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Punk
“El mundo de la música es muy precario y mafioso, te das cuenta cuando ves cómo se mueve el dinero público”
Natacha se han ido haciendo cada vez más conocidos en la escena de la música alternativa de Extremadura por sus letras críticas, divertidas, filosóficas, bizarras… inclasificables. Todo eso está en su disco Pectum Excavatvm (puede escucharse y descargarse). Lo han hecho ellos mismos, de forma autogestionada.
Su nuevo disco abordará en buena medida “la crisis de los 30”: las relaciones con los padres, cómo nos relacionamos, las amistades perdidas por el camino, aquellos tiempos de bendita felicidad adolescente. Decir que hacen punk sería muy impreciso, en Natacha hay folk, jazz, cumbia, coros y canciones románticas. Lo de Natacha no tiene nombre. Hablamos con Tacho y Nano, en un domingo soleado de finales de agosto, sentados en un sillón al aire libre en el Centro Social Okupado Autogestionado “La Algarroba Negra” de Badajoz, su ciudad.
El 26 de octubre tocan en Madrid junto a Zero azúcar, en el CSOA La Discordia (Opañel, Plaza Elíptica) en un evento por Palestina.
En Natacha estáis haciendo todo Do it yourself (DIY, “hazlo tú mismo”) desde el principio, ¿por qué? ¿Fue una elección o hacer de la necesidad virtud?
Tacho: Sobre el DIY quien ha tenido las ideas más claro es Nano. Algunas referencias del DIY pueden ser a nivel local pero creo que hay muchas que se cogen de fuera. Aunque no estás allí viviendo y por tanto evidentemente no es lo mismo, hay ideas o formas de hacer las cosas que te llegan de otros puntos del Estado español o de gente que hemos conocido por Europa, o de movimientos, escenas y bandas de Estados Unidos. Con el tiempo, he ido aprendiendo a discernir hasta qué punto merece la pena tocar para según qué proyectos o personas que lo mismo te están utilizando. De hecho, pasa mucho en la música o incluso en el mundo del arte fuera del DIY, ciertas instituciones que van del rollo con lo de “queremos hacer cultura” te ponen unos medios a tu disposición y se genera una idea de lo que es ser profesional, a la vez que por otra parte, instituciones te malpagan o son unos mafiosos. Natacha llegamos a un pacto, queremos hacerlo de esta manera, Do It Yourself, y a donde nos lleve. Dijimos “a ver qué hay en esa linea en Extremadura, en el Estado español y Portugal, que es donde nos movemos”… y al final había un montón de cosas. Pero es importante tener esa perspectiva clara, qué estás haciendo y desde donde, para proteger un poco esa ética de por qué haces las cosas cómo las haces. Por contra, esa desesperación de “quiero tocar donde sea y quiero reconocimiento”... habría que ver de dónde viene ese deseo…
Como grupo queremos ser un sujeto contracultural. Si las instituciones no ayudan a los grupos, queremos demostrar que podemos montárnoslo por nuestra propia cuenta y no nos hacen falta esas instituciones
Música
DIY: hazlo tú mismo
¿Entra el DIY musical en el mismo saco que el bricolaje casero y los trucos de cocina? ¿Hay que gritar mucho y vestir de negro para ser parte de eso del DIY? ¿De qué hablamos cuando hablamos de hacérnoslo nosotros mismos? Pasión por el ruido, ingenio y capacidad de supervivencia para mantener una comunidad subterránea en la que se grita alto son algunas notas que ayudan a dar respuesta a esas preguntas.
Nano: Tampoco somos unos adalides del DIY, pero nos ha venido por eso. Dentro del grupo cada uno tendremos nuestras ideas, pero como grupo sí queríamos ser un sujeto contracultural. Si las instituciones no ayudan a los grupos, queremos demostrar que podemos montárnoslo por nuestra propia cuenta y no nos hacen falta esas instituciones. Que mañana llega alguien y nos dice “os ofrezco para grabar el disco”, o alguien que lleva grupos y gestiona giras y sabemos que es gente de nuestro rollo, pues gestionar giras es un tedio, si hay alguien que comparta nuestra nuestra visión de este mundo pues de puta madre, eso es también comunidad. Hay gente que lo que le mola es tocar música, gente que le mola gestionar, gente que le mola sacar grupos de música que le molan, son piezas que se sustentan unas a otras. Siempre que nos sintamos cómodos, lo aceptaremos.
Muchos músicos consideran el punk un trabajo como trabajar en el burger, o en un call center, en vez de estar poniendo hamburguesas están levantando la cresta y gritándole a un micrófono
T: Lo que se llama Do it together, hacerlo con gente que comparte tus ideas y está haciendo cosas en otros sitios, haces vínculo con ellos. Nunca ha pasado que el Ayuntamiento de Badajoz nos llame para nada. Ya pasa, que las bandas por moverse en ciertas escenas o vincularse con ciertos movimientos, ciertas administraciones digan “a estos no los traemos”. Creo que hay una docilidad que tiene que ver con lo que haces encima del escenario, cómo comunicas o las propias letras de las canciones.
Por otra parte, ciertas músicas, como el rock o el punk puedan estar asimiladas culturalmente, entonces hay instituciones que las quieren tener en sus escenarios. Por eso decía lo de la docilidad. El punk puede ser asimilable en según qué instituciones pero siempre que sean gente decente. Vale, ¿entonces de que estamos hablando? “Haz lo que quieras con tu arte pero no te salgas del tiesto”.
N: Muchos músicos consideran el punk un trabajo como trabajar en el burger, o en un call center, en vez de estar poniendo hamburguesas están levantando la cresta y gritándole a un micrófono.
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Cultura e industria “¡Vendidos!”, la acusación que traumatizó a los músicos de la generación X en los años 90
T: Si tú con 14, 15 o 16 años lo que conoces es el Viña Rock y tu referente del punk es Boikot, que ganan un montón de pasta con la profesionalización del punk... Puedo entender a mucha gente para la que esta es cultura underground o de periferia porque no hayan conocido otras cosas, o si ha habido algunas señales por el camino no ha cuajado, no las han sabido interpretar. La ética va de eso, no hay alguien que te dice “así se hacen las cosas”, tú ves cómo hacen las cosas diferentes personas o grupos y empiezas a aprender por observación, y cuando no lo has tenido en tu entorno es muy difícil. Por eso creo que es importante explicar por qué haces las cosas como las haces, y la gente que intenta hacer las cosas de otra manera intenta hacerlo muy explícito. Eso de “tengo que conseguir esto en este tiempo porque si no he fracasado”, mejor asume que has fracasado desde el principio y así te quitas de tonterías. En un mundo en que tener éxito es algo súper retorcido… también entiendo que para muchas bandas en zonas en las que no hay muchas oportunidades o conciertos, con esa desesperación de no poder tocar, si te ofrece algo un Ayuntamiento... Yo mismo a nivel individual he tocado en mil mierdas en las que con el tiempo he dejado de participar.
Creo que hay una docilidad que tiene que ver con lo que haces encima del escenario, cómo comunicas o las propias letras de las cancionesMÚSICA: ¿A QUÉ HUELE NATACHA?
¿Cómo es vuestro proceso creativo al componer las canciones?
N: Para hacer las canciones, Tacho normalmente escribe la letra y me pasa a mí una pequeña demo, con una melodía de guitarra simple y la voz, yo le cambio algunos acordes, le meto lo que a mí se me ocurre de batería con un programa muy simple y lo mando al grupo de wasap. Tacho decide si está guay, Arturo le mete su linea de bajo y Pedro le mete su guitarra o si hay trompeta. Ha habido otras veces que Pedro ha escrito la canción. Al final yo me dedico a producirla.
T: También has escrito algunas canciones.
El punk rock tiene ese sentido, que te pone al límite, te hace daño, te desestructura la vida y así... y sin embargo es una fuente de placer, de conocimiento, de gente que conoces. Al final es una cuestión de potencia y de placer
Música
Música Los años bárbaros: el punk en Extremadura
N: Yo hago de productor y les digo a los demás qué tocar, de manera inquisitiva (risas), yo soy el jefe.
T: Eso es importante también, hay gente que piensa románticamente que todo debería hacerse con una tremenda horizontalidad. A mí me puede gustar mucho la propuesta de Nano, pero a veces me cuesta cantarlo porque cantar y tocar la batería a la vez es difícil. Cada uno va generando una autoridad, digamos natural, en base a lo que hace, pero a mí nadie me dice “quita esa palabra”. Cada uno tiene una perspectiva, unas habilidades, un bagaje, en base a eso yo puedo conocer y utilizar ciertas cosas que he leído, de referencias políticas y Nano tiene un bagaje de punk rock y más allá, de cualquier estilo. Para mí la palabra es agenciamiento, hacerlo tuyo para utilizarlo, o vínculo. No es tanto una voluntad de “queremos hacer esto en concreto”, es más bien una deriva, yo cojo este poquito de ti, nos dejamos afectar mutuamente. Estos términos me sirven para huir de la moral, del bien y el mal y de esa idea de “como se hacen las cosas”.
De alguna manera eso se siente en el cuerpo, en los momentos. Cuando ves que con cuatro acordes y cuatro versos hay algo bueno… eso es porque no se ha ido generando aleatoriamente sino que tiene una historia, un desarrollo. Y yo no tengo necesidad de cuestionar ciertas cosas que se hagan en la banda, lo dejamos estar y vemos qué va saliendo. También puede pasar que grabes algo de una manera y luego en directo hemos decidido tocarlo de otra. Cada uno aporta en función de lo que le surge en cada momento, no jugamos a que en cada tema tengamos que poner todos una parte. También podríamos hacer una canción sin batería.
N: Sí, Tacho es prescindible (risas)
Sin voz ni batería, solo gritos, que es la filosofía de Natacha.
N: Yo a veces me he sentido “os estoy diciendo a todos qué hacer” y no me gusta estar aquí de terrateniente.
T: Las instituciones y la sociedad en ese sentido autoritario son una mierda que nos jode la vida, pero los roles de poder consensuado son algo que puede dar mucho placer. Para mí, el punk rock tiene ese sentido, que te pone al límite, te hace daño, te desestructura la vida y así... y sin embargo es una fuente de placer, de conocimiento, de gente que conoces. Al final es una cuestión de potencia y de placer. Es asumir el riesgo de que puede haber rifirafes pero sabes que hay una base de afinidad. Respetando mucho también lo personal y esa diferencia que puede haber, no somos todos iguales. Y sobre esto del punk y los roles, eso de “qué malos son los roles y la violencia”, ¡y una mierda! La violencia es mala cuando viene de instituciones, pero la autodefensa o la violencia consensuada a mí me parece una perspectiva muy liberadora.
Se me partía el alma viendo la cultura de festejos en los pueblos, el mafioseo entre representantes de orquestas (que ganan miles de euros mientras los músicos se desloman por cobrar unos 100 euros) y cargos políticos y gastos en “cultura”
También la música le da una potencia a las letras al expresar ciertas cosas, al final una canción tiene cuatro párrafos y tenéis que condensar esas ideas mucho más que si escribierais un texto. Y por ello la música tiene que estar en consonancia con lo que se intenta transmitir, ya sea la batería metiendo caña o la trompeta si el tono tiene que ser épico, o sentimental, o introspectivo. ¿Eso va siempre unido a lo que está escrito?
T: Yo más allá de juntar cuatro acordes, en lo que más me implico es en las letras, y en la voz digamos, en la interpretación. Pero a nivel personal, escribir es una cosa que me gusta mucho desde hace mucho tiempo y ahí es en lo que pongo más ganas. Luego me desligo de eso y Nano monta la canción a partir de ahí.
N: Cuando tengo que orquestarlo por así decirlo, soy muy fan de las letras de Tacho. De hecho escribo menos letras desde que empecé a escuchar sus letras. No es una cuestión de “esta letra es más oscura, vamos a hacer la melodía más oscura”, es más “esta me recuerda a cierto grupo que me mola” y al final copio sin éxito a esos grupos que me molan, con lo cual como no hay éxito, al final no suena a esos grupos y suena Natacha. Eso es Natacha.
T: A nivel artístico yo creo que es eso, te va influenciando mogollón de música y luego tienes una mochila con herramientas para resolver las canciones de mil maneras.
Aprovecho para preguntaros por vuestras influencias, tanto personales como las que conforman el sonido de Natacha.
N: Yo creo que al principio, Accidente, Neutral Milk Hotel, Against me!, AJJ, todo ese rollo de folk punk... Luego había otras que tenían ese punto político como Bad Religion, pero que no dejan de ser casi como multinacionales. Y había grupos que veías que lo que decían sí que se correspondía con lo que luego hacían, como estos que he dicho, o Jeff Rosenstock o Bomb the music industry!
Punk
Accidente: “Somos un grupo de punk, y el punk es rabia, inconformismo, cuestionarlo todo”
T: Yo gracias a Nano he conocido a muchas de estas bandas de EE UU, y luego he hecho inmersión en la parte discursiva, en ver de qué hablaban. Por ejemplo en AJJ, que las letras son políticas pero a la vez son muy cínicas, muy brutales y muy divertidas. Con The Dopamines o Against me! también pasa, tienen letras que nos han influenciado mucho y que hemos sentido que iban más allá de los clichés del punk. No es sólo decir “puta sociedad” o “estoy muy cabreao”, estás sacando de ese cabreo una parte irónica, estás provocando unas alegrías, unas risas, el mundo sigue siendo una puta mierda pero encuentras unos puntos de fuga. Tampoco es que con las canciones intentemos cambiar el mundo, pero sirven para replantearte cosas.
Mi compañero me dijo a las claras: “tú vienes de una tierra muy machacada, de una población doblegada, explotada, obligada a vivir en la miseria, de una tierra repartida entre señoritos que ni viven allí, de ser la colonia de España para sacar materias primas”. La verdad es que fue duro de escuchar
¿Por qué decidisteis hacer el tema “Himno” sobre Extremadura? Es una de las canciones que a la gente más le gusta, ¿cómo surgió?
T: La verdad es que no fue una decisión. Yo estaba viviendo en La Nave ESA, chapurreando con la guitarra y escribiendo letras y así salió, jugando, fue la primera canción que escribí, como un vómito dulce. Sí que tenía la intención clara de hacer una letra política, sobre Extremadura y su gente, la crítica y el odio a los señoritos y al caciquismo y una especie de “techo de cristal” ideológico que parece irrompible, es decir la manera en la que cualquier radicalidad política queda clausurada porque lo importante es ser bueno y no perder las formas, ser normal para que no se rían de nosotros. Por aquella época yo trabajaba haciendo medio playback con una orquesta, en negro por supuesto, y se me partía el alma viendo lo que es la cultura de festejos en los pueblos, el mafioseo entre representantes de orquestas —que ganan miles de euros mientras los músicos se desloman por cobrar unos 100 euros— y cargos políticos y gastos en “cultura”, la basura de cultura rancia, sacando las vírgenes a pasear, soltando vaquillas y acosándolas. Y mega estructuras de sonido para tocar de mentira la misma música que suena en la radiofórmula, ante un público que se da cuenta y bebe alcohol en el intento de disfrutar, y disfrutan... supongo.
Años antes de escribir esta canción, yo vivía en Madrid, estudié allí sociología. Hablando con un compañero, y viendo la potencia política que yo sentía en las personas de allí, en esa facultad tan politizada, al menos a mis ojos en aquel momento, le dije que yo no había conocido algo así en mi tierra, que yo sentía a la gente de mi tierra —y a mí mismo— mucho más dócil, con mucho más miedo, sin herramientas emancipadoras ni voluntad, ni perspectiva. Yo viví en Madrid durante la crisis que comenzó en 2008, pude ver muchas cosas que me impactaron mucho. Este compañero me dijo a las claras: “Pero es que tú vienes de una tierra muy machacada, de una población doblegada, explotada, obligada a vivir en la miseria, de una tierra repartida entre señoritos que ni viven allí, de ser la colonia de España para sacar materias primas y poco más”. La verdad es que fue duro de escuchar, pero agradezco mucho cuando puedo hablar con gente que vive en otros lugares y saber cómo perciben nuestra tierra. Creo que se resume bastante con la idea del orgullo del jamón ibérico y el tomate como símbolo regional. No podemos tener el orgullo de los yunteros tomando las tierras, aunque se reclame el 25 de marzo, hoy no tomamos tierras ni fábricas. Compartimos una imagen en las redes. Tenemos el orgullo de la dehesa, que para mí es un espacio de producción, una fábrica a cielo abierto, no un bosque ni un espacio natural. No tenemos raíces porque nuestras raíces son tierra quemada y cuerpos quemados.
Creo que si en una región eliminas un porcentaje de personas con pensamiento crítico, el resto se quedan tremendamente marcadas y se convierten en un minoría aterrada. No han pasado ni cien años aun de la guerra civil. Nos robaron precisamente a la peña más valiente, más atrevida. Nos dejaron el trauma
Y ese “Extremadura fue aniquilada”, ¿va por la miseria histórica? ¿por la matanza de Badajoz y ese miedo impuesto que dura hasta el presente? ¿Qué queréis decir con lo de “quema tu identidad”?
T: Extremadura fue una de las regiones más masacradas al comienzo de la guerra civil precisamente por el levantamiento de los yunteros, un hecho en el que parece que estuvo de acuerdo tanto la República como el régimen fascista de Franco, “a esta gente hay que pararles los pies”. Creo que si en una región eliminas un porcentaje considerable de personas con pensamiento crítico, el resto de personas así quedan tremendamente marcadas y se convierten en un minoría aterrada. No han pasado ni cien años aún de la guerra civil. Nos robaron precisamente a la peña más valiente, más atrevida. Nos dejaron el silencio y el trauma y nos dieron décadas después una democracia alegre y falsa como un anuncio de colonia. Yo creo que la rebeldía es algo que se enseña, que se transmite de generación en generación.
En Extremadura se dice que no hubo campos de concentración, pero los hubo, y con condiciones muy extremas. Asesina a una generación, mantén el miedo durante décadas, y a la altura del tiempo en que nacimos la gente de mi generación todo era del color de las pelis de Disney y ya nadie parece ver la cicatriz, que permanece silenciosa, ese es el tamaño de la atrofia de nuestra rebeldía. Cada 14 de agosto en Badajoz apenas llegan a 100 las personas que deciden salir a honrar a los y las muertas, asesinadas en masa. Es desolador el nivel de indiferencia. Para los poderes no somos más que ganado domesticado, somos cerdos que tenemos que dar las gracias porque comemos bellotas a cielo abierto, y mientras olvidamos que nuestro destino es el matadero.
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A 82 años de la matanza de Badajoz, continúa la desmemoria
Así que “quema tu identidad” hace referencia a eso, a que cualquier orgullo extremeño a día de hoy se me antoja ridículo porque somos una puta broma al lado de aquella peña que se levantó contra el poder —contra la República, y meses después fueron masacrados por los fascistas—, jugándose la vida, al menos aceptémoslo, asumámoslo. No tenemos capacidad de articulación contra la dominación que nos ha hecho ser lo que somos durante el siglo pasado, si es que somos algo o queremos serlo. Porque si hay algo que podamos hacer es dejar de creer en las identidades, en los poderes que se empeñan en configurarlas, y dejar de “participar” y de tener ilusiones en que llegará el día en que los caciques renunciarán a sus poderes y repoblaremos el territorio de árboles. Así las cosas, “¿cómo hacer?” parafraseando a Tiqqun, y si alguien quiere saber qué es eso, que lo busque en internet. Yo creo que lo mínimo que podemos hacer es mirar a otras latitudes e intentar aprender de otras gentes que en sus luchas por territorios, consiguieron o consiguen articular fuerzas, que resisten, es decir, como mínimo intentar leer y conocer. La canción se llama “Himno” irónicamente, para ver si se mueve aunque sea poco el coágulo que nos mantiene atrapados en esta embolia histórica que hemos heredado.
DESENTRAÑANDO LAS LETRAS DE LAS CANCIONES
Vengo bien documentado, con el fanzine Molar de corazón, que hizo Tacho.
T: ¡Bueno! la arqueología de Natacha
Me ha pasado leyendo el fanzine que me ha recordado a muchas canciones del grupo.
T: A mí me ha pasado leer ese fanzine a posteriori y darme cuenta de que años antes de que acabaran en canciones, habían salido esas ideas también y yo no había hecho esa relación. Por eso decía antes que tampoco es tan importante que racionalmente tengamos todo claro, hay mucho de cómo funcionamos, no sé si decir a nivel inconsciente o a nivel de momentos en los que vives ciertas cosas y te llevan a ciertas ideas, esas ideas pueden quedar más apagadas durante un tiempo, pero luego encuentras otro vehículo para expresarlas o hacer algo con ellas. Lo puedes vivir de una manera o de otra, pero yo siempre he tenido ese punto de querer entender y transmitir.
Es también una perspectiva o una forma de enfrentarse al mundo, que se ve también en algunas canciones de Natacha.
T: No es que yo tenga un conocimiento organizado, ni tengo un libro de didáctica, son más unas intuiciones, una señales que puedo dejar en el camino, no hay intención de solucionar nada. Cosas que a mí me han servido a otras personas puede que les sirvan, otros lo tirarán a la basura.
Tampoco es tan importante que racionalmente tengamos todo claro, hay mucho de cómo funcionamos, no sé si decir a nivel inconsciente, esas ideas pueden quedar más apagadas durante un tiempo, pero luego encuentras otro vehículo para expresarlas
Vamos con las letras de las canciones. En una decís “el uso variado de las máscaras es lo que nos hace libres”.
T: Cuanto menos ubicable seas más libre puedes ser. Aunque la libertad es un concepto que viene de la Ilustración. Es más interesante si en vez de pensarlo en términos de libertad lo piensas en términos de las afecciones, en términos más de Spinoza que de Descartes. Para sentir la vida como algo más genuino, para sentir los vínculos que haces con las personas como más propios, habría que dejar de tener tan claro quien eres o qué hay que hacer. Que muchas veces la gente se tratan (unos a otros) de maneras de mierda, y a veces es precisamente mientras piensa que está haciendo el bien o lo justo. Es como decíamos de la música, salirse del esquema, “métele a esta canción ritmo latino”, como también hace Agarulla, un grupo que hace una mezcla muy potente entre un discurso político, libertario, con cumbia, y lo hacen aquí en Extremadura.
¡Extremadura tropical! Vamos con la canción “Coaching”: hazte a ti mismo, la mejor versión de ti mismo, tú eres capaz de todo, aunque no tengas brazos ni piernas.
T: Lo cierto es que yo hice un curso de coaching. Lo cuento porque a día de hoy me parece divertido. El coaching tiene que ver con personas que tienen ciertas carencias o vulnerabilidades y este tipo de “filosofías” lo que hacen es decirte qué hacer. No el cómo, sino el qué. “Si haces esto, esto y esto tienes la clave” y la realidad es que eso para mucha gente no funciona y te están cobrando un dinero. Mi padre se suicidó en 2016 y meses después yo estaba en un punto débil y acabé precisamente en ese sitio, fue un poco aleatorio porque estaba en ese curso con gente que no tenía nada que ver conmigo. Pude sacar algunas ideas interesantes y me pareció que algunas de esas ideas también se pueden subvertir. Estos cursos lo que pretenden es individualizar, se supone que tratan de hacer sentir mejor a la gente pero lo primero que hacen es hacerte sentir en la mierda. “Hay gente que de verdad vive mal, tú eres la causa de tus problemas”. En realidad tendríamos que quitar el punto de responsabilidad individual de la mayoría de cosas que nos pasan en la vida. Me parece mejor rescatar lo bonito de esa potencia colectiva que no está diciéndole a nadie cómo tiene que hacer las cosas, hay una parte de la canción que es como un mantra que ironiza con eso. El “sí quiero, puedo” es aplicable a buscar trabajo o éxito, y sin embargo no se suele conjugar en plural: “si queremos podemos”… bueno, que también puede tener su lado chungo (risas).
El coaching tiene que ver con personas que tienen ciertas carencias o vulnerabilidades y este tipo de “filosofías” lo que hacen es decirte qué hacer, no cómo sino qué hacer
Lo que se llama locura es muchas veces simplemente gente buscando proteger ciertas maneras de estar en el mundo, y ahí a veces se asumen riesgos. Si una persona se autolesiona a lo mejor esa persona está buscando sentir algo porque ya no siente nada, y tener poder y control sobre su propio cuerpo y su propia vida, pero que una persona que está presa se dé cabezazos contra la pared... para nada creo que sea un loco, es una persona que está diciendo “antes muerto que ceder a esto”.
Culturas
El negocio de la felicidad, el fraude del siglo XXI
Eso dice la antipsiquiatría, gente como Basaglia, Laing o Cooper.
T: También ha habido muchas tribus indígenas que han preferido suicidarse colectivamente antes que acabar siendo un reducto de tipo zoológico para que vengan occidentales a verlos. Y luego estamos la gente que “estamos bien”, que somos explotables. Hay muchas otras personas que están en otras situaciones vitales, que a lo mejor no se pueden levantar de la silla o salir de casa, en parte habría que replantearse aprender de esas personas en ese hacer menos, salirse de la esfera pública, desistir de mantener ese statu quo de personas que “valen” y personas que “no valen”. Porque no queremos “valer”.
Y de paso quitar algo de poder a la esfera pública, a esa imagen falsa que se presenta como “la sociedad”.
T: Hace poco he leído una novela, Lectura fácil de Cristina Morales, que habla de ese mundo interior, de cómo sienten la vida las personas a las que la sociedad les está mandando un mensaje de “tú no vales, tú no estás bien”, y a la vez les dice “puedes hacer lo que te propongas, no hay barreras” y “todos podemos bailar”.
Eso es un poco doble vínculo.
Exacto. Poner a mucha de esa gente a trabajar o dar a entender que la dignidad es ser como son las personas “normales”... Pues ya está, la dignidad es ser esclavo, ese es el círculo que se pretende cerrar.
Literatura
Cristina Morales: “El ciudadano es el nuevo súbdito”
La novela Lectura fácil (Anagrama, 2018) aborda desde una perspectiva radical las posibilidades de rebeldía de las personas declaradas discapacitadas por el sistema neoliberal.
DISCOS, CONCIERTOS, PROYECTOS PARALELOS...
¿Cómo veis la relación de trabajar en la música respecto al trabajado asalariado? ¿Os gustaría vivir de la música?
N: A mí sí me gustaría, antes que currar en un call center o en hostelería... yo no tengo estudios, entonces prefiero vivir de la música o de hacer ilustración, que es otra cosa a la que me dedico. No a cualquier precio, claro. Pero si dando tantos bolos al año podemos malvivir, pues guay.
T: No es un objetivo ni nada así. Si llegara en algún momento, pues bueno. Fuera de Natacha, yo he trabajado haciendo música. Igualmente, ese mundillo es tremendamente precario y mafioso, cuando ves los dineros públicos cómo se mueven... Vivir de cualquier arte en el país que estamos es bastante complicado, todo el mundo dice “uy qué bonito”, pero es gente que está viviendo en una precariedad. Aunque toques en todo lo que puedas, vas a estar deslomándote mientras hay otro señor que está ganando quince veces más que tú por tener esos recursos o tal cargo público. Otra cosa es que yo prefiera esa precariedad a la otra. Si tuviera que sacar dinero de la música preferiría que fuera dando clase a gente más joven, pero me genera rechazo hacerlo desde una institución porque creo que las cosas se pueden transmitir de un modo más bonito. ¿Por qué nos metimos entonces en la música? Todos los caminos parecían horribles y este parecía un poco menos horrible.
Si Natacha fuera una persona tendría esa personalidad sesuda, pero también de sentirse pequeñita, otras veces introspectiva, otras de no saber qué hacer con su vida, otros momentos de ser pura fiesta, de olvidémonos de todo y vamos a gozárnoslo. Eso es un poco Natacha
¿En qué momento surge Natacha y por qué? ¿Qué inquietudes estaban detrás?
N: Empieza con nosotros dos, antes de que se llamara Natacha, Tacho tenía algunos escritos.
T: Desde pequeño he tocado la batería, tuve una lesión y a partir de ahí empecé a tocar también la guitarra y a compartir mucha música con Nano. Y de tocar juntos, empezamos a hacer temas, pero sin plantearnos de primeras montar una banda, sino “vamos a ir haciendo cosillas y a ver qué sale”.
N: Nos conocíamos desde hace mucho pero tampoco eramos íntimos y en esa época empezamos a coger más confianza, él tenía ciertas cosas escritas, algunas las escribía directamente con la guitarra, y otras veces con lo que estaba escrito yo hacía acordes y le metíamos la voz. También nos molaban muchos grupos que tocaban punk en acústico y luego sí que empezamos a plantearnos algo más eléctrico. Al principio él con la batería y yo con la guitarra, luego metimos bajista, hasta que ya con el disco pensamos en un segundo guitarra y en meter más arreglos.
T: En aquella época de empezar a hacer cositas juntos convivíamos en la Nave ESA, allí venían bastantes bandas a tocar y estando en ese entorno, viendo a todas las bandas que venían de distintos países, pensamos “qué guay poder hacer eso algún día, conocer a gente y poder irte por ahí a tocar”. Conocimos música en directo que aquí en Badajoz no podíamos conocer en ningún otro sitio. Ese pequeño núcleo que fue la Nave duró unos años y para nosotros fue muy motivante.
A nivel musical el disco es bastante alegre, bastante de fiesta, y las canciones son pegadizas. A un nivel de contenido lírico, contamos problemas sociales, pero como lo experimentamos cada uno. En el directo la gente se viene arriba
El que haya una comunidad a nivel musical da lugar o facilita que surjan mas grupos de música. ¿Para vosotros ha sido determinante compartir vivencias o una visión de las cosas, “queremos hacer este grupo para comunicar estas cosas”?
N: Yo creo que siempre ayuda, sin ser algo multitudinario, sino gente normal que a lo mejor tiene su trabajo aparte pero se ponen a tocar o que a lo mejor son colegas, o un grupo como los que veíamos que no ganan pasta pero que hacían todo el esfuerzo por ir a tocar a cualquier ciudad. Para nosotros ver eso fue una motivación. A mí me gusta pensar que lo es en general, o sea, ahora hay más grupos en Badajoz y hay chavales que son más afines a nosotros. Y mola ver que hay peña incluso más mayor que a lo mejor ve lo que hacemos y dice “vamos a montar nosotros también un grupo, esto no se debe ser difícil”. También mola hacer comunidad entre los grupos, viendo como se gestionan unos y otros. Pasaba también en la Nave, venían grupos y les preguntábamos “¿cómo lo habéis hecho para conseguir tantas fechas?”. Y de unos y otros se aprende.
Que haya comunidad siempre ayuda a que surjan grupos, gente normal que a lo mejor tiene su trabajo aparte pero se ponen a tocar. Para nosotros ver eso fue una motivación
Lo colectivo se expresa en vuestras canciones, y eso a su vez se expresa en los conciertos, que son una fiesta, hay momentos casi de catarsis, en canciones como “Filosofía primitiva”.
N: A nivel musical el disco es bastante alegre, bastante de fiesta, y las canciones son pegadizas. A un nivel de contenido lírico, contamos problemas sociales, pero como lo experimentamos cada uno. Y luego son canciones políticas pero a lo personal, creo que cada uno puede darle el significado que le convenga y entonces luego en el directo pasa que al ser pegadizas y con ritmos rápidos, la gente se viene arriba. Y metemos cagadas en algunos conciertos y en otras estoy borracho como un cura y me lo paso teta, o estoy con una ansiedad que te cagas y me he tomado dos orfidal pa relajarme y estoy blandito. Yo me pongo el micro de lado, no de frente, para verles a ellos (a la banda). Si Natacha fuera una persona tendría esa personalidad sesuda, pero también de sentirse pequeñita, otras veces introspectiva, otras de no saber qué hacer con su vida, otros momentos de ser pura fiesta, de olvidémonos de todo y vamos a gozárnoslo. Eso es un poco Natacha.
¿Cual ha sido vuestro mejor bolo?
N: Yo recuerdo uno en la Mercantil. Poco después tocamos en el Luis Aragofest, tocamos con Sudor, con Acuerdo y unas cuantas bandas más y nos hacía mucha ilusión, era un festival que yo seguía desde hacía tiempo. El último en Sevilla en la Sala Hollander estuvo muy bien, mogollón de grupos que me molan han tocado allí y es un aliciente que lo montara la gente de Andalucía Über Alles, que es un colectivo que admiro muchísimo.
T: A mí me moló mucho un concierto en una fiesta que hicimos entre colegas, porque me gustó mucho ver a Nano echándose la copa en el zapato y a continuación tirándose al público. Esto de que estás en una banda que ni siquiera sabes lo que va a pasar en el escenario porque los componentes están muy locos... algunos de esos conciertos más escondidillos están muy guays.
N: También uno de los últimos, en el Festivalba, estuvo guapo, acabé todo lleno de barro porque me tiré por el suelo. Me lo paso bien, la verdad.
¿Tenéis pensado salir a Portugal a tocar?
T: Lo tenemos pensado, pero ahora estamos más centrados en preparar el segundo disco. Ahora tenemos algunos bolos, en Ávila y tal, si nos ofrecen un concierto y nos viene bien lo hacemos, pero ahora mismo no estamos en búsqueda activa.
Muchas ideologías del siglo XX se han quedado resumidas en un parche, un eslogan o una manifestación con una programación ya cerrada y “escoltada” por la policía
¿Cómo ha sido la producción del primer disco?
N: Lo grabamos en la Huerta Sonora, es literalmente un edificio que hay entre huertas en Puebla de la Calzada que es un estudio. Nos lo grabó Borja Duque, guitarrista de Jueves Negro, Redtubers y otras bandas. Quedamos súper contentos, porque Borja es de nuestro rollo, escucha los mismos grupos que nosotros...
T: La verdad es que fue genial grabar con él porque tuvimos la sensación de que entendía al 100% lo que hacemos y lo que vamos buscando, y eso no es fácil de encontrar y fue un placer.
Lo habéis sacado en casete, ¿por qué no en disco o en vinilo?
N: La explicación es sencilla: es barato, y el vinilo es muy caro de fabricar. Lo edición partió del interés por la banda de Chivani Records (Melilla), lo hicimos con ellos y con Discos binarios (Málaga) y Discozine (Albacete). El segundo disco lo iremos viendo sobre la marcha, lo mandaremos a sellos y si vemos que es viable palante. También por lo que sea si surgieran apoyos para editar el primero en cd…
T: ¡Llamamiento!
¿Y qué significa la portada de Pectum excavatum?
N: El título del disco es por que sí, luego le puedes buscar significado de “son canciones que vienen de dentro, del pecho”. Tenemos un colega que tiene un hueco en el pecho... lo disfruta bastante, hace trucos y tal, le saca rendimiento. Y a una amiga se le ocurrió que molaría que se pusiera una virgen como si fuera un altar.
T: Es como una ermita. Lo espiritual pero de una manera divertida.
Habéis hecho el nuevo Jesucristo García. ¿Qué lecturas os han influido a la hora de hacer canciones?
T: Lecturas de ensayo o de referentes políticos del siglo XX. Hay un libro, Los Digggers (Editorial Pepitas de calabaza), que cuenta la historia de ese movimiento, que está curioso para ver orígenes de espacio autónomos, de maneras de retar colectivamente desde lo artístico al statu quo. También el de Motherfuckers! (La Felguera), otro colectivo que era más violento, más crudo, pero a la vez amoroso y espiritual. Luego algo de Hakim Bey, Zona Temporalmente Autónoma o Inmediatismo (Enclave de libros). Personalmente, Leonor Silvestri me parece muy referente, para aclarar esa confusión política, ese planteamiento de qué es, a día de hoy, ir a la contra o generar una contracultura. Y también Foucault. Hay un libro sobre los luditas, en las primeras revueltas de obreros. Luego tengo otros referentes más romanticones. Quizás es importante también conocer a Emma Goldman. Y la gente del Comité Invisible, que han hecho planteamientos más cercanos a la actualidad, reformulando teorías que ya no servían, precisamente por haber sido absorbidas por el sistema, como antes decíamos del punk rock profesionalizado. Muchas ideologías del siglo XX se han quedado resumidas en un parche, un eslogan o una manifestación con una programación ya cerrada y “escoltada” por la policía. Cosas que generan tristeza porque ves que, por lo que sea, pero ya no están sirviendo.
Música
Música Aprendiendo filosofía con el punk patatero de La Polla Records
Contadnos sobre el esperado segundo disco.
N: Van a ser 11 canciones, está toda la parte de Tacho ya hecha y como banda sólo quedan cuatro temas por componer. La idea es que salga el año que viene. Musicalmente estará en la linea del primero, y de letras, no es que sea conceptual, pero habla mucho de la crisis de los 30: las relaciones con los padres, cómo nos relacionamos, amistades perdidas por el camino, aquellos tiempos de bendita felicidad adolescente, algunos seguimos saliendo todos los fines de semana y nos ponemos hasta el culo, otros tienen hijos. Es un disco más personal.
T: También hay experiencias en espacios colectivos, o de cómo han cambiado las cosas en estos años. Sí, en las letras ha quedado un disco más intimo. Quizás estos temas, por cómo se han escrito, esa parte biográfica o más de aquí de Badajoz sigue saliendo en las canciones, porque lo hacemos desde esta tierra.
¿Va a haber videoclip?
N: Nos lo planteamos, pero no tenemos medios.
T: Pero aprovechando que esto es una entrevista, si hay alguien que haga vídeos y le guste la banda... y dice “yo os grabo un videoclip, igual que vosotros hacéis música sin rentabilidad económica”.
N: Vamos que no podemos pagar (risas).
T: O si alguien llega y dice “se me ha ocurrido una idea para un vídeo”, estamos abiertos a todo.
Escribí las canciones de El triste después de que me dieran mis primeros ataques de pánico y me diagnosticaran ansiedad generalizada y depresión. Pasé una noche en el hospital y la siguiente semana compuse esos temas. Casi vomitándolos.
¿Qué es Afligidos?
N: Afligidos es el proyecto de Pedro. Una vez que vino a tocar Tentáculo e Incisivas a Badajoz, Natacha no podíamos tocar y necesitábamos un grupo. Pedro había grabado esas canciones y le metimos batería y bajo. Una de las canciones va en este nuevo disco. Pedro es un compositor de la hostia, tanto la música como la letra es la hostia.
Sin embargo suena muy a Natacha, yo estaba convencido de que las letras eran vuestras.
T: La historia es muy guapa, conocimos a Pedro y acabamos viviendo juntos. Pedro nos ayudó en la producción del primer disco. De hecho tiene tatuado en la espalda un diseño que hizo Nano, porque era muy fan de la banda y acabó metido en la banda a través de la grabación del disco. Y es un pedazo de músico.
Nano, háblanos del EP de El triste.
N: Lo del Triste no tiene tampoco mucho recorrido, escribí esas canciones después de que me dieran mis primeros ataques de pánico y me diagnosticaran ansiedad generalizada y depresión. Pasé una noche en el hospital y la siguiente semana compuse esos temas. Casi vomitándolos. Ni siquiera de una manera terapéutica, sino más bien como una manera de ser autoconsciente de lo que me había pasado. Rescatamos uno de ellos para el primer disco de Natacha y el resto la verdad que no los he vuelto a escuchar. No me siento muy identificado con ellos, no tanto por el fondo de lo que cuentan, sino por la forma. Creo que están escritos de una manera poco reflexionada, que por una parte puede estar guay porque salió de manera muy orgánica, sin pensarlo mucho, pero a la vez siento que no terminan de describir del todo o exactamente como lo viví o como lo sentía.
Tacho, tú además tocas jazz.
T: El jazz es otro universo musical, con la banda de rock queremos hacer nuestro camino, pero como músico instrumentista me he vendido trabajando para sacar algo de dinero. Pero el jazz es, entre amigos, un juego muy placentero y una tradición musical de la que se puede aprender infinito. Nos fuimos juntando algunos colegas, seguimos estudiando a nivel personal y también nos sirve sacar algo de dinero. También hay jazz en Natacha, cuando te gusta la música y tocas un poco de todo y desarrollas habilidades, te permite jugar con eso cuando haces tu música propia.
Hacéis las camisetas del grupo vosotros y habéis sacado ya unos cuantos diseños, tenéis casi una marca de ropa, ¿vais a meterlas en el Bershka?
N: Eso viene un poco de mí, que a mí me gusta mucho dibujar, que con los temas se me ocurrían diseños.
Película, libro y disco que os han marcado a nivel personal.
N: Lost in translation. Libro, tiene que ser de Kurt Vonnegut, que es mi autor preferido, Galápagos o Madre noche. Disco: Neutral Milk Hotel, Aeroplane over the sea.
T: Disco, Worry de Jeff Rosenstock. Película, es un poco rara y es una filosofada, una peli que se llama Walking life de Richard Linklater, es de 2001 y es tremendo cómo resume muchas de las ideas a nivel político y social que estaban sobre la mesa en ese momento. Libro Un amigo judío (sobre Spinoza) de Leonor Silvestri.
Por último, ¿dónde están todos los chavales con puñales?
N: ¡Los seguimos buscando!