucio. “ Quiero daros las gracias a todas las vecinas y vecinos que habéis venido, a mis amigas, a las anarquistas, a la CNT, a la plataforma de afectados por la hipoteca, al sindicato de inquilinas, a todas. Tenemos que seguir luchando contra los desahucios también durante la pandemia. Nosotras no estamos cometiendo ningún delito. El crimen es la especulación consentida que se comente en este país desamparando a la población. Hay que levantar el ánimo”, concluía. Y tras el aplauso de las decenas de personas presentes ha bajado a invitar a café con leche.

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