Movimiento antiglobalización
Luis González “Foz”: “La Carta de Brest fue una internacional de las naciones oprimidas en Europa occidental"

Luís Gonçales Blasco ”Foz” (Foz 1941) fue miembro del grupo Brais Pinto y fundador de la Unión do Pobo Galego (UPG).
Foz
Luís Gonçales Blasco,”Foz” (Foz 1941) fotografíado en su casa de Eirapedriña, Bugallido, con un ejemplar de la Carta de Brest.
Javier García Fernández. Profesor de Historia contemporánea en la Universitat Pompeu Fabra. Investigador principal del proyecto Memorias del Anti-imperialismo.
25 dic 2023 11:18

Luís Gonçales Blasco,”Foz”, (Foz 1941), fue miembro del grupo Brais Pinto de jóvenes gallegos universitarios establecidos en Madrid durante los años cincuenta del siglo XX y fundador de la Unión do Povo Galego (UPG). En 1968 se exilia a París donde se licenció en Lingüística en la Universidad París VIII. Trabajó en Ruedo Ibérico desde 1968 a 1973. Fue uno de los organizadores de la diáspora gallega en Europa. En 1974 fue redactor y firmante de la Carta de Brest. Durante el 1974 y 1974 fue uno de los miembros de la Secretaría Permanente de la Carta de Brest que incluyó a todos las organizaciones de las naciones oprimidas en Europa occidental. Fue además colaborador desde el exilio del pacto tripartito entre ETA-pm, la UPG y el PSAN-Provisional entre 1975 y 1978.

Buenas tardes, Luis, gracias por esta entrevista para el proyecto Memorias del Anti-imperialismo sobre la relación entre los movimientos anti-coloniales y las izquierdas nacionalistas en el estado español. Este año de 2024 se hacen 50 años de la firma de la Carta de Brest. Tú fuiste un protagonista excepcional, organizador, redactor y firmante del documento. La primera pregunta que me gustaría hacerte es sobre tu propia trayectoria, cómo llegas tú a la militancia, cómo te nace a ti la conciencia gallega.

Bueno, yo comienzo mi actividad política en Madrid, donde había ido a estudiar, y empiezo a participar en el Grupo Brais Pinto, que era un grupo cultural y literario galleguista que funcionó desde 1958 hasta comienzos de los sesenta. A partir del Grupo Brais Pinto se organizará el Conselho da Mocedade, que era una organización política juvenil que estaba muy influenciada por lo que había sido el Partido Galleguista. El Consello da Mocidade agrupó a todos los jóvenes de Galicia y del exterior que querían construir una nueva organización política. En ese momento la influencia de Ramón Piñeiro era muy importante, porque había sido el organizador del Partido Galeguista hasta que lo metieron en la cárcel en 1946. La idea de Piñeiro era la de crear dos organizaciones gallegistas. Una socialdemócrata y otra demócrata-cristiana. La primera se creó, el Partido Socialista de Galiza, el segundo no llegó a constituirse como partido hasta poco antes de la muerte de Franco. Piñeiro nunca se integró en ninguno de ellos. Además, Piñeiro no era independentista y era muy anti-comunista. Él siempre estuvo en contra del marxismo y en contra de la existencia de una organización independentista. Esa tensión llevó a nuestra expulsión del Consello da Mocidade y por ello creamos una nueva organización política marxista e independentista, la Unión do Povo Galego en 1964.

¿Cuáles fueron las influencias que recibe la UPG en el momento de su nacimiento?

Nosotros estábamos dentro del marxismo de la época, éramos críticos con el imperialismo y por eso chocábamos con Piñero que era muy pro-occidental y muy anti-comunista. En esos primeros años de principios de los sesenta estábamos muy influenciados por Patrice Lumumba, que acababa de ser asesinado en 1961, por la figura de Ben Bella y la independencia de Argelia en 1962. También por la Revolución cubana y por la Guerra de Vietnam. Cuando se crea la UPG en 1963 esas eran las principales referencias internacionales.

¿Cómo comenzó la UPG su trabajo internacional y su relación con otras organizaciones de las naciones sin Estado?

Desde el año 1963 hasta 1968 las relaciones internacionales de la UPG son a través de los comités de emigrantes en el exterior. Yo, que había estado en la fundación de la UPG, había pasado a la oficina de relaciones internacionales. En esos años se crean delegaciones de la UPG en Venezuela, México, Gran Bretaña, Francia, Suiza, Países Bajos, Italia, Alemania y Noruega. Algunas, como México, Uruguay o Venezuela son anteriores a mi exilio. Yo colaboré sobre todo en las de Europa. Toda esa red de delegaciones en el exterior nos permitía estar muy informados de lo que sucedía en todo el mundo. Pero donde de verdad la UPG comenzó a hacer relaciones internacionales con otras organizaciones fue a través de París. Después de volver de Madrid participé unos años en la organización de la UPG en el interior, pero en 1968 me tuve que exiliar a París. Durante unos años trabajé en la editorial Ruedo Ibérico y tenía mucho contacto con otros exiliados y con gente de muchas organizaciones. Allí comenzamos un trabajo de conectar con otras organizaciones. Los primeros contactos fueron con los bretones de la Unión Democrática Bretona. Ellos tenían mucho interés en el tema de las naciones celtas y tenían ya una organización muy sólida y con presencia en París. En 1972 nos invitaron a su congreso como representantes de la UPG donde también estaban los irlandeses del Sinn Fein. Las relaciones entre los bretones y los irlandeses eran muy importantes y no se habían cortado nunca. La novedad fue incorporar a otras naciones. En el Congreso de la UDB, tanto en mi intervención como delegado de la UPG como en la intervención de los delegados del IRA, se lanzó la necesidad de articular a las naciones sin estado para descolonizar Europa.

Cuéntanos, ¿cómo surge la idea de que Galicia era una colonia? 

Nosotros considerábamos que Galicia era una colonia dentro de Europa. Partíamos del pensamiento de Castelao de que Galicia era una nación oprimida y que nuestro enemigo era España, que estaba en la última fase de un viejo Imperio. En los años sesenta aparecen en el Estado francés varios libros que fueron muy importantes de un autor occitano,Robèrt Lafont, especialmente La revolución regionalista. A partir de ahí, la UPG en sus documentos ya hablaba de opresión colonial. Luego, Xosé Manuel Beiras publicó su obra O atraso económico de Galicia, donde desarrollaba el tema de colonialismo interno. Lo que pasaba es que el Partido Socialista Galego al principio no tenía buenas relaciones con la UPG, pero más tarde sí las tuvieron y sacaron un documento conjunto, donde la UPG y el PDGa afirmaban que Galicia, como nación oprimida, sufría una explotación de tipo colonial en el plano cultural, económico y político.

¿Y cómo surge la idea de crear una conferencia internacional de colonias internas en Europa? 

Los que tenían todo esto más claro eran la UDB (Unión Democrática Bretona). En Francia, tras el 68, hay un renacimiento de las regiones que tenían una identidad propia cultural, étnica o lingüística dentro de la Francia continental. El mayo francés había supuesto una explosión social por las libertades que también afectó a las libertades colectivas de los pueblos y regiones. También la revolución argelina había suscitado mucha solidaridad en una parte de la izquierda francesa y en una parte de sus intelectuales como Sartre o Beauvoir. Toda esa solidaridad anticolonial también estuvo presente durante el mayo del 68 y después. Además, unos años antes se había firmado la Carta de Argel, en 1967, que buscaba la unidad de las naciones árabes contra el imperialismo occidental en el norte de África. Pietro Nenni, un diputado del PSI que había luchado en las Brigadas Internacionales en la Guerra Civil española, fue quien nos habló de la Carta de Argel y que era interesante una declaración anti-imperialista en Europa. A nosotros nos pareció que debía ser una declaración de una posición imperialista respecto a las naciones oprimidas por sus propios Estados. De ahí nace la idea de colaborar entre diferentes naciones sin Estado que impulsó la UDB en principio con la UPG y con el Sinn Fein. La idea era crear una internacional de las naciones sin Estado de Europa occidental.