Opinión
Sapa oculta su nuevo fracaso con los blindados VCR 8x8 anunciando un posible contrato en EE UU

En nombre del colectivo Gasteizkoak.
El pasado viernes 10 de octubre, a través de una reseña destacada en portada y con un despliegue a dos páginas, el Diario Vasco resaltaba una noticia encabezada por el siguiente titular y subtitular:
“Sapa suministrará su tecnología al Ejército de EEUU con un acuerdo pionero por 5.000 millones. El grupo guipuzcoano desarrollará el sistema de transmisión de los nuevos blindados, su mayor programa hasta la fecha, e impulsará su facturación a los 800 millones de euros”.
Tras ello, dedicaba su primer párrafo a ensalzar a la empresa de armamento de la familia Aperribay:
“El grupo Sapa Placencia ha dado un salto histórico en su expansión industrial e internacional al sellar una alianza con la multinacional estadounidense General Dynamics para suministrar el sistema de transmisión de los vehículos blindados de nueva generación del Ejército de Estados Unidos. Según ha podido saber DV, el acuerdo, valorado en cerca de 5.000 millones de euros para Sapa, convierte a la firma andoaindarra en la primera tecnológica vasca y española que introduce ingeniería propia en un gran programa de suministro del ejército de la primera potencia del mundo”.
Posteriormente, la misma noticia añadía unos datos muy llamativos:
“El programa forma parte del proyecto Next Gen, el plan más ambicioso de renovación de blindados que impulsa el Pentágono, con una producción prevista de unas 7.000 unidades y un horizonte de ejecución de alrededor de quince años. La tecnológica guipuzcoana ya está entregando los sistemas y ha superado de forma satisfactoria la fase de validación, mientras que la fabricación en serie arrancará en 2028. Aunque Sapa estima que su participación puede alcanzar los 5.000 millones.”
7.000 vehículos blindados para el ejército de EEUU y 5.000 millones de euros; dos cifras muy llamativas y contundentes que supondrían (con mucho) el mayor contrato en la historia de la empresa. Así que, acudimos en busca de detalles a la página web de SAPA, imaginando un tremendo despliegue que haga público este “grandísimo contrato” que pondría a la empresa en “la vanguardia de la industria militar vasca y española”, o algo parecido. Pero, sorprendentemente, el día en el que se publica la noticia en DV en la web de Sapa no hay información. Solo al día siguiente, 11 de octubre, en sus apartados de Actualidad y Sala de Prensa, aparece un resumen de lo publicado en prensa, sin ningún tipo de comentario ni ampliación de información por parte de la empresa —que en días posteriores será retirado, tal y como se ha publicado—.
Acudimos entonces a la web de la empresa en Estados Unidos —SAPA Transmission—pensando que este grupo empresarial habrá dejado anunciar la noticia de este contrato millonario a la empresa del grupo que tiene como protagonista. Pero tampoco. Solo, en un apartado no muy principal y dentro de su blog, encontramos que, el 8 de octubre, SAPA Transmission y General Dynamics Land Systems (GDLS) mencionan simplemente y en dos párrafos “la expansión de su asociación estratégica en el desarrollo cooperativo de vehículos de combate de infantería de próxima generación”.
Se nos ocurre entonces que, aunque sea raro, Sapa puede haber dejado que sea la empresa principal del acuerdo quien anuncie el contrato para colgarse asimismo las medallas correspondientes. Con esta idea nos dirigimos a la página web de la propia GDLS pero en su apartado de noticias “News Room”, solo encontramos el anuncio de acuerdos a los que ha llegado recientemente, bien con empresas del Reino Unido, Polonia o Alemania… Sin ninguna referencia a Sapa. Es más, utilizamos el buscador de la propia página y este no nos ofrece ningún resultado al consultar “Sapa”.
¿Estaría Sapa filtrando una información distorsionada a través de algunos medios o periodistas cercanos para presenta como gran notición algo que sirviera de cortina de humo para otras cuestiones?
Ante lo extraño de todo el asunto, decidimos buscar más información publicada al respecto, acudiendo tanto a algunos de los portales habitualmente más informados sobre cuestiones militares —como defensa.com y galaxia militar—, así como a la web de la patronal del sector armamentístico español, TEDAE. En ninguno de estos tres espacios aparece nada relativo a la noticia del contrato. Definitivamente algo muy raro sucedía con respecto a la noticia.
Acudimos entonces a consultar otras fuentes en medios generalistas, donde topamos con la noticia en La Vanguardia. En este medio cuentan, entre otras cosas, que:
“Sapa Placencia ha sido la compañía seleccionada por el ejército de Estados Unidos para suministrar el sistema de transmisión en 7.000 de sus blindados, según ha podido confirmar La Vanguardia. La firma española participará con su tecnología en el programa ‘next gen’ de la administración Trump, un proyecto que pretende renovar los vehículos pesados que utilizan las fuerzas armadas más potentes del mundo en sus operaciones (…) Sapa será la encargada, en concreto, de suministrar la transmisión de los vehículos de General Dynamics para la ‘US Army’ dentro del citado programa ‘next gen’. Los motoristas de los vehículos serán los gigantes MTU (Alemania) y Caterpillar (EE.UU.), con quien la compañía guipuzcoana ha firmado alianzas estratégicas”.
Las noticias bombas… de humo, una práctica habitual en Sapa
Resultaba muy curioso que tanto en la información de Diario Vasco como en la de La Vanguardia, no se especificasen las fuentes. El Diario Vasco decía “según ha podido saber DV” y La Vanguardia “según ha podido confirmar La Vanguardia”. En ambos casos parecía deducirse que la fuente no citada era la propia empresa o sus “alrededores”.
Entonces fue cuando nuestras sospechas pasaron a tener otra dimensión: ¿Estaría Sapa filtrando una información distorsionada para que a través de los altavoces de algunos medios o de periodistas cercanos se presentara como gran notición algo que no lo era como cortina de humo para ocultar otras cuestiones? Eso podría explicar el extraño silencio de algunos de los sectores más entendidos del ramo. Además, de ser así, no sería la primera vez que Sapa recurre a una maniobra parecida.
SAPA seguía alardeando de su participación en programas estadounidenses, pero en enero de 2020 llegaba el baño de realidad, con la cancelación de la solicitud de prototipos
Tal y como en su día publicamos desde el movimiento antimilitarista en el libro La SAPA de los Aperribay. La guerra empieza aquí:
“En mayo de 2015 SAPA anunciaba que le habían adjudicado un contrato por un importe de 30 millones de euros para el desarrollo de 'soluciones de movilidad, aplicación a la propulsión, dirección y freno de futuros vehículos pesados del Ejército de Tierra de Estados Unidos'. La noticia se presentaba diciendo que 'ha cautivado a los ingenieros estadounidenses, que la han preferido ante competidores reconocidos entre los que se encuentran firmas norteamericanas de gran prestigio'. Al mismo tiempo, comunicaba que para ello la empresa había abierto una oficina en Detroit (Illinois, EEUU) para atender el nuevo contrato como despacho técnico, ya que el trabajo se desarrollaría en Andoain. (…) Lo curioso del asunto es que, en realidad, el contrato no era ninguna novedad, sino que se trataba de la continuación de un contrato anterior firmado en 2010”.
Algo parecido sucedió años después en relación también a los pretendidos contratos de SAPA Transmission en Estados Unidos. Como recogemos igualmente en el mencionado libro, en 2017, el entonces Secretario de Estado de Defensa del gobierno español declaraba en una Comisión del Congreso que:
“(…) la nueva transmisión de SAPA le ha permitido estar en disposición de optar a un importantísimo contrato en Estados Unidos, donde podría adjudicarse la modernización de sistemas en servicio, por un importe probable de miles de millones de dólares’”.
Sapa intentó estirar el chicle de su posible contrato milmillonario en EEUU, hasta que el globo le explotó en la cara:
“(…) aún en julio de 2019 SAPA seguía utilizando a sus amigos voceros para dar relumbrón a su participación en programas estadounidenses. Pero en enero de 2020 llegaba el baño de realidad, con la cancelación de la solicitud de prototipos, basada en “los comentarios y las propuestas recibidas de la industria”
Con toda esta base, para salir de dudas decidimos emprender otro camino distinto. Ponernos a buscar si, efectivamente, el Departamento de Defensa de Estados Unidos había adjudicado un contrato para la renovación de sus 7.000 blindados, y, de ser así, si en él aparecía Sapa o al menos GDLS, que era con la que Sapa habría firmado el acuerdo.
Hablamos de un contrato que todavía no se ha adjudicado (se hará en 2027) y por el que aún compiten dos empresas (GDLS y Rheinmetall), siendo la única novedad que GDLS ha confirmado que sigue cumpliendo el calendario previsto
Lo publicado por uno de los principales portales del sector en EEUU nos aclaró la cuestión y dejó al descubierto una clara bomba de humo respecto al multimillonario contrato de Sapa. Este medio publicaba, precisamente el 10 de octubre, según la traducción mecánica que ofrece la web, lo siguiente:
“General Dynamics Land Systems ha confirmado que comenzará a entregar prototipos del vehículo de combate de infantería mecanizada XM30 al Ejército de los Estados Unidos en julio de 2026, como parte de la fase de desarrollo de ingeniería y fabricación.
General Dynamics Land Systems confirmó a Defense Daily el 7 de octubre de 2025 que la empresa sigue cumpliendo con el calendario previsto para entregar los prototipos del vehículo de combate de infantería mecanizada XM30 al Ejército de los Estados Unidos en julio de 2026. El XM30, anteriormente conocido como vehículo de combate con tripulación opcional, está avanzando en un programa de adquisición de cinco fases, en competencia conjunta con American Rheinmetall Vehicles, valorado en aproximadamente 45.000 millones de dólares, para sustituir al M2 Bradley, que lleva en servicio desde 1981.
Se espera que el Ejército de los Estados Unidos seleccione un único contratista para el vehículo de combate de infantería mecanizada (MICV) XM30 en el año fiscal 2027, con una producción a baja escala prevista para 2028 y una producción a plena escala para 2030”.
Es decir, que hablamos de un contrato que todavía no se ha adjudicado (se calcula que se hará en 2027) y por el que aún compiten dos empresas (GDLS y Rheinmetall); sobre el que la única novedad es que GDLS ha confirmado que sigue cumpliendo el calendario previsto para entregar sus prototipos en julio de 2026, ya que, como aclara la propia noticia:
“Se prevé que la construcción de los prototipos requiera entre 18 y 20 meses, tras lo cual las pruebas y evaluaciones del Ejército determinarán qué fabricante pasa a la producción en serie. El servicio tiene previsto seleccionar un único contratista en el año fiscal 2027, tras un periodo de pruebas exhaustivas que incluye ensayos limitados con usuarios y evaluaciones de los sistemas de la tripulación, la capacidad de supervivencia y la integración con otras plataformas del Ejército.
(…) El vehículo de combate de infantería mecanizada XM30 representa la culminación de dos décadas de iniciativas de modernización sucesivas que siguieron a la cancelación de los programas Future Combat System y Ground Combat Vehicle. Forma parte de la amplia gama de Next Generation Combat”.
La única novedad, en ese contexto de la confirmación de que GDLS sigue adelante en la construcción de sus prototipos, es que esa empresa, probablemente a petición de Sapa, ha renovado su declaración de intereses para seguir colaborando con SAPA Transmissión y que han hecho un pequeño comunicado sobre ello.
Lo alucinante es que del mero anuncio de GDLS de la entrega de los prototipos, y de la confirmación de su relación con ella, el Grupo Sapa ha vuelto a recurrir a sus voceros habituales para que le monten todo del culebrón de su contrato bomba… de humo
Lo alucinante es que de ahí, esto es, del mero anuncio de GDLS de la entrega de los prototipos, y de la confirmación de su relación con SAPA Transmission, el Grupo Sapa ha vuelto a recurrir a sus voceros habituales (de quienes, desgraciadamente, luego se hacen eco otros muchos medios) para que le monten todo un culebrón para cubrir su contrato bomba… de humo.
Los cómplices necesarios de la estratagema
Lo peor es que la estratagema de Sapa le ha vuelto a surtir efecto, gracias en parte a la colaboración externa de La Vanguardia y Diario Vasco. Aunque igual cabría matizar, diciendo que viene de un periodista concreto en cada uno de los medios. Uno, el de La Vanguardia, Fernando H. Valls, quien ya en los últimos tiempos ha escrito artículos laudatorios sobre Sapa:
Jokin Aperribay: el vasco con galones en EE.UU.
Detrás de la empresa
El consejero delegado de Sapa lidera, junto a su hermano Ibon, una compañía de referencia a nivel mundial en el sector de la defensa gracias a disponer una tecnología puntera: la transmisión más eficiente del mercado
Sapa: tecnología puntera vasca en el ejército de EE.UU.
La compañía se propone crecer con el fichaje de Raül Blanco y convertirse en el proveedor de referencia para movilidad en los países de la OTAN
Otro, Mikel Calvo del Diario Vasco, quien ha estado estirando el chicle de este pretendido contrato cuanto ha podido, como demuestran estos artículos:
Sapa: Dos décadas para pasar de importadora a exportadora de ingeniería defensiva
La fuerte apuesta por la creación de una unidad de I+D ha permitido a la compañía participar en programas con gigantes como General Dynamics
Una nueva empresa en el emergente ecosistema tecnológico de Gipuzkoa
Acuerdo histórico de SAPA con el Ejército de EE UU. ¿Qué supone para Euskadi y qué consecuencias tiene?
La empresa, que adquirirá una segunda planta en Estados Unidos, lleva a Gipuzkoa a la élite mundial de la tecnología y refuerza su impacto industrial en Euskadi, donde su actividad ya genera más de 700 empleos indirectos
Asusta pensar en lo que este tipo de (mal) periodismo puede hacernos llegar como noticia real sin serlo.
Lo que el humo trata de ocultar: un (nuevo) fracaso en su participación en el VCR 8×8
Por qué lo han hecho estos periodistas o por qué lo hacen estos medios son preguntas que desbordan la intención de este texto (pensamos que hay elementos para que cada quién deduzca como quiera), pero sí nos interesa plantearnos por qué lo ha hecho Sapa.
Ya hemos avanzado antes que en otras ocasiones Sapa ha utilizado estas cortinas de humo para tratar de tapar situaciones no convenientes para el grupo empresarial (ver el capítulo “Los múltiples casos extraños en Sapa o la impunidad en el mercadeo de la muerte”, del ya citado libro sobre Sapa), por lo que cabría pensar que en esta ocasión intenta lo mismo.
Todo apunta que sí. La noticia que Sapa intentaría ocultar (o mitigar su efecto) por medio de la cortina de humo del supuesto contrato en Estados Unidos, se había producido el jueves 9 de octubre, justo el día antes de la aparición en los medios del supuesto supercontrato. De ello nos hemos enterado algunos días después:
Defensa se niega a validar los blindados 8x8 recibidos porque siguen teniendo defectos
Un fallo grave en la transmisión de Sapa provocó el jueves pasado la paralización de las últimas pruebas de un VCR Dragón
Todo ello, por increíble que parezca, dos días después de que la ministra de Defensa, Margarita Robles, se hubiera reunido con Indra (principal empresa del consorcio Tess Defence, encargado del contrato) para recriminarle los continuos retrasos.
En esa reunión, llevada a cabo dos días antes del nuevo fallo achacado a Sapa, Indra culpabilizaba ya a la empresa de los Aperribay de esos retrasos. Al menos así se ha publicado:
“La ministra se reunió el pasado martes con Escribano para mostrarle públicamente su descontento, además de advertirle de posibles sanciones por el incumplimiento de los plazos. Una advertencia realizada a través de un comunicado oficial, que ha provocado una gran tensión entre los cuatro accionistas por la responsabilidad en el retraso. Mientras el presidente de Indra culpa a Sapa Placencia de fallos en el desarrollo de la tecnología del blindado.”
Un contrato, el del Dragón, por valor de varios miles de millones de euros. Parece que, evidentemente, Sapa necesitaba urgentemente una campaña de imagen previa que mitigase el desprestigio que se le venía encima.
¿Pedirá Sapa excusas por su engañoso proceder? ¿Admitirá que la pretendida empresa que nos quería presentar como vanguardia de la industria militar vasca en Estados Unidos y el mundo, en realidad falla más que una escopeta de feria? Sabemos que no es esa la forma de proceder de la engreída familia Aperribay. Eso sí, nos queda la alegría de que, al menos de momento, la tecnología made in Euskadi no estará presente en los blindados estadounidenses que siembren destrucción y muerte por todo el planeta en las siguientes décadas.
Igual es este un buen momento para que, en esa línea, todas nos planteemos una cuestión: unamos esfuerzos para conseguir un plan de conversión de la producción mortal de Sapa a producción civil de utilidad social, que cuestione el sistema productivo que nos ha llevado a las múltiples crisis que en la actualidad padecemos. Un reto, a nuestro entender inaplazable, y cada vez más urgente.
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