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Medio ambiente
Almeida levanta a barrios enteros contra las obras que implican tala de árboles y pérdida de verde urbano
Si hiciéramos un ejercicio de imaginación, la cantidad de árboles que se han perdido en la ciudad de Madrid, no ya solo por Filomena, si no por una replantación tardía que vino después con cero mantenimiento, sumada a cierre de alcorques en cientos de calles y reducción de la cubierta vegetal por las obras de supuesta remodelación de plazas y parques urbanos, podríamos pensar que Madrid habría sufrido un gran incendio forestal.
Los datos oficiales reflejan que desde 2019, la ciudad de Madrid ha perdido 78.616 árboles adultos, es decir, la quinta parte de su arbolado, según datos recogidos en la estadística municipal. Después de las elecciones municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo los habitantes de los distritos donde se acometerán en próximos meses distintas obras de infraestructuras ven con gran preocupación que las cosas seguirán en la misma tónica: menos árboles y más pavimento.
En este diario hemos reseñado los impactos ambientales que han provocado, y seguirán provocando, el acometimiento de diversas obras que van, desde ampliar líneas de Metro como la construcción de nuevas viviendas en zonas ya altamente tensionadas por la densidad poblacional y el tráfico.
La más preocupante sin duda es la ampliación de las obras de la línea 11 que tiene amenazadas de muerte a arboledas enteras dentro de Madrid Río. Aún y cuando continúa el procedimiento judicial ante el recurso interpuesto por Ecologistas en Acción contra la tala en los Parques de Arganzuela-Madrid Río y Comillas, las obras siguen.
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A ello se suma que el jueves de esta semana, el movimiento vecinal “Yo Defiendo Este Árbol” ha presentado un recurso judicial contra el Ayuntamiento de Madrid por la tala de 242 árboles en la arboleda de Arganzuela para las obras de la línea 11 de Metro. Denuncian que la resolución municipal que autoriza las tala de 242 árboles no se ajusta a la Declaración de Impacto Ambiental aprobada, como marca la normativa del propio Ayuntamiento de Madrid. Por tanto, achacan a un engaño por parte de la Comunidad de Madrid hacia los técnicos municipales al remitirles una información que no se ajusta a la realidad, y se preguntan, “o los técnicos no han hecho bien su trabajo, o la licencia se ha concedido sin informe de los técnicos”.
Ante la gravedad del señalamiento el recurso solicita la suspensión de la autorización de tala como medida cautelar hasta que se resuelva la legalidad de la licencia y ante la amenaza de una tala inminente al llevarse a cabo ahora mismo trabajos y excavaciones en la arboleda. “Si eso ocurre, la situación sería irreversible, un daño no reparable para el entorno de miles de vecinos desde un punto de vista ambiental sostienen desde el movimiento vecinal, que en mayo pasado recogieron, y entregaron, hasta 100 mil firmas de personas contra la tala de árboles.
Por su parte la Plataforma “Salvemos Nuestros Parques”, que reúne a más de cuarenta asociaciones vecinales, ecologistas, especialistas en la conservación del verde urbano y organizaciones en defensa de otros parques, han convocado este sábado 17 de junio a una nueva manifestación, esta vez para denunciar la situación de inminente tala en la calle Áncora del barrio de Delicias, también en el distrito de Arganzuela. Más de 60 acacias de Japón está a punto de perderse, por los mismos trabajos de la ampliación de la línea 11 de Metro.
📌 Calle Ancora
— MADRID DECADENTE (@MadridDecadente) June 7, 2023
¿Veis estos árboles?
Pues guardad bien la imagen en vuestra memoria porque el dúo talador Almeida & Ayuso ha decidido que en Arganzuela (y en Madrid) sobran los árboles maduros y se los va a cepillar aún existiendo alternativas para no hacerlo pic.twitter.com/LqdCON6GxZ
Este caso visiblemente queda fuera del sentido común ya que la administración municipal ha optado por intervenir los árboles que están en la acera, con su consiguiente destrozo, antes que cerrar un carril para reducir el tráfico. A todas luces permanece la política del coche antes que proteger un vigoroso verde urbano. La plataforma considera que esta, como otras zonas afectadas en los distintos barrios madrileños “Se talan árboles de gran porte sin ninguna razón objetiva, sea para evitar molestias en el desarrollo de las obras, sea porque en el diseño del proyecto no se han tenido en cuenta o 'no encajan'. Es por ello que insisten en cada manifestación , en exigir parar la tala de cualquier tipo de arbolado viable.
Pero no solo son las obras de Metro las que están acabando con la masa arbórea de los distritos madrileños. Más casos se dan en barrios fuera de la M30.
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El Calero, un cementerrio
Otra organización vecinal que viene defendiendo un pequeño pero importante parque es Salvemos El Calero, situado en el barrio de La Concepción del distrito de Ciudad Lineal. Pertenecen también a 'Salvemos nuestros parques' y han participado activamente en cada una de sus convocatorias. Este domingo 18 de junio lideran el llamado a una concentración en protesta a las actuaciones que ha realizado el ayuntamiento en su parque, y es que las obras de remodelación han cubiertos de zahorra los suelos de este espacio verde.
“El parque no deja de ser una víctima más como toda la ciudad de Madrid, en el que se nos está apisonando con suelos estériles de pavimento, de zahorras, adoquines matando toda la potencial superficie fértil que teníamos. Han hecho unas obras de rehabilitación contra el vecindario”, explica a El Salto Rubén Chimeno, integrante de Salvemos el Calero.
"Han puesto zahorra o pavimentos de otro tipo, que son superficies inertes que impiden la vida de microespecies, de todo tipo de flora y fauna, y está todo convertido en un solar. Parece un aparcamiento y no un parque”
Su compañero José Luis de Lucas describe a nuestro medio tres de los motivos de su lucha: “Primero, la destrucción del suelo natural, ya que han puesto zahorra o pavimentos de otro tipo, que son superficies inertes que impiden la vida de microespecies, de todo tipo de flora y fauna, y está todo convertido en un solar. Parece un aparcamiento y no un parque”. La segunda de la reivindicaciones viene de los meses posteriores a Filomena ya que, por la falta de mantenimiento ha ido cayendo muchos árboles y el ayuntamiento no han repoblado el área de El Calero. “Han puesto unos cuantos árboles con la reforma pero no son suficientes. Han puesto un poco de césped pero solo a nivel visual, no a nivel natural, pero hay zonas totalmente expuestas al sol y por tanto inhabitables, especialmente los meses de verano” se queja De Lucas.
“Es evidente que las actuaciones van hacia un coste de mantenimiento cero, porque la zahorra, el cemento, el hormigón, el pavimento se mantienen solos”, interviene Rubén, de Salvemos El Calero
La tercera demanda tiene que ver con que, “como reforma en sí, no han mejorada lo que son las superficies, los parque infantiles, hemos pedido aseos públicos, que no los han puesto, no han mejorado nada de lo que había, simplemente lo que se han dedicado es a pavimentar el suelo”, insiste José Luis, y sentencia, “Nuestro parque era un lugar de encuentro y ahora se ha convertido en un cementierro, porque está lleno de cemento o pavimento que es lo mismo”.
La últimas lluvias de mayo y junio les han dado la razón, encharcamientos, lagunas y literalmente cataratas se formaron en varios de los tramos remodelados. Y es que el comportamiento de la zahorra, para los especialistas. es símbolo de muerte para todo ser viviente. Así lo constata la Mesa del Árbol de Carabanchel en este minucioso artículo: “La zahorra es un aglomerado que se utiliza como base en las carreteras y autopistas, proveniente del machaqueo de diferentes minerales en fragmentos de diferente granulometría. En el caso del que se utiliza en los parques de Madrid, está principalmente compuesto por granito, caliza y polvo granítico”.
Agregan que en el caso de los parques de El Calero, o las Cruces (en Carabanchel), se han usado “zahorras de caliza mezcladas con cal muerta y también zahorras graníticas artificiales de mayor granulometría recebadas con polvo de granito”. Nada bueno puede nacer en una superficie cubierta por un manto o dos, o tres, de esa mezcla ya que, agrega el artículo, impide el correcto crecimiento de los árboles y, por tanto, elimina todo rastro de vida vegetal o animal, además de que es la la causante del polvo en suspensión que inhala todo usuario del parque.
Con este argumento, la Mesa del árbol comprueba que queda en entredicho la permeabilidad de este material. Una de las excusas que utilizan el consistorio y sus técnicos responsables de las obras de rehabilitación es que esos materiales son muy permeables. “Es evidente que las actuaciones van hacia un coste de mantenimiento cero, porque la zahorra, el cemento, el hormigón, el pavimento se mantienen solos”, interviene Chimeno, de Salvemos El Calero. Admite que aunque se aprobó una propuesta en el pleno de marzo de la Junta de distrito para renaturalizar el parque, y de haberse reunido dos veces con el propio delegado de medio ambiente, Borja Carabante, y quien ha visitado el parque el pasado mes de abril, después de mucha insistencia, “La visita fue tan estéril como los pavimentos que nos han puesto”.
“El parque El Calero es el pulmón de nuestro barrio, lo necesitamos, necesitamos que el parque vuelva a ser un espacio vivo, que tenga suelos vivos y que tenga todos los árboles que necesitamos”
Aún y con ello asegura que no siguen con la mano tendida pero que no rebajaran sus reivindicaciones. “El suelo tiene que volver a ser un suelo natural y fértil, eso es indiscutible; también la recuperación del arbolado y toda una serie de servicios que van asociados”. Reclama que además cerca de un millón de euros que se han gastado en la remodelación se han utilizado prácticamente en contra del vecindario porque no les ha beneficiado. “El parque Calero es el pulmón de nuestro barrio, lo necesitamos. Es un parque pequeño para la cantidad de gente que lo utiliza cada día, niños, niñas, personas mayores... necesitamos que el parque vuelva a ser un espacio vivo, que tenga suelos vivos y que tenga todos los árboles que necesitamos”, zanja el vecino del barrio de La Concepción.
Continúan las movilizaciones
En resumen en opinión de las organizaciones vecinales y ecologistas que han organizado múltiples jornadas de protestas en defensa de espacios verdes, lo que ha pasado en Madrid en los últimos años es la mayor cantidad de destrozos cometidas en los parques, jardines y calles de Madrid. Por ello, con las movilizaciones de este fin de semana, y las que vendrán si se impone la política de la tala , “Salvemos Nuestros Parques” quieren no solo reunir la fuerza colectiva a través del intercambio de ideas y experiencias, si no llegar a conseguir una participación real en la toma de decisiones para el diseño del futuro de los parques y espacios verdes de la ciudad.
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¿A este tal Almeida, no es al que le dieron mayoría absoluta en las últimas elecciones municipales?.