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Andalucismo
Una colonia al interior de la colonia. Una sociología de la cuestión andaluza en Cataluña (I)
Reciéntemente se han producido varias polémicas en torno a la cuestión andaluza en Cataluña. Hace unos días, a raíz de que algunos medios se hicieran eco de que Corpus de la cuina catalana ha incorporado el gazpacho como plato propio de la cocina catalana1, en un tweet, que a priori no pretendía tener ninguna relevancia, señalé la incorporación del gazpacho en dicho corpus como un gesto de apropiación cultural. En otro tweet hilado, expliqué como las cocinas metropolitanas incorporan la gastronomía de sus colonias o comunidades migrantes. Al igual que la cocina portuguesa incorpora la feijoada o la comida británica los platos de comida india. En el caso catalán, la incorporación del gazpacho es el reflejo de una relación estructural entre Cataluña y Andalucía definida no por una colonización administrativa, sino por una relación de colonia interior. Esto es algo que todo el mundo puede entender. El sur del Estado español ha sido sistemáticamente empobrecido por la desigual estructura económica del Estado, que privilegia un norte industrial y lastra a un sur agrario en un círculo de desarrollo del subdesarrollo. Esta teoría fue desarrollada para Italia por Antonio Gramsci, como la questione meridionale, pero se puede ampliar al conjunto de países de la Europa occidental. Un sur agrario, subdesarrollado y dependiente del norte industrial y financiero lo podemos encontrar en Italia, España, Gran Bretaña y Portugal. Pero además es que en Cataluña viven en torno a un millón de personas nacidas en Andalucía, hijas o nietas de andaluces.
En segundo lugar, ha surgido una polémica producida por una escena del programa de televisión catalana Està passant. La parodia mostraba a una actriz vestida de Virgen del Rocío que se expresaba con acento andaluz y cantaba una saeta con clara actitud de ridiculización de lo andaluz a través de marcadores como el acento o la religiosidad popular. Diferentes sectores de la sociedad andaluza, como Teresa Rodriguez Portavoz de Adelante Andalucía, Juanma Moreno Presidente de la Junta de Andalucía, Curro Morales artista, músico y fundador de Califato¾d, la Federación de Entidades Andaluzas en Cataluña, Lluis Cabrera, fundador del Taller de Musics o Manu Sánchez han mostrado su rechazo por la ridiculización y el señalamiento de la cultura y los rasgos de identidad andaluza. A raíz de la polémica Isidoro Moreno a publicado un artículo de opinión bajo el título La Virgen del Rocío en TV3: Libertad de expresión, supremacismo y andalufobia. En el artículo, el autor señala que el sentimiento de rechazo “se ha producido no solo en Andalucía sino también en la propia Cataluña, donde viven cientos de miles de ciudadanos que, además de catalanes, continúan sintiéndose culturalmente andaluces y que han rechazado el tratamiento que se hace de nuestro pueblo desde un supremacismo inaceptable”. Según Isidoro Moreno, muchos andaluces en Cataluña, o catalanes de origen andaluz “están hartos de ser tratados, a veces, como charnegos cuando han contribuido como pocos al progreso del país catalán”.
Ambas polémicas han ocupado un importante espacio en redes sociales donde los intercambios han implicado a gente de la cultura, el activismo, el periodismo o la universidad. Los intercambios han sido duros, incluso llegando a los insultos, mayoritariamente entre cuentas falsas y secundarias. Lo novedoso es que no habíamos conocido un enfrentamiento directo entre el andalucismo político o cultural y el independentismo catalán hasta la fecha. Dos espacios que han construido solidaridad en los tiempos duros del procés, el 1 de Octubre y el ¡A por ellos! Yo simplemente voy a sistematizar algunas ideas que estoy convencido que, tanto para un público catalán como para un público andaluz, puede sentar las bases de un nuevo diálogo entre ambas sociedades. Un diálogo no basado en las lógicas de habituales, que están absolutamente agotadas desde hace ya varias décadas, pero sobre todo en la últimos años, tras la década del procés y el 1 de Octubre. Trataré de explicar porqué para el andalucismo político, cultural y sociológico la apropiación cultural, el etnicismo, las migraciones andaluzas en Cataluña, la andaluzofobia y la inferiorización cultural a través del señalamiento de religiosidad popular son parte de un patrón de colonialismo interno que el Estado español ejerce contra Andalucía y que involucra a parte de las élites locales catalanas, colaboracionistas del capitalismo español y del régimen del 78.
En primer lugar, por alusiones, he sido una de las personas que más ha apoyado la causa independentista catalana desde Andalucía, primero en el SAT donde fui parte de la Secretaria de relaciones internacionales en esos años. Desde que Cañamero cerrara la histórica campaña electoral de la CUP en Barcelona en 2012, los lideres del SOC, el SAT y la CUT han acudido a Cataluña decenas de veces en la última década a apoyar el proceso soberanista catalán y específicamente a la esquerra independentista. Actualmente desde Adelante Andalucía, donde soy parte de la Secretaría política, esta relación se sigue construyendo. Como demostramos con la celebración de un acto político andalucista en Cataluña, hermanando el andalucismo político y la esquerra independentista con un acto organizado entre la CUP y Adelante. En dicho acto y en la rueda de prensa, Teresa Rodriguez afirmaba que “no nos resignamos a ser una colonia interna de nadie”.
El apoyo del andalucismo político a la causa independentista catalana ha sido siempre firme. Por supuesto, el andalucismo de izquierdas ha hecho una lectura propia y crítica del procés y de las consecuencias del 1 de Octubre. Principalmente en relación con las consecuencias para la comunidad andaluza en Cataluña. Como todo el mundo sabe, la migración andaluza en Cataluña, conocida como diáspora andaluza en Cataluña o novena provincia ha sido un horizonte estratégico para el andalucismo político. Desde el desarrollo de las casas regionales en los setenta, captadas posteriormente por el PSOE y CiU, la consecución de dos diputados andalucistas en el Parlament de Cataluña en 1980 hasta los lazos de solidaridad entre organizaciones catalanistas y andaluzas en la última década. Esta solidaridad no es incompatible con que el andalucismo político, incluyendo los andalucistas en Cataluña, siempre hayan sido muy críticos con las teorías étnicas, de la nación cultural, la política lingüística o el Un sol poble, que designa una sociedad que, pese a sus diferentes orígenes, ha sido homogeneizada en términos culturales y lingüísticos, al interior de un territorio delimitado, y de una institucionalidad derivada del Estado.
Muchos hemos defendido en los últimos años, que Andalucía ocupa una posición de colonia interna en el Estado español. Por la conformación histórica del mal llamada reconquista, la formación de la monarquía hispánica y del Estado español a partir del siglo XIX. Pero también por el desarrollo del capitalismo español durante el siglo XX. Los intelectuales de la segunda ola andalucista (que se generó en la transición y los años ochenta) ha desarrollado un pensamiento crítico andalucista en términos de opresión nacional y colonial. Gente como José Acosta, José Aumente, José María de los Santos. También más recientemente Isidoro Moreno o Carlos Arenas Posadas y otros intelectuales andaluces han desarrollado una crítica a la posición de Andalucía respecto a España en términos de relaciones coloniales. Yo mismo, y otra generación de jóvenes académicos e investigadores hemos explorado la teoría descolonial y el pensamiento poscolonial para interpretar diferentes dimensiones de la realidad andaluza. Todas las definiciones coinciden en caracterizar el modelo de colonialismo interno que sufre Andalucía como un modelo que sitúa a Andalucía a un papel de dependencia política, subalternidad económica e inferiorización cultural.
Todos estos análisis tienen como marco de referencia cuatro elementos que son mayoritariamente compartidos. En primer lugar, la situación de dependencia, subalternización e inferiorización cultural que sufre Andalucía podría ser comparable con la situación de dominación sobre Galicia, y de forma más acusada sobre Canarias. En segundo lugar, este sistema de dominación, a su vez, se basa en una opresión aún mayor en términos coloniales y raciales sobre el pueblo gitano y otras comunidades raciales que habitan en Andalucía como son las personas trabajadoras en los sistemas agrícolas ultra-intensivos de Almería o Huelva. En tercer lugar, el modelo de colonialismo interno desarrollado por el Estado español para Andalucía, está sustentado en una alianza de élites del Estado situadas en Madrid, Bilbao y Barcelona. En cuarto lugar, es una reflexión común por parte del andalucismo político reconocer la diáspora andaluza en Cataluña como una comunidad étnico nacional producto de la opresión, las relaciones de colonia interna y de subdesarrollo estructural, tal y como desarrolló el PSA en los años ochenta, así como teorizó Isidoro Moreno y como recoge Francisco García Duarte en su obra El ideal de Blas Infante en Cataluña. El desarrollo del capitalismo español, basado en una alianza de la burguesías vasca, catalana y castellana se ha producido en en relación al subdesarrollo de los territorios del sur de la Península. Se trata del desarrollo de unos territorios por el subdesarrollo de otros. Este modelo explicativo fue desarrollado por pensadores marxistas latinoamericanos en los años setenta y ochenta, y es conocido como la teoría de la dependencia, la teoría del subdesarrollo o la teoría centro-periferia. Aplica para América Latina y los EEUU; para el norte de Europa y los países del sur de Europa y para Europa y África. El capitalismo en su ciclo de acumulación produce ciclos de despojo y desposesión. El capitalismo español ha basado su modelo de acumulación en la desposesión, desarticulación y subdesarrollo de la economía andaluza y meridional. Este modelo teórico desarrollado en las últimas décadas, no es nuevo para nadie que conozca el andalucismo político y su fundamentación histórica y teórica.
Para seguir leyendo la parte II:
Una colonia al interior de la colonia. Una sociología de la cuestión andaluza en Cataluña (II)