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Coronavirus
Los impactos económicos y sociales del confinamiento siguen aumentando
Con el presente paralizado por el estado de alarma, el futuro se cubre de incertidumbre. La realidad laboral se degrada a pasos agigantados y las previsiones para final de año son más que preocupantes
LANAREN EKONOMIA : Bilbo Hiria, Argia eta Hordago elkarlanean. Irrati saioa hemen.
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Vivimos tiempos inciertos. Tras seis semanas de confinamiento se suceden las proyecciones sobre los impactos que la pandemia esta desencadenando. Basculamos entre un optimismo euforizante que confía en que todo volverá a la (nueva) normalidad y el catastrofismo más paralizante de quienes exigen que sus beneficios se pongan por delante de la vida de la mayoría.
En marzo Mikel Casares de la UPNA pronosticaba una caída del 10% del PIB. Es una estimación más realista que el 3,6% del Gobierno vasco a inicios de abril, que ya ha anunciado insuficiente. Mientras, nos acercamos al 6,2% estimado por el CEPREM para ocho semanas de confinamiento o el 8% que proyecta el BBVA. El debate sobre la recuperación (en forma de V, U o L) y los planes gubernamentales ocupan el centro del debate, cuestión que analizaremos en un próximo artículo. Revisemos ahora algunos de los impactos económicos y sociales de la actual situación y lo que podemos esperar de cara a los próximos meses.
Lanaren Ekonomia
Kalte ekonomiko eta sozialak gutxitu behar ditugu
Koronabirusaren pandemia globalak ekarritako osasun larrialdi egoeraren kalte ekonomiko eta sozialak gutxitu behar ditugu, erabaki publiko eta ekintza kolektibo egokiak bultzatuz.
El presente se degradada
Desde el inicio del confinamiento se decretó el cierre de la gran mayoría de comercios. Siendo espacios relevantes de socialización, es evidente que ha sido una medida necesaria para cortar la cadena de contagios. El comercio es el primer sector en volumen de empleo, con una mayoría de mujeres en la plantilla de tiendas y cadenas. Siendo con hostelería e industria textil los más afectados por el cierre forzoso, se están provocando grandes pérdidas y riesgo de cierre para muchos comercios familiares. Seguramente se avecina una reestructuración entre empresas, a favor de las mejor insertadas en las cadenas globales de suministros y aquellas con ventajas de escala, menores costes y mayor explotación relativa de la fuerza de trabajo.
“La emergencia sanitaria da pie a que plataformas como Amazon perjudiquen a los comercios y usurpen el tejido económico local, lo que es intolerable"
Mientras tanto, el panorama actual esta reportando beneficios a gigantes globales como Amazon. La crisis del coronavirus ha acelerado la competencia desleal e inmoral del Capitalismo de Plataformas contra el pequeño comercio y el mundo del trabajo, como ha denunciado la Confederación Euskal Dendak. Amazon suministra ropa, zapatos, aparatos domésticos, juguetes o “chorradas”, mientras las tiendas de proximidad no pueden hacerlo por decreto gubernamental. A falta de que los gobiernos intervengan ante esta flagrante injusticia, como en Francia, se teme que la caída general de rentas y sueldos llevará a la hecatombe del comercio, permitiendo que la emergencia sanitaria de pie a que plataformas como Amazon usurpen el tejido económico local, lo que es intolerable.
Coronavirus
Amazon gana: sus trabajadores advierten de que trabajan al mismo ritmo que en diciembre
La compañía de Jeff Bezos aparece como una de las ganadoras por la situación de alarma. Sus ventas han repuntado en marzo, pero afronta las protestas de trabajadores en Estados Unidos y las denuncias sobre las medidas para proteger la de salud de sus trabajadores en Europa.
Como en otras tantas actividades, el volumen de producción se ha reducido mucho en las últimas seis semanas, lo que supone un impacto sobre la afiliación, el paro registrado y sobre todo los ERTEs. En Euskalerria el mes de marzo dejó una caída de 30.000 personas menos cotizando a la Seguridad Social, la mayoría de un Régimen General asalariado que perdió el 3% de sus efectivos en solo quince días. Los sectores más afectados son Hostelería y Administración y servicios auxiliares, seguidos de Industria manufacturera, Comercio, Educación y Construcción. Estas pérdidas de empleo solo se han trasladado en parte al paro registrado en Lanbide y Nafar Sarea, dónde 14.500 personas han acudido en marzo a ofrecer su fuerza de trabajo. A un nivel superior están los 32.200 ERTEs presentados hasta ahora en los cuatro territorios, que ponen a 233.000 personas en incierta regulación temporal de empleo y merma de salario.
“Con 834.000 cotizantes menos en marzo y 4.060.000 personas actualmente afectadas por un ERTE en España, el futuro del mundo del trabajo se cubre de incertidumbre”
El impacto sobre el empleo es aún más preocupante en España. Con un total de 834.000 cotizantes menos en marzo, la caída en quince días de un 5,6% de la afiliación al Régimen General asalariado da un indicio de lo que mostrarán los datos de abril y mayo. El SEPE ha registrado en un mes 302.000 nuevas personas paradas, que ya superan los tres millones y medio sin tener en cuenta a modalidades de desempleo parcial, inactividad forzada y otras situaciones que aumentan el paro real, por encima del registrado o el estimado en la tasa de paro. Por último, son ya 515.000 empresas en ERTE, que dejan un futuro incierto para 4.060.000 empleos asalariados.
A todo lo anterior hay que sumarle que muchos despidos y no renovaciones de contratos no han alegado la situación provocada por el COVID-19, aunque sea evidente, y se prevé que una parte del empresariado quiera reducir sus plantillas en los próximos meses. El coronavirus va a ser la nueva muletilla que van a esgrimir muchas empresas a la hora de tomar medidas contra el trabajo, tal y como se hizo desde la crisis de 2008 hasta hace bien poco. Ante todo esto, sumado a la ausencia de nuevas contrataciones en la campaña de verano, mucha gente trabajadora se está quedando desprotegida, con medidas gubernamentales que son importantes pero insuficientes.
El futuro no se ve
Más allá de los datos objetivos, existen numerosos pronósticos del impacto del estado de alarma y el confinamiento actual sobre el empleo para final de 2020. El CEPREM ha revisado los cálculos que realizó en marzo y prevé ahora que, tras la paralización de actividades no esenciales durante dos semanas y el efecto de contención de las exportaciones, se destruirán entre 73.000 y 96.000 puestos de trabajo en Euskalerria para final de año, dependiendo de que el confinamiento dure ocho o doce semanas. Estiman que los principales sectores afectados por estas pérdidas de facturación y empleo serán el Comercio, Otros Servicios, Hostelería y Metalurgia, seguidos con cierta distancia por Construcción, Administración Pública y Transporte. El mismo método de pronóstico permite estimar una destrucción de entre 962.0000 y 1.285.000 empleos en España, en función de la duración definitiva de las actuales medidas.
“La degradación social tiene una estrecha relación con la salud, siendo la garantía de rentas y resolver los cuidados dos de los principales retos actuales”
En cualquier caso, la caída del peso macroeconómico de los salarios durante las últimas décadas se acelera ahora, al tiempo que se conjuga con unas inciertas rentas empresariales. Estos dos procesos estrechamente relacionados van a mermar el poder adquisitivo y las condiciones de vida de la población, de formas diferenciadas pero generalizada. Esta primavera dejará en evidencia los errores del modelo de especialización económico por el que han apostado en las últimas décadas. Al desmantelamiento y no diversificación de los sectores industriales se le han concatenado ciclos de acumulación con inversiones frenéticas en obra pública, inmuebles y turismo. Economistas críticos como Albert Recio llevan décadas denunciándolo, pero es evidente desde la crisis de 2008 y aún más en los tiempos presentes.
En paralelo a esta pauta de especialización sectorial se ha dado una creciente privatización de servicios estratégicos como energía, cuidados y muchos otros, fundamentales para el sostenimiento de la vida. Además de haber sido poco beneficiosa para las arcas públicas, ahora lo pagamos caro en lo sanitario, mientras padecemos sus efectos sociales y económicos nefastos. Nuestro capitalismo tardío no es capaz de planificar en cantidad suficiente la producción y reproducción de lo esencial para la sociedad.
Más allá de hacer frente a la pandemia y al cambio climático que la provoca, la degradación social tiene también una estrecha relación con la salud, siendo la garantía de rentas y resolver los cuidados dos de los principales retos actuales. Es por ello que necesitamos una política decidida a favor del trabajo y de la vida, dejando atrás la austeridad y el dogma neoliberal y tomando medidas eficaces de transformación aplicadas con celeridad y eficiencia. El futuro depende de la audacia que mostremos en estos tiempos convulsos, combatiendo a los monstruos para que un nuevo orden mejor pueda llegar a nacer.
Coronavirus
Ocho cosas que el covid-19 nos ha mostrado que hay que cambiar
Aquellas cosas que si no han sido buenas durante el coronovirus, si nos han causado problemas para resistir este envite o si se han “cancelado” o modificado durante la crisis por sus efectos negativos, entonces deberían ser cambiadas siempre.
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Claro, mucho mejor que hubiera estado El Trifachito gobernando, así ni recambio ni medidas sociales ni nada y en mitad del colapso el pueblo os hubiera seguido a vosotros a la revolución por total y definitiva.
En fin, cuanto mejor mejor y punto.
Gracias al recambio y a los progreliberales por reforzar el estado securitario en tiempo record. Esto no puede ser solo culpa de su hipocresía, están tan ciegos y alejados de la realidad que no son ni conscientes de lo que han hecho. A la mierda ya!
100% de acuerdo. Es que ni saben lo que han hecho, de tal calibre es su pulsión totalitaria. Se trató de un golpe de efecto para que el rebaño viera que "hacen algo" y salvar su culo. Repito, ni se han dado cuenta del significado de dar a las policías poderes extraordinarios para reprimir, y cazar al fugitivo. Los invocados principios de solidaridad y responsabilidad colectiva se tornan irrelevantes con la Guardia Civil en la puerta. La libertad tramposamente enfrentada con la eficacia y el sustento de la vida, en un fracaso social y una indignidad que perdurará. Nos la han jugado.