Opinión
Poner el cuerpo contra el genocidio

Miles de activistas de todo el mundo participan en la Marcha a Gaza desde Egipto. Desde el movimiento solidario extremeño con Palestina, una reflexión acerca de la importancia de esta lucha y de su momento histórico.
Fotos Gaza Unicef - 13
©Unicef Desde hace meses, el ejercito israelí ataca los puestos de distribución de ayuda humanitaria y zonas de refugio. Cientos de personas, entre ellas decenas de niños, han sido asesinados en los últimos días en la Franja de Gaza.
13 jun 2025 13:25

Cuando la injusticia, la violencia y el cinismo traspasan cualquier límite imaginable, cuando los terroristas acusan a sus víctimas y a quienes les apoyan de terrorismo, cuando quienes masacran poblaciones semitas (que incluye mayoritariamente a las poblaciones árabes) acusan de antisemitismo a quienes les denuncian, cuando, en fin, todo se vuelve mentira e inhumanidad, nos vemos impelidos a recorrer el camino que va del dolor a la indignación y de ésta a la acción. A pasar de las palabras a los hechos, sin abandonar ni menospreciar las palabras.

Decir nuestra palabra en voz alta, intentando que se nos oiga, que la ola reaccionaria y fascista no nos calle, por muy envalentonada que se muestre, por mucho poder que alcancen sus medios de manipulación, es más importante que nunca. Sin embargo, asumimos todo nuestro poder nos empoderamos cuando ponemos el cuerpo, cuando estamos ahí, presentes, en pie, en marcha… y cuando asumimos el riesgo, pequeño o grande, de poner el cuerpo. No se nos olvida que es el pueblo palestino el que lleva poniendo el cuerpo, y a qué precio, desde hace casi ochenta años, cuando a los imperialistas europeos se les ocurrió disponer de su tierra (del pueblo palestino) para “compensar” los crímenes del nazismo.

Y hay ahora también gente muy querida y muy admirada que va a ponerlos, en mucha menor escala, a las puertas de Gaza para que, al menos, la ayuda humanitaria bloqueada se desbloquee y para empujar hacia un alto el fuego, hacia el exigible punto final de un genocidio que dura ya decenios. Y cuando esta gente está en marcha para acercarse a la frontera de Gaza, nosotras, las personas humanas capaces de compasión, de empatía y de indignación ante la injusticia y el crimen también nos sentimos interpeladas. Ellas, aun sin querer, nos representan porque, humilde y orgullosamente, representan a la humanidad, a lo que queda de humanidad en la humanidad. A lo mucho que queda de ella, a pesar de todo.

Nos jugamos mucho. Mucho más de lo que se ve a primera vista. Si a los violentos, fascistas y belicistas del mundo (que no son tantos, a pesar de las apariencias) les sale bien y gratis el exterminio de Palestina, lo vamos a sufrir y a pagar

Nos jugamos mucho. Mucho más de lo que se ve a primera vista. Si a los violentos, fascistas y belicistas del mundo (que no son tantos, a pesar de las apariencias) les sale bien y gratis el exterminio de Palestina, lo vamos a sufrir y a pagar. Se considerarán con derecho y con poder para cualquier exclusión, agresión o exterminio. Este infame sistema mundial de ganadoras y perdedoras, en el que impera el parasitismo y está casi ausente la cooperación, en el que hay que apuntarse perdiendo el culo al bando ganador, habrá avanzado sustancialmente en su camino hacia el desastre. Cuando todo se conciba como una guerra, por mucho que se disfrace, cuando la salida a la crisis se base en un sálvese quien pueda” o, aún peor, un “tras de mí, el diluvio”, habremos dado pasos quizás irreversibles hacia el peor modo imaginable de abordar la emergencia ecosocial.

Si por el contrario ―y a pesar de todas las dificultades― paramos el genocidio, el escenario, en alguna medida, habrá cambiado. Tal vez sea el punto de ruptura en el que la ola de desánimo, manipulación, violencia, mediocridad… que nos invade, nos rodea y nos condiciona cambie a una nueva ola de empoderamiento y de esperanza de otra manera de vivir y de ser. Y Gaza sería así no sólo la tumba del sionismo genocida, sino, por qué no, de su nicho ecológico, el que le da amparo, cobertura y apoyo y el que se sirve de él como de un ariete, como de una avanzadilla: el tardocapitalismo senil, patriarcal y colonial.

No olvido a las personas que llevan meses poniendo el cuerpo en apoyo al pueblo palestino, ni especialmente a aquellas que, en algunos lugares, lo hacen todas las semanas. Pongamos nosotras también, aunque estemos tan lejos ―y tan cerca―, el cuerpo. Vamos a tener múltiples ocasiones en estos días. Mientras dura la marcha a Gaza ―del trece al veinte de junio ― va a haber multitud de concentraciones y acciones, en pueblos pequeños y en ciudades grandes. Más de una decena, sólo en Extremadura. Vamos a poder mostrar, con el cuerpo y con el grito, nuestra postura.

Hay, además, otras muchas maneras de actuar contra el genocidio: no consumiendo los productos y servicios “sucios” de complicidad, reclamando compromiso real y claridad a los gobiernos, no callando ante las mentiras y manipulaciones... No nos han hecho cambiar de opinión, no han conseguido confundirnos ni callarnos, aunque a veces nos hayan hecho dudar o nos hayan desanimado. Estamos aquí.

Quienes marchan hacia la frontera de Gaza no pretenden representarnos, pero nosotras nos sentimos representadas. No creen estar llevando a cabo ninguna heroicidad, pero nosotras nos sentimos muy orgullosas de ellas.

Cargando valoraciones...
Ver comentarios 2
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...

CRTVG - Corporación Radio y Televisión de Galicia
A Xunta do PP remata o seu plan de control sobre a CRTVG tras escoller á súa nova directora en solitario
A xornalista Concepción Pombo substituirá, co único aval do Partido Popular, a Alfonso Sánchez Izquierdo. O Goberno de Alfonso Rueda modificou a lei de medios para que os votos do seu partido fosen suficientes para elixila.
Altri
A Plataforma Ulloa Viva cambia a súa directiva para os vindeiros anos de loita contra Altri
A veciñanza da comarca máis afectada escolleu entre dúas listas logo de non chegar a un consenso. A gañadora tratará de ampliar a súa base de socias e socios por toda Galiza e abrirá máis as portas ás grandes organizacións do país, como a CIG.
El Salto n.79
A celulosa ou a vida: xornalismo situado e loita social para frear un ecocidio
O xoves 17 de xullo esperámosvos no CS 'A Nubeira' de Vigo para presentar o último número da revista El Salto xunto a algunhas das súas principais protagonistas: as que loitan contra o macroproxecto de celulosa liderado por Altri e avalado pola Xunta.
AGANTRO
O desprazamento forzoso en Chiapas: metáfora da vida núa
Conversamos coa investigadora América Navarro sobre o desprazamento forzoso en Chiapas.
Altri
Galiza elixe o rumbo da loita contra Altri nas eleccións á directiva da plataforma Ulloa Viva
A veciñanza da comarca máis afectada presenta dúas listas separadas logo de non chegar a unha proposta de consenso. Por unha banda, concorre unha candidatura continuísta e, pola outra, unha alternativa que se achega máis o nacionalismo institucional.

Últimas

O Salto medra contigo
O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.
Orgullo
O Orgullo Crítico enche de diversidade e de humanismo Galiza: “Transfeministas con Palestina”
Crónica visual de como unha enorme multitude encheu de diversidade o centro da cidade de Vigo.
O Teleclube
'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria
O Teleclube
'O Teleclube' pecha a temporada cos supervivintes de '28 anos despois'
Danny Boyle e Alex Garland volven ao mundo dos infectados que inspirou o renacemento dos 'zombis'.

Recomendadas

Medio rural
A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Feminismos
Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Migración
A veciñanza mobilízase para acoller migrantes tras o peche de centros de Rescate Internacional en Galiza
Tras o progresivo desmantelamento de varios dispositivos de acollida, moitos refuxiados foron trasladados a outros puntos do Estado sen aviso previo. Outros son simplemente desaloxados trala denegación da súa solicitude de asilo.
Ourense
Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.
Comentarios 2

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...