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Sequía
Las aristas de la sequía en Andalucía: agua radiactiva, campos secos y el turismo que se lo bebe todo
Andalucía se sigue secando. La reserva hídrica de la comunidad autónoma apenas llega al 22,21%. según los datos del Observatorio de la Sequía de Protección Civil. Unas cifras que corroboran las de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía y ratifican la frenética tendencia a la baja de la cantidad del agua en los embalses andaluces en los últimos años. En las mismas fechas del 2023, estos se encontraban a un ya preocupante 29,74%, mientras que la media de la última semana en los últimos diez años es muy superior: el 52,14%.
Ante las puertas de un año que parece será peor que el anterior en materia hídrica por la falta de previsiones de lluvias, Juanma Moreno no ha seguido los pasos del gobierno catalán y no ha declarado el estado de alarma en Andalucía. Sí augura, sin embargo, duras restricciones y ha puesto en marcha el cuarto decreto de la sequía corroborado este jueves en el pleno del Gobierno andaluz. Este está dotado con 200 millones de euros destinados a ayudas al sector agroalimentario, obras, infraestructuras y ampliaciones como la desaladora de la Costa del Sol. Moreno Bonilla también ha anunciado que está abierto a recibir agua de otras comunidades y ha comenzado las negociaciones para recibir agua desde la desaladora de Cartagena a través de barcos. Son decisiones que desde la oposición han tildado de “ocurrencias”, como sostiene la portavoz de Por Andalucía, Inma Nieto. Por su parte, desde Adelante Andalucía exigen “un cambio en el modelo productivo” como solución al problema.
“No podemos pretender exprimir los sistemas hasta agotar el agua”, comenta Antonio Amarillo, experto en materia hídrica de Ecologistas en Acción y la Mesa Social del Agua
Antonio Amarillo, experto en materia hídrica de Ecologistas en Acción e integrante de la Mesa Social del Agua en Andalucía, comparte que el Gobierno andaluz “hace un análisis equivocado” con sus políticas, “como si el problema fuera solo la ausencia de lluvia y no un modelo agroindustrial y turístico que se ha ido expandiendo durante muchos años, con actividades que son altamente dependientes del agua, unas actividades que demandan a su vez muchos recursos y que se han ido aumentando a pesar de que teníamos cada vez menos agua”.
Amarillo además insiste en que las medidas que toma el presidente andaluz son actuaciones que deben ser resueltas en la planificación hidrológica, no en el decreto urgente de sequía. “Se deben abordar con tiempo y teniendo en cuenta cuáles son los límites de cada demarcación autonómica”, indica, y recalca la finitud de los recursos: “No podemos pretender exprimir los sistemas hasta agotar el agua”.
El experto, además, insiste en que seguir esas políticas del agua “nos lleva irremediablemente a un colapso hídrico que no sabemos qué consecuencias tendrá, pero que va a ser traumático”.
Aguas radiactivas
Miles de personas en Andalucía ya sufren las consecuencias de la sequía en sus vidas cotidianas, un número que aumenta cada año. Es el caso de la provincia de Almería, cuya reserva hídrica se encuentra en tan solo al 9,04%. Durante el mes de diciembre, la Consejería de Salud y Consumo de la Junta anunció como no apta para consumo el agua de los grifos de la capital.
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En enero se ha informado además que la presencia de materiales radiactivos, como el uranio, afecta al 70% de la provincia, según expone el hidrogeólogo José María Calaforra. “Son aguas fósiles, profundas, procedentes de los acuíferos de Dalías”, indica, remarcando que la causa es la sobreexplotación y que el Ayuntamiento no está cumpliendo con los protocolos establecidos mientras “estamos ingiriendo productos radioactivos por vía digestiva”.
Desde la Asociación de Vecinos La Traíña, en el almeriense barrio de la Chanca, han exigido una actuación por parte del Ayuntamiento de la ciudad desde principios de enero. “Aún no hay respuesta. Las vecinas y vecinos no han sido avisadas por escrito, como es obligatorio, por ley, sobre la grave situación del agua contaminada por radiactividad”, sostiene su presidente, José García Rueda.
“Consideramos que la gestión del problema por parte de Junta Andalucía es la chapuza más grande que te puedas imaginar”, se queja Miguel Aparicio, de la Plataforma Unidos por el Agua de CórdobaLos vecinos de las localidades ubicadas en el norte de la provincia de Córdoba saben lo que es eso de vivir sin agua desde hace más de un año. Unas 80.000 personas se llevan abasteciendo del agua necesaria para su cotidianidad a través de camiones cisterna y garrafas a consecuencia de la falta de agua en el embalse de Sierra Boyera, que abastecía la zona y que hoy hace que el agua de los grifos no se pueda usar ni para el consumo.
“Si no llega a ser porque el Gobierno en abril hizo una conexión de emergencia se habría producido un éxodo de la zona”, comenta Miguel Aparicio, vecino y miembro de la plataforma Unidos por el Agua, al respecto de que el corte de los grifos podría haber sido absoluto y no tener ni los medios para el aseo o fregar los platos.
“Han contaminado un pantano, han secado un pantano y ahora tenemos que beber de un pantano contaminado. O sea, nosotros no estamos colapsados ahora, lo hicimos hace mucho tiempo”, insiste Aparicio, que además se queja de la falta de soluciones de las instituciones y el desinterés de la Junta: “Consideramos que la gestión del problema por parte de Junta Andalucía es la chapuza más grande que te puedas imaginar”.
Los campos secos en Andalucía
2023 fue “el peor año agrario del siglo” según el balance anual de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos por causa de la sequía, las altas temperaturas y el incremento de los costes de producción que llevaron al descenso de la producción en todos los sectores agrícolas. Una realidad que repercutió, por ejemplo, en el elevado precio del aceite de oliva, protagonista del año pasado y, según lo que se augura, también de este año.
“Estamos peor que el año pasado”, sostiene Eduardo López, Secretario General de COAG Andalucía, quien expone que “los recortes en las dotaciones de agua por regante están llegando al 90%”. Una preocupación que se encuentra en el trasfondo de las tractoradas que se han realizado en Andalucía, el Estado español y Europa durante esta semana. Muchas de estas movilizaciones han sido utilizadas por la ultraderecha, centrándose en soluciones como las que piden los sectores ultras de las tractoradas del campo francés —una flexibilización de las responsabilidades ecologistas de los agricultores— y no en los grandes problemas de fondo, como los retos de la Política Agraria Común, los acuerdos de libre comercio o la liberalización del sector.
“Hay que ser mucho más contundente por parte del Gobierno y de la Junta de Andalucía”, sostiene López, que muestra su preocupación por el aumento de nuevos regadíos en un contexto donde escasea el agua: “Las inversiones que se están haciendo tienen que ser para garantizar el regadío y el uso de boca existente, no para crecer, no para nuevos regadíos. No se puede pretender ampliar cuando no tenemos agua garantizada para el regadío histórico”.
El turismo que no para de beber
Mientras el campo se asfixia y cada vez más andaluzas no pueden acceder a agua potable en sus casas, la maquinaria del turismo no para. La Junta de Andalucía no ha cesado su objetivo de romper los récords de ocupación hotelera y visitantes, año tras año, y seguir fomentando que este sea uno de los pilares de la economía del territorio. Moreno lleva semanas anunciando a las andaluzas que las restricciones para este año serán duras, mientras que el consejero de Turismo, Cultura y Deporte, Arturo Bernal, comentaba el pasado lunes que “no va a haber problemas para los turistas” a la hora de acceder a recursos hídricos.
“Están intentando vender como que respeta los valores y no va a consumir agua. Pero en realidad pretenden construir una de las piscinas más grandes de Europa en una zona donde la sequía está haciendo bastante daño”, denuncia Patricia Carrasco, de la Mesa de Agua de Coín
También se encuentran fuera de peligro los 109 campos de golf que se encuentran repartidos en Andalucía. Cada uno consume 300.000 metros cúbicos de agua. Sin embargo, para la Junta, como comentaba hace unas semanas su portavoz, Ramón Fernández-Pacheco, “es rotundamente falso que sean un problema”.
Desde el Gobierno andaluz también han fomentado inversiones relativas al turismo que suponían un uso extra del agua, como el caso de las máquinas para generar nieve artificial en Sierra Nevada. El gobierno gastó cinco millones de euros en cañones que generaban nieve para alargar la temporada y con ello el turismo relativo a la estación de esquí. Sin embargo, las altas temperaturas que se están alcanzando este invierno las ha vuelto inservibles.
Desde la Asociación La Nieve no es de naide llevan años denunciando la deriva del espacio natural donde se encuentra la instalación deportiva, y argumentan que se tiene que “empezar a pensar, imaginar y proponer la estación de esquí con un modelo de gestión que tenga en cuenta otros factores que nos parecen más importantes que seguir aceptando formas que violentan de primeras a una Sierra Nevada demasiado herida ya”.
Por otro lado, la Junta de Andalucía está a punto de dar luz verde a un proyecto de resort turístico en el acuífero de Coín. El proyecto Trascendence, tras el que se encuentra Jaime y Javier Martínez-Bordiú, bisnietos de franco, pretende construir una piscina de 14.000 metros cuadrados y 510 viviendas en Los Llanos de Matagallar. Se trata de un proyecto que la Junta ha tildado como “de interés comunitario” y que, sin embargo, puede traer consecuencias a la sostenibilidad de la zona.
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“Es una zona de sumidero de agua, es decir, un espacio donde se infiltra el agua y subterráneamente pasa un acuífero. Si construyes ahí se van a infiltrar y va a contaminar el acuífero”, comenta Patricia Carrasco, miembro de la Mesa del Agua de Coín. Además, este proyecto también puede tener como consecuencia acelerar la desecación del embalse de la zona que ya se encuentra en límites muy bajos.
Carrasco además denuncia que el proyecto se intenta envolver de una retórica ecologista que en realidad no tiene: “Están intentando vender que respeta los valores y no va a consumir agua, pero en realidad pretenden construir una de las piscinas más grandes de Europa en una zona donde la sequía está haciendo bastante daño”.
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Sí, pero el PP recibe el voto mayoritario de los andaluces, y parece que sus expectativas siguen siendo buenas, mientras las políticas que infligen a la población desmantelan la sanidad y la educación públicas y desecan su territorio. En esta aparente contradicción es sobre la que hay que reflexionar, creo yo.