We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Periodismo
Ernesto Ekaizer: “No hay presunción de inocencia, Juan Carlos I ha reconocido que intentó defraudar”
El periodista Ernesto Ekaizer (Buenos Aires, Argentina, 1949) decidió investigar la trama del fraude de Juan Carlos I (fraude económico y fraude como persona y personaje) para mostrarlo masticado, relatado con mimo, detallado desde la mirilla, documentado como nunca antes, fragmentado para su digestión. Solamente paró su escritura mientras estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Jiménez Díaz. Había agarrado el coronavirus, incluso pasó por el coma. Ahora se recupera, pero aún convaleciente, se atreve con esto: hay que desmitificar y hacer caer al mito. En El rey al desnudo (Penguin Random House, 2021), una crónica en la que toma parte, Ekaizer cuenta cómo Juan Carlos I llega al momento de hoy, el principio del fin de un monarca que se paseaba por los aeropuertos con maletines llenos de billetes sin marcar. Como un auténtico gánster ibérico.
Lo primero que haces en esta crónica es avisar: hay que acabar con el mito sin crear otro.
Todavía hoy hay gente que de algún modo intenta restar importancia al fraude de Juan Carlos I porque hay un mito alrededor de su personaje. Y te leo: “Siempre se puede optar, como han hecho personalidades españolas, por cerrar los ojos ante estos hechos. En el capítulo 22 de primera parte de la novela de Cervantes, Don Quijote, apunta, al cruzarse con el comisario y al ver el encarcelamiento del Ginés de Pasamonte lo siguiente: 'Allá se lo haya cada uno con su pecado; Dios hay en el cielo, que no se descuida de castigar al malo ni de premiar al bueno, y no es bien que los hombres honrados sean verdugos de los otros hombres, no yéndoles nada en ello'.”. Uno puede adoptar esta máxima de Don Quijote. Ha pasado en España, lo de cerrar los ojos, digo.
¿Y cómo uno puede cerrar los ojos ante lo que pasó y pasa?
No se debe. Mira, hay alguna escena de la vida de Juan Carlos I que es escalofriante. Son muy representativas de su pasión por el dinero, por el dinero negro. Es el caso de la propina que le da el sultán de Bahréin, 1.900.000 dólares. Juan Carlos I va con el maletín lleno de dólares desde Oriente Próximo, hace una escala en Suiza para ir a comer a la casa de su gestor, Fasana. El 7 de abril de 2010, Fasana lo ingresa en el Banco Mirabaud.
Es la primera vez que aparecen en España algunas de las audiencias de Ginebra con los cuatro imputados en Suiza: zu Sayn-Wittgenstein, Canónica, Fasana y el Banc Mirabaud
Con este libro haces periodismo. Periodismo riguroso, pero también posicionado y crítico. ¿Crees que una crónica así podría hacerse sin tomar parte?
Uno necesariamente toma parte. Muchas de las escenas del libro las he vivido en primera persona, aunque no utilice la primera persona al escribirlas. Y aquellas escenas no vividas en primera persona están basadas en documentos. Es la primera vez que aparecen en España algunas de las audiencias de Ginebra con los cuatro imputados en Suiza: Corinna zu Sayn-Wittgenstein, Dante Canónica [abogado de Juan Carlos I], Arturo Gianfranco Fasana [gestor de fortunas] y el Banc Mirabaud, donde se hizo la transferencia famosa del 8 de agosto de 2008 de 100 millones de dólares. Al ser testigo existe un destacado punto de vista. En el libro parto de la base de que es necesario abrir los ojos y no ceder ante la figura de Juan Carlos I, conocer lo que ha sucedido y posicionarme ante lo que pueda suceder.
Vas a calzón quitado: el rey emérito es un defraudador.
No hay presunción de inocencia. Juan Carlos I ha admitido que intentó defraudar. Sus asesores ya han presentado declaraciones fiscales complementarias, por tanto está reconocido. Una de las regularizaciones, por el dinero facilitado por su amigo mexicano Allen Sanginés-Krause, algo más de 600.000 euros, y otros 4,4 millones de la Fundación Zagatzka, cuyo primer titular es su primo Álvaro de Orleans, pero el tercero es Juan Carlos I. Nada menos que el cuarto beneficiario es Felipe VI cuando aún era príncipe de Asturias. El delito fiscal en España está fijado en 120.000 euros...
La semana política
Entre amigos
Esta semana ha salido a la luz un nuevo y presunto caso de corrupción que afecta a la Casa Borbón. Un ex de Goldman Sachs, Allen Sanginés-Krause, habría pagado los gastos del rey emérito de unas tarjetas no declaradas.
¿Cómo se consigue esa impunidad borbónica?
El libro no pretende hacer un análisis de la dinastía. Tengo un propósito concreto, que además escribí en condiciones de salud difícil, que es la de recorrer la historia de un fraude. Los cien millones de dólares transferidos por el Ministerio saudí de Finanzas a la cuenta del ahora rey emérito en Suiza. Este concreto fraude, esas ocultaciones a la Hacienda española, proyecta un segundo fraude sobre toda su figura, sobre el personaje.
“Es extraño que Juan Carlos I no le dijera nada a su hijo sobre su situación, que era “una bomba de relojería” que podría haber tenido impacto Felipe VI”
Suiza investiga, España también. ¿En qué momento estamos?
La investigación está en curso. En Suiza no se le investiga directamente. Se investiga todo lo que le rodea a él y a los 100 millones de dólares. El primer fiscal del cantón de Ginebra, Yves Bertossa, cree que puede haber un delito del 305 bis del Código Penal suizo (blanqueo de capitales agravado). ¿Por qué blanqueo? Por los 100 millones de dólares como “donación irrevocable” a su examante. El fiscal cree que es dinero de Juan Carlos I a nombre de Corinna. En España, en cambio, tenemos tres investigaciones: una derivada de la Suiza con la presunción de ser un pago por el AVE Medina-La Meca; otra gira en torno a las cuantías de Sanginés-Krause usadas para gastos propios de forma opaca; y la última es la aparición de un trust en Jersey cuyo rastro deja la cifra de 20 millones de dólares y cuyos artífices asociados a este caso son Javier de la Rosa y Manuel Prado y Colón de Carvajal. De la Rosa envió a Suiza, a la banque Sogenal a mediados de 1992, cien millones de dólares en dos transferencias a Prado, una de 80 millones y otra de 20 millones. Estos últimos 20 millones o 1.900 millones de euros “ reaparecen” en un trust de Jersey bajo otro testaferro: Joaquín Romero-Maura actualmente internado en una clínica geriátrica enfermo de alzheimer. A través de este trust hubo otro pago de 80 millones a nombre de Prado, testaferro de Juan Carlos I, en los años 90.
¿Veremos a Juan Carlos I en el banquillo de los acusados?
Él está cómodamente sentado en su residencia fantástica prestada por su amigo en Emiratos Árabes Unidos. Está siendo investigado de facto. Él está esperando, de forma surrealista, en Abu Dabi. El 5 de junio hizo un año del inicio del proceso, asumido por el Tribunal Supremo. Creo que no se tardará mucho más en adoptar una decisión. El 30 de junio [la entrevista se realizó antes de esa fecha] llegará a Madrid el fiscal Bertossa para reunirse el primero de julio con Juan Ignacio Campos, teniente fiscal de la Fiscalía General del Estado y su equipo de investigación.
“Okdiario y El Español no solamente publican las filtraciones, las publican con el enfoque que pide el filtrador”
Del psicoanálisis nos viene eso de matar al padre. ¿La sentencia más dura ha sido la que hizo su propio hijo, FelipeVI, al reconocer a su padre como cabeza de todos los males mediante aquel comunicado de la Casa Real?
Con ese comunicado intentaba limitar el ocaso que proyecta su padre sobre la monarquía, limitar los daños. Desde el punto de vista del Código Civil no tiene ninguna validez, no se puede renunciar a una herencia en vida. Es un titular que compraron los medios de comunicación, que fue diseñado en la Casa Real para ese fin. Se emite nada más y nada menos que el 15 de marzo de 2020. Un día después de la declaración del estado de alarma, cuando la población española está conmocionada por lo que está ocurriendo. Sin embargo, la información, carta de los abogados de Corinna mediante, la tenían desde hacía un año. En esa información le contaban la participación en Zagatzka y Lucum [fundación panameña que recibe los 100 millones de dólares].
La Casa Real estuvo en peligro y parece que Felipe VI no se enteró. ¿Nos lo tenemos que creer?
Es extraño, y lo explico en el capítulo bajo el título “Guarda más de lo que enseñas”, que antes de la abdicación de emergencia de 2014, Juan Carlos I no le dijera nada a su hijo sobre su situación financiera y legal. Ni en el periodo 2008-2012, con la cuenta activa llena de millones, ni de 2012 a 2014, cuando se toma la decisión de abdicar. Si hubiera explotado la “bomba de relojería” hubiera tenido impacto en Felipe VI y en la monarquía. Es extraño.
Y ahí se produce aquella declaración de Dante Canónica, abogado del rey emérito.
En una declaración en Suiza, a Canónica le preguntan por qué Juan Carlos I desheredó a su hijo. El abogado del rey emérito contesta que bueno, que podía hacerlo. La transferencia a Corinna, entonces explica Canónica, tiene que ver con un cambio en la legislación suiza que obliga a dar más información a la Unión Europea. Juan Carlos I es consciente de todo ello y califica el hecho de tener dinero en Suiza como “una bomba de relojería”. ¿Por qué no iba a comentárselo a Felipe? ¿Por qué Álvaro de Orleans, padrino de la infanta Elena e investigado en los papeles de Panamá no informaba de que aparecían como beneficiarios en la Fundación? Felipe VI dice que no sabía nada.
A Villarejo hay que insertarlo en el cuadro político que funciona en España, de cierto descontrol institucional. Eso ya no se puede frenar, es un despelote
“Me están haciendo la guerra porque yo no quiero cometer un delito”, decía Corinna. A Juan Carlos I le quieren mal. Le señalan la que fue su amor y amante y su hijo. ¿Quién es Corinna en esta historia?
La relación entre Corinna y Juan Carlos I fue tan intensa que pensó en separarse de Sofía. De hecho preguntó a los abogados si era posible hacerlo y mantenerse en el trono. No creo que Corinna supiera que estaba siendo grabada porque Villarejo se hacía pasar por agente del CNI, cuyo enlace era Juan Villalonga [exdirector de Telefónica]. En esas conversaciones la examante del emérito hace una autoprofecía cumplida: no quiere ser imputada por blanqueo de capitales. Es interesantísimo porque así resulta ser después. Corinna le confía a Villarejo sus preocupaciones y Villarejo termina poniéndola a los pies de los caballos con la filtración de las grabaciones.
Volvamos a la actualidad. Sánchez sale victorioso de su moción de censura un 1 de junio: seis días después forma su primer Gobierno; 34 días después se filtran audios de Villarejo. ¿Quién sí y quién no pudo tener interés en agitar el momento? Por ejemplo, Sánz Roldan no parece una opción, pues estaba en guerra con el excomisario.
Villarejo ya había amenazado con ello. Él tenía muchas expectativas con el juez [Diego] de Egea, a quien llega a calificar de “juez de estado”. Pero De Egea no liberó de la cárcel con la prontitud que creyó. La Casa del Rey estaba advertida, por tanto no era una sorpresa. Eugenio Pino, director Operativo de la Policía ya había tenido una reunión con un responsable de la seguridad del rey. Cuando Villarejo comprueba que no va a salir de prisión, comienza a chantajear. Como gesto, lo hace en julio de 2018.
Porque Villarejo ha trabajado explotando sus audios durante los gobiernos del PP y del PSOE.
Exacto, no se puede enmarcar su actuación como parte de su cruzada para derrocar a Sánchez. A Villarejo hay que insertarlo en el cuadro político que funciona en España, de cierto descontrol institucional. Eso ya no se puede frenar, es un despelote. Villarejo, entonces, estaba desesperado, más de seis meses en la cárcel le hacían estar desesperado.
Okdiario y El Español son los máximos beneficiarios de filtraciones. ¿Son brazos mediáticos del excomisario?
Son los medios que no solamente publican las filtraciones, las publican con el enfoque que pide el filtrador.
¿Qué relación guardan el rey emérito y la Primera Guerra del Golfo? Más allá del chiste fácil.
Hay un personaje en la década de los 90, el financiero Javier de la Rosa, que se convierte en representante del Kuwait Investment Office (KIO), una agencia de inversión del dinero obtenido del petróleo que obtiene el estado de Kuwait. Hacen una transferencia de 100 millones de dólares dirigidos a Manuel Prado y Colón de Carvajal (testaferro y amigo del rey Juan Carlos I en España). Éste los envió a Suiza en dos transferencias, una de 20 y otra de 80 millones. Justifican que es para pagar un lobby a favor de las autoridades de Kuwait. Será confirmado por hasta dos sentencias de la Audiencia Nacional. Y ahora uno de los rastros de aquel pago se descubre en Jersey, a raíz de la investigación que se ha hecho en España inducida por el fiscal suizo Yves Bertossa. Se conectan los millones de ahora con los de la década los 90.
¿Se podría haber publicado este libro en otro momento?
Es un acierto poder publicar esta crónica. Hay tabúes. Así como hay libros laudatorios con Juan Carlos I y Felipe VI también hay un libro que presenta al rey al desnudo [risas].