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Gasto militar
Instrucciones para ‘aumentar’ el gasto militar al 2% sin poner un euro más y algunas ideas para bajarlo
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El gasto militar nunca ha gozado de popularidad en España. Así lo confirmaba una encuesta del CIS de noviembre de 2024, donde solo el 14,2% de la población apoyaba que el Estado gaste “mucho más” en Defensa. Una impopularidad que era conocida de sobra por los sucesivos gobiernos, que han hecho hasta ahora todo lo posible por esconder y “minimizar” este gasto, tal como cuenta a El Salto Pere Ortega, investigador del Centre Delàs per la Pau.
Las nuevas prioridades, impulsadas primero por las presiones de EEUU y la OTAN, y, más recientemente, por el plan ReArm Europe, han llevado a invertir la lógica. Los intereses políticos que antes llevaban a esconder el gasto militar llevan ahora a intentar mostrarlo, agruparlo y computarlo.
Hasta hace muy poco, el Gobierno solo contaba como gasto militar el presupuesto del Ministerio de Defensa. Pero hoy, continúa Ortega, la necesidad de justificar que España aumenta su gasto militar ha llevado al Gobierno a sumar partidas hasta ahora dispersas en otros ministerios que no computaban para el cálculo del esfuerzo presupuestario militar de España.
Durante más de una década, grupos pacifistas, como el Centre de Delás y el Colectivo Antimilitarista Tortuga, han realizado informes periódicos que confrontaban las cifras ofrecidas por el Gobierno. Según sus cómputos, el gasto militar real superaba el doble de lo declarado.
“Por primera vez nos dan la razón”, admite Ortega. Aunque los motivos de este giro tiene más que ver con el plan de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y por la presión de los socios de izquierda del Gobierno —reticentes en diferentes grados al aumento del presupuesto bélico—, la decisión de incluir ciertas partidas “inexcusablemente militares” en la cuenta del gasto militar significa un “avance”, dice este investigador.
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Sin embargo, advierte Ortega, el objetivo del Centre Delàs es que el gasto militar se reduzca: “Aunque nos parece bien que introduzcan todas esas partidas en el cálculo, lo que estamos pidiendo no es que aumente el gasto militar, sino que disminuya”. Según defiende este investigador, “el camino hacia la paz es volver a cooperación y a la seguridad compartida” que había en Europa antes de la guerra de Ucrania. El camino, subraya, “no es armarse hasta los dientes para defendernos de un posible ataque ruso”.
Presiona EEUU, ejecuta la UE
En la cumbre de la OTAN de 2014 en Reino Unido, el presidente español, Mariano Rajoy, se comprometió a alcanzar el 2% del PIB en gasto militar. En 2018, tras las amenazas del entonces presidente Donald Trump de sacar a EEUU de la OTAN si sus aliados europeos no subían su gasto militar a más del 2%, el presidente Pedro Sánchez se comprometió otra vez a llegar a ese porcentaje. La promesa de Sánchez se repitió en la cumbre de la OTAN de Madrid en 2022, pero la cifra de gasto militar seguía reflejando solo el presupuesto del Ministerio de Defensa y situaba a España a la cola de la alianza atlántica.
En 2024, el gastó militar declarado por el Gobierno en España trepó hasta el 1,28% después de que el Ejecutivo decidiera introducir partidas que antes no se consideraban como gasto militar
Y esto no significa que no aumentara el gasto militar. De hecho, entre 2014 y 2024, el presupuesto del Ministerio de Defensa creció un 107%, según el Real Instituto Elcano. Y la apuesta belicista no se ha frenado en los últimos años: según las cuentas del Colectivo Antimilitarista Tortuga, que hace un seguimiento detallado de todos los Consejos de Ministros, el Gobierno firmó solo en 2023 nada menos que 166 acuerdos que comprometen gasto para los siguientes años por valor de 28.232 millones de euros, más del doble que el presupuesto de Defensa de ese año, un aumento de la inversión en armamento sin precedentes en la historia reciente.
Hoy, explica el investigador del Centre Delàs, hay proyectos militares comprometidos por valor de 50.000 millones de euros, casi todos firmados después de que Sánchez llegara a Moncloa. Y esta deriva continúa este 2025: solo en los meses de febrero y marzo de este año se han aprobado programas militares por valor de 910 millones. “¿Para defendernos de quien? Esa es la pregunta clave?”, dice Ortega.
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En 2024, el gastó militar declarado por el Gobierno en España trepó hasta el 1,28% después de que el Ejecutivo decidiera introducir partidas que antes no se consideraban como gasto militar a pesar de que otros países de la OTAN llevaban años haciéndolo. Concretamente, el Gobierno incluyó por primera vez dentro del cálculo del gasto militar la seguridad social y las pensiones de los militares, la mutua militar, y la participación en organismos militares como la OTAN, un medida que ha permitido que afloren cerca de 5.000 millones de gasto militar que antes estaba escondidos.
Aunque esta decisión está encaminada a equipar el gasto militar declarado con el gasto militar real, aún quedan muchas partidas militares por incluir, insiste el investigador del Centre Delàs. De hecho, si se reconocieran todos los gastos militares reales repartidos en diferentes ministerios, el porcentaje del PIB destinado a gasto militar ya estaría muy cerca del 2%.
Entre estas partidas que el Gobierno podría utilizar para ‘aumentar’ el gasto militar sin poner un euro más figuran los créditos a la innovación militar o las ayudas públicas para producir armamento
Entre estas partidas que el Gobierno podría utilizar para ‘aumentar’ el gasto militar sin poner un euro más figuran los pagos de todas las misiones militares en el exterior, los créditos a la innovación militar o las ayudas que desde otros ministerios se utilizan para producir armamentos para las fuerzas armadas, una partida que ya supuso el año pasado 1.364 millones de euros. También se podrían computar como gasto militar, añade, las pensiones de guerra o la diferencia entre el presupuesto militar original y el finalmente liquidado, que implicaría aumentar otros 2.929 millones de gasto militar declarado.
Otro gasto que España no repercute al gasto militar son los intereses de la deuda contraída para financiar compra de armamento o programas militares, que significaron en 2024 nada menos que 1.408 millones de euros.
Una partida adicional que entra dentro de los criterios de la OTAN para calcular el gasto militar y que hasta ahora el Gobierno español ha rechazado incorporar es el presupuesto asociado a la Guardia Civil, autodefinida como un “cuerpo de Seguridad Pública de naturaleza militar”.
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Consciente de que se trata de un punto polémico, Ortega explica por qué la Guardia Civil debe computarse como gasto militar. En primer lugar, porque la OTAN lo permite, pero además porque se trata de “un cuerpo militar que se rige por la doctrina militar” con una organización y disciplina que “depende de la jurisdicción militar”. Las funciones de la Benemérita incluyen la “seguridad de costas y fronteras” y el desempeño de “misiones militares en sentido estricto”, según su página web.
Otra de las partidas que entran dentro de los criterios de la OTAN para calcular el gasto militar y que hasta ahora el Gobierno español ha rechazado incluir es el presupuesto asociado a la Guardia Civil
Según los criterios de la OTAN, también se podrían incluir gastos de “otras fuerzas” militarizadas como “tropas del Ministerio del Interior, Gendarmerie, Carabinieri, guardacostas, etc”. La referencia a los cuerpos policiales militarizados de Italia y Francia abre la puerta a que su equivalente en el Estado español también sea contabilizado, al menos en parte, como gasto militar. Esta decisión implicaría ‘aumentar’ el gasto militar declarado en 3.672 millones de euros, según datos del Centre Delàs.
Y no se trata de maquillar las cuentas para aparentar un gasto militar mayor, sino reconocer el gasto militar que ya se realiza pero que hasta ahora convenía mantener camuflado, advierte Ortega.
Del 2% que quiere Sánchez al 5% de la OTAN y Trump
La ingeniería contable que puede realizar España, sin aumentar el gasto real, podría situar la partida militar declarada en el 1,82% del PIB, señala Pere Ortega. Sin embargo, hace mucho que el objetivo del 2% se ha quedado corto para EEUU, la OTAN y la Comisión Europea. El plan ReArm Europe pretende subir el gasto militar de los 27 hasta el 3,5%. Una cifra que también resulta insuficiente para la Administración de Donald Trump que amenaza con retirar la ayuda militar a la OTAN si los aliados no aumentan el gasto militar hasta el 5%.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, defendía a finales de diciembre, que la ciudadanía europea debe aceptar “sacrificios hoy para que podamos estar seguros mañana” ya que, según defiende, “la seguridad importa más que nada”. El cambio de perspectiva, hacia una mentalidad “de guerra” debe llevar a “gastar menos en otras prioridades”. Una visión compartida en el plan presentado por Von der Leyen para aumentar el gasto militar de los 27 en 800.000 millones de euros, en el que se contempla recurrir a los fondos de cohesión de la UE si así lo deciden los países, unos fondos que se utilizan para limar las desigualdades entre regiones de la Unión. El grueso del dinero de este aumento del gasto provendrá de endeudamiento, una forma de recortes en diferido, dice Ortega, unos recortes que no duda que afectaran a cuestiones sociales.
De fondo, analiza este investigador, se encuentra una idea equivocada de lo que significa la seguridad. Para la mayoría de la población española, explica, “la seguridad militar no es una cuestión de supervivencia, no temen que Europa o España pueda ser objeto de un ataque militar”. Para amplios sectores, la seguridad, donde se juega la supervivencia, está “en el trabajo, en la vivienda, en sanidad, educación, en los servicios sociales”. Esta idea era uno de los puntos centrales del manifiesto de la Coordinadora 8M de Madrid en la última convocatoria.
Para amplios sectores, la seguridad, donde se juega la supervivencia, está “en el trabajo, en la vivienda, en sanidad, educación, en los servicios sociales”, tal como reivindicaba el manifiesto del último 8M en Madrid
El rechazo a aumentar aún más el gasto militar también es compartido por algunos socios de Gobierno del PSOE, aunque hay matices. El secretario general de IU (Sumar), Antonio Maíllo, ha expresado su rechazo a esta escalada: “El problema es cómo concebimos un sistema de seguridad que no nos lleve a la espiral belicista en la que estamos inmersos, y además en la que la UE puede cometer el gran error histórico de dedicar las milmillonarias inversiones en el complejo militar norteamericano, que es el que puede proveer de los armamentos de alta tecnología que la UE no tiene”. Sin embargo, buena parte de las resistencias del bloque de Sumar se ha disuelto después de que Sánchez prometiera que los gastos sociales no se verían comprometidos. Ante las divergencias internas de la coalición, Sumar no ha concretado si apoyaría el aumento del gasto militar en el Congreso, en el caso de que llegue a debatirse en ese espacio.
La oposición de Podemos es más directa y contundente. La secretaria general de la formación, Ione Belarra, calificaba en el Congreso el plan de “barbaridad” y anunciaba que Podemos no lo apoyará con sus votos. “Han llegado ustedes al colmo de la contradicción: decir que van a invertir en autonomía estratégica para la UE frente a Trump haciendo precisamente lo que dice Trump, que es elevar al 2% del PIB la inversión”, dijo interpelando al PSOE. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, tampoco apoya, de partida, los planes de Sánchez, aunque no se cierra a hacerlo: “Si quieren nuestro apoyo, nos lo tienen que explicar muy bien y muy despacito".
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Bueno, que afloren esos gastos ocultos, pero que no aumenten más que eso. A lo mejor resulta que ya gastamos más del 2% e incluso podemos disminuir.
La UE se aferra al desastre militarista, con más compra de armas a las corporaciones estadounidenses y más retórica de odioruso, desconociendo los verdaderos motivos de este conflicto, que no son otros que la expansión, sin límites, de la OTAN sobre Rusia.
Lo mejor que podríamos hacer es cortar de raíz las relaciones con el gigante americano y realizar acuerdos económicos con los países del sur global, pero nuestros gobiernantes, puras marionetas al servicio de Washington, no moverán un dedo.