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LGTBIAQ+
De las mil personas LGTBIAQ+ sin hogar que solicitaron alojamiento en 2024, solo 93 accedieron a un recurso

Exactamente 979 personas de la comunidad LGTBIAQ+ fueron las que solicitaron alojamiento, el año pasado a alguna de las entidades que conforman la Mesa Técnica de Atención a las Personas LGTBIAQ+ en Riesgo de Exclusión Residencial (Maper). De acuerdo al informe anual de la mesa, –el tercero que realiza desde 2023–, apenas el 9,5 % , es decir 93 personas, pudo acceder a un recurso específico. 65 de esas plazas fueron de los recursos que gestionan las propias entidades.
Si echamos la vista atrás a los informes anteriores, con datos recogidos en 2022, de 429 peticiones para de un recurso habitacional, recibidas entre todas las organizaciones que forman Maper, solo se pudo atender a un total de 116, desbordando las 67 plazas que tenían disponibles. En 2023, hubo un aumento significativo de las peticiones, hasta las 759 (40% más), ya que se sumaron a Maper más entidades a la hora de recoger y aportar datos, eliminando los de aquellas de personas con solicitudes en dos o más entidades. Para ese año, las plazas disponibles eran de 75 pero se atendieron a 120 personas.
Personas sin hogar
Sinhogarismo Demandan un recurso habitacional específico para la población LGTBIAQ+ en situación sin hogar
Con esos datos recogidos en tres años consecutivos, las entidades comprueban que, comparadas las cifras entre quienes solicitan una plaza y el número de personas que consiguen atender, la envergadura del problema crece y persiste, a pesar de los esfuerzos que realizan estas organizaciones. A la vez que revelan que las políticas de atención a las personas LGTBIAQ+, y los planes de actuación desde las instituciones, continúan siendo escasos.
En este sentido, los informes de Maper recuerdan una y otra vez que, en Madrid, se dispone de cero plazas para atender emergencias y ponen de relieve que, aunque existen recursos municipales para personas en situación de calle, estos no contemplan las necesidades de las distintas disidencias e identidades de la comunidad. En estos espacios, pueden llegar a exponerse a mayores riesgos y niveles de estrés al verse obligadas a ocultar su identidad para evitar el rechazo y los conflictos.
Pero incluso cuando se recurre a estos albergues, muchas veces se encuentran saturados y por tanto, la única opción es quedarse en la calle, aumentado con ello su vulnerabilidad además de quedar expuestos a la violencia y ser objeto de delitos de odio por pertenecer al colectivo LGTBIAQ+.
Como en otros años, en el informe 2024 se repiten las razones por las que estas personas llegan a una situación de calle, ya sea porque han sido expulsadas del hogar familiar –muy frecuente en jóvenes–, o de convivencia, o bien se han visto obligadas a huir de sus países de origen debido a su orientación sexual y/o identidad de género.
Pocos datos detallados y desagregados a nivel nacional
Algunas referencias indican que en los Estados Unidos y Canadá, entre el 25 y 40% del colectivo LGTBIAQ+ vive en situación de calle, en Francia, un 20% y en reino Unido 24%. Además, en Europa, uno de cada cinco jóvenes LGTBIQ+ ha vivido alguna forma de sinhogarismo, según la Agencia de los Derechos Fundamentales de la UE.
A pesar de que la comunidad LGTBIAQ+ ha venido ganando visibilidad en distintos ámbitos, en justo en el sinhogarismo donde se encuentran más dificultades para encontrar datos a nivel nacional, en su conjunto y detallados a los qué consultar. En España, según datos del INE, un 2,25% de las personas de esta comunidad habían tenido que dormir en la calle a lo largo de su vida, en comparación con el 0,086% de la población general, sin embargo, no detalla más datos que podría implicar cierta subrepresentación en las estadísticas a nivel estatal.
El sinhogarismo a lo largo de la vida de la población LGTBI+: 13,3% tuvo que irse a vivir con amigos o parientes temporalmente, un 9,3% tuvo que vivir en un lugar no adecuado como casa y un 2,3% tuvo que dormir en la calle
Ha sido la encuesta Estado LGTBI+ 2023 la que arrojó los primeros “datos reales” sobre la incidencia del sinhogarismo a lo largo de la vida de la población LGTBI+: un 13,3% tuvo que irse a vivir con amigos o parientes temporalmente, un 9,3% tuvo que vivir en un lugar no adecuado como casa y un 2,3% tuvo que dormir en la calle. En sus conclusiones, esta encuesta cifraba en más de 70.000 las personas LGTBI+ que han tenido que dormir en la calle en algún momento de su vida, en España.
En la Comunidad de Madrid, los últimos datos recopilados son de 2019 y están contenidos en el Estudio Sociológico de las Personas LGTBIQ+ Sin Hogar. Allí se indica que el 55% de las personas sin hogar se identifican como LGTBIQ+. Según el estudio, esta cifra significaría “varias veces el porcentaje de población LGTBI+ entre la población general” (entre un 7 y un 8%), lo que apuntar a que el sinhogarismo afecta mas a la población LGTBI+ que a la población general.
Mujeres invisibles y mismo factores expulsores
Gracias a los informes de Maper comienzan a hacerse registros más actualizados. Aunque solo provienen de las entidades involucradas y ninguna pertenece a administraciones locales, autonómicas o estatales. En 2024, según su informe, los hombres cisgénero representan casi el 63%, las personas trans y bisexuales y no binarias llega hasta un 20% en conjunto, y el 14% son mujeres cisgénero. Entre estas las lesbianas y bisexuales son las más invisibilizadas del sinhogarismo LGTBIQA+ ya que, aunque son un porcentaje menor del de los hombres, es el que más ha crecido con respecto a 2023. La expulsión del domicilio familiar continúa siendo la principal causa de sinhogarismo para las mujeres.
Los hombres representan el 63%, las personas trans y bisexuales y no binarias llega hasta un 20% en conjunto, y el 14% son mujeres, entre estas las lesbianas y bisexuales son las más invisibilizadas del sinhogarismo LGTBIQA+
En cuanto al perfil demográfico, la edad de todas la personas que han necesitado un recurso habitacional se encuentra en una media de 32 años, muy bajo, indican desde Maper, si se compara con el resto de perfiles del sinhogarismo. El detalle asusta: existe un 50% entre los 18 y 30 años, y un 44% entre 31 y 50 años.
En referencia a los factores explusores, además de la expulsión de casa familiar o de convivencia, cualquiera que esta sea, se repite también, la huida del país de origen. Por ello se explica, en cuanto a lugar de procedencia que haya un 12,70% de nacionalidad española, un 85,50% extracomunitarias, y el 1,80% europeas. Colombia, Venezuela, Perú y Rusia, son en ese orden, la procedencia de las personas que han llegado a solicitar una vivienda en las entidades que componen la Mesa Técnica de atención a personas LGTBIAQ+ en riesgo de exclusión residencial.
Por primera vez, Maper ha incluido un nuevo ámbito en su informe, el de nivel educativo, que según los datos, se muestra bastante alto: 35, 3% estudios superiores, 36,70% tienen estudios secundarios, el 19% Formación Profesional y solo el 3% sin estudios. Aún así, estas personas buscan formarse para evitar caer en empleos precarios.
Pobreza
Mujeres sin hogar, ocultas e invisibles
La situación de sinhogarismo muchas veces implica otras situaciones añadidas como problemas de salud, salud mental o adicciones. No existen hasta el momento proyectos específicos que atiendan a personas LGTBIAQ+ que padezcan estas problemáticas específicas. En numerosas ocasiones acaban ingresando a la red normalizada de albergues para personas sin hogar, “lo que puede conllevar un empeoramiento de sus problemáticas, ya que se suele obviar la interseccionalidad LGTBIAQ+”, insisten.
A pesar de las limitaciones a la hora de ofrecer una vivienda a quien la solicita, y que es uno de los elementos vitales para salir de una situación de calle o de un hogar provisional, como es el caso de los recursos que ofrecen las entidades miembros de Maper, el porcentaje de éxito “es palpable, subrayan. Un 55% sale por hacia una vida autónoma, 8,7% regresan a su país de origen, el 4,35% retornan con la familia, el 18,8% abandona el programa, el 1,45% continúa en otros programas y casi un 12% deriva en otras situaciones.
Demandas desde Maper, un año más
Por tercer año consecutivo, y a raíz del aumento en el número de solicitudes que llegan a las entidades autoras del informe Maper, siguen denunciando la falta de recursos de alojamiento específicos para el colectivo LGTBIAQ+, incluyendo la creación de un recurso de emergencia para los casos de extrema vulnerabilidad. Consideran que se vuelve cada vez más urgente la necesidad de incrementar las plazas de alojamiento y buscar su estabilización, es decir que se mantengan en el tiempo.
De la misma manera, o sea urgente, reclaman un aumento de fondos económicos que garanticen continuidad de los programas. “No podemos estar anualmente con la soga al cuello”, aseguran, refiriéndose a las subvenciones que reciben, pero que tardan llegar o igual no llegan. Exigen, como en años anteriores contar con plazas de emergencia que también sean espacios seguros, sobre todo teniendo en cuenta que la población que la necesita es muy joven.
Al mismo tiempo, Maper demandan se promueva la educación y sensibilización en estudios de género y LGTBIAQ+ entre el personal de los recursos residenciales generalistas, es decir, en los albergues que atienden a personas en situación de calle, así como la creación de protocolos en dichos recursos para cuando se generen delitos de odio hacia personas LGTBIAQ+. Aunado a esto abogan por la creación de recursos especializados que atiendan específicamente a este tipo de población con problemas de salud, adicciones, salud mental o discapacidad.
Personas sin hogar
Pobreza Sinhogarismo: entre la intemperie y la burocracia
Maper acusa en su informe que en 2024 los procesos de regularización o solicitud de protección internacional de personas refugiadas que vienen a España huyendo de la criminalización por su identidad de género, han sido en extremo, complicados “dejando a las personas indocumentadas durante muchos meses, viéndose obligadas a recurrir a otras alternativas para acceder a citas” lamentan, por ejemplo desplazándose a otras comunidades autónomas. Dada que demanda de atención a estas personas también a crecido en sus propias entidades, exigen se mejore el sistema de solicitud de asilo ya que a muchas de ellas les rechazan las solicitudes de protección de países no seguros para ellas, justamente de donde vienen huyendo.
Proponen flexibilizar los requisitos en estos procesos, es otra demanda que se incluye en el informe, para que no se alargue en el tiempo la resolución de la condición de las personas refugiadas. “Esto no solo genera en las entidades procesos más prolongados en el tiempo de atención, sino que provocan una baja movilidad en los recursos de alojamiento, dificultades de acceso al mercado laboral o a formaciones regladas”, alertan.
Asimismo, consideran necesario reducir la burocratización para colectivos vulnerables en los trámites de acceso a recursos públicos y a las prestaciones sociales en la Comunidad de Madrid , para igualmente, ofrecer unas condiciones que les haga recuperar, lo más pronto posible, su autonomía económica para evitar el retorno a una situación de calle.
Finalmente, ven necesaria la creación de un directorio de recursos específicos LGTBIAQ+ a nivel nacional, orientado a personas en situación de sinhogarismo del colectivo.