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Memoria histórica
Los moralos olvidados
Durante varias semanas de julio y agosto ha tenido lugar en el cementerio de Navalmoral de la Mata la apertura de una fosa común y la exhumación de los restos de, presumiblemente, víctimas de la represión franquista más temprana: la acaecida inmediatamente después a la toma de esta localidad por el bando sublevado en agosto de 1936. Las víctimas de la represión extrajudicial, es decir, sin juicio previo, que se registran en Navalmoral fueron asesinadas entre agosto y final de otoño de ese mismo año.
Durante varias semanas de julio y agosto ha tenido lugar en el cementerio de Navalmoral de la Mata la apertura de una fosa común y la exhumación de los restos de, presumiblemente, víctimas de la represión franquista más temprana: la acaecida inmediatamente después a la toma de esta localidad por el bando sublevado en agosto de 1936. Las víctimas de la represión extrajudicial, es decir, sin juicio previo, que se registran en Navalmoral fueron asesinadas entre agosto y final de otoño de ese mismo año.
Esta exhumación supone un soplo de esperanza para los familiares de estas personas, que en muchos casos llevan más de 80 años esperando para saber dónde se encuentran los restos de sus padres, madres, abuelos o abuelas, para poder darles una sepultura digna. En otros muchos casos, el paso del tiempo ha borrado el recuerdo y el rastro que hubiera permitido identificar a todas las víctimas, que no solo se encuentran en esta fosa, en la que se han exhumado los restos de seis personas represaliadas y una séptima que está por confirmar gracias al análisis antropológico que se está realizando.
El Proyecto para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (Premhex) de la Universidad de Extremadura, coordinado por Candela Chaves, que está llevando a cabo esta tarea, para así tratar de recuperar la memoria de quienes fueron borrados
Con este artículo queremos hacer un llamamiento a quienes tengan familiares que sufrieron persecución por el franquismo durante la Guerra Civil o en el periodo inmediatamente posterior, o bien tengan conocimiento de estos hechos, para que se pongan en contacto con el Proyecto para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (Premhex) de la Universidad de Extremadura, coordinado por Candela Chaves, que está llevando a cabo esta tarea, para así tratar de recuperar la memoria de quienes fueron borrados. Muchas de las víctimas no fueron solo familias moralas, sino también de pueblos de la zona de alrededor que fueron fusiladas en el cementerio de Navalmoral, en la antigua cárcel y en otras zonas de la localidad morala. Sus cuerpos fueron abandonados en las fosas comunes o en cunetas sin ninguna identificación o registro.
También queremos rendir homenaje a quienes sufrieron esta violencia en sus carnes como precio por defender la posibilidad de avanzar hacia un país más igualitario, justo y democrático; una violencia que se llevó a cabo de forma masiva, sistemática y premeditada con la intención de eliminar a una parte de la población a la que se identificaba como contraria a ciertos valores respecto a la idea de España, de Dios o de la propiedad privada. Sus asesinos y el sistema de privilegios que levantaron siguen hoy presentes en nuestro país con estructuras de poder herederas de esa violencia. Por si esos elementos menos visibles no resultasen suficientes, aún quedan muchas localidades, como Navalmoral, donde es bien poco lo que se ha hecho por limpiar sus calles de vestigios que honran a estos criminales como grandes hombres de la patria.
Las mujeres fueron represaliadas por su compromiso y defensa de libertades y progreso, buscando y trabajando por un bien común
No podemos dejar de mencionar que, pese a nuestros esfuerzos, no hemos encontrado para este texto testimonios o fuentes que nos hablasen de lo que ocurrió en Navalmoral con las mujeres que también sufrieron la persecución del franquismo en tanto que demócratas, sindicalistas, republicanas o tan solo por el hecho de ser mujeres. Con ello no queremos decir que no las hubiera, sino llamar la atención sobre su ausencia en parte de la investigación historiográfica y animar desde aquí a que se dediquen medios para reconstruir también esta parte de la historia. Las mujeres fueron represaliadas por su compromiso y defensa de libertades y progreso, buscando y trabajando por un bien común. Su militancia, su actuación y actitud, en cualquier grado, de defensa de derechos hizo que fueran demonizadas y castigadas por el reaccionario franquismo desde el inicio de la guerra. De ahí que también fueran asesinadas y condenadas por tener una vinculación emocional y familiar con represaliados y represaliadas.
Los nombres olvidados
Uno de los represaliados por el franquismo que hemos conocido a través de un reportaje de La Sexta es Epifanio Blázquez. Trabajador de una finca, que fue denunciado por el administrador de esta acusado de requisar ganado y de ser marxista. En el Consejo de Guerra celebrado contra Epifanio fue calificado como “de pésima conducta moral y político-social, perturbador y peligroso”. Gracias a ese juicio, sabemos qué le pasó a Epifanio y a sus tres compañeros. Fue fusilado en un cruce la misma noche de su detención, y su cuerpo nunca se entregó a sus familiares, que han tenido que vivir todos estos años viendo de cerca la impunidad de la que han gozado quienes cometieron ese crimen. Ahora, 84 años después, su hijo Leonardo espera que, con la exhumación de la fosa del cementerio de Navalmoral de la Mata, pueda recuperar los restos de su padre para enterrarlos junto a su madre.
También es buscado por sus familiares Adolfo Aquilino, factor ferroviario, quien desapareció cuando contaba 29 años. Entre los meses de agosto a octubre de 1936 fue secuestrado por miembros locales de Falange. La exhumación llevada a cabo pretende averiguar si también fue asesinado y enterrado allí, ya que, hasta ahora, su familia solo ha podido contar con una versión oficial que dice que fue llevado a la cárcel de Cáceres. No se sabe más. Es a través de los testimonios de algunos vecinos como se ha podido reconstruir su historia hasta situarla, posiblemente, en esta fosa o en las fosas que se ubicaron detrás de la cárcel de Navalmoral.
Si bien buena parte de los casos de represión están ligados a la venganza por una militancia izquierdista previa, hay otros de los que se desconocen las razones
De ser así, sería otra de las víctimas de una violencia ejercida por vecinos militantes de Falange del mismo Navalmoral o de localidades cercanas; una violencia cuyo nivel de intensidad ya fue señalado por las propias autoridades militares franquistas al reclamar que dejasen de llevarse a cabo detenciones sin su autorización previa.
Memoria histórica
Verdugos conocidos: la represión fascista en Montijo en 1936
Un escrito anónimo dejado en la puerta del autor detalla los nombres y los apellidos de la represión franquista en las calles de Montijo.
Si bien buena parte de los casos de represión están ligados a la venganza por una militancia izquierdista previa, hay otros de los que se desconocen las razones. Es el caso de José García Sánchez, de 26 años en el momento de su desaparición. Por la historiografía existente, parece ser que perteneció a la CNT aunque no está confirmado. Estaba casado y tenía una hija de diez meses de edad. De él se sabe la fecha exacta de su fusilamiento: el 3 de agosto de 1936. Sin embargo, este dato lo ha conocido la familia posteriormente, ya que en su momento solo contaban con los rumores y la afirmación oficial de que se había ido de expedición. Es precisamente cuando va a la cárcel a llevarle el desayuno a su marido que, Felisa, su mujer, se entera por el comentario de una vecina de la suerte que ha corrido su marido:
—¿A dónde va, Felisa?
—A llevarle el desayuno a José.
—Pero ¿no te enteraste de los disparos anoche? José ya no va a necesitar desayuno.
Y así es como Felisa Porras se enteró de que habían fusilado a su marido.
Ahora, son su hija Pilar y su familia quienes luchan sin descanso por averiguar el paradero de José. No son pocas las opciones, ya que se sabe que las personas que fueron ejecutadas en circunstancias similares muchas veces eran arrojadas al río Tajo o a otras fosas que presuntamente pueden existir en distintas ubicaciones del pueblo, cerca de cunetas. Sin embargo, tienen la esperanza, como el resto de las familias en busca de sus antepasados, de que los suyos se encuentren en esta primera fosa que se abre en Navalmoral.
A ello hay que sumarle que, generalmente, estas familias fueron señaladas y marcadas como indeseables, privadas de sus formas de sustento y expoliadas en sus posesiones o riquezas, en el caso de disponer de alguna
La corporación municipal morala electa el 16 de febrero de 1936 sufrió las represalias que se vieron por todo el territorio español contra los cargos políticos republicanos que tuvieron la mala fortuna de caer en manos de los sublevados. A diciembre de 1937, un informe de las autoridades franquistas daba cuenta de la situación de cada uno de los ediles. Todos ellos estaban detenidos, desaparecidos o fusilados. Todos adscritos al Partido Socialista, a Izquierda Republicana, o independientes. Quienes figuran como detenidos fueron, en su mayoría, finalmente ejecutados. Al igual que quienes aparecían como “desaparecidos” —eufemismo muy común para quienes sufrieron esta represión, muestra de la intención de ocultamiento de la verdad y de tortura psicológica hacia sus familiares y su entorno—, se vieron entonces en la terrible situación de desconocimiento sobre lo sucedido con sus seres queridos. A ello hay que sumarle que, generalmente, estas familias fueron señaladas y marcadas como indeseables, privadas de sus formas de sustento y expoliadas en sus posesiones o riquezas, en el caso de disponer de alguna.
Domingo Quijada, historiador y cronista oficial de Navalmoral, explica en su obra Nombres y represión franquista que los lugares escogidos para las ejecuciones en este municipio tenían un doble fin. Para aquellos casos en los que no interesaba demasiado que se conocieran por no haber una motivación suficiente, se utilizaban los puentes de Almaraz y Bohonal como forma de hacer desaparecer rápidamente los cuerpos. Para aquellos otros cuya intención era la de servir de escarmiento, las ejecuciones tenían lugar en espacios bien visibles, como la vía del tren, las traseras de la cárcel o el camino hacia Millanes.
De toda esta represión hacia las personalidades políticamente significadas es interesante señalar la historia de Ignacio Mateos Guija. Este futbolista del Moralo C.F. se convirtió, al comenzar la guerra, en el líder de Alianza Republicana en Navalmoral. Al triunfar el golpe en la ciudad de Cáceres, el entonces presidente del gobierno José Giral intentó frenar el levantamiento y llamó a la lealtad de las tropas cacereñas. Para ello, nombró a Mateos Guija gobernador civil de la provincia, quien se dirigió con el indicado objetivo a las tropas sublevadas, que partían entonces en su busca y captura, a la vez que reunían a falangistas por el camino. Con la toma de Navalmoral por los sublevados, Mateos Guija tiene que huir, y consigue hacerlo con la ayuda del barrendero Juan Nieto, quien lo llevó en su carro de paja hasta Talavera de la Reina.
De toda esta represión hacia las personalidades políticamente significadas es interesante señalar la historia de Ignacio Mateos Guija. Este futbolista del Moralo C.F. se convirtió, al comenzar la guerra, en el líder de Alianza Republicana en Navalmoral
La vida de Ignacio continúa y es digna de los mejores relatos de aventuras. No obstante, la represión puesta en marcha contra él, al no alcanzarle, se ceba con su familia. Su padre, sus tíos y sus hermanos son detenidos y fusilados casi todos. No les salva siquiera ser simpatizantes de la derecha o militantes monárquicos, como era el caso de su padre.
Hombre volcado con el progreso de Navalmoral y decidido impulsor de la reforma agraria en la región fue también Ramón González Cid, primer alcalde republicano de la localidad y concejal en las corporaciones siguientes. Miembro de Izquierda Republicana, fue nombrado presidente de la diputación de Cáceres tras las elecciones de febrero de 1936. Con el estallido de la sublevación, acudió a Cáceres a “cumplir con su deber”, según sus propias palabras. Allí fue detenido y fusilado junto al alcalde de Cáceres el día de Navidad de 1937.
Hemos mencionado antes la penosa situación que sufrió la corporación municipal morala cuando el pueblo cayó en manos franquistas, pero queremos detenernos un momento en la figura de Victorio Casado Fernández, alcalde en ese momento. Ferroviario, socialista y presidente de la Federación Obrera local, combatió junto al ya mencionado Ignacio Mateos. Más tarde, consiguió huir y llegar a Madrid, donde se incorporó a las milicias extremeñas y, posteriormente, ejerció como comisario político. Al finalizar la guerra, fue detenido y fusilado.
A todos ellos se les debe sumar numerosos casos de otros trabajadores, ferroviarios, sindicalistas y cualquier persona comprometida con los valores demócratas y republicanos
Figura reseñable fue también Juan José González de la Calle, quien llegó a ser magistrado del Tribunal Supremo y presidente de la Audiencia Territorial de Madrid. Cuñado del fugaz presidente del gobierno José Giral, fue fusilado en Madrid al terminar la guerra.
Otros de esos nombres son los de Constancio López Gallego, farmacéutico fusilado en Cáceres; Urbano López Vallejo, concejal antes de la República, ejecutado en el puente de Almaraz junto a sus hijos; Jesús López Vicente El Chuli, líder de las Juventudes Libertarias de Navalmoral y fundador del Ateneo Libertario, quien logró huir hasta Alicante, donde fue capturado para ser luego fusilado en Madrid junto a Victorio Casado. A todos ellos se les debe sumar numerosos casos de otros trabajadores, ferroviarios, sindicalistas y cualquier persona comprometida con los valores demócratas y republicanos. Tampoco podemos dejar de nombrar a Santiago González Martín, quien acabó en el campo de exterminio nazi de Gusen, de donde no salió jamás.
84 años han tenido que pasar para que se comience una investigación que aborde el esclarecimiento de lo que realmente ocurrió en Navalmoral. Hoy en día, la localidad sigue incumpliendo la Ley de Memoria Histórica al mantener numerosos ejemplos de simbología franquista, a pesar de los requerimientos del Ministerio de Justicia que se vienen dando desde 2019 para que cambie sus calles y vestigios franquistas. Esta exhumación es un más que esperado paso de gigante, pero mientras sigamos manteniendo calles en honor al General Queipo de Llano, Calvo Sotelo, Onésimo Redondo o a la bien conocida Cruz de los Caídos, la memoria democrática de nuestro pueblo seguirá estando en el olvido.