Opinión
El contrato de prácticas y otras formas de explotación

Los estudiantes universitarios se ven sumidos en un injusto sistema de prácticas que les obliga a trabajar gratis y de forma precaria
becario sombra empresario
Los becarios son condenados a un trabajar gratuitamente Susana Martínez
22 ene 2022 08:00

Con el mes de diciembre, en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) llegaba el momento de decidir si los alumnos queremos realizar unas prácticas en empresa para el segundo cuatrimestre. Revisando el listado de destinos ofertados, y salvando un par de casos que ofrecen una pequeña, que no digna, retribución económica, las condiciones son las mismas: 0€ por trabajo realizado.

Es algo que no me pilla de nuevas, ni a mí ni a ningún estudiante. En verano estuve como becario en un medio vizcaíno y tuve la suerte de que me pagasen 400€ al mes. Digo suerte ya que es mucho más de lo que otros compañeros pueden decir porque se pasaron el verano trabajando gratis, pero dista mucho de un sueldo digno por una jornada de siete horas diarias.

Sin embargo, en clase, en la facultad, entre otros amigos universitarios y en la sociedad en general esta situación se ha normalizado. Todos damos por evidente e incluso lógico que los estudiantes no recibamos ni un euro por el trabajo en prácticas. En ocasiones cuando expreso mi malestar por esta injusticia, por haber pasado el verano entero cobrando poco más de 2€ por hora, me miran como si fuese un niño caprichoso, como si pidiese demasiado por reclamar un salario medianamente digno.

“Todos damos por lógico que los estudiantes no recibamos ni un euro por el trabajo en prácticas”

"Te lo pagan enseñándote el oficio”, me han llegado a decir y en parte es verdad y en parte no. Cuando estuve pasando siete horas, y en ocasiones nueve, en una redacción, mis instructores tan solo supervisaban el trabajo para que se correspondiera con la línea ideológica del medio y las cuestiones estilísticas, el resto del trabajo lo hacía yo.

Me atrevería a decir que trabajaba más incluso que algunos de los redactores con una nómina fija que como mínimo triplicaba mi salario.  Y es que una vez el becario aprende el funcionamiento básico de la empresa, realiza la labor de un trabajador más, pero en peores condiciones.

Unas que tan solo perpetúan un sistema injusto en el que por estar formándote tu mano de obra no vale nada. Un sistema en el que el tiempo y el esfuerzo de un estudiante no es suficiente como para valer dinero. Una estructura bien organizada por la que el patrón consigue mano de obra gratuita mientras que el obrero tiene que agachar la cabeza una vez más.

Es tal la magnitud de este conglomerado que desde que entramos en la universidad nos repiten la importancia de las prácticas curriculares, te introducen en esta rueda y cuando abres este melón, se justifican diciendo que todos han pasado por ello. No negaré la verdad de esta afirmación, son útiles, ganas destreza y práctica, pero ¿es justo trabajar gratis? La última respuesta que he recibido a esta pregunta en un proceso de selección en una empresa de mucho renombre es que trabajar en ella era “la gran oportunidad”. Tenía razón, pero de momento las etiquetas del súper llevan números y no nombres

En una ocasión, un exalumno de la facultad dio una charla contando su experiencia como periodista. Él trabajaba en una cadena de televisión y contó que antes de llegar ahí realizó prácticas en una empresa donde para ascender tuvo que mantenerse disponible las 24 horas del día, sin horarios definidos.

Con su discurso animaba a luchar por los derechos del estudiante y el trabajador, pero esto quedaba eclipsado por su palabrería sobre formarse en cualquier tipo de condiciones, luego ya si eso llegaría el momento de reclamar una mejor situación.

Él, los profesores y la universidad-que oferta unas prácticas cuanto menos precarias- ayudan a que este sistema se sostenga. Crean expectativas e ilusiones sobre de la idea de un contrato indefinido si tu trabajo es lo suficientemente bueno durante las prácticas, perpetúan la meritocracia.

La realidad es otra. De acuerdo con los datos del SEPE, durante el año 2021 ha habido 106.486 contratos de prácticas o formación. De estos, hasta el mes de noviembre tan solo un 21% se convirtieron en contratos indefinidos.

“De acuerdo con los datos del SEPE tan solo un 21% de los contratos de prácticas o formación se convirtieron en indefinidos”

La realidad es que los contratos en formación con bajos sueldos pocas veces se convierten en una situación laboral estable. Normalmente, llevan a otro trabajo temporal por tu excelente labor, hasta que llegan al tercer y último posible contrato de prácticas, entonces es un tercer strike y fuera.

Sin ir más lejos, una compañera de clase lleva dos contratos de prácticas en la misma empresa sin ninguna remuneración económica. Tan solo puede firmar uno más bajo estas condiciones, ¿qué pasará después? ¿La harán indefinida? Por los antecedentes de la empresa, la respuesta es no.

Como ella una joven de 30 explicaba el pasado julio a un diario de renombre cómo tuvo que pasar por tres empresas distintas hasta llegar a una en la que le hicieron un contrato indefinido. Aunque llegó tarde, ella se había pasado la mayor parte de su vida en unas pésimas condiciones laborales que habían erosionado su salud mental y lo dejó.  Porque la conciliación entre trabajo y estudios puede ser difícil, pero sumándole unas malas condiciones laborales y la situación personal de cada uno, se hace imposible.

Pero a pesar de todo esto el sistema sigue en pie por un requisito básico en las ofertas de trabajo: la experiencia laboral mínima. Frases como: “Mínimo 1 año de experiencia en el sector son las que hay entre sus condiciones. Esto se convierte en el empujón perfecto para que los estudiantes nos aboquemos a trabajos precarios con salarios precarios.

Sin embargo, nadie se alarma por ello, todo el mundo lo ve normal porque eso es lo que quieren: seguir hacer girando una perfecta rueda de prácticas no remuneradas. Un sistema que favorece al capitalismo que busca mano de obra gratuita.  Yo por mi parte no lo haré. No trabajaré gratis, mi tiempo y mi trabajo valen dinero, no los regalaré. Tampoco lo hagas tú y si lo haces, que sea a ti mismo.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra na túa conta.

Relacionadas

Educación
Policialización del ámbito educativo Haciendo frente a la policialización del ámbito educativo
Ante la creciente normalización de la presencia policial en espacios educativos, emerge una reflexión sobre las formas no punitivas de hacerse cargo de los conflictos escolares
Educación
Opinión Voces desde el aula: la huelga asturiana como grito por la educación pública
Hace una semana se desconvocó la huelga de Educación en Asturias y el silencio volvió. Nos callaron con un caramelo que se deshace en la boca, con palabras bonitas y promesas de un futuro mejor
Laboral
Empleo público CGT denuncia que España pretende remitir a Europa “una versión sesgada” de la temporalidad para evitar multas
El sindicato ha enviado un informe a la comisaría europea de Empleo para evidenciar “el uso interesado y excluyente” de los datos reales para crear una imagen “falsa” del cumplimiento de la normativa
Medio rural
Medio rural A esperanza da xestión colectiva fronte ao espolio: os comuneiros de Tameiga contra o Celta
Mentres varios proxectos industriais tentan privatizar e destruír os ecosistemas galegos, algúns grupos de veciños e veciñas organizadas fan oposición social construíndo alternativas comunitarias. Ás veces, tamén gañan ao xigante.
Ourense
Ourense Ourense organízase para loitar contra patrullas de extrema dereita nos barrios máis empobrecidos da cidade
A veciñanza e os movementos sociais responden ao discurso do medo promovido por Frente Obrero e sinalan a súa estratexia de criminalizar a pobreza e sementar odio en contextos de exclusión e abandono institucional.
O Salto medra contigo
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar Altri
Queremos investigar os responsables políticos e empresarias do que podería ser o maior atentado ambiental da historia recente de Galiza.

Últimas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
A Catapulta
A Catapulta O tempo, o espazo e a poesía de Estíbaliz Espinosa
A poeta visita A Catapulta para conversar sobre o seu traballo e a súa traxectoria literaria

Recomendadas

Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Culturas
Erika Lust y Sara Torres “El deseo tiene una potencia inagotable para transformar la realidad si lo liberamos de las normas”
Sexo, deseo o ética del placer son algunos de los temas que hilan la escritora Sara Torres y la productora de cine porno Erika Lust en ‘La abundancia del deseo’.
Medio ambiente
Medio ambiente Iberdrola proxecta un parque eólico que pon en risco un dos maiores xacementos fortificados de Galiza
A Xunta vén de declarar a utilidade pública para o parque eólico Castro Valente, a pesar de que a súa construción está suspendida cautelarmente polo Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.