Opinión
La alegría en la casa del pobre

El Tribunal Supremo ha reconocido que los migrantes menores no acompañados que fueron expulsados de Ceuta a Marruecos en agosto de 2021, tenían razón en sus denuncias y reclamaciones
Frontera de Benzú, en Ceuta
Sònia Calvó Carrió Frontera de Benzú, en Ceuta
Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía.
26 ene 2024 08:51

La sabiduría popular reconoce caducidad corta a la alegría en la casa del pobre. Bueno, pero habrá que sacarle partido. Hoy es de esos días felices.

El Tribunal Supremo ha reconocido que los migrantes menores no acompañados que fueron expulsados de Ceuta a Marruecos en agosto de 2021, tenían razón en sus denuncias y reclamaciones. El Tribunal Supremo ha reconocido que las asociaciones y personas que unieron sus voces a la de los menores, eran del todo razonables. El Tribunal Supremo, si bien no ha hecho una proclama de Justicia, como pedían las letradas que formularon y defendieron el grito de sus representados, si ha venido a otorgar un fallo favorable a los menores migrantes y a la Coordinadora de Barrios.

En los días 17 y 18 de mayo de 2021, Marruecos facilitó que entraran en Ceuta alrededor de 12.000 personas de forma masiva e ilegal. Unas 1.500 eran menores. España acordó con Marruecos la devolución de los migrantes menores y en el mes de agosto la hizo efectiva en grupos, durante pocos días y sin cumplir los requisitos legalmente establecidos para asegurar sus derechos. Una reacción de protesta se alzó en toda España, mientras que el ministro Grande-Marlaska aseguró que todo se había hecho cumpliendo escrupulosamente las prescripciones legales.

Patricia Fernández y Paloma García de Viedma, abogadas de la Coordinadora de Barrios y Fundación Raíces, respectivamente, en nombre de sus organizaciones, así como de dos grupos de menores no acompañados, afectados directamente por la acción de Gobierno español, acompañadas de un nutrido grupo de asociaciones no gubernamentales pro migrantes, iniciaron las actuaciones legales con procedimientos contencioso-administrativos.

Lejos de admitir las afirmaciones de Grande-Marlaska, el Tribunal Supremo ha reconocido que se dio por parte de España: atentado contra los derechos fundamentales de los menores, contra la integridad física y moral, contra la libertad deambulatoria y contra la tutela judicial efectiva.

El Señor Marlaska se opone a la sentencia de Tribunal Supremo y se ratifica en que la política de su gobierno siempre se ha ajustado a lo legalmente establecido. No solo Ceuta, Melilla y la política de fronteras ejercida en el norte de África, nos dan abundantes argumentos para sostener lo contrario y no perder el tiempo en discusiones.

Se espera el resultado de otro recurso de casación con resultado favorable para solicitar una ejecución común de las sentencias. Mientras tanto, algo muy importante habrá que considerar y disfrutar. Entre todos los nubarrones por los que se desenvuelven las políticas migratorias, se ha abierto una luz y ha quedado en evidencia que el Estado de derecho existe.

La esperanza tiene fundamento. La lucha tiene sentido. Las personas desterradas, mercantilizadas, cosificadas, marginadas, consideradas superfluas o débiles, tienen derecho a hacer frente a un poder y a una sociedad que los rechaza. Es más, tienen posibilidad de ganar.

Día de alegría y esperanza para las asociaciones y personas que viven y luchan por las personas migrantes y por los derechos humanos. El poder es aplastante, pero el triunfo es posible. Merece la pena ser utópicos.

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