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Euskal Herria
Articular las luchas para construir propuestas ecosocialistas
La fase neoliberal del capitalismo que ha imperado a nivel global durante los últimos 50 años ha supuesto la aceleración y expansión de la lógica del capital en todas las esferas de la vida en el planeta, impactando en todas las formas de vida humana, así como en la propia naturaleza. El neoliberalismo ha exacerbado el expolio, las dinámicas extractivistas y la destrucción sistemática del medioambiente, profundizando en un modo de producción cuyo único objetivo es la acumulación y concentración de capital, y que se asienta en la subalternización de los pueblos y la enajenación de la vida en un sentido amplio.
Este modelo depredador no solo está abocando a la gran mayoría de la población mundial a la explotación y la miseria, también está acelerando la mayor crisis a la que se ha enfrentado la humanidad en su historia, la crisis ecosocial: una crisis sistémica que combina la destrucción y degradación del medio ambiente, la explotación de la clase trabajadora y de los pueblos, y la expulsión de grandes sectores de la población mundial a los márgenes del sistema.
La crisis energética, contemporánea a otros factores económicos, tiene como reverso la merma de las condiciones de vida.
La multiplicación de desastres naturales, el calentamiento de los mares y océanos, sequías e inundaciones que se suceden y se solapan, la pérdida de biodiversidad a escala planetaria, las modificaciones de las cadenas tróficas que amenazan la supervivencia de miles de especies animales y vegetales, el deshielo y el crecimiento del nivel del mar, y la acumulación de CO2 en la atmósfera, se unen a un creciente agotamiento del modelo energético capitalista. Una crisis energética que es contemporánea a otros factores económicos -como las rupturas de las cadenas de producción y suministros, la caída de la tasa de ganancia, la rentabilidad y la productividad-, y que tiene como reverso la merma de las condiciones de vida.
No hace falta esperar al día del gran cataclismo, para millones de personas de diversas zonas del planeta el colapso es su vivencia del presente.
Las consecuencias ambientales de la presente crisis ecosocial están estrechamente ligadas a sus consecuencias sociales. Mientras en el Norte global las clases dominantes reaccionan a la crisis ecosocial manteniendo los beneficios mediante una ofensiva general a las condiciones de vida de la clase trabajadora, con el aumento de los precios y la inflación a la cabeza, en el Sur global las modificaciones del clima están generando crecientes migraciones masivas, transformaciones en los modos de sustento, y rupturas en las formas culturales y de vida comunitaria. No hace falta esperar al día del gran cataclismo, para millones de personas de diversas zonas del planeta el colapso es su vivencia del presente.
La respuesta de la oligarquía global y las clases dominantes a esta crisis sistémica es profundizar en el papel del Estado como garante de la acumulación y concentración del capital, aumentar la presión sobre la clase trabajadora y la expulsión de los seres humanos sobrantes. Es mantener la naturalización del desarrollismo sin límites y la explotación de los recursos naturales, esta vez bajo un nuevo discurso que plantea un nuevo consenso de época, el capitalismo verde.
A nivel europeo, la trampa del capitalismo verde se vislumbra en el trasvase inédito de capital desde los bolsillos de la clase trabajadora europea a las empresas mediante los Fondos Next Generation.
A nivel europeo, la trampa del capitalismo verde se vislumbra en el trasvase inédito de capital desde los bolsillos de la clase trabajadora europea a las empresas mediante los Fondos Next Generation, fondos destinados a una reconversión energética e industrial comandada por los intereses corporativos transnacionales y las grandes empresas, que se produce mientras la gobernanza europea cede ante la presión de la industria de la energía fósil y el lobby automovilístico para retrasar el control de emisiones. Las transformaciones que promueven estos nuevos fondos, además de aumentar la deuda de los Estados europeos, están basadas en falsas soluciones ligadas a las energías renovables, presentadas como solución cuando en realidad van a ser implementadas bajo la misma lógica desarrollista y extractivista que las energías fósiles. Esta estrategia, pese a querer maquillarse de verde, reproduce el modelo extractivo, productivista y expoliador que nos ha llevado hasta aquí, amén de seguir explotando a la naturaleza y a las clases trabajadoras a nivel local y global.
PNV y PSE han aprobado una pista de aterrizaje perfecta para el desarrollo del capitalismo verde con la aprobación de la Ley Tapia y el Plan Territorial Sectorial de la Energía Eólica
En Hego Euskal Herria, el régimen neoliberal formado por PNV y PSE ha aprobado una pista de aterrizaje perfecta para el desarrollo del capitalismo verde con la aprobación de la Ley Tapia y el Plan Territorial Sectorial de la Energía Eólica, generando una arquitectura jurídica y política para seguir tejiendo su red clientelar y dar salida a los millones de Europa hacia la empresa privada. A nivel institucional ha existido muy poca o nula oposición, cuando no connivencia, siendo la sociedad civil la que está dando la mayor respuesta ante el modelo de capitalismo verde que Ajuria Enea quiere imponer. En Nafarroa la situación en clave institucional y social es análoga, pese a que el nombre de los actores sea diferente con el Gobierno de Chivite a la cabeza del reparto de los millones, una oposición institucional ecosocial nula y una sociedad civil en pie de guerra en muchas zonas del territorio.
Fondos Next Generation
País Vasco Así es la consultora que asesora al Gobierno Vasco en la externalización de los Next Generation
Ante este escenario de nula oposición político-institucional y de creciente oposición social a los megaproyectos del Green New Deal, consideramos que la transición ecosocial debe asentarse en una respuesta política ecosocialista emancipadora, democrática y popular, una respuesta que no es solo posible sino imprescindible, la única que puede garantizar la justicia social y una relación sostenible con el mundo que habitamos ante la emergencia climática y la profundización de la miseria y la exclusión capitalistas. Es urgente construir una alternativa ecosocialista desde la protesta y la propuesta, desde la articulación de las luchas locales y las propuestas globales para poner encima de la mesa la necesidad de una transición energética planificada de manera democrática y popular, una transformación orientada a la satisfacción de las necesidades de la población y no del mercado.
Las que creemos y trabajamos por un mundo ecosocialista, debemos encontrarnos, intercambiar experiencias y aprendizajes de las luchas concretas, contrastar propuestas ecosocialistas alternativas a la imposición autoritaria con la que el capitalismo verde quiere implantar su relato y sus prácticas políticas y económicas para la transición energética.
Necesitamos buscar puntos de unión que nos permitan avanzar de manera organizada, espacios como Su Txikien Itsasoa convocada por la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria para este sábado 30 de septiembre en Ozaeta (Araba). Allí nos encontraremos para avanzar en la construcción de un mundo ecosocialista.
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Humanizar el campo como las ciudades y pueblos no es una inversión, vamos por nuestros campos y es que no hay ni un árbol todo es cereal o viñas u otros monocultivos que parece que no se pueden humanizar con paseos arboladas que convivan con el cereal o cualquier otro monocultivos y en las ciudades y pueblos el hormigón. El arbolado tanto nos protege del calor como del frío, pero parece ser que eso no es una inversión