No a la guerra de Ucrania, concentración en Madrid
Concentración en Madrid contra la guerra de Ucrania el 25 de febrero de 2022. Edu León

La semana política
De repente, la guerra

La invasión de Ucrania por parte de Putin da lugar en España a una discusión surrealista sobre la vigencia del “no a la guerra”.
Pablo Elorduy
26 feb 2022 06:00

En el camino hacia el desastre nos encontramos en el disparate. En las últimas horas, hemos visto a las redes sociales, ese escenario aumentado de una guerra cultural que tal vez no se produciría sin ellas, estallar en una conflagración imbécil que tiene como causa, lejana pero causa, la invasión imperialista de Putin en Ucrania. De poco sirve recordar que esa conflagración seguía a otra, la guerra interna del PP, que seguía a otra, que seguía a otra. La guerra en miniatura es un continuo para nosotros, la pecera en la que muchos nos sentimos importantes (o evitamos reconocernos impotentes).

No hacen falta muchas credenciales para participar. Con suerte, uno escribió un artículo. Aquél sabe citar a Halford Mackinder y su teoría de la plataforma euroasiática. Aquélla vivió en Kiev y el otro leyó Limónov, de Emmanuel Carrère, en la playa, durante un verano delicioso. Otro no tiene ni idea de qué pasaba en su urbanización hace solo cinco minutos, pero sabe que lo importante no es ni siquiera escoger un bando, sino atribuir una serie de ideas intolerables a una masa formada por individuos igual de perdidos que uno. La duda y el derecho a la equivocación quedan suspendidos virtualmente. 

Los pacifistas españoles no matan ucranianos con su equidistancia, a los ucranianos los están matando armas fabricadas en España

Por supuesto, también hay trabajadoras y expertas, e incluso entre éstas las hay que no quieren añadir más ruido o demostrar todo lo que saben y prefieren ordenar sus ideas antes de emitir un juicio relámpago. O emiten un juicio relámpago en voz baja: “no soy experta”, dicen las expertas, normalmente las mujeres, a las preguntas de los periodistas. 

La ceremonia sigue, ajena a esos fogonazos de lucidez que forman parte del torbellino. Sin reparar en los agentes y hooligans del Kremlin, que intoxican las concentraciones contra la guerra convocando a favor de la guerra de Putin, y ajena al hecho de que existe un consenso acrítico que defiende el imperialismo estadounidense como si la historia nunca hubiera pasado. 

Guerra fría
Vincent Bevins, autor del 'Método Yakarta' “La masacre de un millón de comunistas en Indonesia se convirtió en un modelo para EE UU y sus aliados”
La masacre de un millón de comunistas en Indonesia entre 1965 y 1966 sirvió de modelo para la relación de Estados Unidos con el Sur global. El escritor y periodista Vincent Bevins profundiza en un genocidio que marcó una época y sigue influyendo en el presente.

La catástrofe se cierne y, como en una coreografía, todos, hasta los expertos, deben realizar un movimiento, aunque no sepamos exactamente hacia dónde. Es un enfrentamiento entre espectadores impotentes.

Debajo de estas líneas hay otro de esos movimientos ejecutados desde la impotencia. 

Segunda parte: no a la guerra

Una pequeña refriega en la batalla cultural cotidiana se produce en torno al viejo lema “No a la guerra”. Un crimen que no se perdona en Twitter es ser naif. “No a la guerra” es un lema equidistante, dicen, que no está a la altura de las exigencias de sofisticación intelectual en la guerra en miniatura que libramos. El no a la guerra es un sí implícito a la guerra de Putin y eso nos debe avergonzar a quienes defendemos la vigencia de ese lema en el momento en que la población de Ucrania necesita una fuerza que choque contra los tanques rusos. 

Ninguna de las plataformas pacifistas del país ha escatimado condenas hacia la agresión imperialista por parte de Putin. Es más, el mensaje del no a la guerra ha sonado alto y claro en Estados Unidos y Reino Unido, suena en Moscú, San Petersburgo y Berlín. El viejo antimilitarismo —las organizaciones que sostienen el no a la guerra cuando la guerra no es televisada— advierte, sin éxito aparente, de que la lógica de la intervención regeneradora, tan vieja como el siglo XX, está preñada de muerte. 

Advirtieron, desde hace meses, de que la retórica de la guerra la OTAN y el de Rusia no pretendía evitar la guerra, sino prepararnos para ella. Que desde hace años condenan el régimen de extrema derecha de Putin, que comparte un plan con Bolsonaro, Salvini y Trump. Recuerdan que, desde 2014, España ha autorizado exportaciones de material militar a Rusia por valor de 68 millones de euros. Los pacifistas españoles no matan ucranianos con su equidistancia, a los ucranianos los están matando armas fabricadas en España cuyas ventas fueron autorizadas por los gobiernos de Rajoy y Sánchez. Transacciones que se cierran en ferias de armas que se celebran sin apenas contestación social, sólo la de los viejos antimilitaristas que defienden con su cuerpo otro de sus lemas: “la guerra empieza aquí”.

Si la historia comienza todos los días es como si no existiese la historia. Por eso, el aviso tal vez llega demasiado pronto: la Alianza Atlántica, es cierto, no intervendrá sobre el terreno. Sin embargo, la historia también dice que es posible detener una intervención de la OTAN antes de que se produzca la legitimación social de un ataque que involucraría a las dos potencias que tienen el 90% del armamento nuclear.

Análisis
Ensayos para la paz Regreso a la “casa común europea”: la fallida alternativa a la Europa de la OTAN
En los años 80 tanto el movimiento pacifista como el reformismo soviético propusieron hacer del viejo continente un espacio político libre de armas nucleares y que contribuyera a la cooperación entre Este y Oeste. Las tensiones en Ucrania ponen otra vez de actualidad el concepto acuñado por Mijail Gorbachov en el final de la Guerra Fría.


Así que sí, quizá la advertencia contra una intervención que puede tener lugar llegue demasiado pronto y hoy solo cabe la condena sin ambages de la invasión de Putin, así como la represión al propio pueblo ruso. También de sus amenazas a otros países de la UE, el próximo punto de no retorno de una escalada que amenaza a la humanidad en su conjunto más que ninguna otra guerra por el excedente nuclear acumulado en los dos bandos. La invasión de Ucrania es un crimen contra el derecho internacional, que debe tener consecuencias para sus responsables. Pero las sanciones a Rusia no serán suficientes, no en el corto plazo, y si se prolongan sin un objetivo definido o con uno irrealizable —como que el Gobierno ruso renuncie a controlar el Donbás—, las sanciones se cebarán contra la población civil. Putin ha comenzado la guerra porque ya la había ganado antes de desatarla. Ahora espera negociar en una posición ventajosa. La otra opción es la destrucción mutua.

El “no a la guerra” entonces no es un grito naif, si no una decidida muestra de realismo político. La guerra de Ucrania debe terminar sin dar paso a otra guerra. Desencadenada la catástrofe, la desobediencia civil a la lógica militarista, venga de donde venga, exige proyectar una voz coral que establezca como objetivo común acabar con cualquier política capaz de destruir la vida. La venta de armas, la propia existencia del arsenal nuclear, el militarismo que hoy se ejerce en Ucrania, en Yemen, en Gaza o en Mali, pero también en los mercados, a miles de kilómetros de Kiev, son los primeros objetivos de esta guerra contra la guerra. Ridiculizar al vecino en Twitter porque sigue un instinto tan humano como desear el fin de todos los conflictos armados es la batalla más triste que se puede ganar hoy día.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Solo para socias
Solo para socias Nueva carta mensual: “Redactor en crisis”, por Pablo Elorduy
Después de La Semana Política, el coordinador de Política de El Salto regresa a un formato periódico.
La semana política
La semana política Lo que pasó, pasó
Hora de algunas despedidas. Ada Colau tiene difícil volver a ser alcaldesa de Barcelona y la izquierda tiene difícil volver a convocar el espíritu de una época en la que pudieron cambiar muchas cosas.
La semana política
La Semana Política La nave del misterio electoral
La compra de votos en Melilla y otros puntos del Estado agita la última semana de campaña y muestra el auge del conspiracionismo.
hormiga
28/2/2022 18:13

*y explica...

0
0
hormiga
28/2/2022 18:11

En el fondo, todos piensan lo mismo, menos yo: que la vacuna es muy buena.

Y va Juliana y ni explica que Putin es de VOX.

Me voy a hacer estilita.

0
0
nikiforova
26/2/2022 20:22

Si los gobernantes de los países europeos hubiesen querido evitar la guerra, habrían enviado a sus políticos del Parlamento Europeo y a los de la OTAN, a hacer de escudos humanos en todos esos territorios fronterizos con Bielorrusia y la zona del Donbás. Pero "el plan" no era ese..., sino este.

0
0
Opinión
Opinión Non sempre ter moitas luces é sinónimo de intelixencia
Que impacto ecolóxico e social produce a iluminación do Nadal de Vigo? A cidade sofre máis aló da masificación, o caos de tráfico, as molestias á veciñanza, o malgasto ou os recortes en orzamentos de emerxencia social.
València
Exclusiva El Gobierno de València contrata 12,9 millones en obras de la dana a una constructora investigada por pagos al cuñado de Barberá
La Generalitat Valenciana ha hecho el encargo a Ocide, una empresa cuya matriz está siendo investigada en el caso Azud por pagos “de naturaleza ilícita” al abogado José María Corbín a cambio de contratos adjudicados por el Ayuntamiento de València.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.
Unión Europea
Unión Europea La ultraderecha europea ante la victoria de Trump
El triunfo de Donald Trump da alas a todas las formaciones ultraderechistas de Europa y del resto del mundo, que han visto como el millonario republicano ha conseguido volver a ganar las elecciones sin moderar un ápice su discurso.
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.
Más noticias
Pontevedra
Ecoloxismo Unha investigación revela alta contaminación por nitratos en augas superficiais da comarca do Deza
Os resultados da análise de Ecoloxistas en Acción, con máis de 80 puntos de mostraxe, reflicten concentracións xeneralizadas e moi altas de NO3. Só o 19% das augas superficiais analizadas están “fóra de toda sospeita”.
Racismo
Racismo institucional Diallo Sissoko, una víctima más del sistema de acogida a migrantes
La muerte de este ciudadano maliense durante su encierro en el Centro de Acogida, Emergencia y Derivación (CAED) de Alcalá de Henares ha puesto de manifiesto algunas de las deficiencias del sistema de acogida a migrantes en el estado español.
Comunidad de Madrid
Violencias machistas Huelga en la red de atención a la violencia de género de la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid el próximo 25N
Las trabajadoras de ambas redes se unen para reivindicar mejoras laborales y de atención a las mujeres víctimas en un paro de 24 horas. “Te sientes impotentes porque no puedes ayudar como deberías”, explican.
Turismo
Opinión Abolir el turismo
VV.AA.
Lleguemos a donde lleguemos, no puede ser que sea más fácil imaginar el fin del capitalismo que el fin del turismo.
Opinión
Opinión La eclosión del autoritarismo reaccionario y otras nueve tesis sobre la victoria de Trump
La victoria del candidato republicano nos ha demostrado que estamos en una nueva era: la del neoliberalismo autoritario, en donde el camino del mal menor propuesto por los Demócratas ha sido la fórmula más rápida para llegar al mal mayor.

Recomendadas

Galego
Dereitos lingüísticos Miles de persoas desbordan a praza da Quintana para mudar o rumbo da lingua galega
A Plataforma Queremos Galego, que convocou esta mobilización, sinala unha nova data para outro acto protesta: o vindeiro 23 de febreiro na praza do Obradoiro, en Santiago de Compostela.
València
Dana y vivienda “La crisis de vivienda multiplicada por mil”: la dana evidencia el fracaso de las políticas del PP en València
La dana ha dejado a miles de familias sin hogar. Ante la inacción de las instituciones, han sido las redes familiares las que han asumido el peso de la ayuda. La Generalitat, tras décadas de mala gestión, solo ha podido ofrecer 314 pisos públicos.
Redes sociales
Redes sociales Bluesky, la red social donde se libra la batalla por el futuro de internet
Ni es descentralizada ni está fuera de la influencia de los ‘criptobros’ que han aupado a Trump a la Casa Blanca, pero ofrece funcionalidades útiles para recuperar el interés por participar en redes sociales.