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Extremadura
¿Dónde está el agua de Extremadura?
Productor e investigador agroecológico.
Ya he escrito sobre este tema, pero me veo en la obligación de seguir aportando información a una cuestión tan sensible. A estas alturas del verano a nadie le sorprende en Extremadura escuchar noticias relacionadas con la escasez de agua.
Las consecuencias son diversas y repartidas por todo nuestro territorio. Desde la prohibición de llenar piscinas públicas y privadas en Tentudía, al reparto de agua embotellada en Ribera del Fresno, problemas para regar parques y jardines en Cáceres o restricciones al riego en la Confederación de Regantes del Zújar y de Orellana, etc. Pero en la región con mayor capacidad para embalsar agua (14.225 hm3) y las dos provincias (Badajoz: 7598 hm3, Cáceres 6627 hm3) con ese mismo privilegio cabe preguntarse cómo hemos podido llegar hasta aquí. Veamos la evolución del agua embalsada en los últimos años y las principales vías de consumo.
Medio ambiente
A vueltas con el agua en Extremadura
Es importante recalcar que este texto trata sobre el consumo de lo que llaman “agua azul”, es decir, principalmente agua embalsada en pantanos, pero también de acuíferos. No se trata aquí el uso del agua verde (agua de lluvia), aguas grises, etc.
¿Dónde está el agua de Extremadura?
Lo que está claro es que en los embalses no está. Según la última actualización, a 19 de julio de 2022 los embalses extremeños se encuentran al 34,48% de su capacidad con 4.890 hm3 (los cacereños al 44.40% y los pacenses al 25,76%).
Pero esto no es nuevo. La situación se lleva agravando durante décadas y los datos son públicos. Tenemos un 8% menos de agua que el año pasado y un 44% menos que la media de los últimos 10 años. ¡Hemos perdido en 10 años la mitad del agua embalsada en toda Extremadura! Veamos dónde ha ido a parar esa agua que ahora nos hace tanta falta.
Tenemos un 8% menos de agua que el año pasado y un 44% menos que la media de los últimos 10 años. ¡Hemos perdido en 10 años la mitad del agua embalsada en toda Extremadura!
El estudio de Joan Corominas y Rafael Cuevas (2016) señala que el uso del agua embalsada del Tajo y el Guadiana (en toda su cuenca, no sólo en Extremadura) es principalmente agrícola en un 68,9% en el Tajo y en un 83,2% en el Guadiana. El abastecimiento a la población y el consumo industrial ocupan el 15,7% restante.
La cuestión en Extremadura sería aún peor según este estudio del Ministerio (2001) según el cual el 95,3% del agua embalsada consumida en Extremadura correspondería al sector agroganadero, el 2,85% consumo humano y el 1,83% la industria. El consumo total (sólo de agua embalsada) ascendería a 2.323,9 hm3 en 2001. Lo cierto y verdad es que, aunque nos da una idea de cómo es la situación, se necesitan datos más actualizados para tener una descripción más cercana a nuestros días. A continuación, se aportan algunos datos sobre estos tres sectores.
Consumo humano
La población extremeña lleva cayendo desde los años 60 en los que llegamos casi al millón y medio de habitantes. A día de hoy, con poco más de 1 millón de personas, se espera que entre 2031-2035 la población extremeña se quede por debajo de las siete cifras. Con esto se presupone que el consumo humano que indica el estudio anterior (66,2 hm3 anuales) irá disminuyendo año tras año.
Consumo industrial
Según este mismo estudio, en este sector destacan por su consumo de agua azul la Captación, depuración y distribución de agua con 17,2 hm3, la Producción y distribución de Energía y gas con 10,2 hm3, Restaurantes (6,6 hm3) y Otros servicios con 4,6 hm3. Una muestra de la necesidad de actualizar las bases de datos más allá del 2001, es que este estudio recoge un consumo de agua de 0.1 hm3 para la Industria química y sólo INQUIBA consume, según el Diario Oficial de Extremadura (2018), 0,19 hm3 procedentes de dos captaciones de agua subterránea y de la red de abastecimiento municipal de la localidad de Guareña
Por otra parte, conocíamos recientemente que en Extremadura hay 30.600 piscinas construidas y registradas. El número es mucho mayor si incluimos piscinas portátiles de plástico que proliferan en estas fechas para sobrellevar las altas temperaturas. De esta forma el agua consumida en piscinas públicas y privadas debe estar entre los 8-10 hm3 al año. Aquí sería interesante sumar la red de balnearios, spas, parques acuáticos etc. que hay en nuestra región.
Ecologismo
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Otros usos de agua para ocio son los campos de golf. Con nueve campos en Extremadura (3 en la provincia Badajoz y 6 en la de Cáceres) y un consumo medio de 200.000 m3/año, estaríamos hablando de cerca de 1,8 hm3 cada año. Por otra parte, las embotelladoras de agua mineral extraen al menos 0,3 hm3 (300 millones de litros) de agua cada año en Extremadura.
Un capítulo aparte merece la utilización privada de los embalses extremeños para la generación de energía. Entre Iberdrola y Endesa controlan catorce centrales hidroeléctricas en Extremadura. Las siete de Endesa se encuentran en la provincia de Badajoz, concretamente tiene dos en Cíjara, dos en Orellana, una en Puerto Peña, Zújar y La Serena. Por su parte, las siete centrales de Iberdrola se encuentran en la provincia de Cáceres en Valdecañas, Alcántara, Torrejón-Tiétar o Cedillo.
En estos cuatro pantanos desembalsó Iberdrola en la primera quincena de mayo de este año, nada más y nada menos que 178 hm3 de agua para generar electricidad barata para la compañía en momentos en los que la factura de la luz estaba más cara. Una absoluta barbaridad en una región con los problemas hídricos de Extremadura. Se hace urgente la reversión a titularidad pública de estas concesiones hidroeléctricas teniendo en cuenta la importancia de la electricidad en la vida cotidiana.
En estos cuatro pantanos desembalsó Iberdrola en la primera quincena de mayo de este año, nada más y nada menos que 178 hm3 de agua para generar electricidad barata para la compañía en momentos en los que la factura de la luz estaba más cara
Mención aparte merece el embalse de Arrocampo que fue construido exclusivamente para refrigerar los reactores de la Central Nuclear de Almaraz, propiedad de Iberdrola, Naturgy (Gas Natural) y Endesa. Treinta y seis hectómetros cúbicos de capacidad para uso exclusivo de la central. Si sumamos las ingentes cantidades de agua que requerirían los cientos de proyectos mineros proyectados en Extremadura, la conclusión es única. Son inviables. Veamos ahora los datos del sector que es el principal consumidor de agua embalsada, el agrario.
Consumo agrario
Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística arrojan que el sector agrario extremeño consumió en 2018 un total de 1.778 hm3 de agua. El 17% del consumo corresponde a riego por aspersión, 40,4% por gravedad y 42,59% por goteo. El consumo de agua para riego en una región con escasas precipitaciones como Extremadura, lejos de mantenerse estable o reducirse ha ido en aumento durante las últimas décadas.
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De hecho, según el INE, Extremadura ha sido la región en la que más ha aumentado el consumo de agua para regadío entre 2016 y 2018 con un 12,7%. Ya en el informe de 2016 estábamos, otra vez, entre las tres regiones (con Castilla la Mancha y Castilla y León) con un mayor incremento en el volumen de agua para riego con un 1,6% respecto a 2015. ¿Cómo es posible que la Junta de Extremadura no estuviera viendo dónde nos llevaba esa situación?
De hecho, según el INE, Extremadura ha sido la región en la que más ha aumentado el consumo de agua para regadío entre 2016 y 2018 con un 12,7%
Más pistas podemos encontrar viendo la evolución de la superficie regada en Extremadura. Según datos del Ministerio de Agricultura la superficie regada en Extremadura pasó de 205.008 has en 2005 a 267.423 en 2016. Un aumento del 30,44% en once años. Con datos de 2020, el área regada en Extremadura ha aumentado un 38,9% en quince años hasta llegar a las 284.715 hectáreas. Sería interesante saber el consumo de agua desde entonces viendo el aumento de la superficie regada, así como la intensificación de cultivos como el olivar superintensivo o la puesta en riego de cultivos tradicionalmente de secano como el almendro, etc.
Hace unos meses veíamos en la prensa regional a todo color: “El almendro se pasa al regadío. El 55% de las casi 15.000 hectáreas que copa este cultivo, tradicionalmente de secano, son de riego, con una espectacular subida de la superficie en el último lustro en las Vegas del Guadiana”. Y a toda esta ceguera le sumamos el empecinamiento de la Junta de Extremadura en ampliar regadíos como los de Tierra de Barros, Monterrubio de la Serena, Villanueva del Fresno, Arroyo del Campo, Ambroz y Zona Centro. Es curioso que en el enlace anterior lo describen diciendo que: “Extremadura cuenta con una política de nuevos regadíos rigurosa y bien planificada basada en: 1) Corresponsabilidad y colaboración entre administraciones; 2) Consensuada con los agricultores; 3) Rigor técnico; 4) Rigor político; 5) Transparencia”. Juzguen ustedes mismos.
Y a toda esta ceguera le sumamos el empecinamiento de la Junta de Extremadura en ampliar regadíos como los de Tierra de Barros, Monterrubio de la Serena, Villanueva del Fresno, Arroyo del Campo, Ambroz y Zona Centro
Si todo esto no es suficientemente grave, le sumamos que la agricultura extremeña es fundamentalmente para exportación, por lo que al mismo tiempo que exportamos arroz, maíz, tomate o fruta, exportamos los miles de hectómetros cúbicos que se necesitan para producirlo. Es decir, en una región con precipitaciones de 600 mm, gastamos ingentes cantidades de agua que se ahorran otras regiones y países de Europa y Asia. Esa agua (huella hídrica) que exporta Extremadura se ha calculado en diferentes estudios.
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Según el Ministerio de Medio Ambiente, Extremadura exportó en 2001 un total de 6.564 hm3 contando tanto agua azul (embalsada) como agua verde (lluvia). Desagregando los datos tenemos que la agricultura supuso la exportación de 1.626 hm3 principalmente de agua embalsada (azul) mientras que la ganadería supuso la exportación de 3.437 hm3 principalmente de agua de lluvia (verde) asociada a los pastos además de agua azul dedicada a cultivos para alimentación animal. Según este informe, debido a su especialización productiva Extremadura se coloca como la segunda región que más agua exporta tras Castilla y León.
Profundizando un poco más, tenemos que Extremadura es la segunda región con mayor superficie de arroz, curiosamente el cultivo que tiene mayor huella hídrica. Si a eso le sumamos que somos la primera en tomate de industria y la tercera en superficie de maíz (otros dos cultivos con alta demanda de agua), tenemos como resultado que las necesidades de agua de regadío en Extremadura sean tan elevadas. ¿Nadie se da cuenta de que una región como Extremadura no puede permitirse esos lujos? ¿Cómo hemos consentido estas barbaridades?
¿Nadie se da cuenta de que una región como Extremadura no puede permitirse esos lujos? ¿Cómo hemos consentido estas barbaridades?
Ha tenido que llegar el 2022 para que algunas mentes tomen conciencia de la situación. La escasez de agua en las Vegas del Guadiana ha llevado a racionar el riego. Como decía al principio, la Comunidad de Regantes de Orellana tiene un 20% de la dotación “normal” por lo que se ha priorizado el riego de apoyo a frutales. No se ha dado agua para arroz y se ha limitado la superficie cultivada de maíz y tomate.
En la Comunidad de Regantes del Zújar el agua está limitada a 4.000 m3 por hectárea, lo que ha llevado a reducir los cultivos de regadío. Esto ha traído como consecuencia que la superficie cultivada de arroz en Extremadura se haya reducido un 90,17% (de 21.382 a 2.100 hectáreas, 1.007 hectáreas en la provincia de Badajoz y 1.121 en la de Cáceres) y la de maíz un 51% pasando de 42.570 a 20.950 hectáreas. La superficie de tomate ha tenido un descenso de 4.900 hectáreas, lo que supone en torno a un 21% menos de superficie cultivada pasando de 23.340 a 18.436 hectáreas (16.811 en la provincia de Badajoz y 1.625 en la de Cáceres). Esto, sin duda, va a afectar a los resultados económicos no sólo a nivel regional, sino también nacional.
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Viendo cómo evolucionan las reservas de agua, hagámonos a la cuenta de que esta situación no va a ser excepcional, sino que va a ser la norma de aquí en adelante. No hay más tutía. Las cuentas no salen. Las matemáticas no fallan. No hay agua para todo. El mapa de cultivos de Extremadura es insostenible tal y como lo hemos conocido hasta ahora.
No puedo comprender cómo, tanto la Junta de Extremadura como las organizaciones agrarias, han potenciado esta situación que deja nuestras reservas de agua en mínimos históricos. Y me sorprende aún más verlos manifestándose porque “se les ha privado el tener agua para realizar su cultivo", como afirmaba unos de los máximos dirigente de UPA Extremadura hace unos días. ¿Perdona? Como si la desproporcionada superficie de regadío en Extremadura no fuera uno de los principales factores que influyen en el descenso de las reservas de agua embalsada.
No puedo comprender cómo, tanto la Junta de Extremadura como las organizaciones agrarias, han potenciado esta situación que deja nuestras reservas de agua en mínimos históricos
¿Que influye el cambio climático? Sí. Pero viendo las estadísticas anuales de agua embalsada, que son públicas, se deberían haber tomado decisiones drásticas en cuanto al regadío hace al menos una década. Sin embargo, como decía antes, la Junta de Extremadura con el apoyo de las organizaciones agrarias, van de nuevo regadío en nuevo regadío hasta arrastrarnos al desastre total. No digo que no se les ayude este año que a algunos la sequía les ha cogido “desprevenidos”, pero en años sucesivos tienen la obligación de cambiar el mapa de cultivos de nuestra región.
De aquí en adelante se van a tener que implementar forzosamente estrategias de ahorro de agua. Es el caso de la sustitución de parte de los tres cultivos citados por otros de menor requerimiento hídrico como es el caso del girasol. Este año de escasez de agua ha aumentado su superficie cultivada de girasol en más de 16.000 hectáreas en Extremadura, pasando de las 8.076 hectáreas del pasado año a las 24.100 hectáreas de 2022. La provincia pacense pasa de 7.624 a 20.600 hectáreas y la cacereña de 452 a 3.500 has.
La Junta de Extremadura con el apoyo de las organizaciones agrarias, van de nuevo regadío en nuevo regadío hasta arrastrarnos al desastre total
Acciones como esta son las que deben (y van) a marcar el futuro del campo extremeño ya que, además de adaptarnos al cambio climático, contribuyen a reducir la dependencia de Extremadura y España respecto a posibles problemas internacionales como el conflicto en Ucrania, bloqueo del transporte internacional etc.
Las últimas noticias no son nada halagüeñas. El 24 de julio conocíamos que se ha declarado el estado de alerta por sequía del embalse de Alange, que abastece a la ciudad de Mérida. Dos días después se anuncia que la Diputación de Cáceres abastece con cisternas a tres municipios: Peraleda de San Román, Campillo de Deleitosa y la alquería hurdana de Robledo. Se suman a los problemas y restricciones en las comarcas de Tentudía, la mancomunidad de Llerena-Campiña Sur, Ribera del Fresno etc.
Ríos de Extremadura
Los ríos de Extremadura III: La pertinaz y los planes badajoces
Tercera entrega de la espléndida serie sobre los ríos en Extremadura del escritor verato Ramón J. Soria Breña.
Todas las predicciones muestran que estas altas temperaturas es lo más fresco que vamos a vivir en los próximos años, como afirma Fernando Valladares, del Centro Superior de Investigaciones Científicas. Las precipitaciones, más allá de que aumenten o se reduzcan, lo que sí parece claro es que se concentrarán de forma torrencial en unos pocos días al año (aumentando los destrozos en cosechas), por lo que los periodos secos serán cada año más largos.
Como dice el amigo Helios Escalante en este artículo sobre regadío y sequía en Andalucía, la idea de “escasez de agua” es relativa, es decir, la escasez de agua se ha ido construyendo premeditadamente durante años a través de la sobreexplotación de los recursos acuáticos. No estaríamos en este punto si, como decía antes, año a año se hubieran tenido en cuenta los datos de agua embalsada y se hubiera actuado en consecuencia tomando decisiones sobre en qué, cómo y cuánto agua gastar cada año.
La escasez de agua se ha ido construyendo premeditadamente durante años a través de la sobreexplotación de los recursos acuáticos. No estaríamos en este punto si, como decía antes, año a año se hubieran tenido en cuenta los datos
¿Dónde ha ido el agua de Extremadura? Las cuentas creo que han quedado bastante claras. La política de regadío de la Junta de Extremadura (repito, con el apoyo de todas las organizaciones agrarias) ha sido nefasta para nuestra región y sus consecuencias se agravan cada año. Partimos de la base de que la producción de alimentos es fundamental para la vida misma, pero no es menos cierto que, por su propia supervivencia (y la nuestra), el modelo agrícola extremeño tiene que darse la vuelta como un calcetín.
Cada año irá disminuyendo la superficie de regadío. No queda más remedio que adaptarse, no sólo a la escasez de agua, sino a la de combustibles fósiles y fertilizantes químicos (cuyos datos sobre su escasez también son públicos aunque tampoco nadie se lo explique a los/as agricultores/as). El caso es que a día de hoy tenemos 4.890 hm3 embalsados en Extremadura. Hace un año teníamos 5.317 hm3. La media de los últimos 10 años por estas fechas era de 8.716 hm3.
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A ver qué hacemos con ellos. La única forma de tomar esa decisión es de forma colectiva y en beneficio de la mayoría de la población extremeña. Para la agroexportación o para Extremadura. Para los terratenientes y aguatenientes o para el pueblo.
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Que lastima que el que ha escrito este artículo tiene la mala costumbre de comer 3 veces al día, come mucho y produce poco, otro gallo cantaría si se hubiese escrito desde el punto de vista de un agricultor, no desde el punto de vista del que no sabe que es producir y suministrar alimentos, riqueza en todos los sectores, moviéndose la agricultura se mueve Extremadura, no escribiendo estos panfletos