Medio ambiente
¿Qué pasa con la presa de Valdecaballeros?

Bulos, mentiras y mucho ruido. Algunas aclaraciones pertinentes en torno a una de las polémicas más absurdas y desinformadas en relación al tema del agua.
Presa abandonada Valdecaballeros
Presa abandonada de Valdecaballeros. Fotografía: Google Maps
3 may 2023 07:00

Nada fuera de lo normal, eso pasa. Se podría empezar, paradójicamente, concluyendo, y hacerlo con la simple afirmación de que no sucede otra cosa distinta que aquello que tenía que suceder: una infraestructura desproporcionadamente inútil, creada para un propósito que jamás llegó a término (y de esto hace décadas, no ocurrió ayer), se desmonta. Y punto.

La debatida presa se levantó con una única y exclusiva finalidad, que no era otra que refrigerar los dos reactores (de 950 MW cada uno), de la central nuclear de Valdecaballeros (Badajoz). Una central nuclear, hija de un tiempo felizmente concluido, que provocó una movilización en contra sin precedentes hasta lograr su paralización, certificada con la moratoria nuclear de 1984. Hasta ahí, la verdad incontestable. A partir de ahí, el despropósito, cuando no directamente la mentira o el abuso de una condición de irredenta ignorancia en la que, parece, se quiere mantener a esta Extremadura en permanente estado de saqueo.

Extremadura
¿Dónde está el agua de Extremadura?
Radiografía sobre los usos del agua en Extremadura. Tenemos un 8% menos de agua que el año pasado y un 44% menos que la media de los últimos 10 años.

Porque la estéril polémica levantada al respecto del derribo del viejo muro de un embalse inútil no hay por donde interpretarla salvo a la luz de un entrecruce de intereses partidarios (esa derecha extrema siempre atenta al bulo populista, ese PSOE regional templagaitas), de analfabetismo político funcional (el lugar donde se nos quiere colocar hasta la eternidad) y de, directamente, una cultura del bulo que siempre se sabe cómo comienza y pocas veces cómo acaba. Sin olvidarnos, nunca, del poder del miedo y la desesperación al ver cómo no cae una gota de agua y tu trabajo se va directamente a la ruina. Un respeto, entonces, para quienes trabajan la tierra. Y atención al miedo del que hablamos, que al final busca encontrar razones hasta donde no hay, ya sean misteriosas avionetas que espantan la lluvia o antenas que romperían las nubes concentradas. En la pretendida era de la información es cuando más indigencia intelectual, más desinformación y más pobreza argumental se puede encontrar.

Aquí, no obstante, estamos frente a un asunto de estricto orden normativo, económico y de seguridad. Y es que nadie, absolutamente nadie, se quiere hacer cargo de los gastos de mantenimiento (que los tiene) de la “presa”, que está ―atención a este dato― sin finalizar y que es únicamente un reservorio de agua del río Guadalupejo, ubicado en uno de los brazos que desembocan en el embalse de García de Sola, de los más grandes de la cuenca y que almacena las aguas del Guadiana.

El embalse es inútil tanto por inconcluso como por la sencilla razón de que no aporta capacidad significativa de regulación [...] no tiene ningún plan de seguridad y su canal de desvío de la margen izquierda sigue abierto (!), como lo ha estado siempre

Desde 2021, año en el que Endesa renunció a la concesión, la eléctrica ya no quiere seguir con los gastos de mantenimiento (fácil de entender, es una empresa que ahí no gana nada) y los mismos ayuntamientos que ahora jalean el ruido mediático ―¿por qué será? ¿tendrán algo que ver las próximas elecciones locales?― tampoco. Efectivamente: los fogosos alcaldes no están dispuestos a poner ni un euro (se entiende, acometer el mantenimiento supondría el 10% del presupuesto de Valdecaballeros, por ejemplo) para aquello que tan indispensable reclaman.

Ya está tramitada la extinción del contrato y la Dirección General del Agua, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, ha concluido el procedimiento el pasado 14 de marzo. El siguiente paso es el derribo, pues cuando una concesión queda extinta la ley dice que es obligatoria la restitución de lo que se denomina Dominio Público Hidráulico; además de que, de no hacerlo, quedarían colgando del vacío aspectos tan relevantes como la responsabilidad patrimonial en caso de accidente, que puede haberlo. El procedimiento cuenta con los informes favorables tanto de la Abogacía del Estado como del Consejo de Estado; los gastos corren a cuenta de las empresas propietarias, no hay por ese lado ninguna sombra. Sobra toda la polvareda levantada.

De hecho, y centrándonos más en aspectos prácticos, el embalse es inútil tanto por inconcluso como por la sencilla razón de que no aporta capacidad significativa de regulación, al encontrarse rodeado de otros pantanos muchísimo más grandes creados al amparo del Plan Badajoz. Como colofón, recordemos que no tiene ningún plan de seguridad y que su canal de desvío de la margen izquierda sigue abierto (!), como lo ha estado siempre.

Tampoco es cierto que Castilblanco o Valdecaballeros se vayan a quedar sin agua porque ―ahora sí, como debe ser, no como hasta la fecha, que se abastecían con una toma ilegal, sin concesión alguna― está aprobada su captación del embalse de García de Sola, que para eso existe, solamente dos kilómetros más abajo. Samuel Moraleda, de la Confederación Hidrográfica del Guadiana así lo ha certificado y asegurado: no habrá repercusión alguna en el abastecimiento. Y nadie en su sano juicio puede querer mantener un embalse obsoleto, inconcluso, sin recursos de mantenimiento ni seguridad, con una capacidad de 70 hectómetros cúbicos, para abastecer a 2.000 personas. Es algo de una lógica tan aplastante que solo puede enfrentar argumentos conspiranoicos...

Y,  en ese sentido, merecería la pena rastrear si comparte acuífero todo este despropósito con las fuentes que andan soltando disparates como ese que relata que se están destruyendo cientos de pantanos indispensables, dentro de algo que sería una especie de “agenda oculta para someternos con el agua” (última serie de la misma productora de “los chemtrails que nos esterilizan”).

Ni siquiera es cierto que Castilblanco o Valdecaballeros se vayan a quedar sin agua porque ―ahora sí, como debe ser, no como hasta la fecha, que captaban con una toma ilegal, sin concesión alguna― está aprobada su captación del embalse de García de Sola, que para eso existe, solamente dos kilómetros más abajo

En realidad, y en aplicación de una directiva europea con base en la Estrategia sobre Biodiversidad para 2030 de la UE, únicamente se están demoliendo pequeñas barreras abandonadas (y ocasionalmente peligrosas), muchas veces simples azudes sin utilidad regulatoria ninguna y con la concesión caducada. ¿La intención? Restaurar el flujo libre del agua en al menos 25.000 kilómetros de ríos. No hay ni ecologistas emboscados en la sombra tras malintencionadas denuncias (¿ante qué instancia judicial?, ¿cuándo? ¿dónde?) ni otra cosa que no sea una política desarrollada a nivel continental, que no genera ningún problema y que, en cualquier caso, desciende del mismo sitio del que descienden las subvenciones que mantienen con vida a un sector agrario vapuleado impunemente por las leyes del mercado y del beneficio.

La Junta de Extremadura, mientras tanto, a lo suyo, sin complejos ni sentido del ridículo, anuncia que va a recurrir el derribo de la inservible presa para, mucha atención, proteger la zona del impacto ambiental de la demolición. La misma Junta que, en los dos años de tramitación del preceptivo expediente no dijo esta boca es mía (tampoco los ayuntamientos, aquí no se libra nadie). Hasta se ha reunido Fernández Vara con Gregorio Rodríguez, alcalde de Valdecaballeros. Y uno no puede por menos que preguntarse algo simple: después de hacerse la foto juntos, ¿de qué hablarán? Yo les recomendaría que, a puerta cerrada, echaran un ojo mano a mano a lo que cuenta sobre este asunto la Plataforma en Defensa de las Fuentes, pero igual es pedir demasiado. Es más fácil apuntarse al peligroso juego de agitar fantasmas. ¡Qué largo se está haciendo el camino hasta el 28 de mayo!

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Economía con Sentido
13/5/2023 8:23

Es el primer articulo que leo de este medio. Llevo años reivindicando el periodismo serio sin intenciones ocultas, sino que se centra en COMUNICAR. Felicidades por el articulo, y espero que quien lo haya escrito sea alguna persona que estudio Periodismo en Sevilla conmigo. JEJE

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Eliseo
7/5/2023 0:04

Bueno, supongo que el hecho de que tres pueblos beban de aquí no importa por qué se puede gastar otro montón de dinero he hacer otra captación de agua, como bien dices es un embalse sobre el río guadalupejo y desemboca en el García Sola, curiosamente en verano la parte de ese embalse está seca, si una gota de agua. El río sigue fluyendo, la presa no está cerrada y cuando hay agua hay un rebosadero que en ocasiones cuando hay bastante agua se nivela a ambos lados de la presa. Entiendo que para los que no viven por la zona es muy fácil opinar, pero a los que somos de la zona nos toca directamente y realmente si lo conocieras verías que es un gasto innecesario de dinero tirar esa presa.

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jcpintoes
8/5/2023 10:49

En varios medios que recoge este artículo se señala que abía y hay alternativas para el abastecimiento de los pueblos y que las actuales tomas se denunciaron desde hace tiempo, aportanto las alternativas de abastecimiento, que como sabe son prioritarias para cualquier localidad española por encima de otros usos cualesquiera. Se puede entender que los vecinos tengan cariño a este lago artificial, pero lagos artificiales tienen muchos en esa comarca, incluso les van a quedar igualmente cerca ya que esa presa de Valdecaballeros es un recrecimiento de 1,5 metro sobre la de Garcia Sola y en cambio no tienen tantas riberas naturales. Hay tres embalses escalonados Cíjara, García Sola y Orellana en la zona. A pesar de la polémica y de que la Junta haya recurrido la destrucción de la presa, técnicamente el procedimiento ha sido el adecuado, y es el que se debe seguir siempre para garantizar la legalidad de la destrucción de la mayoría de barreras fluviales de España. No existen, a priori, intereses ideológicos detrás ni una actuación oscurantista de una depravada Agenda 2030 que quiera establecer un Nuevo Orden Mundial, tal y como difunden profesionales de la 'bulometría' asociados a perfiles negacionistas y otros correligionarios de los conciliábulos de la conspiranoia.

"No es ni una decisión política, sino una obligación de la Ley de Aguas y una responsabilidad de las autoridades de las confederaciones hidrográficas. Nunca se ha tirado una gran presa, de aquellas que son imprescindibles para garantizar el abastecimiento. Lo que se destruye en un 99% son presas pequeñas y azudes que ya no tienen uso, están abandonadas o no merece la pena seguir explotando", como dice Rafa Seiz, coordinador de política del agua en WWF España.En nuestra Ley de Aguas existe una figura específica que explica que cuando uno tiene una concesión de agua, bien sea para regar o para producir electricidad o abastecerse, esa concesión tiene un plazo. Cuando se cumple, las confederaciones tienen tres opciones: quedarse con el derecho de explotar la infraestructura, volver a sacarla a oferta pública o extinguir la concesión. Cuando se llega a esa tercera conclusión, hay un artículo que especifica que hay que devolver al estado original aquello que se modificó para hacer una explotación. Hay que dejar el río como estaba". A veces, los costes de mantenimiento son tan elevados que no merece la pena seguir adelante. Es lo que ocurrió con Endesa e Iberdrola con las presas de Valdecaballeros y Los Toranes, este último un gran embalse de 17 metros de altura dedicado a la producción de energía hidroeléctrica.

En el caso del embalse turolense, la Confederación Hidrográfica del Júcar inició en 2020 el procedimiento de extinción de la concesión de la presa. Hubo una fuerte oposición local. Los pueblos argüían que necesitaban el agua para cultivar huertos de pequeña entidad que, de seguir adelante con la demolición, no podrían seguir regando. La gente se lo quería quedar, pero los ayuntamientos locales tampoco podían pagar el coste. "El precio de mantener este tipo de infraestructuras a veces es el presupuesto de varios años", sugiere Seiz. Como no era de uso prioritario, la confederación siguió adelante con el plan. Escuchó a todas las partes, recogió las quejas y, al final, dictaminó que debía desaparecer.

"Cuando ocurre esto, la empresa concesionaria debe devolver las infraestructuras en buen estado". "Aplicando la Ley de Aguas, se exige al concesionario que elabore un estudio de eliminación de las barreras e infraestructuras construidas en dominio público. A veces, la demolición la paga la empresa y, otras, recibe ayuda de la administración a través de fondos públicos [en el caso de Los Toranes, la justicia obligó a Iberdrola a hacerse cargo de los costes]. ¿Qué ha pasado con todas las presas y azudes que se han derribado estos años? Que la mayoría no tenían ni concesionario al que reclamarle, porque son presas que se hicieron hace más de 50 años y ya no había personas jurídicas a las que reclamar. Por eso el Estado se ha hecho cargo de su eliminación".

Además, es importante recordar que los derribos no dejan sin agua a nadie. Tal y como recuerda César Rodríguez, "no se va a dejar a los ayuntamientos sin abastecimiento urbano, porque es algo reconocido en el derecho de aguas y es de uso primordial. Hablamos de un derecho humano y ciudadano". En la propia extinción de la concesión de la presa de Valdecaballeros, si finalmente se ejecutara, la Dirección General del Agua del MITECO especifica que el informe de la Confederación Hidrográfica del Guadiana debe plantear una alternativa viable de abastecimiento, que, en este caso, sería captar el agua del pantano de García de Sola, a poco más de un kilómetro del de Valdecaballeros.

La decisión de eliminar barreras fluviales se enmarca dentro de la Estrategia de Biodiversidad de la UE 2030 de protección de la fauna y la flora y se rige por los principios de la Directiva Marco del Agua (DMA). El objetivo de la Comisión Europea es que España libere 3.000 kilómetros de caudal en los ríos para recuperar los ecosistemas de agua dulce y las funciones naturales de los cursos fluviales.

Para bien o para mal, nuestro país tiene la obligación de cumplir con la DMA, lo que implica eliminar las barreras de los ríos que afectan al estado de salud de los cauces, siempre que estas no tengan ninguna utilidad o estén deterioradas y sean peligrosas. Desde 2005, se han demolido 634 barreras fluviales. No obstante, en las redes sociales se sigue replicando un peligroso discurso negacionista ("Sánchez quiere destruir 300 presas"; "se tiran embalses para beneficiar a Marruecos"; "la Dirección General del Agua ha dado orden de vaciar los pantanos"; "los ecologistas nos quieren arruinar") cuando la ejecución de estos derribos, simplemente, responde a una aplicación estricta de la legislación.

Las presas retienen sedimentos que deberían discurrir por sus cauces para alimentar las llanuras aluviales, las marismas y los manglares. Un ejemplo. Las más de doscientas presas que hay en la cuenca del Ebro retienen más del 90% de los sedimentos que, naturalmente, deberían discurrir por el río hasta su delta. Se está perdiendo la pesquería costera y el propio delta del Ebro en sí por fenómenos de salinización de las tierras, como los arrozales. La cuña marina penetra el delta al no haber una renovación de sedimentos y, al no rellenarse, el mar se lo va comiendo, provocando su lento deterioro.

Los embalses, al ser ecosistemas semiartificales, también son nidos de especies exóticas invasoras (EEI), como los mejillones cebra, las tortugas de Florida o las carpas comunes. Además, las barreras de hormigón han dañado la riqueza biológica de muchos ríos, forzando a una disminución de las especies autóctonas.

En España, el 65% de los ríos salmoneros se han perdido por la interposición de presas. El salmón no puede remontar el cauce y saltar las barreras artificiales. Otro ejemplo es el del esturión. Hasta mediados de siglo se reproducía y comercializaba. Los últimos ejemplares estaban en Alcalá del Río, pero al construirse la presa de Cantillana en el bajo Guadalquivir, el esturión desapareció.

No obstante, Francisco Javier Flores Montoya, doctor ingeniero de caminos, canales y puertos y vicepresidente de la Sociedad Española de Presas y Embalses (SEPREM), recuerda que España es un país geográficamente complejo y que toda presa es tan útil como necesaria a pesar del impacto medioambiental que puedan generar en los ecosistemas terrestres. Él no considera que la solución sea crear más presas, porque son costosas y requieren de lustros para su puesta en marcha, sino mejorar la calidad de depuración del agua y hacerlas más eficientes para que se pueda para garantizar el suministro hídrico a los seres humanos, los principales beneficiarios de los embalses.

"Una presa no es un obstáculo. Nunca hay que verlo así", asegura Flores Montoya. "Su finalidad es guardar el agua para poder beber, generar energía, dársela a los animales o crear actividades productivas, como la agricultura. ¿Por qué hay tantas? Porque España es el segundo país más montañoso de Europa. Eso quiere decir que el agua de nuestros ríos va más deprisa que en otros lugares. Muchos ríos europeos son navegables. Francia está unida por canales de navegación. Pero nuestra geografía es muy distinta y Europa debe tenerlo en cuenta [...] Si no hubiera presas, sólo podríamos vivir unos pocos millones. Muchos de los ríos 'retenidos' en embalses desaparecerían durante varios meses al año si no hubiera presas. Sin esas infraestructuras para retener el agua o frenar su velocidad, si dejase de llover, en 15 o 20 días nos quedaríamos sin agua".

"Las presas no las inventó Franco, como se suele decir, sino que ya estaban en España desde los romanos", recuerda el doctor. "Mérida, que es una ciudad conocida por sus grandes monumentos, se sigue abasteciendo después de 2.000 años de las presas de Proserpina y Cornalvo. Es algo normal y necesario. Todas las naciones han construido embalses para guardar el agua. No es un capricho para romper la naturaleza; se hace para protegernos, para preservar la vida humana".

Llegados a este punto, emerge de nuevo la gran pregunta. ¿Por qué se derriban presas en época de sequía? La respuesta, a tenor de los datos, es que no se están derribando presas en época de sequía, sino pequeñas construcciones fluviales, muchas de ellas inútiles, que no generan prácticamente ningún beneficio hídrico a los seres humanos y sí un impacto medioambiental notable. El objetivo del MITECO es paliar "los efectos negativos que producen las obras transversales sobre las especies piscícolas y los desequilibrios del régimen y transporte sedimentario", tal y como explica la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos.

"Los obstáculos y barreras fluviales que se han puesto fuera de servicio carecen de capacidad de almacenamiento apreciable", asegura Granell. "Son más bien obstáculos que elementos de almacenamiento. La eliminación de una presa o azud se tramita con arreglo a un procedimiento técnico y administrativo que analiza todas las alternativas. Un azud, aunque no tenga capacidad de almacenamiento, sí genera un entorno ambiental y social que siempre se debe valorar".

El representante de SPANCOLD es tajante, al igual que el resto de fuentes consultadas: "No es verdad que se estén demoliendo embalses si entendemos como término 'embalse' aquel que es capaz de aumentar la garantía de suministro de agua. Es una polémica artificial. Las presas que se han puesto tirado ya no se usan y tampoco tienen capacidad de almacenamiento apreciable. No tiene una incidencia real sobre la sequía. Lo que pasa es que la política se mezcla con todo y se derivan este tipo de ideas".

No obstante, el vicepresidente del SEPREM, Flores Montoya, sí es crítico con algunas de las demoliciones amparadas en los informes de las confederaciones hidrográficas de algunos embalses y, por eso, considera que derribar presas como la de Valdecaballeros es una "barbaridad" contraproducente. "¿Es interesante demolerlas todas? No. Hay que ir caso por caso. La presa de Valdecaballeros ahora puede tener una función económica distinta a la de su origen. Tirar presas porque sí es hacer lo mismo que los talibanes con los monumentos milenarios. Por eso, siempre hay que justificar cada caso. Y, en este concreto, creo que es un error".

"La Directiva Marco del Agua ofrece capacidad de actuación a cada uno de los países", zanja el representante de SPANCOLD. "En la ingeniería hidráulica española existe una percepción de que no se entiende la particularidad española en Europa, por lo que hay que hacer un enorme esfuerzo para explicar cuál es nuestra idiosincrasia". Eso exige un esfuerzo adicional de pedagogía en la UE y una capacidad de escucha por parte de los legisladores a nivel europeo para que podamos mantener nuestros niveles de calidad de vida y bienestar sin necesidad de practicar derribos innecesarios.

No obstante, una cosa es perfeccionar la legislación para hacerle más eficaz y, otra muy diferente, promover bulos. España no está tirando embalses para beneficiar a las embotelladoras. Tampoco para satisfacer unos intereses perversos que no se sabe muy bien a quién benefician. Las pocas barreras fluviales que se han derribado hasta ahora –la mayoría azudes– no han generado un impacto negativo en los recursos hídricos del país. Por tanto, decir que la sequía es un deseo del Gobierno de tal o cual color o, en su defecto, de las administraciones públicas, supone una grave irresponsabilidad, pues tal desinformación sólo azuza el fantasma del miedo, da alas a las teorías de la conspiración y, en última instancia, erosiona la convivencia.
https://www.elespanol.com/porfolio/20230506/mentira-presas-derruidas-pedro-sanchez-sequia-siglo/760924211_0.html

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Felix Lorenzo Donoso
5/5/2023 18:38

¿Cómo conseguir, otra vez, que en lugar de que paguen las empresas propietarias lo hagan los ciudadanos?
Primero se genera un escándalo utilizando la demagogia y el infantilismo. Después se espera que todos los políticos se vayan a hacer la foto, anunciando que por encina de sus cadáveres. Y para terminar el Presidente de turno afirma que eso no se tira.
Resultado: los ciudadanos pagarán de sus impuestos los gastos que genere una presa obsoleta e inútil. Y las empresas se habrán ahorrado un considerable gasto. Seguramente después tengan algún detallito con los sufridos políticos que han defendido sus intereses (los de las empresas).

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miguelgr2000
5/5/2023 16:14

Excelente artículo. Muy bien argumentado. Todos mis repetos. Un saludo.

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Agus
5/5/2023 6:11

En la televisión se han apuntado al espectáculo sobre este tema.
Ya la ministra ha dicho que encantados con que otros asuman el mantenimiento.

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fllorentearrebola
3/5/2023 13:36

Gracias por argumentar y por la lucidez. En tiempos en que todos se empeñan en embestir desde la oscuridad y la estulticia. Se pongan como se pongan nuestros cuñados (esos que parasitan en la cúpula de los partidos) los ríos necesitan menos hormigón y no más, más cariño, menos apropiación de la mafia hidroeléctrica y menos populismo baratos incluido el de Pudimos, mientras escribo esto, escucho como por casualidad a la jefaza de Pudimos diciendo tonterías en radio nacional sobre la maldita presa y no sé si da más pena que asco o más asco que pena...

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