We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Cine
Cristalino: “El acento de Andalucía Oriental sigue escondido en el cine y es importante que se nos escuche”
Nos citamos con Fran Martín Ocete, más conocido en el universo artístico como Cristalino en una clásica mañana invernal granadina donde turistas y autóctonos buscan los resquicios de sol para defenderse de la brisa helada que baja de la sierra. “Segundo premio”, la película de Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez que cuenta la (no) historia de Los Planetas en la caótica génesis de su tercer disco (Una semana en el motor de un autobús, 1998) es, además de una de las producciones más aclamadas del año con 11 nominaciones a los Goya y candidata española a los Oscars, una oda paisajística a Granada, por lo que eran muchas las localizaciones posibles que teníamos para encontrarnos con él. Finalmente, nos decidimos por Discos Bora Bora, la emblemática tienda de la Plaza de la Universidad, como representación de la escena musical granadina y como paradigma de un filme que se construye desde y para ella.
Entrar a Discos Bora Bora es introducirse en un portal mágico y sonoro que te devuelve varias décadas atrás, precisamente a la época de explosión contracultural que recoge la película. Un póster de los Beatles al lado de otro de Elvis Presley, vinilos de Miles Davis, una recreación de la Placeta dedicada a Joe Strummer en el Realejo, autógrafos de Supersubmarina o Lory Meyers en las paredes y, justo en la entrada, el vinilo de Omega de los granadinos Enrique Morente & Lagartija Nick, para muchos el mejor disco español de la historia. Mientras curioseamos los cientos de detalles que decoran el establecimiento, la campanilla de la puerta nos avisa de que nuestro protagonista acaba de entrar. Quedan unos días para que Cristalino pueda convertirse en el primer actor granadino en ganar un Goya, pero ni el ajetreo de viajes y medios en los días previos a la gala parecen perturbar su serenidad: “ya no tengo nada después, así que no tenemos prisa”.
¿Te ha servido el hecho de venir de la música para trabajar con más naturalidad delante de una cámara?
Conocer los momentos de creatividad y de introspección me ha ayudado a desarrollar el personaje y a estar más tranquilo. Probablemente también la exposición previa al escenario haya hecho que no sintiera tanta diferencia en el momento de rodar, aunque yo soy de los que siempre se pone muy nervioso en el escenario. En cambio, rodando sí he tenido momentos de estar bastante tranquilo, y eso que he tenido algunas escenas bastante curiosas como la del cocodrilo.
¿Te vamos a seguir viendo en la pantalla?
Sí, me apetece seguir. Estoy formándome y por suerte me están saliendo bastantes oportunidades. Estoy con la mente puesta en intentar aprender este oficio y, aunque esta vez haya salido todo fluido, habrá nuevos retos y tengo que estar preparado.
Tu personaje en la película es el más marcado por la adicción y esa espiral de autodestrucción que eran Los Planetas en 1997. Te hemos escuchado decir que esto no está tan vinculado a tu trayectoria como artista, que no eres ese tipo de músico que necesita la adrenalina y el subidón de droga para brillar ¿Cómo ha sido la preparación de este personaje?
Una de las cosas que más me ha ayudado ha sido acercarme de forma muy libre tanto a la personalidad de Florent [su personaje, el guitarrista de los Planetas] como a su forma de estar en público. El tema de encarnar la adicción ha sido un trabajo más preparativo y actoral, aunque yo no haya vivido todas esas experiencias que le pasan. Incluso vi documentales de gente enganchada a fumar plata para estudiar sus reacciones.
Como músico parece que es muy difícil desvincular los procesos creativos musicales de la droga. Sin embargo, nos gustaría creer que hay una nueva generación que está utilizando otras herramientas como fuente de inspiración y autenticidad sin necesidad de esa autodestrucción.
A mí me da la sensación de que ha habido una especie de boom del mindfulness y la vida sana. Creo que eso también se ha extrapolado a los terrenos artísticos. David Lynch, por ejemplo, defendía siempre la meditación para crear. Hay artistas que confían en el proceso de la meditación para la inspiración y transgredir así su estado normal. Al final es lo que los artistas buscan con la droga y seguro que se llega de una forma distinta, pero te hace menos daño hacerlo desde conectar con cosas que tienes dentro. Yo vengo más de esa búsqueda.
“Hay artistas que confían en la meditación para inspirarse y transgredir su estado normal, te hace menos daño conectar así con cosas que tienes dentro. Yo vengo de esa búsqueda”, Cristalino.
¿Qué le dirías a aspirantes a actores y actrices que darían un brazo por hacer algo así y fliparían si les nominaran para para un premio tan grande?
Es algo en lo que pienso mucho. Como músico nunca había gozado de una gran oportunidad como la que ha venido por el éxito en la película. No creo que nadie pueda dar consejos ni que haya una fórmula. Al final los que tenemos esta pulsión artística y necesidad de dedicarnos al arte, tenemos que buscarnos la vida para poder hacerlo. Siempre hay gente que tiene esa vocación, el deseo visceral de dedicarte al arte y que lo tiene de una forma muy clara, con un impulso muy grande. Tiene que ver con las circunstancias que cada cual tiene en su vida, si le compensa vivir tan dedicado a algo que al final tiene tan poca recompensa económica. En mi caso fue una apuesta que ha acabado saliendo bien. No pretendo hacer un discurso triunfalista ni de “lucha por cumplir tus sueños” porque a mí se me ha presentado esta oportunidad por una carambola pero llevo desde los 18 años dedicándome profesionalmente a intentar sacar proyectos adelante. La oportunidad me ha llegado ahora con 35 de una forma sorprendente, por una película de música.
De hecho, si Jonas Trueba hubiese seguido en la dirección del proyecto, igual tú no habrías participado.
Claro, es que yo no estaba en el primer proyecto de la película. Por eso te digo que no creo en los triunfalismos, esto que me ha pasado ha sido como un milagro. Imagínate que yo estaba dando clases de guitarra en una escuela hasta que decidí dejarlo para dedicarme a mi proyecto artístico. En un concierto una noche en el Planta Baja conocí a la directora de casting y a Jonas Trueba, que estaban allí haciendo una especie de búsqueda de talentos. Me presenté y dije que era el mejor amigo de los músicos que estaban tocando. En otras circunstancias, al salir de trabajar me habría ido directamente a casa, por lo que todo esto fue una mezcla de suerte y tirarme a la piscina.
“No pretendo hacer un discurso triunfalista ni de lucha por cumplir tus sueños”, Cristalino.
El cine de Isaki Lacuesta se presenta siempre con esos tintes de realismo mágico, entre la realidad y la ficción. Sin embargo, al principio de la película se refleja tal y como ocurrió la actitud de Los Planetas en 1994, en el programa Apaga y vámonos de Televisión Española en el que incluso dejan de tocar los instrumentos (era un playback). Esta forma de ser irreverente y casi de autoboicot mediático de Los Planetas ha sido una constante en su trayectoria ¿Debe el artista indie actuar así para preservar su identidad y mantenerse al margen de los cánones de la industria?
Creo que esa actitud nace de una necesidad del artista por transgredir y expresarse. Ellos pretendían decirle al mundo que ese era su camino y que no se plegaban ante imposiciones televisivas como la de hacer playback. Veo ese gesto como una crítica a la industria del entretenimiento y me parece muy valiente por todo lo que implicaba aparecer en televisión en ese momento, te arriesgas a que se te cierren puertas. Yo no sé si hubiera sido tan atrevido, aunque también depende del momento de tu trayectoria. Pienso por ejemplo en el disco Motomami, de Rosalía. Creo que ella pudo hacer ese disco en la posición que le permitía haber lanzado dos discos anteriores con éxito. Tuvo todas las puertas abiertas, además del talento, para explicar de qué iban las canciones y el trasfondo de cada concepto. Si ese mismo disco lo hubiera hecho otra artista menos conocida quizás no habría tenido el impacto que tuvo.
Los Planetas han sido cercanos con la dirección de la película pero se han mantenido bastante al margen del producto final. Tu propio personaje incluso ha dicho que sólo verá la película si gana los Oscars ¿Crees que también forma parte de esta estrategia de independencia y transgresión o simplemente es malafollá granaína?
Entiendo que esta película es una interpretación de la banda y que no se identifiquen. Entiendo también que Florent no la haya querido ver, porque especialmente para él implica un momento vital muy complicado. Es llamativo que no tengas curiosidad por ver una película que trata sobre ti, pero lo percibo como algo natural. Cuando nos hemos visto después del rodaje él ha sido siempre muy agradable conmigo. Incluso me parece que tiene un punto hasta sano por su parte de estar en sus cosas y no querer remover el pasado. Cuando supe que Isaki iba a dirigir la película ya sabía que su visión iba a ser totalmente libre y sin cortapisas creativas ni afectivas porque así es como han compuesto siempre Los Planetas.
¿Ha cambiado tu concepto de Los Planetas y su música después de la película?
Tenía una apreciación alta por su música y sus letras. También me he empapado mucho de ese momento con el libro de Nando Cruz. Lo que sí me ha sorprendido es que son canciones que durante este tiempo he escuchado y tocado mucho [la música de la película está compuesta en su totalidad por los músicos-actores] y no me han cansado ni he llegado a aborrecerlos. El trabajo de la elección de casting ha sido magnífico por apostar por músicos que nos encontrábamos en el punto intermedio entre conocer y apreciar su trabajo pero no caer en esa idolatría que nos impidiera rodar. Creo que todos hemos entendido bien el concepto de la trama.
La película es una ‘carta de amor’ a Granada: el acento y las expresiones, los lugares, desde la Semana Santa hasta el trío protagonista tirado en el Sacromonte con la Alhambra de fondo ¿Cuál era el mensaje principal que percibes de una película que va de Granada, de un grupo de música y de las relaciones personales que se generan en torno a ello?
Me parece muy bonito que se refleje en una película algo que me ha sucedido como músico. He compartido procesos creativos con compañeros con los que al final estableces una relación muy profunda que es casi de amor y de necesidad. Es una relación bastante misteriosa y mágica porque necesitas de la otra persona para compartir una idea, para hacer que esa idea sea mejor y para llegar a algo más grande de lo que podrían hacer los dos por separado. Hay mucha gente que nunca se ve inmersa en estos procesos creativos y me parece muy bonito que haya una peli que lo refleje de una forma profunda.
“Incluso los propios músicos no sabemos todo el talento que tenemos aquí y eso que la música granadina es aclamada por todo el mundo”, Cristalino.
Un grupo de tres amigos intentando sacar un proyecto adelante. Una de ellas no acaba de estar cómoda ni siente esa pulsión para apostarlo todo a la música [May Oliver, la bajista, abandonó el grupo justo antes de este tercer disco y así arranca la película]; pero los otros dos sí. Aunque exista esa fricción que esté a punto de estallar y romperlo todo, al final necesitan el uno del otro para que todo funcione. Me parece que estos procesos pasionales en el arte están muy bien reflejados y la película ha conectado con la gente por eso. Me dicen mucho que no sabían que esta banda era de Granada ni que un grupo de personas estaban consiguiendo algo tan grande “al lado de su casa”. Incluso los propios músicos no sabemos todo el talento que tenemos aquí y eso que la música granadina es aclamada por todo el mundo.
Cine
El Salto recomienda Diez películas y series en Filmin para acercarse a la diversidad de Andalucía
¿Qué le falta a Granada para que se reconozca todo su capital cultural y no haga falta irse o mirar a otros lados para consagrarse?
Hace falta que los propios ciudadanos reconozcamos y pongamos en valor todo el talento que hay aquí, como por ejemplo, con este tipo de películas. Esto tiene que ir acompañado de un impulso colectivo: instituciones, universidad, empresas... Igual que se están volcando ahora con los Goya [la gala se celebra el 8 de febrero en el Palacio de Congresos de Granada], se tiene que traducir en un reconocimiento diario de las artistas que hay aquí y las que están fuera, que sean bandera de Granada aunque vivan en Madrid. Hay que hacer red y ser conscientes de lo que tenemos: conocer a los referentes, saber que gente que se ha criado donde tú ha hecho y está haciendo cosas importantes por el arte.
El acento granaíno aporta una marca de identidad brutal a la película sin ser motivo de burla ni de cliché. ¿Se está rompiendo así una lanza por acabar con los estereotipos repetidos en la ficción sobre Andalucía?
El casting lo pensaron precisamente para buscar ese acento y esa identidad de Granada. Daniel Ibañez [que interpreta a J, el cantante] es el único actor profesional del grupo y ha hecho un trabajo magnífico amoldándose a nosotros desde su acento madrileño. Sin duda creo que esto es una buena noticia — aparte de cada vez hay más personajes que ya no son ni del servicio, ni los vagos o los delincuentes— pero es verdad que el acento de Andalucía que solemos escuchar en el audiovisual, el que más se conoce, es el de Andalucía Occidental, de Sevilla o de Cádiz.
“El acento de Andalucía Oriental, de Jaén, Almería y Granada, está muy escondido, hay muy pocas películas con este acento y creo que es importante que se nos escuche y reivindicarlo”, Cristalino.
El acento de Andalucía Oriental, de Jaén, Almería y Granada, está muy escondido, hay muy pocas películas con este acento y creo que es importante que se nos escuche. Por suerte creo que estamos en un momento, y espero que siga así, donde hay muchas películas en catalán, gallego o euskera, y se está descentralizando la cultura. Viendo artistas jóvenes de Granada que no esconden su acento como Lola Índigo, La Plazuela o Dellafuente he pensado en la importancia de que se reivindique, también en las nuevas generaciones. Otro ejemplo que me encantó fue la película ‘Secaderos’ de Rocío Mesa.
Contracultura
Cine Secaderos, comunismo ácido y cine del cuidado
Los integrantes de la banda, como Floren, como granaínos arrastran más las vocales. Yo intenté, como me dijo Isaki, un punto medio entre la imitación de él y mi propio acento. Al final estamos bastante cerca. Todos estos artistas —Florent, Jota, Los hermanos Arias de Lagartija Nick— tienen una sonoridad muy característica también creo que de la época. Yo estoy viendo ahora muchas cosas cine kinki, este acento me recuerda a los que pretendían ser cool en la época, con ese deje así como un poco macarrilla de los años 80 y 90, pero en su versión granaína.
Este año en los Goya hay un tercio de nominados andaluces. Entre la productora que organiza la gala también hay un montón de gente de Granada y Andalucía, aunque es cierto que todavía existe mucho complejo sobre eso. Cansa un poco que siempre nos repitan los estereotipos o que nos imiten el acento.
A pesar del gran trabajo en la dirección de casting, es cierto que desde las producciones de las películas se es poco valiente en este sentido y los perfiles actorales son poco flexibles. Esta película es otra prueba de que también se pueden desdibujar estos límites. ¿Qué camino queda por recorrer? A lo mejor si te llaman para un papel en unos años y te dicen: ‘Tienes que ocultar tu acento de graná’, volvemos otra vez a lo que criticábamos hace un rato.
Hace unos meses vi la serie del ‘Caso Asunta’ y me gustó que María León, que interpreta a una investigadora del caso en Galicia, hablase con acento andaluz. Al final es que hay gente de Andalucía en Galicia, lo mismo que hay gallegos en Andalucía o muchísimos andaluces en Madrid o Barcelona. Está genial que esa diversidad se vea también reflejada en la pantalla. Otro ejemplo es la serie de 'Los años nuevos' de Sorogoyen, donde aparecen muchos andaluces y andaluzas. Pero tampoco se puede olvidar lo que hablábamos antes: el acento de esta Andalucía Oriental sigue estando en un segundo plano en la ficción y es importante que lo sigamos reivindicando y que apuesten por nosotros.
Otro de los grandes leitmotiv de la película es el viaje a Nueva York. Como metáfora de alcanzar la meta creativa y el sueño de llegar a la gran ciudad. También existe cierta analogía con Lorca que también fue allí huyendo de una ciudad tosca para él, en pleno conflicto con su sexualidad y la censura a su obra, ¿Qué tal vuestra experiencia allí y qué reflexión te despiertan estas analogías?
Realmente hubo una analogía real en el proceso de rodaje con el hecho de acabar yendo a Nueva York porque se convirtió en una especie de utopía para nosotros. Al principio íbamos a ir al iniciar el rodaje y luego se pasó al final. Igual que en la película, pasaba el tiempo y cada vez nos parecía más difícil. También está la analogía con Lorca, claro. El llegar a una ciudad hostil para abrirte paso como artista. Lo que expresaba Lorca en Poeta en Nueva York es algo universal también de cómo integrarse en una ciudad capitalista que te devora, aunque nosotros íbamos en una posición de privilegio. Recuerdo que Virginia Woolf decía en ‘Una habitación propia’ que si no fuera por la paga que recibía, no podría haber hecho lo que hizo y especialmente por ser mujer. Creo que a los artistas nos pasa lo mismo, que si no tienen un sustento, es más difícil contar historias.
¿Has preparado ya los agradecimientos?
Voy a escribirme algo por si cayera la breva (risas). Te mentiría si dijera que uno no fantasea con recibir un premio así, pero la verdad es que toda la nómina de candidatos es increíble. He estado mirando los nominados en mi categoría años antes y todos son actores consagrados que hoy siguen trabajando, así que, por esa parte, estoy tranquilo.