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Opinión
Defendamos la enseñanza pública, también en la universidad
En 1980, la Universidad de Bilbao se transformó en la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU) y desde entonces es la única universidad pública de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV). Cuenta con centros en los tres territorios históricos que cubren todas las ramas del saber y se ha ido actualizando, siempre en constante diálogo con la sociedad vasca.
La UPV/EHU ha formado humana y profesionalmente a miles de jóvenes debido principalmente a su carácter público, que respeta el principio de igualdad de oportunidades, a diferencia de las universidades privadas que convierten el derecho a la educación superior en un negocio. Por ello nos atrevemos a afirmar que, a lo largo de estos años, ha facilitado procesos de emancipación individual y colectiva que han repercutido positivamente en el conjunto de la ciudadanía vasca. Nos referimos a la creación de espacios de pensamiento y acción sobre la necesidad de reducir las desigualdades en función de la clase social, el hecho de preservar la cultura vasca y difundir el euskara, de crear conocimiento en torno a la lucha ecologista y, cómo no, respecto de la causa feminista y del colectivo LGTBQ+. Y muchas personas de Steilas han aportado su conocimiento, tiempo e ilusión para incidir en estos avances que cohesionan la sociedad en pos del bien común.
Euskal Herria
Élites Los estudiantes de las universidades vascas privadas tienen cuatro veces más posibilidades de obtener un buen trabajo
Desde sus orígenes, la UPV/EHU ha convivido con la Universidad de Deusto (UD), privada propiedad de los Jesuitas, y desde finales de los años 1990 con Mondragon Unibertsitatea (MU), dependiente del grupo corporativo del mismo nombre. La primera se dedicaba tradicionalmente al derecho, la empresa y las ciencias sociales en Bilbao, si bien luego ha ido ampliando su campo de actuación docente y su presencia en Donostia. Y MU nació muy ligada a la Corporación Mondragón –estudios de ingeniería, empresa, etc.–, y a Gipuzkoa, aunque se va extendiendo por el resto de la CAV e incluye nuevas titulaciones.
Salvo algunos roces iniciales con la UD, relacionados, por ejemplo, con su veto a la implantación de estudios de derecho en Bizkaia, la convivencia y competencia entre estas instituciones educativas ha sido pacífica, manteniendo la UPV/EHU su primacía frente a las privadas. De manera que, a día de hoy, la UPV/EHU resulta hegemónica en cuanto a su peso en la investigación –cerca del 60% de la producción científica de la CAV–, la docencia –71% del alumnado– y la transferencia de conocimiento a la sociedad vasca. Y también es líder por su presencia e influencia en los ámbitos culturales y políticos, preservando el pluralismo ideológico y generando conocimiento crítico.
En Steilas seguiremos defendiendo que no existe la excelencia sin la equidad; esto es, sin asegurar el derecho a la educación de todos y todas con independencia de su origen económico y cultural
Priorizar
Sin embargo, todo indica que las formaciones políticas que dirigen esta comunidad autónoma desde hace muchos años –PNV y PSE– no apuestan decididamente para que la UPV/EHU ocupe el lugar central en sus políticas educativas. Particularmente desde que a comienzos de siglo crearan el Sistema Universitario Vasco (SUV), nítida expresión de un proyecto de progresiva privatización de la enseñanza universitaria. Al igual que ocurre ahora con el Pacto Educativo relativo a la enseñanza preuniversitaria y su Servicio Público Vasco de Educación, el SUV equipara en muchos aspectos a las universidades privadas con la pública y prioriza los contratos-programa como forma de financiación. Puro neoliberalismo, que debilita lo público y permite al sector privado expandir su negocio y parasitar fondos públicos en diversos ámbitos antes total o parcialmente vedados, como la educación, la sanidad, o el suministro de agua, gas, electricidad y telefonía.
Resulta curioso que el Plan Universitario 2023-26 hable de un “ecosistema vasco excelente e innovador, con presencia internacional y reconocido por su impacto social”. En Steilas seguiremos defendiendo que no existe la excelencia sin la equidad; esto es, sin asegurar el derecho a la educación de todos y todas con independencia de su origen económico y cultural. Y para cumplir con ese objetivo, que contribuye a apuntalar el estado de bienestar, resulta imprescindible que la universidad pública cuente con una financiación suficiente, sólida y estable.
Gobierno vasco
Gobierno vasco La universidad privada que defiende el PNV pone a prueba su coalición con el PSE
Desde la crisis del 2008 y los recortes posteriores, la aportación del Gobierno vasco a la UPV/EHU ha ido perdiendo peso en sus presupuestos y actualmente sólo representa el 0,4% del PIB de la CAV. Recordemos que la recién aprobada Ley Orgánica del Sistema Universitario español –LOSU– se compromete a destinar como mínimo un 1% del PIB a las universidades públicas para 2030. Y al mismo tiempo se le exige que incremente la financiación privada, lo que esencialmente supone ponerse cada vez más al servicio de las empresas multinacionales o elevar las matrículas, restringiendo el acceso de las capas populares a la enseñanza superior. Eso sí, quien pueda pagar entre 6 y 15 veces más que en la pública –tómense como referencia unos 1.000€ de matrícula anual– puede optar por la privada: segregación económica pura y dura.
Veamos algunos ejemplos recientes de políticas institucionales dirigidas a privatizar la enseñanza superior. En Bilbao la denominada “Isla del conocimiento y del talento” de Zorrotzaurre es un proyecto basado casi exclusivamente en la iniciativa privada, con una importante inyección de recursos públicos –terrenos, edificios, financiación– que recaen en manos privadas. Estos proyectos de Bilbao Ciudad Universitaria se están fraguando en torno a Universidades privadas: Digipen, Kunsthal, Mondragon Unibertsitatea, Universidad de Deusto o Universidad de Navarra al calor del apoyo del Ayuntamiento, la Diputación Foral de Bizkaia y el Gobierno Vasco. Mientras tanto, en la UPV/EHU se ha ido retrasando la nueva Facultad de Medicina y Enfermería de Basurto, una infraestructura vital para seguir formando personal sanitario que tras lustros de números clausus escasea. Incluso parece que no termina a cuajar el prometido polo económico-jurídico de la UPV/EHU en la “Isla del conocimiento y del talento”.
Euneiz está especializada en nuevas tecnologías, deporte y salud y apuesta por unos pocos grados –los mínimos exigidos por la normativa– para centrase en los máster, que son más rentables
En Gasteiz, este curso académico ha comenzado su andadura la universidad privada con ánimo de lucro Euneiz, la European University of Gasteiz. Está especializada en nuevas tecnologías, deporte y salud y apuesta por unos pocos grados –los mínimos exigidos por la normativa– para centrase en los máster, que son más rentables, en lo que es una tendencia general de las universidades privadas. El Gobierno vasco aprobó su creación en 2021, aunque no se ajusta a los criterios establecidos en la legislación reguladora del Sistema Universitario Vasco: repite en gran parte una oferta de enseñanzas de grado que ya se ofrece en nuestra comunidad, sin una demanda concreta que justifique su ampliación, se desconoce cómo se formará el claustro, ni si cuenta con el mínimo de personal docente investigador doctor que exige la LOSU. Tampoco se sabe en qué condiciones será contratado su personal, siendo una puerta abierta para la precarización del empleo universitario, ni se especifica el tratamiento que se da al euskera en sus estudios, por lo que supone un retroceso para el proceso de euskaldunización de la universidad.
En Donostia, la matrícula anual en el Basque Culinary Center cuesta 9.800 euros
En Donostia, todavía está viva la polémica por el nuevo edifico del Basque Culinary Center (BCC) junto a la Zurriola. Y es que se va a construir en una parcela cedida gratuitamente por el Ayuntamiento, con 2 millones de euros de Mondragon Unibertsitatea, 6 millones de la Diputación Foral de Gipuzkoa y 18 millones del Gobierno Vasco, en lo que constituye un magnífico ejemplo de colaboración público-privada: dinero público para beneficio privado. Con el agravante de destinarse a una minoría con posibles, ya que la matrícula cuesta 9.800 euros al año, y fomentar la turistificación de una zona ya saturada.
En estos tiempos de crisis múltiples, precariedad y creciente pobreza tocaría apostar decididamente por lo público, tanto en sanidad y dependencia como en educación. Pero, en lugar de eso y al igual que en los otros pilares del estado del bienestar, la actuación combinada de las principales instituciones públicas de la CAV impulsa la privatización de la enseñanza, también la universitaria. Así que no nos queda más remedio que defender la pública, también en la universidad.