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Frontera sur
Los puertos españoles no son lugares para la libertad de prensa
Nadie dijo que el periodismo sobre migraciones fuera algo fácil y, sobre todo, que se pudiese ejercer con transparencia. Así lo demuestra el Informe Periodismo y Migraciones presentado por la productora malagueña EntreFronteras y el Sindicato de Periodistas de Andalucía (SPA), que han analizado siete de los principales puertos españoles donde se llevan a cabo la llegada de personas en patera a falta de vías seguras tras ser rescatadas, en la mayoría de los casos, por Salvamento Marítimo y desvela las trabas que habitualmente se encuentran los profesionales de la comunicación a la hora de cubrir los procesos migratorios.
Desde Algeciras hasta Málaga, pasando por Motril y Almería en Andalucía, hasta llegar a Cartagena y Alicante, con una cobertura especial en Canarias, la productora malagueña y este sindicato han podido contrastar in situ y a través de entrevistas a profesionales de los medios de comunicación que en seis de los siete puertos estudiados la prensa sufrieron trabas a la hora de poder informar. Solo se ha salvado Motril y casi entra en el saco Málaga, donde fotoperiodistas como Jesús Mérida reconocen la imposibilidad de acceder a fuentes primarias. “Una conversación directa, en el sentido a pie de puerto, sigue siendo imposible”, añade.
Sergio Rodrigo: “No puede haber periodismo de migraciones sin contar con las fuentes primarias de la noticia, que son las personas que han llegado a puerto”
En el mismo sentido, Sergio Rodrigo Ruiz, director de EntreFronteras y del informe, ha reconocido en la presentación que “no puede haber periodismo de migraciones sin contar con las fuentes primarias de la noticia, que son las personas que han llegado a puerto. Además de desinformar a la ciudadanía, también corremos el riesgo de que se criminalice a personas que tan solo están siendo representadas como números en los medios de comunicación”.
La excusa: la covid-19
Las medidas de distancia e higiénico sanitarias por covid-19 se ha convertido en una excusa más por parte de las autoridades gubernamentales y cuerpos de seguridad para negar el acceso a prensa en la zona de los puertos, donde se llevan a cabo los desembarcos de las personas rescatadas. En el caso de Alicante, directamente, no hay acceso al puerto, mientras que en Cartagena, el fotoperiodista Iván Urquízar señala que “lo más cerca que podemos estar es a cuatro kilómetros subiendo a una montaña. Así no se puede trabajar. Lo que me preocupa de esto es que cuando pase el covid siga así”.
La pandemia ha dejado como resultado que en 3 de los 7 puertos analizados la situación cambió a causa del coronavirus, un 41% de los puertos estudiados. Es decir, las autoridades achacaron las trabas y problemas de acceso a los puertos a la crisis sanitaria, según reportaron los periodistas. La cifra aumenta al 50% si incluimos las denuncias de los fotógrafos de Ceuta que se vieron afectados por estas medidas.
Canarias y Almería tampoco son ejemplos de buenas prácticas. En el caso de Arguineguín, en Gran Canaria, es donde más polémica ha habido en 2020. No solo por el trato a la prensa y los “serios abusos hacia la libertad de expresión y la censura previa, cometida principalmente por las fuerzas del Cuerpo Nacional de Policía”, que así considera este informe que ha ocurrido, sino también el número de llegadas de personas en cayuco y patera, y sobre todo, por las medidas que se han ido tomando desde la cartera de Fernando Grande-Marlaska, ministro de Interior.
De esta forma, el SPA y EntreFronteras exigen al Ministerio del Interior del Gobierno de España “la redacción y puesta en marcha de unos criterios uniformes y estandarizados que aseguren el acceso al puerto de los profesionales de la comunicación para la cobertura de los fenómenos migratorios”. Además, se condenan los diferentes episodios que violan el artículo 20 de la Constitución Española, en el que se reconoce el derecho a “comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión”, y a ejercerlo sin restricciones motivadas por algún tipo de censura previa.