We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Videovigilancia
Vigilancia masiva: de entrada, no. Cuando la Guardia Civil quiere seguirte al festival
Las nuevas medidas que se han ido normalizando debido a la pandemia han de analizarse de manera crítica al regular, básicamente, la forma de relacionarnos y de interactuar como sociedad. Otro punto importante es la privacidad, debate por el que las instituciones, junto a las grandes corporaciones tecnológicas, pretenden estandarizar qué entendemos por “seguridad”. Sin duda, entramos en un nuevo ciclo histórico del que el autor del artículo arroja datos acerca de lo que pueden suponer los datos biométricos o el reconocimiento facial en una futura legislación.
No hay festivales musicales previstos a corto plazo pero, cuando los haya, quizá tendrás que pasar un escáner facial para poder entrar. Todo sea, claro está, por tu seguridad. El BOE de 21 de julio publicó un Convenio entre el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial, EPE, y el Ministerio del Interior, relativo a la contratación precomercial de servicios de I+D en materia de seguridad en el medio rural. El acuerdo prevé la financiación e investigación de tecnologías para paliar supuestas limitaciones de la Guardia Civil en cuatro ámbitos: sustracción de maquinaria agrícola o bienes de interés cultural, control de “eventos multitudinarios”, detección de plantaciones de marihuana y delitos medioambientales.
Entre las medidas tecnológicas a desarrollar destacan dos: el uso de sistemas de detección de móviles (IMSI-catcher) y el reconocimiento facial.
IMSI-catchers: Sé dónde estuviste el último verano
¿Qué son los sistemas de detección de móviles IMSI-catcher? Se trata de, básicamente, falsas antenas de repetición de señales para teléfonos móviles. Para que un teléfono móvil reciba llamadas, SMS y datos (internet), el teléfono necesita estar localizado en todo momento, o de lo contrario tu operadora no sabría dar con el usuario. Es por ello que los teléfonos constantemente intentan ver qué antenas están más cerca y les dicen “¡Hey! soy el teléfono de la persona X, si me necesitas estoy aquí” constantemente. Los sistemas de detección de móviles (IMSI-catcher) pretenden ser una de estas antenas de repetición a la que tu móvil se conectará, pero no para enviarte la llamada o el mensaje, sino para rastrear por dónde ha pasado un usuario. Si bien los IMSI-catcher no son ninguna novedad tecnológico, sí podría serlo la normalización de su posible uso y despliegue para todo tipo de actividades policiales puesto que en su origen el uso estaba destinado a servicios de inteligencia que a cuerpos policiales. Con la investigación y posible uso de forma indiscriminada, el estado español se une a la ola de cuerpos policiales que podrán abusar de dichos sistemas para todo tipo de protestas, como ya ha investigado la ONG Privacy International.
Tu cara me suena: cómo el reconocimiento facial anula nuestras libertades
La otra medida estrella del convenio es relativo al reconocimiento facial o más ampliamente el uso de datos biométricos (movimiento, forma de andar, huellas digitales...). Condenado cuando se usa en Hong Kong, el uso pervasivo del reconocimiento facial en escuelas y en las calles de toda Europa ha sido de lo más silencioso. Este tipo de tecnología, usada de forma masiva en lugares de accesos públicos (calles, parques, escuelas, centros comerciales, playas, bosques…) supone poner a toda la ciudadanía en una rueda de reconocimiento para sospechosos, pero de forma permanente. Los que apoyan el uso de estas tecnologías (la industria de la vigilancia y cuerpos policiales y de inteligencia) siempre alegan que, evidentemente, esto sólo es para buscar a delincuentes (de ciertos delitos muy específicos, puesto que nunca se ha documentado el uso para ladrones de guante blanco o evasiones fiscales). El (ab)uso tecnología para el control de población migrante ha sido también muy documentado. El problema es que, una vez implantadas, estas tecnologías de vigilancia masiva estarán al alcance para otros usos y se ha visto como se ha usado para, como no, vigilar a manifestantes pacíficos, como ha publicado Amnistía Internacional. La prensa estadounidense, del Washington Post al New York Times es unánime en cuanto al problema que presentan y lo mismo se empieza a ver en la prensa europea prensa europea. Desde la sociedad civil europea las demandas son claras. La organización EDRi publicó un informe en el que analiza su uso en al menos 15 estados de la Unión Europea y solicita la prohibición de dicha tecnología en lugares de acceso público. Dudas sobre la adecuación a la Carta Europea de Derechos Fundamentales ya habían sido destacados por la propia Agencia Europea de Derechos Fundamentales (FRA, por sus siglas en inglés) en otro informe anterior.
Vigilancia masiva: de entrada, no
Si bien los proyectos están en fase embrionaria, según cuenta elDiario.es, la oposición al uso de estas tecnologías de formas indiscriminadas contra toda la población deben ser motivo de oposición por todo aquel que quiera defender no sólo el derecho a la privacidad, sino el derecho de manifestación y el mismo derecho fundamental a la dignidad de la persona. Si las fuerzas policiales añaden otra capa de vigilancia a base de controlar nuestros movimiento en todo momento y de detectar quién va con quién a qué manifestación, festival, reunión de colectivo social, a parar un desahucio… el concepto de vivir en libertad y democracia quedará desvirtuado. Si se normaliza su uso, la vigilancia masiva será la norma, y todos seremos sospechosos para siempre.